jueves, 18 de agosto de 2011

LA VIDA PRIVADA DE ENRIQUE VIII


"El cuello de una reina exige tacto, delicadeza, caballerosidad..."


Desde hace tiempo, la figura personal e histórica del rey Enrique VIII de Inglaterra parece haber despertado a partes iguales el interés de artistas y científicos. Su rebeldía frente a la autoridad religiosa del Vaticano y su dilatada lista de esposas (seis, de las cuales dos terminaron sus días decapitadas por orden del propio soberano) probablemente son los episodios que más han contribuido a consolidar su mito.

Centrándonos en el mundo cinematográfico, han sido varias las películas protagonizadas por tan singular monarca. En el siguiente enlace podemos repasar algunas de las más populares:


En España continúa en antena la reposición de la aclamada coproducción televisiva "Los Tudor", 38 episodios de una calidad excepcional producidos entre los años 2007 y 2010, y escritos por Michael Hirst. Protagonizada por el galán irlandés Jonathan Rhys Meyers, esta serie nos muestra, por el momento, el último retrato del controvertido monarca británico.



El atractivo Jonathan Rhys Meyers es Enrique VIII en "Los Tudor"

A partir de diversos estudios e informaciones vamos a tratar de desentrañar el hipotético historial médico del segundo monarca de la casa Tudor. Y como fuente de inspiración hemos escogido "La vida privada de Enrique VIII" (Alexander Korda, 1933) protagonizada por el incomparable Charles Laughton (una "real" caracterización), un merecido homenaje a los clásicos en blanco y negro del Séptimo Arte.






Charles Laughton como Enrique VIII


La película comienza con unos fotogramas que nos muestran el palacio de Hampton Court, situado a 20 Km de Londres, en el que Enrique VIII estableció su residencia a partir 1536. Las primeras escenas corresponden a los preparativos de la ejecución de Ana Bolena (una breve intervención de la futura diva Merle Oberon). A pesar de lo dramático de la situación, el tono de comedia se mantiene durante el diálogo entre el verdugo francés (Gibb McLaughlin) y el inglés (Sam Livesey) y será la tónica general que desdramatice el resto de esta película.


Un sucinto apunte: Ana Bolena trajo consigo a la corte inglesa refinadas costumbres procedentes de Francia. Tal vez por ello fue decapitada con espada, y no con hacha, al más puro estilo francés...


Casi inmediatamente, Enrique VIII se casa con Jane Seymour (Wendy Barrie), la madre de su único heredero varón. El tono jocoso de la película alcanza su cima en las escenas de alcoba protagonizadas por Ana de Cleves (Elsa Lanchester, esposa de Laughton en la vida real). Los historiadores afirman que Enrique VIII conoció a la que sería su cuarta esposa por un retrato pintado por Hans Holbein (John Turnbull).



Charles Laughton y Elsa Lanchester


Mientras aguardaba por la princesa alemana, Catalina Howard (Binnie Barns) ya se había convertido en la nueva favorita del soberano. Pero sus relaciones adúlteras con Thomas Culpeper (Robert Donat) harán caer a los dos amantes en la más terrible de las desgracias...


La última esposa será Catalina Parr (Everley Gregg), preocupada en todo momento en que el monarca cumpla una estricta dieta. En sus últimos días, el comportamiento infantil del anciano Enrique VIII confirma aquel dicho tradicional que nos alerta sobre el paso de los años, y cómo la lujuria va siendo sustituida por la gula...


EL ANTÍGENO KELL. 


El 14 de marzo de 2011 se publicaba en "Diario Médico" un sugestivo artículo sobre la posibilidad de que Enrique VIII hubiera sido portador del antígeno Kell.


Se trata de una proteína glicosilada de membrana con varias áreas específicas en las que se expresan diferentes antígenos, de una manera similar a lo que ocurre con los del sistema Rh. Los anticuerpos desarrollados tienen una especial importancia en la incompatibilidad materno-fetal y en las reacciones transfusionales.


La bióloga Catrina Banks Whitley y la antropóloga Kyra Kramer, de la Universidad Metodista del Sur (Dallas) han publicado un interesante trabajo en el que atribuyen la incapacidad de Enrique VIII a la hora de engendrar hijos varones sanos a la incompatibilidad sanguínea con sus esposas.



Intentaremos desplegar una cronología sobre la descendencia de este soberano británico, teniendo en cuenta las gestaciones de sus esposas y amantes:


Catalina de Aragón (1485 - 1536): la hija menor de los Reyes Católicos fue desposada en primeras nupcias con Arturo de Gales, el hermano mayor de Enrique VIII y príncipe sucesor al trono de Inglaterra. De salud endeble, Arturo falleció prematuramente debido a una infección; se duda si se trató de una tuberculosis o de un proceso por hantavirus, conocido como el "sudor inglés".




Catalina de Aragón


Sea como fuere, para mantener la alianza política entre España e Inglaterra, y previa dispensa papal, la joven viuda se desposó con Enrique VIII. En el año 1510, su primer embarazo finalizó con un hijo varón muerto durante el parto. En enero de 1511, Catalina dio a luz un varón bautizado como Enrique, que apenas vivió 52 días. En 1513, otro hijo varón (también bautizado como Enrique) murió al mes de su nacimiento. La reina tendría dos abortos más, uno en 1513 y el último en 1518. El 18 de febrero de 1516 nació Maria I de Inglaterra, la única hija de este matrimonio que sobrevivió a Enrique VIII.


Elizabeth Blount (1502 - 1540): fue una reconocida amante del rey, su pareja de baile preferida y dama de honor tanto de Catalina de Aragón como de Ana de Cleves. Fruto de las relaciones con el monarca, el 15 de junio de 1519 nació Enrique Fitzroy, reconocido por el propio Enrique VIII tal vez porque viera en este niño su tan ansiado heredero varón. Pero el I Duque de Richmond y Somerset murió de tuberculosis en junio de 1536... 


¡1536!... El annus horribilis en que Catalina de Aragón falleció por una neoplasia cardíaca, Ana Bolena fue ejecutada y Enrique VIII sufrió un aparatoso accidente en una justa, suceso que para algunos historiadores desencadenaría toda su patología posterior...


Ana Bolena (1501? - 1536): hermana de María Bolena, otra famosa amante del rey, y con la que se dice que éste tuvo dos hijos ilegítimos (Catalina Carey en 1524 y Enrique Carey - Barón Hundson en 1526), hechos no confirmados oficialmente. En poco tiempo pasó de ser la favorita del monarca, con el se desposó oficialmente el 23 de enero de 1533, unión que provocó la escisión de la Iglesia de Inglaterra, hasta que cayó en desgracia al ser acusada de adulterio, incesto y traición. Fue decapitada en la Torre de Londres el 19 de mayo de 1536.




Ana Bolena cautiva en la Torre de Londres


Su primera gestación dio como fruto a la futura reina Isabel I de Inglaterra. Ana Bolena tuvo varios embarazos más confirmados oficialmente: un aborto en el verano de 1534 y otro, de un feto varón, el 29 de enero de 1536, justo el mismo día del óbito de Catalina de Aragón.


Los expertos afirman que el primer embarazo de Ana Bolena, una primogénita sana, explicaría el modelo de la aloinmunización de Kell, pues el resto de los embarazos finalizaron en abortos espontáneos avanzados...


Jane Seymour (1509- 1537): su boda con Enrique VIII tuvo lugar once días después de la ejecución de Ana Bolena, el 30 de mayo de 1536. El 12 de octubre de 1537 dio a luz al futuro Eduardo VI de Inglaterra, que desafortunadamente falleció en oscuras circunstancias a la temprana edad de 15 años.



Jane Seymour


Su breve existencia inspiró en 1882 al escritor norteamericano Mark Twain el argumento de su popular novela "Príncipe y mendigo", de la que también se han realizado diversas versiones para la gran pantalla, entre las cuales destacamos la oscarizada cinta dirigida en 1937 por William Keighley, con Errol Flynn en el papel de Miles Hendon, o la de Richard Fleischer en 1977, con un joven Mark Lester en el doble papel de Tom Canty y el Príncipe Eduardo.




Desafortunadamente, y como consecuencia de una infección puerperal, Jane Seymour, la esposa favorita, falleció 12 días después del parto.


Con sus tres siguientes esposas Enrique VIII no tuvo descendencia: Ana de Cleves (matrimonio de conveniencia nunca consumado), Catalina Howard (otra que también pagó con su cabeza su infeliz matrimonio) y Catalina Parr.




Ana de Cleves



Catalina Howard



Catalina Parr


Sin embargo, algunos historiadores le atribuyen al rey otros hijos ilegítimos, supuesto fruto de sus  uniones carnales con otras tantas amantes:
  • Maria Berkeley: dos varones, Sir Thomas Stuckley (1525) y Sir John Perrot (1527).
  • Jane Dingley: una hembra, Etheldreda Malte (1529).





Enrique VIII. Retrato de Hans Holbein el Joven, pintor oficial de la corte



EL SÍNDROME DE McLEOD...


Durante su existencia, Enrique VIII fue un modelo habitual en muchos retratos. Tanta iconografía es responsable de la imagen más popular del monarca, un hombre decididamente obeso, cuyos verdaderos rasgos fueron a buen seguro dulcificados por los pintores (en una suerte de antiguo Photoshop) para evitar perder también la cabeza...


Siguiendo los testimonios de los historiadores coetáneos y de otros investigadores más modernos, hasta los 40 años el monarca británico era un individuo atlético, que practicaba varios deportes de la época, además de un solvente músico (incluso se le atribuye la autoría de la popular "Greensleves"), escritor y poeta.


Al respecto, existe una llamativa paradoja en su truculenta existencia, pues en 1521 escribió en latín un tratado titulado "La defensa de los siete sacramentos", elogio vehemente de la fe católica y encendida defensa del Papa de Roma; en agradecimiento por ello recibió el título de "Defensor de la Fe", honor que todavía ostenta en la actualidad la corona británica...


Estudios recientes (como el anterior de Banks y Kramer) han tratado de demostrar que Enrique VIII pudo padecer un síndrome de McLeod:




Se trata de un trastorno ligado al cromosoma X responsable de una amplia serie de signos y síntomas multisistémicos:

  • Hematológicosausencia de expresión del antígeno Kx del eritrocito, expresión débil de los antígenos de glicoproteínas Kell, acantocitosis, sobrevida reducida de los eritrocitos y un estado hemolítico compensatorio.
  • Neuromusculares: elevación de la creatinquinasa sérica (CK), demás de miopatía, neuropatía mixta sensorial - motora y cardiomiopatía. 
  • Sistema nervioso central (SNC): las manifestaciones del sistema nervioso central semejan a las del corea de Huntington, y comprenden trastornos del movimiento como corea, tics y anormalidades psiquiátricas, incluyendo psicosis esquizofreniforme y crisis epilépticas.
Otros datos a favor del padecimiento de este peculiar síndrome por Enrique VIII son que ninguno de sus hijos varones tuvo descendencia, ni siquiera el Duque de Richmond y Somerset, exceptuando los dos hijos ilegítimos que al parecer tuvo con la cortesana Maria Berkeley, de cuya paternidad real existen además serias dudas. Sin embargo, todas las hermanas por parte materna de Enrique Fitzroy vivieron y tuvieron descendencia.  

Por otra parte, las investigadoras tejanas rastrearon la posible transmisión genética de dicha enfermedad hasta Jacquetta de Luxemburgo (1415 - 1472), bisabuela materna de Enrique VIII.

OTRAS ENFERMEDADES.

En una monarquía absoluta (como en las modernas dictaduras) las enfermedades del líder son las enfermedades de toda la nación. Siguiendo esta premisa, algunos estudiosos de la vida de este singular monarca británico (como la historiadora Lucy Worsley, el biógrafo Robert Hutchinson y la Dra. Catherine Hood) han rastreado la abundante documentación archivada correspondiente a su reinado, elucubrando una serie de conclusiones que quizás también tengan su parte de verdad.

Por ejemplo, estudiando las diferentes armaduras reales confeccionadas a la medida de la humanidad del soberano (183 cm de estatura - la media británica entonces era de 165 cm), observaron que las empleadas en los primeros años de su reinado tenían 81 cm de cintura y 99 cm de pecho.


Recordemos que en la actualidad, la circunferencia abdominal se considera un valioso indicador del riesgo cardiovascular de un individuo. Para los varones, lo recomendable es que se sitúe por debajo de los 94 cm...

A partir de los 40 años, la estructura corporal de Enrique VIII cambió progresivamente desde un cuerpo atlético a una obesidad manifiestamente patológica. Continuando con la valoración de sus armaduras, las últimas que pudo haber empleado medían 132 cm de cintura y 135 cm de pecho. Antes de fallecer, llegó incluso a alcanzar los 137 cm de perímetro abdominal...


Enrique VIII ascendió al trono a los 18 años de edad. Era un joven apuesto y deportista, que destacaba en el juego considerado antepasado del tenis actual y en las justas. En 1524, participando en una de ellas contra el duque de Suffolk, sufrió un accidente al penetrar la punta de la lanza de su rival a través de la visera abierta de su casco. Enrique VIII sufrió un traumatismo craneal periorbitario derecho que le dejó como consecuencia una migraña crónica; podemos constatar estas secuelas en el rostro real en los retratos realizados a partir de entonces...



Aproximadamente en 1528, unas incómodas úlceras aparecen en sus muslos, patología atribuida por algunos al estasis vascular provocado por las apretadas ligas que estaban de moda en la época para mantener las medias en su sitio. Es probable que también hubiera sufrido importantes esguinces de tobillo y roturas musculares practicando otros deportes (como el royal tennis).

El 17 de enero del fatídico año de 1536, Enrique VIII sufre otro aparatoso accidente en una nueva justa. El violento impacto le causó una profunda herida y un traumatismo craneoencefálico (que le mantuvo dos horas inconsciente). Se sospecha que el golpe pudo desencadenar algún trastorno orgánico cerebral, ya que a partir de entonces su temperamento es todavía más brutal. Por otra parte, los dolores de cabeza y la patología ulcerosa en las piernas no remitían...

En 1538 se teme nuevamente por su vida. El monarca pierde el habla temporalmente y presenta un semblante fatal, tal vez por culpa de una embolia pulmonar  y de un ictus causados por algún coágulo de sus úlceras varicosas. A pesar de la gravedad, Enrique VIII se recuperó nuevamente.

La pérdida progresiva de movilidad que le provocaron tantas lesiones en sus piernas, el sedentarismo y una dieta completamente desequilibrada agravaron su estado. Algunos afirman que bebía unos 5 litros diarios de cerveza y cantidades ingentes de vino, sobre todo durante las frecuentes fiestas y banquetes.



Charles Laughton como el glotón Enrique VIII

En el clásico de Alexander Korda, varias escenas nos muestran los alegres diálogos que mantiene su nutrido equipo de cocina ante los fogones. Las carnes (vacuno, cerdo, aves de corral, conejos, caza) eran una constante en su alimentación. Es muy probable que este consumo exagerado de alcohol y proteínas le causaran una hiperuricemia y frecuentes ataques de artritis gotosa. Algunos historiadores han calculado que la glotonería real pudiera llevarle a disipar cada dia unas 5000 calorías y 20 gramos de sal...


Excepto las fresas, a las que eran un gran aficionado, Enrique VIII no tomaba frutas, verduras ni hortalizas...

Nos es de extrañar que fueran apareciendo progresivamente la dislipemia, la hipertensión arterial, con la consiguiente hipertrofia ventricular izquierda, la esteatosis hepática y una diabetes mellitus tipo II. A su manera, Enrique VIII fue un precursor de patologías más "modernas" y se convirtió en un auténtico enfermo de la opulencia, adelantándose en la historia casi cinco siglos...

La hipótesis de que Enrique VIII hubiera padecido malaria se basa en que esta enfermedad era endémica en la Inglaterra de su época; nubes de mosquitos infestaban las abundantes aguas pantanosas que se extendían por toda la geografía. Según archivos históricos, el rey padecía brotes de fiebre recurrente, con escalofríos y cefalea. Respecto a la sintomatología, existe una variedad de esta enfermedad causada por el Plasmodium malarie, cuyo primer brote suele ser benigno, sus recurrencias frecuentes, los lapsos entre las mismas dilatados y la duración de la enfermedad puede alcanzar hasta los 50 años...

Menos claro resulta que Enrique VIII llegara a padecer sífilis. No existe ninguna evidencia de que fuera tratado con mercuriales a lo largo de su vida, ni tampoco sus consortes, si bien se llegó a atribuir a esta infección la reiteración de abortos y recién nacidos muertos entre su descendencia. Sin embargo, el déficit de visión que afectó a sus dos hijas, Maria I (María Tudor) e Isabel I, así como otros rasgos presentes en la nariz de su primogénita (en silla de montar) , hacen pensar a algunos estudiosos que sus descendientes pudieran haber padecido sífilis congénita.

Algunos de sus biógrafos estiman que Enrique VIII llegó a pesar 180 Kg en sus últimos días, padeciendo terribles dolores por las úlceras varicosas en sus extremidades inferiores, que llegaban a despedir un hedor insoportable a su alrededor.


Finalmente, este polémico monarca expiró en la madrugada del 28 de enero de 1547, a los 56 años de edad, en su palacio de Whitehall. Sus detractores afirman que dejó tras de sí los cadáveres de unos 70000 compatriotas, víctimas directas e indirectas de las leyes promulgadas durante su reinado.


Como siempre, más información para los más cinéfilos:





UNA CURIOSIDAD MUSICAL: en los años 60, este popular grupo de Manchester alcanzó un sonoro éxito con un tema dedicado al controvertido monarca británico...






I'm Henry the eighth I am
 Henry the eighth I am, I am
 I got married to the widow next door
 She's been married seven times before
 And every one was an Henry (Henry)
 She wouldn't have a Willy or a Sam (no Sam)
 I'm her eighth old man, I'm Henry
 Henry the eighth I am

miércoles, 17 de agosto de 2011

EL PLANETA DE LOS SIMIOS


Taylor (Charlton Heston) besa a la Dra. Zira (Kim Hunter)



"Hay ciento noventa y tres especies vivientes de simios y monos. Ciento 
noventa y dos de ellas están cubiertas de pelo. La excepción la constituye un 
mono desnudo que se ha puesto a sí mismo el nombre de Homo sapiens". 



Desmond Morris. "El mono desnudo"



Aprovechando la temporada estival, en la gran pantalla española se ha estrenado  "El origen del planeta de los simios" (Rupert Wyatt, 2011). Continuadora de aquella tendencia inaugurada en la década de los 70 por algunas superproducciones de Hollywood, cuyo paradigma pudiera ser "La guerra de las galaxias" (George Lucas, 1977), este film probablemente fue concebido como una pre-secuela que intenta explicarnos cómo pudo llegarse a la situación tan magistralmente descrita en "El planeta de los simios" (Franklin J. Schaffner, 1968), cinta de culto considerada hoy en día un hito en la historia del cine de ciencia ficción. 


La disonancia percusiva presente en la banda sonora de Jerry Goldsmith, la magnífica dirección de fotografía a cargo de Leon Shamroy, el verosímil maquillaje de John Chambers, el vestuario de Morton Haak y los decorados de Norman Rockett y Walter M. Scott merecerían por sí solos un tratado aparte...


CIERTAS SEMEJANZAS Y PARECIDOS...


El director Rupert Wyatt no oculta su devoción por el film de Franklin J. Schaffner, al que rinde cumplido homenaje en varios momentos. Como cuando incorpora a sus diálogos la famosa frase "quita tus sucias patas de mí, mono asqueroso", proferida por Taylor (Charlton Heston) una vez recuperada el habla mientras forcejea con sus captores, y repetida nuevamente por Dodge Landon (Tom Felton) en su pugna feroz con el superdotado chimpancé César (perfecta caracterización del actor Andy Serkis).






Andy Serkis es César


A Wyatt también le gusta jugar con los nombres. Precisamente para conformar el del odioso carcelero del centro de custodia de primates de San Francisco escogió los apellidos de los malogrados compañeros de Taylor, los astronautas Dodge (Jeff Burton) y Landon (Robert Gunner). De la misma manera, el orangután Maurice (Karin Konoval) recibe este nombre en homenaje al actor Maurice Evans, encargado de encarnar al Dr. Zaius en la primera versión...




Maurice Evans es el Dr. Zaius


La cinefilia continúa... Rodney (Jamie Harris) el taciturno celador del centro de primates, se entretiene tumbado en un jergón viendo en la televisión "El tormento y el éxtasis" (Carol Reed, 1965) un clásico protagonizado por Charlton Heston, en el papel del inconmensurable artista Miguel Ángel. Por si fuera poco, para su producción contemporánea el director eligió como protagonista femenina a la bellísima actriz Frida Pinto, convertida en la veterinaria Caroline Aranha, la novia del científico Will Rodman (un anodino James Franco). Resulta cuanto menos sorprendente su enorme parecido con la atractiva Nova (Linda Harrison), silenciosa partenaire de Charlton Heston en el film original de 1968. Por cierto, las malas lenguas atribuyen al entonces máximo responsable de la 20th Century Fox, Robert D. Zanuck, el mérito de que su exuberante pareja obtuviera el papel de Nova... 






Linda Harrison es Nova




Frida es Caroline

Por último, durante las escenas finales de "El origen del planeta de los simios" podemos constatar la noticia del despegue de una misión espacial, quizás la comandada por Taylor o tal vez la de rescate, dirigida por el astronauta Brent (James Franciscus)...


Para los eruditos la información contenida en esta entrada quizás se quede corta. Nuestra intención es muy simple: provocar la reflexión sobre el carácter precursor (probablemente de forma involuntaria) de una película estrenada durante la segunda mitad del pasado siglo XX, mediante una serie de acontecimientos todavía objeto de encendido debate científico, así como sus especiales relaciones con los campos de la psicología, la medicina y la bioética actuales.

No vamos a entretenernos explicando el argumento, de sobra conocido para la mayoría de los aficionados al 7º arte. Desde el punto de vista cinematográfico se han escrito infinidad de artículos y libros sobre "El planeta de los simios". A modo de resumen e intentando completar la información proponemos visitar las siguientes páginas:



El guión de la película de Schaffner está basado en la novela homónima que escribió en 1963 Pierre Boulle (1912 - 1994), autor que había alcanzado la fama como guionista de "El puente sobre el Río Kwai" (David Lean, 1957). El original del escritor francés fue concebido como un alegato pacifista y antirracista. De la misma manera, con el paso del tiempo su discurso contra la segregación racial podría haber generado sólidos argumentos frente al llamado especismo o especieísmo.

El productor Arthur P. Jacobs, artífice del éxito alcanzado por la primera producción, inauguró además la era del merchandising cinematográfico a gran escala y fue el responsable de una dilatada saga de interés decreciente, quizás por presentar contenidos demasiado enrevesados o previsibles: "Regreso al planeta de los simios" (Ted Post, 1970), "Huida del planeta de los simios" (Don Taylor, 1971) y "La conquista del planeta de los simios" (J. Lee Thompson, 1972). En este caso, y como simple anécdota, destacar que el hijo de Zira (Kim Hunter) y Cornelius (en España conocido como Aurelio), futuro líder de la revuelta de los simios en el planeta Tierra también se llamaba César... Tanto el padre como el hijo fueron interpretados por el incombustible Roddy MacDowall, cuya carrera profesional quedó desde entonces indisolublemente unida a la saga de estos antropoides.


Roddy MacDowell en una sesión de maquillaje

El episodio final fue "La batalla por el planeta de los simios" (J. Lee Thompson, 1973). Pero en 1974, las pantallas de televisión todavía nos regalarían 14 capítulos más de un serial protagonizado, como no, por Roddy MacDowall en el papel del simio Galen.


Finalmente, el popular tandem DePatie-Freleng, responsable de la exitosa producción de "La Pantera Rosa", desarrolló a mediados de los 70 una serie de animación con 13 episodios cortos (apenas 24 minutos cada uno), basada también en el argumento original del planeta de los simios...




Entre los años 70 y la actualidad se realizó una nueva lectura de esta obra. En "El planeta de los simios" (Tim Burton, 2001) el polifacético y controvertido cineasta californiano aporta su particular visión el tema. El protagonista es ahora Leo Davidson (Mark Wahlberg), un astronauta especializado en el adiestramiento de primates como pilotos de cápsulas espaciales. El papel de villano corre a cargo de Tim Roth, que se mete literalmente en la piel del malvado General Thade. Otro chimpancé, Pericles, se convierte en el compañero de aventuras del humano. Aunque esta cinta pueda resultar atractiva gracias a los avances en el maquillaje y los efectos especiales, como secuela no ha logrado superar el encanto primitivo del film de Schaffner...


El General Thade (Tim Roth) combate contra Leo Donaldson (Mark Wahlberg)

¿ANÉCDOTA O CASUALIDAD? 


El 31 de enero de 1961, el chimpancé Ham se convirtió en el primer homínido en volar al espacio exterior al participar en una misión del Proyecto Mercury, una prueba que intentaba conocer las condiciones que debería soportar un astronauta humano. 


Un sonriente Ham...

La aventura duró poco más de 15 minutos, el cohete alcanzó unos 250 km de altitud y el animal fue rescatado sano y salvo. La película "Carrera espacial" (Sean McNamara, 2001) constituye un homenaje a esta hazaña...



Los irreverentes The Simpson también se atrevieron con su personal parodia:




EL PROYECTO GRAN SIMIO



El 98.4% del material genético es común entre hombres y chimpancés...


Además del principio de la no violencia, uno de los pilares básicos de la cultura y la religión jainista, fundada en la India 500 años antes de Cristo, es el pananimismo; para sus seguidores todo lo que habita el universo posee alma. De esta manera, uno de sus mayores pecados para el hombre consiste en provocar daño a un ser vivo. Su estricto veganismo les permite solamente alimentarse de seres carentes de sistema nervioso, es decir aquellos que no pueden sentir ni sufrir, como por ejemplo las frutas, las raíces o los brotes. Tampoco existe prevalencia alguna del humano sobre el resto de las especies.


En la mitología hinduista existe un dios mono muy venerado por sus fieles, llamado Hanuman (o Jánuman) dotado de una fuerza extraordinaria de intensidad paralela a la virtud de su carácter. En Sri Lanka habita una especie de monos denominados langures de Jánuman, con la cara negra y el pelaje grisáceo. Esta deidad se considera protectora de los enamorados y es el símbolo del valor y de la lealtad. Por ello, en la India se considera patrona de la policía y del ejército, y en general, de todas aquellas profesiones dedicadas al servicio del prójimo.




El dios mono Hanuman


Quizás estas creencias hayan podido tener cierta influencia sobre la teoría filosófica del especismo, una severa crítica al antropocentrismo moral, y que surge prácticamente a la vez que la saga sobre el planeta de los simios alcanza su máxima popularidad. Uno de los primeros autores en abordar este tipo de cuestiones fue el psicólogo británico Richard D. Ryder, pionero del movimiento de liberación animal. En 1985 adoptó el concepto de painismo, traducido libremente al español como dolorismo (de pain, dolor en inglés),  pensamiento moral que reclama el respeto para todos aquellos animales dotados de la capacidad de sentir y sufrir, característica que entonces les concedería unos especiales derechos.

Otras figuras destacadas dentro del movimiento de liberación animal y de la lucha por los derechos de los animales son el filósofo estadounidense Tom Regan, el filósofo utilitarista australiano Peter Singer o el investigador británico Richard Dawkins.


Las aportaciones del zoólogo británico Desmond Morris y especialmente su particular visión sobre la especie humana, expresada en su famosa obra "El mono desnudo" (1967) merecerían también un capítulo adicional...



Desmond Morris

A mediados de los años 60 del pasado siglo XX se tuvo noticia de un chimpancé llamado Congo especialmente dotado para la pintura. Al parecer su habilidad le llevó a pintar cerca de 400 lienzos al óleo. 


Congo pintando...

Casi al mismo tiempo, en el zoológico de Baltimore vivió Betsy, una hembra de la misma especie capaz de pintar 65 cuadros, de los cuales llegó incluso a vender alguna obra. Esta destreza, desarrollada posteriormente también por otros simios como el chimpancé Jimmy, no parece deberse a la casualidad sino que sigue esquemas de trabajo muy concretos.

Se llevaron a cabo experimentos con estudiantes de arte abstracto que incluso valoraron más el talento pictórico de niños y chimpancés que el de artistas más o menos consagrados... Para los escépticos, aquí está la demostración publicada en Psychology Today en abril de este mismo año.


En 1965 nació en África Occidental una hembra de chimpancé muy especial. Fue bautizada como Washoe y se convirtió en la protagonista de un experimento singular. Destinada en un principio a proyectos de investigación espacial, Washoe fue adoptada por Alex y Beatrix Gardner siendo criada en su propia autocaravana en las mismas condiciones que un niño sordomudo, con el objetivo de que aprendiera el sistema de comunicación mediante signos. A lo largo de su existencia, llegó a emplear unos 350 e incluso fue capaz de enseñarle parte de ellos a su hijo adoptivo, Loulis. Washoe llegó a identificar su propia imagen reflejada en un espejo, pero sufrió una especie de crisis de identidad cuando se mezcló con otros primates. Desde la década de los 80, esta pareja de chimpancés pasó a residir en la Universidad Central de Washington. El 30 de octubre de 2007, por causas naturales, Washoe fallecía a la edad de 42 años.

La lista de simios capaces de comunicarse con los humanos es todavía más amplia:


Koko: gorila hembra, nacida el 4 de julio de 1971, fue adiestrada desde el primer año de vida por la Dra. Francine Penny Patterson, habiendo llegado a comprender unas 1000 palabras mediante el Sistema Americano de Signos, y unas 2000 más adicionales correspondientes al habla inglesa. Algunos experimentos realizados con ella han permitido constatar como esta excepcional gorila ha sido capaz de combinar dos palabras para construir una tercera, como por ejemplo "agua-pájaro" para definir a un "cisne" o "animal-persona" para definir "gorila"... Por si fuera poco, Koko tuvo varios gatos como mascota. Su relación más especial fue con un pequeño macho de color gris, sin cola, que la propia gorila escogió entre unos gatitos abandonados. Koko le puso de nombre "All Ball" (todo bola)...


A pesar de los esfuerzos de sus cuidadores, Koko no tuvo descendencia, ni con Michael ni con Ndume, un gorila que ella misma eligió como compañero después de repasar varias cintas de video con imágenes de gorilas... 




Koko, All Ball y la Dra. Patterson


Existe un interesante documental de la Universidad de Stanford en el que la Dra. Patterson relata sus experiencias con Koko.

En 1978, Barber Schroeder dirigió un documental que se centra en la figura de la Dra. Patterson y en sus trabajos con Koko. Fue presentado en el Festival de Cannes bajo su título original de "Koko, le gorille qui parle"...






Michael: gorila macho, nacido en Camerún en 1973. Compañero de Koko, consiguió aprender unas 600 palabras (algunas enseñadas por la gorila) utilizando el mismo sistema de signos, si bien sus mayores habilidades se desarrollaron en el campo de la pintura, consiguiendo elaborar obras muy coloristas de estilo impresionista... Sus cuidadores piensan que el gorila fue incluso capaz de describir mediante signos cómo su madre fue asesinada por unos furtivos antes de capturarlo a él. Los que le conocieron dicen que su color favorito era el amarillo, que disfrutaba escuchando a Pavarotti y contemplando a los personajes de "Barrio Sésamo" en la televisión... Falleció de un ataque cardíaco en el año 2000. Dicen que su pérdida fue largamente llorada por Koko.


Kanzi: es un bonobo que aprendió a comunicarse mediante un sistema de lexigramas, símbolos que representan una palabra pero que no necesariamente son indicativos del objeto referenciado por la palabra. Este sistema es el empleado en el Centro de Investigación sobre el Lenguaje de la Universidad Estatal de Georgia (Atlanta) como sistema de comunicación con chimpancés y bonobos. Kanzi aprendió también una serie de signos correspondientes al Sistema Americano de Signos contemplando vídeos sobre la gorila Koko. Este bonobo pertenece al grupo estudiado por la primatóloga Sue Savage-Rumbaugh, al igual que Panzee (chimpancé) y Panbanisha (bonobo), que han desarrollado también capacidades de comunicación mediante lexigramas.




Panbanisha y sus lexigramas


Lo verdaderamente sorprendente de Panbanisha, con un vocabulario de unas 3000 palabras, es que es capaz de "hablar" a través de un ordenador dotado de un programa que reproduce una voz sintética cuando se aprietan los símbolos en su teclado. Al parecer mediante este sofisticado sistema, Panbanisha ha conseguido expresar deseos propios y extraños, pues ha solicitado cosas a los cuidadores en nombre de su madre, Matata, a su vez madre adoptiva del bonobo Kanzi...


Chantek: orangután macho nacido el 17 de diciembre de 1977 en el Centro Regional Yerkes para la Investigación de Primates, también en Georgia (Atlanta), con el que ha trabajado la antropóloga Lyn Miles de la Universidad de Tennessee. Este orangután representa un prodigio similar a Panbanisha, pues conoce alrededor de 2000 palabras en el sistema de signos y está aprendiendo a utilizar un sintetizador de voz.




El orgulloso Chantek...


La controversia permanece abierta. Expertos como Noam Chomsky o Steven Pinker han afirmado que los primates no pueden desarrollar verdaderas capacidades lingüísticas, y que simplemente se limitan a imitar los gestos y signos que les enseñan los humanos.



Las habilidades demostradas por Washoe, Koko y los demás simios, la dilatada experiencia de la etóloga y primatóloga británica Jane Goodall investigando durante décadas en África con los primates, así como los trabajos de los filósofos Paula Cavalieri y Peter Singer, apoyados por otros expertos como Richard Dawkins, sirvieron de base para apuntalar el llamado Proyecto Gran Simio

A buen seguro también sería valiosa la contribución de Dian Fossey, otra eminente zoóloga norteamericana, cuya vida y obra sirvió de fuente de inspiración para "Gorilas en la niebla" (Michael Aptey, 1988), protagonizada por Sigourney Weaver.


Sigourney Weaver es Dian Fossey

La posibilidad de comunicación entre simios y humanos todavía constituye un reto para la investigación. Aunque sea por imitación, ciertos primates han sido capaces de aprender sistemas de signos humanos. Aparte del mítico Tarzán, especialmente popularizado por el cine, y de edulcoradas comedias tipo "Dr. Dolittle" (Betty Thomas, 1998) el ser humano no ha demostrado tener tanta competencia a la inversa...


Lex Barker, como Tarzán, junto a la inefable Cheeta...



EL PROYECTO NIM


"Proyecto Nim" (James Marsh, 2011) ha competido este mismo año en el prestigioso festival de Sundance con la historia que describe otro polémico experimento llevado a cabo en los años 70 con un chimpancé, y que intentaba rebatir las tesis de Noam Chomsky sobre la imposibilidad de comunicación entre simios y humanos. 

En 1973, en Oklahoma, un bebe chimpancé de apenas 2 semanas fue criado como un niño en el seno de una familia humana adoptiva. La idea, similar a la del proyecto Washoe, partió del profesor de psicología Herbert Terrace, de la prestigiosa Universidad de Columbia. El simio fue bautizado como Nim Chimpsky, empleando un juego de palabras (chimp es chimpancé, en inglés) que además sirviera para parodiar al detestado Chomsky.


Esta película emplea imágenes inéditas y testimonios reales de aquella singular experiencia. Nim estableció intensos vínculos físicos y emotivos especialmente con su madre adoptiva, de manera que 30 años después de la separación entre el chimpancé y sus padres adoptivos, éstos todavía no han superado el trauma.






Pero, a medida que el primate iba creciendo, fue manifestándose su verdadera condición animal, hecho que también ocurre en la ficción protagonizada por César, lo que demostró las limitaciones de tal experimento, determinando su fracaso y la finalización del mismo. La historia real también terminó mal. Cuando Terrance decidió abandonar estos estudios, Nim fue transferido a un laboratorio de investigación farmacéutica de Nueva York. Tras denodados esfuerzos para ponerlo de nuevo en libertad, este singular chimpancé fue comprado por el Rancho Black Beauty, propiedad de la Fundación para los Animales que entonces dirigía en Texas el mismísimo Cleveland Amory, incansable defensor de los derechos de los animales. 


Nim moriría a los 26 años, de un ataque cardíaco, pocos meses después de su último protector, que sufrió una rotura fatal de un aneurisma...   


EL FUTURO...

¿Resulta tan descabellada la sugerencia planteada en "El origen del planeta de los simios"? ¿Podría desencadenar una serie de experimentos con primates, en este hipotético caso tratando de curar la enfermedad de Alzheimer, consecuencias imprevisibles para el futuro de la especie humana?

El 2 de octubre de 2000 nació en Oregón "ANDi", un macaco rhesus modificado genéticamente que se convertió de esta manera en el primer primate no humano de la historia con estas características. Al genoma del pequeño mono se incorporó un gen marcador sin ninguna función específica, pero capaz de dotar de fluorescencia a su material genético; este hecho permitiría entonces ampliar el campo de investigación sobre determinadas enfermedades como el cáncer, el SIDA, la fibrosis quística o las enfermedades neurodegenerativas.

El gen GFP (green fluorescent protein) del macaco procedía de las medusas. Su especial luminiscencia verde podía observarse mediante microscopios especiales.


ANDi el macaco

Este mismo procedimiento podría conseguir que se incorporaran el genoma del primate un gen causante del Alzheimer, por ejemplo, con la finalidad de obtener una vacuna para su tratamiento. Pero, ¿dónde se situaría la delgada frontera bioética de estos experimentos? ¿Sería lícita la manipulación genética para conseguir animales enfermos que a su vez pudieran facilitar la cura de seres humanos? En nuestra modesta opinión este es uno de los dilemas que se plantean en el film de Rupert Wyatt. No olvidemos que el miedo a la clonación de seres humanos y a la creación de individuos "a la carta" en los laboratorios continúa planeando sobre nuestras cabezas....

Recordemos que en este film no se desarrolla ningún experimento genético, sino que el Dr. Rodman utiliza un virus como supuesto vehículo de inoculación de la enfermedad. Esta infección provocaría en el afectado una respuesta inmune cuyos anticuerpos "repararían" el tejido neuronal enfermo... Al establecer nuevas redes neuronales, en la película dicho tratamiento sería capaz de desarrollar capacidades intelectuales en los simios. Curiosamente, el marcador de respuesta sería una tonalidad verdosa en sus iris. Por eso a la madre de César le llamaron "Ojos Claros", exactamente el mismo apelativo empleado por la Dra. Zira para designar al cautivo astronauta Taylor...

Desde el punto de vista médico, aunque un planteamiento tan fantástico pudiera ser cierto, nos encontraríamos ante una barrera infranqueable. Ni el inteligente César, ni por supuesto ningún otro primate, podría llegar a hablar porque su aparato fonador no cuenta con una serie de características anatómicas y fisiológicas indispensables para la emisión de sonidos articulados con forma de palabras.

Existe otra preocupación larvada entre la comunidad científica respecto a la posibilidad de evolución de la inteligencia animal. Hasta el momento, los estudios llevados a cabo con caballos, delfines, perros y gatos, han revelado que es precisamente la sociabilidad, y no la manipulación genética, la que incrementa la inteligencia general de una especie. Pero, veremos que nos depara el futuro...



En el año 2000, la revista argentina "Medicina" publicaba un resumen firmado por los investigadores Alejandro D. Josiowicz y Eugenia Sacerdote de Lustig sobre el trasplante de células nerviosas en las enfermedades neurodegenerativas. Hace más de una década podíamos leer, textualmente:

"Los trasplantes cerebrales pueden actuar substituyendo el daño cerebral con la liberación de neurotransmisores o simplemente por medio de la liberación de factores tróficos o activando nuevas conexiones neuronales. Los resultados experimentales obtenidos hasta ahora con implantes neuronales en primates no humanos y ratas, sugieren que se podría aplicar estas técnicas en varias enfermedades neurodegenerativas humanas"...


En el año 2010, neurofisiólogos de la Universidad de Pittsburg consiguieron incorporar al cerebro de un mono dos implantes neuronales que le permitieron controlar un brazo robótico empleando únicamente sus "pensamientos"... Rodney Brooks, experto en robótica del mítico Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) afirmaba recientemente que ya se está experimentando con animales a los que se les añade neuronas al córtex cerebral para ver si pueden convertirlos en más inteligentes...

Para cerrar este capítulo, y considerando que el futuro podría estar ya siendo presente, un grupo de científicos del propio MIT Media Lab, capitaneados por el ingeniero biológico Edward Boyden, ha conseguido activar un conjunto específico de neuronas cerebrales en macacos rhesus (macaca mulatta) empleando lásers o flashes de luz. Este tipo de técnica se denomina optogenética y permite decodificar los mecanismos de la actividad eléctrica neuronal cerebral y estimular mediante la luz ciertas secciones del cerebro en diversos momentos. De esta forma, se pueden controlar células aisladas por medio de pulsaciones de luz visible.

Todo este tipo de avances ha llevado a la Academia de las Ciencias Británicas a pedir cordura ante este tipo de investigaciones. Y una vez más, el círculo que une a la fantasía con la realidad vuelve a cerrarse, pues en la ficción cinematográfica el pelirrojo Dr. Zaius desempeñaba un doble papel en la sociedad de los simios: además de ser Ministro de Ciencia era el Máximo Guardián de la Fe... Y no olvidemos que Noam Chomsky es profesor emérito de Lingüística en el MIT...


VIRUS Y GENES

El empleo de virus como vectores para la inserción de genes ya no nos resulta tan novedoso. Esta biotecnología fue la elegida por los guionistas de "El origen del planeta de los simios" para articular su trama argumental. Ante la euforia inicial por el resultado de los experimentos, personificada en el ambicioso ejecutivo de la compañía GensysSteven Jacobs (David Oyelowo), poco a poco el pesimismo se va adueñando de la cinta, sobre todo cuando contemplamos los efectos colaterales provocados por la infección vírica, que se transmite por vía respiratoria (como la gripe), y de la aparición de una fiebre hemorrágica  de tipo epidémico, que pudiera resultar un guiño a la peligrosa enfermedad transmitida por el virus Ébola. De esta sutil manera, van siendo afectados tanto los buenos - Robert Franklin (Tyler Labine) el amable custodio de los monos en el laboratorio de investigación -, como los malos - el irascible Hunsinker (David Hewlett) el piloto de aviación vecino de Will y de su padre enfermo, Charles Rodman (John Lithgow) -.

Precisamente será esta epidemia, ante la cual los simios son inmunes, la causa de la degeneración involutiva de la especie humana sobre el planeta, abandonando los guionistas la idea de la catástrofe nuclear presente en las primeras películas de la saga.

Un brevísimo apunte final. Fiel a la corrección política del cine norteamericano, no existe ni una sola escena que muestre o insinúe la sexualidad de César, algo difícil de concebir en un líder que deberá ser el origen de una nueva raza de simios inteligentes, y que en teoría debería transmitir sus preciados genes a toda su descendencia.

VIAJES EN EL ESPACIO Y EN EL TIEMPO...

Existen muchas teorías que valoran la posibilidad de viajar en el tiempo... Este apartado necesariamente debería ser escrito por un físico. Pero como el cine es entretenimiento y ficción, y desde este blog jamás hemos pretendido la erudición sino la reflexión y el debate, expondremos si nos parece o no factible explicar el viaje en el espacio y en el tiempo de Taylor y sus compañeros.


Confesándonos una vez más legos en la materia, el viaje espacial propuesto en la película de Schaffner sería factible siempre que un vehículo pudiera surcar el espacio a una velocidad cercana a la de la luz. Siguiendo la teoría de la relatividad, las partículas materiales se mueven hacia delante en el tiempo, es decir hacia el futuro, y de un lado a otro en el espacio.




Al principio de la cinta observamos como en la nave comandada por Taylor existen dos relojes digitales, uno que marca el tiempo de viaje (14 de enero de 1972) y otro que marca el tiempo en La Tierra (24 de marzo de 2673). En ese momento, cuando Taylor entra en hibernación, los astronautas llevarían viajando 6 meses desde su despegue inicial en Cabo Cañaveral. Cuando se posan en el supuesto planeta de los simios, el tiempo transcurrido es de 1 año (12 meses) y esta vez el reloj que marca el tiempo terrestre señala el 25 de noviembre del 3978. Taylor y sus compañeros piensan que se encuentran en un planeta situado a 320 años luz de su base de despegue. Todos estos datos corroborarían las hipótesis del Dr. Otto Hasslein, por otra parte idénticas a la teoría propuesta por Albert Einstein. Este personaje, del que sólo se habla en esta película, tendrá un papel principal como villano en entregas posteriores, interpretado por el actor alemán Eric Braeden.


Queda claro que los ordenadores del sistema de navegación cumplieron su cometido trayendo de vuelta a casa a los intrépidos astronautas, si bien Taylor sólo se percataría de este detalle al final de la película. Quizás estuvieran programados para encontrar las coordenadas espaciales del planeta Tierra en el futuro, pues está claro que su posición planetaria no sería la misma 20 siglos después del despegue...


Sin embargo, en la versión dirigida por Tim Burton en 2001, el astronauta Donaldson y su chimpancé Pericles se desplazan en el espacio y en el tiempo atravesando supuestamente un agujero negro, al que se han visto empujados por una colosal tormenta electromagnética. Desde 1968, los físicos han ido desarrollando diferentes teorías que podrían explicar los desplazamientos a través del espacio y del tiempo. Una combinación de ellas (agujeros negros, agujeros de gusano y universos paralelos) es empleada por los guionistas William Broyles Jr, Lawrence Konner y Mark Rosenthal.


UNAS POSTRERAS VUELTAS DE TUERCA...


Según el equipo de John Simonetti, director del Astronomy Outreach Program del Departamento de Física de Virginia Teach, la teoría de las cuerdas trata de unificar el conocimiento de todas las fuerzas conocidas hasta el momento; según sus postulados podrían existir dimensiones espaciales extra, además de las tres que experimentamos a diario. Y para ello aluden a los agujeros negros, capaces de dilapidar su masa a través del tiempo emitiendo partículas (la llamada radiación Hawking) En teoría, si uno de estos agujeros estuviera orbitado por un púlsar (estrella de neutrones capaz de generar intensos campos electromagnéticos) pudiera crearse una cuarta dimensión... Esta información ha sido recientemente publicada en The Astrophysical Journal... 

La teoría de la inflación eterna postularía que instantes después del Big Bang, el espacio - tiempo se expandió a diferentes velocidades en lugares diferentes, lo que habría dado lugar a múltiples universos burbuja, cada uno de ellos funcionando por separado, con sus propias leyes físicas. Para los astrónomos, existen huellas duraderas de la colisión de estos universos burbuja con el nuestro presentes en la radiación cósmica de fondo de microondas (CMB), la radiación térmica que rellena el universo visible de manera casi uniforme.

Pero ¿podrían haber conocido en el año 2001 todas estas complicadas cuestiones físicas  los guionistas del planeta de los simios de Tim Burton?





DOS APUNTES FINALES.


1º/ Resulta sorprendente ver al jefe de una misión espacial fumando un cigarro dentro de la nave mientras graba con la mayor parsimonia sus últimas impresiones en el cuaderno de bitácora. Pero todavía resulta más inaudito contemplar al coronel Taylor apagando la colilla y guardándola en un bolsillo de su uniforme para volver a encenderla más tarde, mientras explora los desiertos páramos del planeta de los simios.


Tambien resulta un tanto machista el hecho de que la única mujer componente de la primera misión fallezca a la primera de cambio. A la rubia teniente Stewart (Dianne Stanley) los guionistas no le dejan pronunciar siquiera una palabra en toda la película...




En "La tabla rasa (la negación moderna de la naturaleza humana)" escribía Steven Pinker: "en 2001 se publicó la secuencia completa del genoma humano, y con él llegó la capacidad nueva y potente de identificar los genes y sus productos, incluidos aquellos que son activos en el cerebro. En la próxima década, los genetistas identificarán los genes que nos distinguen de los chimpancés; deducirán cuáles de ellos estuvieron sometidos a la selección natural durante los millones de años en que nuestros ancestros evolucionaron hasta ser humanos; determinarán qué combinaciones se asocian con las habilidades mentales normales, anormales y excepcionales; y empezarán a trazar la cadena de casualidad en el desarrollo fetal por la que los genes configuran los sistema cerebrales que nos permiten aprender, sentir y actuar..."


Como Peter Singer denuncia en su libro "Desacralizar la vida humana - Ensayos sobre ética": "hay chimpancés en los laboratorios que pasan en solitario su vida entera confinados en jaulas... Están sujetos a infecciones como la hepatitis y a todo tipo de virus, y desde el momento en que quedan infectados hasta que mueren , son objeto de constantes sangrías, biopsias y laparotomías..."


Quizás alguno de los guionistas de la saga del planeta de los simios haya leído a Noam Chomsky: "si asumes que no hay esperanza, garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que hay un instinto hacia la libertad, que hay una oportunidad para cambiar las cosas, entonces hay una opción de que puedas contribuir a hacer un mundo mejor. Esta es tu alternativa"...


Mientras la colonización de otros mundos continúe siendo una utopía, el ser humano está obligado a convivir respetuosamente con las demás especies de este planeta. A pesar del pesimismo de Arthur C. Clarke ("el futuro no es ya lo que solía ser"), los tiempos venideros se nos antojan apasionantes para la ciencia en general y para la medicina en especial. Lástima de ser mortales, pues no podremos estar allí para contemplarlo ni nadie podrá contárnoslo... Ni siquiera el nihilista Coronel Taylor...