lunes, 10 de enero de 2011

HISTORIA DE UNA MONJA


En mayo del 2004 tuve la oportunidad de visitar Bruselas, Amberes y Brujas. En esta última ciudad, cuyo modélico casco histórico fue declarado en el año 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, me sorprendieron muy gratamente la belleza y la tranquilidad del complejo arquitectónico que conforma el llamado Beaterio de la Viña (Begijnhof Ten Wiingaerde), un antiguo convento para beatas que desde 1927 es sede de una comunidad de religiosas benedictinas.



Un detalle en el tejado de una de las casas del Beaterio de la Viña

En nuestra humilde opinión, las monjas más famosas (y atractivas) de la historia del cine han sido la hermana Mary Benedict (Ingrid Bergman) en "Las campanas de Santa María" (Leo McCarey, 1945), la hermana Clodagh (Deborah Kerr) en "Narciso negro" (Michael Powell, 1947) y nuestra favorita, la hermana Luke (sobria y angelical Audrey Hepburn, en una de las mejores interpretaciones de su carrera), "Historia de una monja" (Fred Zinnemann, 1959).




Deborah Kerr en "Narciso negro"

El guión de Robert Anderson se inspiró en el libro homónimo de la escritora Kathryn Hulme, en el que cuenta sus vivencias al lado de la abnegada ex-monja y enfermera belga Maria Louise Habets, cuando ambas trabajaron codo con codo prestando auxilio a los refugiados víctimas de la Segunda Guerra Mundial.


Marie Louise Habets en su etapa como religiosa




La acción dramática discurre entre 1927 y 1944. Gabrielle (Audrey Hepburn), la mayor de las hijas de un afamado cirujano belga, el Dr. Van der Mal (Dean Jagger), siente la llamada religiosa y decide convertirse en misionera para cuidar de los enfermos y necesitados en el Congo Belga. Ingresa como postulante en el convento de las Hermanas de la Caridad de Jesús y María, congregación fundada por Peter Triest en 1803 en Lovendegen (Bélgica). Desde entonces se convertirá en la hermana Luke, quizás en honor a San Lucas, patrono de los médicos...


Pero esta es también la historia de una vocación intensa, de una joven cargada de hermosos ideales que tratan de alcanzar su máxima expresión fuera de las paredes del convento, una vez se vea liberada de las estrictas reglas de la orden, pues la hermana Luke se encuentra mucho más realizada cuidando de los marginados y leprosos en las selvas más ignotas, en los parajes más salvajes.


Paralelamente, somos testigos de otra abnegada existencia, la del Dr. Fortunati (Peter Finch), un cínico de tomo y lomo, descreído hasta rozar el ateísmo, un personaje mucho más terrenal completamente contrapuesto a la espiritualidad inmaculada de la monja enfermera. Dos maneras bien distintas de entender el amor al prójimo que desembocan en un mismo remanso de solidaridad.


Peter Finch es el Dr. Fortunati


A nuestro juicio, a pesar de su indudable valor edificante, esta película adolece en determinados momentos de una excesiva lentitud, especialmente en las escenas que narran el proceso del noviciado y la profesión de los votos de nuestra protagonista. Por otra parte observamos cómo la hermana Luke empieza a trabajar de enfermera en el hospital para mujeres anexo al convento, lo que parece colmar momentáneamente su felicidad.


Su siguiente encomienda la sitúa en un hospital psiquiátrico que atienden las hermanas de la Caridad. Como parte de su tratamiento, las monjas mantienen a varias paciente sumergidas en baños calientes a temperatura constante durante horas. Entre aquellas desoladoras paredes la hermana Luke sufrirá la brutal agresión por parte de una paciente psicótica, que en su delirio cree ser el Arcángel Gabriel. Gabrielle era el nombre de pila de la monja, y este brutal combate entre ambas resulta una hermosa metáfora de la lucha interior que la protagonista mantiene entre su amor por Dios y su amor al prójimo.


EL CONGO BELGA.


La historia del Congo Belga, hoy en día República Democrática del Congo podría sintetizar el drama desencadenado por la voraz colonización occidental en gran parte de África. Comenzó siendo una propiedad privada del rey Leopoldo II de Bélgica, etapa en la que la explotación de sus recursos naturales y la sanguinaria represión de sus esclavizados habitantes escriben una de las páginas más tristes y oscuras en la historia de la humanidad. Precisamente en esta época se ambienta "El sueño del celta", la última novela de Mario Vargas Llosa, nuestro flamante Premio Nobel de Literatura.






Cuando la hermana Luke llega a las misiones congoleñas, este vasto territorio es administrado por el gobierno belga, desde la cesión del monarca en 1908. Proliferaban entonces los centros educativos regidos por cierto modelo paternalista  y cristiano, patrón gestor que se extendía a los hospitales, casi siempre atendidos por órdenes religiosas con el auxilio de nativos especializados. La segregación racial también imperaba en aquellas latitudes, y la hermana Luke pronto se verá obligada a abandonar el cuidado de los congoleños para dedicarse a trabajar en el hospital para blancos, al lado del tenaz Dr. Fortunati.


Tras la desilusión inicial, la hermana Luke se resigna a sus nuevos deberes. En ausencia del médico salvará de una amputación segura la pierna herida del padre André (Stephen Murray), en un viaje al corazón de las tinieblas visitará el leprosario del atípico padre Vermeuhlen (Niall MacGinnis), para verificar que el cura también se ha infectado de lepra, y de paso constatar las terribles condiciones en que viven estos parias de la jungla; finalmente, terminará por contraer una tuberculosis que la acabará postrando en cama durante varias semanas.


Anotamos aquí que aproximadamente durante la misma etapa histórica en la que se desarrolla la acción de "Historia de una monja", Waksman, Dubos y Shatz descubren en 1942 las propiedades antibacterianas del Streptomyces griseum, un hongo que habita en el suelo. A raíz de este descubrimiento se sintetizaría la estreptomicina en 1944, primer fármaco eficaz en el tratamiento de la tuberculosis.






El ácido paraaminosalicílico (PAS) fue desarrollado por Lehman en 1945. Transcurrida la Segunda Guerra Mundial, Hoffman descubre en 1952 la isoniacida o hidracida del ácido nicotínico. Por último, la rifampicina data de 1968, sintetizada a partir de la rifamicina por el grupo italiano capitaneado por Sensi.




CINEFILIA

  • Esta película nos ha traído a la memoria la historia "inversa" de Dolores Hart, que abandonó una prometedora carrera como actriz para vestir los hábitos benedictinos. Sus papeles más recordados la sitúan al lado del mismísimo Elvis Presley en "Loving you" (Hal Kanter, 1957) y "King Creole" (Michael Curtiz, 1958). Novicia desde 1967, en la actualidad es la madre abadesa de su convento y la única monja miembro votante en los premios Óscar de la Academia de las Ciencias y Artes Cinematográficas de EEUU. 




  • Como protagonista, los productores pensaron en un principio en Ingrid Bergman, pero la actriz sueca estimó que su edad (44 años) podría suponer un handicap a la hora de interpretar a la hermana Luke; ella misma sugirió entonces la contratación de Audrey Hepburn, 14 años más joven.
  • A raíz del rodaje de esta película, la Hepburn trabó una profunda amistad con Maria Louise Habets. De hecho, la ex monja y enfermera se encargó de cuidar a la actriz cuando ésta sufrió el grave accidente hípico durante el rodaje del legendario western "Los que no perdonan" (John Huston, 1960).
  • En homenaje a la Habets, en este film las hermanas van der Mal se llaman Marie (Marina Wolkonsky) y Louise.
  • Para el papel del padre André se pensó inicialmente en un religioso auténtico, opción que hubo de desestimarse en favor del veterano actor Stephen Murray.

2 comentarios:

La abuela frescotona dijo...

ESTIMADO DOCTOR, SUS ESCRITOS ME HAN REGRESADO A UN TIEMPO FELIZ CON TAN BONITOS RECUERDOS, DOLORES HART, CREO TENIA UNA HERMANA ACTRIZ, Y SU ÚLTIMA PELÍCULA, NO FUE EL ¿INSPECTOR?.
SALUDOS CORDIALES

DOCTOR ALBEIROS dijo...

Muchas gracias por su amable comentario. Desconozco el dato sobre la existencia de su hermana. Tampoco lo he encontrado en la documentación que he consultado. Sí he visto que era sobrina política del gran Mario Lanza, y que sus padres se divorciaron durante la infancia de Dolores.

Su última película se titula "Tres azafatas" (Henry Levin, 1963), si bien su último trabajo profesional como actriz fue en la serie de TV "El Virginiano", también en 1963.