lunes, 25 de febrero de 2008

PANICO EN LAS CALLES



RICHARD WIDMARK es el DR. CLINTON REED



JACK PALANCE es BLACKIE


La naturaleza dotó al actor Jack Palance de un aspecto malvado. Él supo explotarlo a la perfección; pero no se conformó solamente con vivir de su apariencia (talla elevada, pómulos prominentes, nariz rota, barbilla afilada y ojos rasgados), sino que además, con el paso del tiempo, se fue transformando en un gran actor. Por ello, ¿quién mejor que Palance para convertirse en el temible "Azote de Dios" en aquella recordada ficción cinematográfica filmada por Douglas Sirk en 1955 ("Atila, rey de los hunos")?. Y un lustro antes, un redomado malo por excelencia no podía ser otro: el papel que le tocó interpretar en "Pánico en las Calles" (Elia Kazan - 1950) también sería el de un despiadado bellaco.



En contraposición, nos encontramos con el bueno de Richard Widmark, en esta ocasión concentrando todos sus esfuerzos interpretativos en un personaje marcadamente humanitario, el Dr. Clinton Reed, el médico militar perteneciente al cuerpo de Salud Pública que investiga un posible brote de peste negra en Nueva Orleans.

Existe un precedente cinematográfico que también abordaba la temática de delincuencia, enfermedades infecciosas e investigación policial y epidemiológica. Se trata de la película titulada "Bowery Boy" (William Morgan, 1940), en la que el mafioso J.R. Mason (Roger Pryor) trafica con lotes cárnicos en mal estado. En este caso, el brote de botulismo será investigado por el Dr. Tom O´Hara (Dennis O´Keefe).


DENNIS O´KEEFE


Como es habitual en las obras de Kazan, nos encontramos ante una película redonda. Impecables interpretaciones con una magistral dirección de actores, cuidada localización de escenarios (sin forzar mucho la imaginación hasta podríamos percibir el clima húmedo y cálido de Nueva Orleans, el aroma dulzón de sus calles musicales, el olor a mar, a pescado y a la madera pudriéndose en sus muelles...) y un argumento en el que transcurren paralelas dos investigaciones:


  • La llevada a cabo por el capitan Tom Warren, veterano policía encarnado por el experimentado actor teatral Paul Douglas, encaminada al descubrimiento de los asesinos de un desafortunado inmigrante (¿tal vez armenio o de otra minoría turca, como el propio Kazan?). Éste había tenido la osadía de ganarle el dinero jugando a los naipes al villano local Blackie (en los créditos figura como Walter Jack Palance).


  • La del propio Ministerio de Sanidad norteamericano, encabezada por el teniente comandante de la Marina Clint Reed, que trata desesperadamente de evitar la propagación de una epidemia de peste neumónica, la virulenta enfermedad de la que era portador el asesinado, y cuyo agente etiológico es la bacteria Yersinia pestis.

En determinados episodios televisivos de las modernas series médicas, como por ejemplo en "House", sus guionistas han equiparado al médico con un detective en la búsqueda de pistas (síntomas, técnicas diagnósticas, incluso revisando los domicilios de los enfermos en la procura de pruebas patológicas...), intentando solucionar cada caso (curar y aliviar al paciente). También el cine ha reiterado la imagen del médico como la de un cazador de microbios ("Camino de la Jungla", Robert Mulligan - 1962). En este film, el Dr. Reed se aparta de los métodos tradicionales de la policía y se sumerge en los bajos fondos portuarios indagando sobre Kochak (Lewis Charles), el apestado muerto a balazos por Blakie el matón. Él, y no Warren, parece dirigir la investigación. Pero a medida que avanza la acción, un profundo respetuo mutuo parecer brotar entre ambos personajes, el rudo y experimentado hombre de ley, viudo y sin hijos, y el médico militar, casado y con un pequeño hijo, agobiado por su parca economía familiar y resignado a una vida laboral de funcionario.

Menciones especiales para Barbara Bel Geddes, que interpreta el papel de Nancy, la esforzada esposa del Dr. Reed, actriz habitual en algunos filmes del incomparable Alfred Hichtcock (como por ejemplo en "Vértigo" - 1958) y que alcanzaría una gran popularidad interpretando a la matriarca de la serie televisiva "Dallas". También muy loable se me antoja el papel secundario del felón Raymond Fitch (Zero Mostel).


BARBARA BEL GEDDES y RICHARD WIDMARK

En la Revista de Medicina y Cine 2 (2006): 89 -95, puede consultarse un interesante artículo sobre esta película firmado por Florencia Carabias. Imprescindible.

http://www.usal.es/~revistamedicinacine/Indice_2006/OBRA/PRINCIPAL21.htm

sábado, 23 de febrero de 2008

INSEPARABLES



Una sugerente tonalidad rojo cardenal tiñe de principio a fin esta turbadora película del director canadiense David Cronenberg ("Dead ringers" - 1988); desde los encarnados fondos de pantalla iniciales, sobre los que se proyectan los créditos artísticos y sus fantásticos dibujos (tal vez extraídos de antiguos tratados de Obstetricia), pasando por la escena en la que las enfermeras visten al Dr. Beverly Mantle (Jeremy Irons) con un futurista traje quirúrgico de ese extraño color, de la misma manera que arroparían al misterioso oficiante de una esotérica ceremonia de locura y muerte.



Y así, hasta el bermejo y espeso fluido hemático que se desliza por el sillón de exploración, en el momento en que ambos gemelos deciden su "separación" definitiva.




Esta ficción cinematográfica se basa en un suceso real: la trágica desaparición en 1975 de dos ginecólogos, los Drs. Steward y Cyrill Marcus, gemelos monocigóticos, que fueron encontrados por la policía en su aparatamento de Nueva York víctimas de una sobredosis. Ambos presentaban evidentes signos de automutilación, cadáveres abandonados en un macabro escenario repleto de sangre, basura y enajenación.


Los gemelos Marcus

El guión del film fue desarrollado conjuntamente por Norman Snider y el propio Cronenberg, inspirados en el libro "Twins" de los escritores Bari Wood y Jack Geasland, y que habían novelado el dramático final de los hermanos Marcus. En un principio, el actor William Hurt (¡y no James Woods, como algunos defienden!) iba a ser el elegido para interpretar el doble papel protagonista, pero al final, el seleccionado fue el manierista actor británico Jeremy Irons. Un magnífico acierto.



La sugerente banda sonora del oscarizado compositor musical Howard Shore despunta desde las primeras imágenes. Cronenberg nos muestra a unos jóvenes hermanos Mantle preocupados por cuestiones vitales ciertamente impropias para su edad - "los humanos no practicarían el sexo si vivieran en el agua" -. Con gafas y aspecto de empollones, absortos juegan a los médicos, pero revelándonos ya una cierta personalidad "especial".



Jonathan y Nicholas Haley

Desde niños, manejaban herramientas quirúrgicas inventadas por ellos, más adelante desarrolladas y perfeccionadas en su exitosa vida profesional adulta: el morculum (una especie de bisturí articulado con mango) y el manticulator (un retractor quirúrgico para intervenciones abdominales). Esta inquietante escena infantil me trajo a la memoria la terrorífica historia de aquellos otros niños gemelos, Niles y Holland, que con gran maestría unos años antes había llevado a las pantallas de cine el director Robert Mulligan ("El otro" - 1975).


Un detalle: cuando juegan a cirujanos, los gemelos Mantle mantienen sujeto al muñeco de plástico contra la mesa de operaciones mediante unos tubos de goma y pinzas, de la misma manera que inmovilizarán a Claire Niveau (Genèvieve Bujold) contra la estructura metálica de su cama (incluso provocándole isquemia en las manos y en los pies, que quedan amoratados ante la brutal obstrucción del retorno venoso) mientras uno de ellos (¿Bev?) le hace el amor.


Genèvieve Bujold es Claire Niveau


El drama se inicia cuando el Dr. Beverly Mantle explora a la popular actriz Claire Niveau en su clínica ginecológica, donde ella había acudido para tratar su infertilidad. El médico descubre que la paciente es portadora de un útero con tres cuellos, cada uno desembocando en una cavidad de la matriz, una malformación imposible que en el film se atribuye a una mutación.

Simplemente recordamos aquí que durante la semana 16 del desarrollo embrionario, se produce normalmente la fusión de los conductos de Müller, las estructuras responsables de la formación definitiva del aparato genital femenino. Si en dicha fusión existieran defectos podrían ocurrir las siguientes situaciones


  • duplicidad de genitales internos (muy rara e infrecuente), 
  • con mayor frecuencia un doble cuerpo uterino con doble cérvix y una vagina normal (útero bicorne bicollis), 
  • un útero doble con un sólo cuello y una vagina normal (útero bicorne unicollis),
  • un útero con una depresión en el fondo (útero arcuato). 
  • Las trifurcadas son inviables. 

Han corrido ríos de tinta (literatura, prensa científica, medios de comunicación, etc) sobre la particular relación afectiva que existe entre los hermanos gemelos, especialmente los monocigotos o univetilinos. Lo original de esta película radica precisamente en el planteamiento que David Cronenberg hace de estas situaciones. Un sentimiento positivo, como supuestamente es el amor, se convierte en el detonante de un desequilibrio mental en dos hermanos gemelos, inmersos en una sobrecogedora espiral de autodestrucción.

Otro dilema ético que plantea esta película se podría resumir en esta pregunta: ¿cómo es posible que dos gemelos monocigotos desarrollen personalidades tan dispares? En este caso, queda demostrado que la influencia de la educación y del entorno fue la misma para ambos: crecimiento dentro de la propia familia, valores culturales iguales, formación universitaria análoga, mismo lugar de trabajo... 



Por supuesto, la carga genética es idéntica, como si de dos clones se tratara. Pero mientras el cínico y sociable Elliot Mantle (¡el único que utiliza corbatas rojas!) hace rodar su vida sobre un eje puramente materialista (dinero, fama, reconocimiento público, sexo sin compromiso), en la película se retrata a su hermano Beverly, introspectivo, sensible, estudioso... y vulnerable. Incluso llegará a explotar violentamente cuando Claire insinúa que posee un nombre femenino...

En esta película de Cronenberg existe otra escena especialmente insinuante sobre el sexo entre gemelos: mientras Elliot descansa en su hotel después de impartir una conferencia, alguien le envía a su habitación a una pareja de gemelas idénticas, Mimsy y Coral (Jillian y Jacqueline Hennesy). El propio Elliot les sugiere: - "me gustaría saber quién es quién...", con el deseo inconsciente de no verse atrapado en la misma suplantación sexual que habitualmente él practica con su hermano Bev.


Las gemelas Hennesy


Dejemos en el aire una pregunta abierta: ¿estaban afectados los gemelos Mantle por un trastorno de la personalidad, Elliot (narcisista) y Berverly (esquizoide)?

LA DROGODEPENDENCIA DE LOS HERMANOS MANTLE

Claire aporta el amor a la vida de Beverly. Sin saberlo en un primer momento, tras pasar una primera noche de lujuria y pasión entre los brazos de Elliot (nótese desde entonces siempre presente el sexo sadomasoquista en las escenas eróticas de este film), realmente se enamorará del "buen" gemelo. Como en aquel poema de Luisa Castro, una de mis poetisas favoritas: "Gota a gota vamos haciéndonos este amor malo/ desordenado y/ letal/" ("Los versos del eunuco" - Hiperión, 1986).



Jeremy Irons y Genèvieve Bujold son Beverly/Elliot Mantle y Claire Niveau

Amor letal en muchas maneras, pues la misma Claire introduce a Berverly en el consumo de anfetaminas y barbitúricos. Él se convierte en un adicto a los fármacos; Elliot terminará igual, por ese extraño vínculo espiritual que une a los gemelos. En el listado siguiente existen drogas adictivas y otros fármacos consumidos por los Mantle para aliviar síntomas específicos derivados de su toxicomanía:
  • ANFETAMINAS: la actriz consume resina de dextroanfetamina, familiarmente conocida como "dex", fármaco que le han prescrito para no engordar. Para contrarrestar sus incómodos efectos secundarios también consume sedantes. Berverly comienza a tomar anfetaminas, para poder mantener el estresante tono vital al que le somete Elliot. Claire le pregunta a Bev si toma drogas. Él responde negativamente, pero añade: "bueno, contra el dolor...; el dolor crea deformación de la personalidad. Es sencillamente innecesario".

  • SECONAL: el secobarbital se ha empleado para el tratamiento del insomnio y como inductor del sueño en anestesia prequirúrgica. Es un fármaco peligroso, pues enseguida desarrolla tolerancia y dependencia. Se hizo muy famoso por ser el causante de la muerte por suicidio de la todavía hoy en día llorada Marilyn Monroe. Cuando Claire le da una de estas pastillas a Bev, le susurrará al oído: "te aseguro que no soñarás..."
  • DILAUDID: hidromorfina, narcótico de la familia de la morfina, que puede ser consumido en grageas, líquido, supositorio o inyección, fuertemente adictiva y desarrolladora de tolerancia. 
  • BUTOXAMINA: fármaco betabloqueante de segunda generación, con mayor apetencia por los receptores Beta2 de la adrenalina, presentes sobre todo en pulmón, páncreas y aparato vascular. Entre otros múltiples usos y empleos (hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca congestiva, glaucoma de ángulo abierto, crisis migrañosas...), para el caso que estamos tratando incrementan el tono de la musculatura uterina. A dosis elevadas tienen efecto anestésico local. Como efectos secundarios, en la esfera sexual, pueden provocar impotencia y disminución de la líbido. En la película, Elliot le proporciona este fármaco a Berverly informándole que si lo utiliza en sus relaciones "el sexo arderá como en Nagasaki". Al igual que las anfetaminas, este fármaco también puede producir pesadillas, como las que frecuentemente acosan a Bev cuando consigue dormir.
  • DILANTIN: su principio activo es la fenitoína, medicamento utilizado para el tratamiento de las convulsiones. Los gemelos Mantle la utilizan para evitar los espasmos que les pueden provocar las otras drogas. 
  • PERCODAN: combinación de dos analgésicos: el narcótico oxicodona y el archipopular ácido acetilsalicílico. Se emplea para tratar el dolor moderado y moderadamente intenso.
  • ALCOHOL: la mezcla de etanol y drogas resulta especialmente peligrosa. En esta ficción cinematográfica constatamos el consumo habitual de bebidas alcohólicas por los hermanos Mantle. 
La toxicomanía hace que Bev pierda el contacto con la realidad, utilizando con una paciente el retractor Mantle en lugar de un espéculo de exploración ginecológica. Asistimos al desencadenamiento de un delirio, pues él piensa que está atendiendo a enfermas mutantes, de apariencia normal, pero con impensables deformidades internas. 

Esta creencia absurda le lleva a encargarle a Anders Wolleck (Stephen Lack), un escultor especializado en metal, la fabricación de un equipo instrumental quirúrgico ginecológico especial para tratar a mujeres mutantes. El delirio progresará hasta afectar también a Elliot. Los dos hermanos terminarán por asumir las personalidades de los famosos siameses Chang y Eng (1811 - 1874), unidos por el tórax, y que durante años actuaron con gran éxito en exhibiciones circenses.




"Conjoined twins" (National Museum of Health and Medicine).
Prof. Jas. Mundie (Flickr)

El final de los Mantle vendrá provocado por la eventración de Elliot a manos de Beverly. El material quirúrgico especial para operar a mutantes servirá para separar definitivivamente a los dos gemelos. Elliot muere desangrado y Beverly por sobredosis. La tonalidad y el empleo del claroscuro en la hermosa escena en la que ambos cadáveres yacen abrazados son propios de una estampa como la del "Cristo yacente" de Andrea Mantegna.


Finalmente, destacamos una sugerente escena que tiene lugar en el apartamento compartido por los hermanos Mantle. Los dos bailan a la vez, abrazados a Cary (Heidi Von Palleske), la novia de Elliot, mientras el tema que suena de fondo es "In the still of the night", éxito doo wop de 1954 popularizado por el grupo The Five Satins. Una reliquia musical recuperada que le agradezco especialmente a David Cronenberg.

martes, 19 de febrero de 2008

UNA MENTE MARAVILLOSA


RUSSELL CROWE es JOHN FORBES NASH Jr

Una de las experiencias más impactantes que he vivido durante el ejercicio de la medicina fue el asistir al brote esquizofrénico de un paciente que se encontraba a tratamiento para deshabituación etílica. De repente, la irrealidad de las alucinaciones visuales y auditivas se apoderó de su mente, su mirada permaneció extraviada, como perdida en el limbo y su discurso se volvió verborreico e inconexo. Comenzó a experimentar vívidamente un delirio y antes de que su cuadro empeorara, los servicios de emergencias lo trasladaron a una unidad psiquiátrica especializada en enfermos agudos...

Según Enrique Zamorano Bayarri, médico especialista en Psiquiatría miembro del grupo de trabajo sobre Salud Mental de la SEMERGEN, no resulta fácil que la esquizofrenia debute de manera florida. Mucho más habitual son los cambios conductuales insidiosos, encontrándonos con pacientes descuidados, retraídos y desorganizados. Tras un breve período de tiempo, que no suele superar el mes, aparecen los síntomas positivos (delirios y alucinaciones), permaneciendo ausente la consciencia de enfermedad. A posteriori, y sobre todo el entorno que rodea al enfermo (familia, amistades) se percata de un cambio significativo respecto a la personalidad preexistente, debutando entonces los síntomas negativos (descuido de la higiene, retraimiento, variaciones inexplicables del comportamiento, alteraciones dietéticas y disrupción de la alternancia sueño/vigilia. Finalmente, puede aparecer toda la clínica típica de un trastorno psicótico agudo: delirios, alucinaciones, ideas persecutorias y de auto-referencia, sensación de pensamiento robado, etc.

http://www.novartisformacion.com/campus/curso.php?sid=4b705a809ded97dafc26fa8a2d418b51&aid=2&oid=1238

Dejando a un lado la práctica médica y retornando al mundo de la ficción cinematográfica, tengo muy claro que si algún día un valiente fuera capaz de escribir la imposible historia general del cine, el capítulo referente al tratamiento de las enfermedades mentales ocuparía cientos de páginas, tal vez miles, quizás un tomo entero repelto de información en tan ambicioso trabajo enciclopédico.


Aunque no es una de mis favoritas, confieso que la película "Una mente prodigiosa" (Ron Howard, 2001) me sorprendió gratamente, aunque a priori, me acomodé ante la pantalla con una serie de prejuicios. El primero y principal, la presencia de Russell Crowe como protagonista, recreando en su interpretación al genial matemático John Forbes Nash. Demasiado músculo oscarizado recordándome al general romano Máximo Décimo Meridio de "Gladiator" (Ridley Scott, 2000), o al rudo y viril policía Bud White de la soberbia "L.A. Confidential" (Curtis Hanson, 1997). Si me hubieran permitido ser el director de esta película, a buen seguro hubiera elegido a Daniel Day - Lewis para el papel de Nash. Pero tengo que reconocer que Crowe realizó un trabajo impresionante, por el que fue nominado al Óscar como mejor actor, y que en mi opinión merecía claramente más dicho galardón por este esfuerzo que aquel otro que le otorgó un año antes la Academia de Hollywood por representar al desafortunado militar gladiador romano. Ron Howard eligió a Crowe porque debía representar a un personaje que entonces era el "Adonis de la profesión", además de por su extraordinaria capacidad para la comunicación no verbal. Con todo ello, el rodaje de "Una mente maravillosa" comenzó al día siguiente de haber recibido Crowe el Óscar por "Gladiator".


Pero, ¿desde cuando padecía John Nash su esquizofrenia?. Teniendo en cuenta solamente la presentación patológica en el sexo masculino, esta enfermedad psiquiátrica suele debutar entre los 15 y los 25 años. Conocemos por su biografía que la infancia de John Nash transcurrió en circunstancias especiales. En la escena inicial de la película, mientras el profesor Helinger (Judd Hirsch) agradece a los matemáticos de Princeton su colaboración por descifrar los códigos del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial, observamos al personaje de Nash retraído, circunspecto, silencioso, absorto en sus pensamientos...; el verdadero John Forbes Nash Jr. nació el 13 de junio de 1928, en Bluefield (Virgina Occidental - EEUU). Entró en la Universidad de Princeton en 1948, para disfrutar de una beca de doctorado en matemáticas (la prestigiosa beca Carnegie). Por lo tanto, la película comenzaría mostrándonos un Nash de apenas 20 años.

Siguiendo los comentarios que el propio director Ron Howard hizo de esta película, desarrolla en ella una preciosa escena, visual y cromática en extremo, donde la cámara juega con la refracción de la luz que atraviesa el cristal tallado de un vaso de ponche, y la asocia con las formas circulares de las rodajas de un limón cortadas sobre un plato. Ambas confluirán, como por arte de magia, en la corbata colorista que porta su compañero Ainsley (Jason Gray - Standford), complemento que por cierto, a nuestro genio de las matemáticas le pareció excesivamente chabacano. John Nash no piensa en los números, sino que más bien juega con las formas y sus relaciones. En este y otros aspectos, su personaje contradice lo que algunos psiquiatras defienden sobre el déficit cognitivo de los esquizofrénicos. Con su enfermedad más avanzada, y ante la sorpresa de los especialistas que le trataban, incapaces de entender cómo un hombre de su inteligencia y capacidad podía creer en extrañas conspiraciones, Nash les contó que los pensamientos irracionales acudían a su mente de la misma manera que lo hacía su portentosa clarividencia matemática.

En su tocadiscos de Princeton, Nash escucha motetes, música polifónica originaria del siglo XIII, de temática bíblica y que solía cantarse en las iglesias. Se trata de una composición musical especialmente matemática en su estructura. En esta banda sonora disfrutamos de "Columba aspexit", de Hildegard of Binge. Las palomas están muy presentes en toda la película...


http://es.wikipedia.org/wiki/Motete_(m%C3%BAsica)


Clásicamente, los síntomas de la esquizofrenia se han dividido en positivos y negativos:


POSITIVOS: manifestaciones específicas del enfermo y que las personas "normales" no suelen presentar; por ejemplo:

  • ALUCINACIONES: percepciones individuales sin estímulo externo. El paciente es incapaz de discernir entre lo que es una vivencia propia de su interior y lo que verdaderamente existe en el mundo exterior ("engaño de los sentidos"). Según su naturaleza, pueden ser auditivas, visuales, táctiles, gustativas, olfativas... En este film, las alucinaciones auditivas (una tos o una voz) suelen preceder a las visuales (com por ejemplo en la aparición del rubio "amigo" Charles Herman - interpretado con solvencia por el joven actor Paul Bettany). Según Akiva Goldsman, que escribió el guión de la película basándose en el libro homónimo de Sylvia Nasar, esta alucinación conocida como Charles representa para John Nash todo aquello de lo que él mismo carece: comunicación, amistad, extroversión..., humanismo. En mi modesta opinión, el mayor mérito de Ron Howard en la realización de esta película es hacernos creer como espectadores que las alucinaciones que ve y oye el protagonista son reales: nos hace sentirlas nuestras desde el punto de vista del personaje. De esta sutil manera, nos encontraremos capacitados para comprneder tanto sufrimiento del enfermo, para ponernos en su lugar gracias a la empatía. A propósito de las alucinaciones paranóicas de Nash, estima el guionista de este film que éstas crean "fundamentos" en las personas afectadas, "explicaciones racionales" de por qué nadie puede percibir lo que el esquizofrénico ve o escucha (según Nash, Parcher le ha inyectado a Charles un suero para hacerlo invisible). El primer encuentro y la relación entre John y su "ilusión" Charles queda enmarcado en el idílico entorno universitario de Princeton; me trae a la memoria aquel otro que protagonizaron en Oxford los personajes de Charles Ryder (Jeremy Irons) y Lord Sebastian Flyte (Anthony Andrews), en aquella obra maestra dirigida en 1981 bajo el nombre de "Retorno a Brideshead" por Charles Sturridge y Michael Lindsay - Hogg, una edificante serie británica estrenada por Granada TV, según la novela del controvertido escritor Evelyn Waugh. Una amistad para siempre, ¿un amor homosexual?.


  • DELIRIOS: según los psiquiatras, se trata de convicciones patológicas erróneas, manifestadas a pesar de ser contrarias a la razón y a la sensatez. También pueden ser de diferentes tipos: de persecución, de culpa, de grandeza, religiosos, somáticos...; durante la película, Nash precisamente sufre frecuentes delirios de persecución, lo que nos permitiría clasificar su trastorno como esquizofrenia paranoide.

  • TRASTORNOS DEL PENSAMIENTO: cierta manera peculiar de hablar y de expresarse nos revela un pensamiento trastornado. El enfermo refiere fuga de ideas, imposiciones, control por parte de extraños, descarrilamientos verbales, distraibilidad, presión del habla, ilogicidad... En este caso, resulta reveladora la escena en la que Nash trata de impartir una lección magistral en la universidad, mientras identifica como perseguidores a los ayudantes del Dr. Rosen (Christopher Plummer), el psiquiatra que terminará por internarlo en un sanatorio.

  • OTROS SINTOMAS: afectivos, como hiperexcitabilidad y ansiedad (ese Nash angustiado que tiembla ante la notación matemática que abarrota los cristales de las ventanas de su cuarto en Princeton)...; vegetativos, como insomnio, diaforesis, palpitaciones...; y motrices, como conductas repetitivas, comportamiento agresivo y movimientos extraños y absurdos, como en aquella escena en la que Nash se pasea descalzo por la biblioteca detrás de su alucinación - Charles..., o aquella otra en la que realmente lucha contra la nada, persiguiendo a la alucinación de Parcher mientras le grita que es irreal. La muy lograda interpretación de Russell Crowe nos proporciona ejemplos de casi todos ellos. Recordemos aquí que el verdadero John Nash acompañó al actor y al director en el plató en repetidas ocasiones durante la filmación.

NEGATIVOS: en este caso, hacen referencia a aquellas habilidades que el paciente esquizofrénico deja de desarrollar, mantenidas, sin embargo, por los sujetos "normales".

  • DÉFICIT AFECTIVO: capacidad emocional mermada, por ejemplo, facies inexpresiva, carencia de lenguaje no verbal, mirada huidiza, habla monótona, risa injustificada (como cuando Nash acaba de ser abofeteado por una chica en el pub del campus - en la realidad, un bar que existe verdaderamente en Brooklyn), escasez de ademanes y movimientos expontáneos abolidos. Algunos de estos sí están claramente presentes en la interpretación de Crowe.

  • ALOGIA: empobrecimiento cognitivo, con carencias en el lenguaje, respuestas de pobre contenido, bloqueos, tardanza en contestar, silencios injustificados... Incluso la alucinación de la pequeña Marcee (Vivien Cardone), sobrina del amigo "imaginario" Charles, llega a manifestarle a Nash la rareza de su habla.

  • ABULIA - APATÍA: la falta de energía y de interés afectan al Nash más deteriorado por su enfermedad, efecto tal vez magnificado por los efectos del internamiento psiquiátrico, de los choques insulínicos, de la medicación neuroléptica, con sus desagradables efectos secundarios.

  • ANHEDONIA - INSOCIABILIDAD: resulta representativo el déficit de habilidades sociales de Nash, incapaz de acercarse a las muchachas sin ir directamente al grano, "al intercambio de fluidos", proponiéndoles ya de entrada sexo puro y duro, con nefastos resultados, por supuesto. Tampoco sabe qué hacer cuando su alumna y futura esposa Alice le invita a cenar en su primera cita romántica.

  • FALTA DE ATENCIÓN: desde luego, este síntoma no lo tenía Nash, capaz de concentrarse en su trabajo incluso sentado en una mesa del pub universitario, rodeado del ruido de las mesas de billar y de la música de la gramola. Lo mismo ocurre cuando llega al Pentágono y permanece horas y horas delante de series de números en clave sin apenas fatigarse, hasta descubrir el código buscado por los militares, justo antes de encontarse con su alucinación más desesperante: el enigmático William Parcher, el hombre de negro, o como dice el guinonista Akiva Goldsman en clave freudiana, una figura paternal, su superego, interpretado por el siempre formidable y perfecto Ed Harris. Es también característica la magnífica capacidad intuitiva de Nash, parte esencial de su genialidad y virtuosismo matemático. Gracias a su sagacidad descubre las teorías sobre el juego cooperativo y no cooperativo, así como el afamado "Equilibrio de Nash". Su tesis doctoral, base del futuro Premio Nobel en 1994, ocupó apenas unos 30 folios.

http://es.wikipedia.org/wiki/Equilibrio_de_Nash


EL TRATAMIENTO DE LA ESQUIZOFRENIA: tan expectacular como el electroshock, el shock o choque insulínico también fue muy popular a mediados del siglo XX en el tratamiento de los estados catatónicos de los pacientes esquizofrénicos y en aquellos casos refractarios a la terapia farmacológica, porque provocaba convulsiones y pérdida de la conciencia. El inventor de esta técnica fue M.J. Sackel, que recomendaba aplicarla durante ¡100 días consecutivos!. En el film que nos ocupa, a Nash le aplican tratamientos con choques insulínicos 5 días de cada semana, durante un total de 10 semanas. Respecto a los neurolépticos, los primeros fármacos aparecieron en la década de los 50: Haloperidol (el antipsicótico clásico y típico), Largactil (clorpromacina), Meleril (clorhidrato de tioridazina)..., todos ellos efectivos, aunque con importantes efectos secundarios, que incluso pueden provocar un fatal desenlace, el conocido "síndrome neuroléptico maligno". La intolerancia a estos efectos secundarios (incluyendo impotencia) hará que John Nash incumpla el tratamiento y será la causa de varias recaidas.


ALICIA LARDÉ: impartiendo clases en el prestigioso MIT (siglas del Instituto Tecnológico de Masachussetts), Nash conocerá a su esposa Alicia, compañera de tribulaciones y su único apoyo para rescatarle del oscuro pozo de su enfermedad. Esta denodada mujer es interpretada por la actriz neoyorkina Jenniffer Conolly, merecedora por este trabajo del Óscar a la mejor actriza secundaria en el año 2002. Actriz fetiche de este blog, de la que ya hemos comentado anteriormente en el epígrafe sobre "Requiem por un sueño" (Darren Aronofsky, 2000).


En un fenomenal libro recomendado en este blog, "El cine y las enfermedades mentales" - firmado por Wedding, Boyd y Niemiee, podemos leer al respecto: "pocas películas retratan la influencia de una enfermedad mental grave en los familiares sanos. La última parte de esta película muestra a la esposa de John Nash, Alicia, que tiene una función importante cuando le ayuda a vivir con las realidades de la esquizofrenia"...


Para los que deseen ampliar información sobre la gestación y la realización de esta película:


http://www.labutaca.net/52berlinale/unamentemaravillosa.htm



Como ya viene siendo habitual en este blog, mención especial para la sublime banda sonora de James Horner, que impregna de un halo misterioso todo el film, desde la obertura con los créditos iniciales, hasta el desfile final de las letras brillantes sobre la negra pantalla. Y entre tanta belleza, no podía faltar una obra de Wolfgang Amadeus Mozart, una de las favoritas de Nash (¡y mía también!): el andante grazioso de la Sonata para piano nº 11 en La mayor, K.331.

martes, 12 de febrero de 2008

ALL THAT JAZZ



ROY SCHEIDER es JOHN GIDEON

Parafraseando el título del excelente trabajo realizado (como director y protagonista) por Tommy Lee Jones en "Los tres entierros de Melquiades Estrada" (2005), a lo largo de su existencia el actor Roy Scheider también sobrellevaría tres simbólicas muertes: la última, la más desafortunada, sería su propia y reciente desaparición de este mundo como ser humano, luchando encarnizadamente contra el padecimiento de un mieloma múltiple. La prensa se ha hecho eco de su óbito recordándolo especialmente por su papel de jefe de policía en "Tiburón" (Steven Speilberg - 1975).


Una segunda e ilusoria muerte suya en las pantallas cinematográficas, además famosa y recordada por muchos cinéfilos, la sufriría a manos del Dr. Christian Szell ("El Ángel Blanco"), un criminal médico huído de la justicia a Sudamérica tras la derrota nazi en la Segunda Guerra Mundial; siniestro personaje, interpretado por el maestro Sir Laurence Olivier, que le daba al pobre Roy pasaporte para el otro mundo mediante una serie de puñaladas en el abdomen, tras un ataque alevoso y traicionero. Ocurría en "Marathon Man" (John Schlesinger - 1976), donde Scheider representó el papel de Henry "Doc" Levy, el hermano mayor de Thomas "Babe" Levy, aquel atormentado corredor de fondo recreado por un inolvidable Dustin Hoffman.


Sin embargo, si se me permite admirar, yo prefiero al Roy Scheider que interpretó la vida y la muerte del coreógrafo Joe Gideon en el film "All that Jazz" (Bob Fosse - 1979), más conocida en España por el título "Empieza el espectáculo". Resulta que el espectáculo vital de este atribulado personaje comienza rutinariamente cada mañana acompañado por los acordes del movimiento "Presto" del Concierto en sol mayor RV 151, también conocido como "Concerto alla rustica", obra y arte del inmortal maestro barroco Antonio Vivaldi. Este dato musical no aparece en ninguna parte: ni en los créditos de la película, ni en las fichas cinematográficas de la misma, ni siquiera en la banda sonora de la película (que más adelante comentaremos). Se lo debo a la eficacia auditiva de mi colega y amigo el Dr. Ramón Vázquez Modroño, que actualmente desarrolla su labor profesional como médico de familia en el Centro de Saúde "A Cuña", en la muy hermosa ciudad de Ourense (¡visíntela!). Una reconfortante ducha caliente, unas gotas de Visine en los enrojecidos ojos, unos antiácidos y unas anfetaminas completan el cuadro.


Estrés profesional, alcohol, promiscuidad sexual, drogas (más en concreto, desidrina, comprimidos de 5 mg, recetadas por un tal Dr. Hyman), otros fármacos (en realidad, ¿serán Alka Seltzer las pastillas efervescentes que Gideon se toma a pares cada mañana?), y fundamentalmente tabaco, mucho tabaco, millares de cigarrillos de la marca Camel que contribuirían cada uno con su modesto granito de arena al final de los días de tan especial personaje, siempre vestido de negro y calzado con unas sempiternas botas de montar. Se hace constar en la siguiente fotografía el enorme parecido del Bob Fosse real con el del Joe Gideon de la ficción:



Por cierto, la crítica del estamento médico realizada por Bob Fosse en esta película es demoledora y despiadada. Tres ejemplos:

  1. Joe Gideon repasa con su equipo en la sala de montaje fragmentos de un monólogo recitado por su alter ego, el actor cómico Davis Newman (interpretado por un histriónico y estrábico Cliff Gorman). Para los cinéfilos, esta escena representa un claro guiño a "Lenny", dirigida por el propio Bob Fosse en 1974, basada en la vida del humorista Lenny Bruce, y protagonizada (¡una vez más!) por... Dustin Hoffman. El pitorreo de estas imágenes hace sangre sobre las teorías de la psiquiatra y tanatóloga helvético - americana Elisabeth Kubler - Ross (1926 - 2004), autora en 1969 del clásico "Sobre la muerte y los moribundos", y en especial sobre las cinco fases por ella descritas en referencia al abordaje de la idea de la muerte por un enfermo terminal: cólera, negación, pacto, depresión y aceptación... ("suena a bufete de abogados judíos", se mofa el showman en el diálogo).
  2. Especialmente grotesca es la escena en la que Gideon, colilla en boca, es auscultado por el médico de la compañía aseguradora, un individuo que fuma compulsivamente y que apenas puede hablar acosado por ataques de tos.
  3. Gideon lleva un cierto tiempo sufriendo dolores en su brazo izquierdo, súbitos accesos de sudoración y náuseas con vómitos, supuestamente producidos por sus dolores precordiales. Tras una primera lectura del guión de su coreografía, cuando termina en el Servicio de Urgencias, el Dr. Ballinger (Michael Tolan) le informa que está sufriendo contínuas crisis de angina de pecho. Gideon comenta despectivamente: - "¿qué saben los médicos?..., me curaré dándole unos retoques al guión..., déjame que hable yo con la estrella..."; discutiendo con el cardiólogo sufrirá una nueva crisis de angor. Parece ser que las escenas hospitalarias de este film fueron rodadas en las instalaciones del Hospital St. Luke´s de Nueva York (intervención cirugía cardíaca a corazón abierto) y en las del prestigioso Mount Sinai, de Queens. Allí Gideon convalece, se emborracha, se fuga, fuma a escondidas, mete mano a las enfermeras, empeora, y finalmente muere.

Durante toda la película, resulta paradigmática la plática sostenida por Gideon con Angelique (una bellísima y principiante Jessica Lange, a la que el propio Fosse cortejaría durante el rodaje), en el rol de la seductora emisaria de la muerte (cuando no, en el de la propia Innombrable), "- el ángel de la muerte o el ángel de la vida -", como comenta Roy Scheider en el material adicional de la película. Juntos repasarán su vida, sus éxitos, sus fracasos, sus conquistas..., constituyendo el contrapunto cómico y festivo de aquel otro dramático tour de force que mantuvieron el caballero medieval Antonius Block (Max Von Sydow), siempre vestido de negro, y La Muerte (Bengt Ekerot), ante la cual terminará sucumbiendo mientras disputa una simbólica partida de ajedrez en el clásico "El séptimo sello" (Ingmar Bergman - 1956). Antoni Messa i Freixas, en su ameno "Spaulding´s blog" realiza unas puntualizaciones críticas diferentes para esta comparación cinematográfica, que debe ser tenida en cuenta.

http://spauld.blogspot.com/2005/12/ustedes-lo-han-querido-all-that-jazz.html

Destacamos también la preciosidad de la coreografía de los números musicales: la selección inicial de los bailarines aspirantes en el Palace Theater, la danza doméstica de la hija y la novia de Gideon (Kate Jagger interpretada por la bailarina Ann Reinking, que dos años antes también había sido la novia de Bob Fosse) en su duplex neoyorquino (dirección: 61 W., 58 St.), el dúo intimista de Gideon y su propia hija en la sala de ballet y la apoteosis final en la que el protagonista muere sobre el escenario, que tanto remeda el éxito de un fabuloso programa televisivo de variedades, magistralmente dirigido por el soulman O´Connor Flood (interpretado por el electrizante Ben Vereen). Si no me creen, pasen y vean el tremendo video de la canción "Bye, bye, life":

http://www.youtube.com/watch?v=bNcl0L7eJUY

Oscarizada banda sonora de Ralph Burns, en la que además destacamos un éxito musical de entonces, el tema funky de George Benson titulado "On Broadway". En el siguiente vínculo podrán ver al mismísimo guitarrista interpretando este popular tema:

http://vids.myspace.com/index.cfm?fuseaction=vids.individual&videoid=18473802

CURIOSIDADES: antes de elegir a Roy Scheider para el papel de Joe Gideon, se había pensado en Richard Dreyfuss, que lo rechazó por su antipatía mutua con Fosse.

Esta película ganó 4 Óscars en 1980: mejor dirección artística y decorados, mejor vestuario, mejor edición y mejor banda sonora. Roy Scheider estuvo nominado al premio al mejor actor principal y Bob Fosse al mejor director, y al mejor guión adaptado junto con el co - autor Robert Alan Authur.

El papel del simpático pelirrojo compositor musical Paul Dann fue interpretado por Anthony Holland, que se suicidó en Nueva York en 1988. Estaba enfermo de SIDA. Compartió reparto con Roy Scheider en "Klute" (Alan J. Pakula - 1971), un thriller policíaco que le supuso a Jane Fonda el Óscar como mejor actriz.

Más información sobre esta película en el estupendo blog "Kane 3":

http://www.kane3.es/cine/noticia.php?id_total=125

sábado, 9 de febrero de 2008

EL SECRETO DE VERA DRAKE



IMELDA STAUTON es VERA DRAKE


  • La primera píldora anticonceptiva, de nombre Enovid (con 10 mgr del estrógeno noretinodrel y 0.15 mgr del progestágeno mestranol), fue comercializada en 1957 por la compañía farmacéutica Searle, con sede en Chicago; destinada en un principio al tratamiento de pacientes con trastornos menstruales, después de una etapa más o menos cuestionable de "experimentación", llevada a cabo por las autoridades sanitarias norteamericanas con mujeres portorriqueñas, esta píldora sería finalmente aprobada como fármaco contraceptivo por la FDA en mayo de 1960. Un año más tarde, en 1961, la empresa farmacéutica alemana Schering obtendría la aprobación para comercializar su anovulatorio Anovlar (con 4 mg de noretisterona y 0,05 mg de etinilestradiol).

  • La historia del dispositivo intrauterino (DIU) se inicia en 1920 con los trabajos pioneros del médico alemán Ernst Gräfenberg, que publicaría sus primeros resultados en 1930. Con el ascenso al poder del partido nazi, firme defensor de unas tesis contrarias a cualquier tipo de anticoncepción (pero sin embargo favorables a la eugenesia, la pureza de la sangre y la limpieza étnica), Gräfenberg va a parar con sus huesos a la cárcel, siendo liberado por los aliados al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Murió en Nueva York, en 1955, olvidado por todos. Pero será en la década de los 60, con el desarrollo del polietileno, cuando se generaliza el uso de los llamados "DIU inertes", del cual es un ejemplo paradigmático el clásico modelo diseñado por Lazer Margulis (SAFE - T - Coil), recubierto de sulfato de bario para poder ser detectado con una exploración radiológica.

  • Pues bien, a principios de la década de los 50, en una Inglaterra que trata de recuperar su normalidad sumida en los rigores de la posguerra, el director Mike Leigh sitúa el escenario de la dramática historia de "El secreto de Vera Drake", una narración de crimen y castigo protagonizada por la laureada actriz británica Imelda Staunton, en una soberbia interpretación merecedora de la nominación al Oscar a la mejor actriz en el 2004. Vera, la moderna buena samaritana, una encantadora y servicial ama de casa de los suburbios del norte de Londres, que vive apaciblemente en dicha barriada obrera (los edificios Essex) en compañía de su esposo Stan (Phil Davis) y de sus hijos Ethel (Alex Kelly) y Sid (Daniel Mays), lleva a cabo una actividad subrepticia ayudando a otras mujeres a abortar. Partidario del aborto por causas sociales, Mike Leigh retrata en este film la contradicción que supone el mismo hecho de abortar para las mujeres de las clases pudientes, a las que pertenece por ejemplo el personaje de la joven Susan (Sally Hawkins), que habiendo sido violada por su propio novio, consigue interrumpir su embarazo en una clínica particular por unas 150 libras, frente a las prostitutas, madres de familias numerosas, inmigrantes y proletarias británicas que se ven empujadas a los brazos de las aborteras, poniendo en peligro su propia existencia.

  • Durante toda la película, Vera Drake jamás pronunciará la palabra "aborto". Ante la pregunta de sus clientas sobre qué les va a ocurrir, ella les responde lacónicamente: "irás al baño, sangrarás y todo se te irá..." Incluso cuando es detenida por la policía, durante el interrogatorio insistirá una y otra vez que ella se dedicaba a ayudar a mujeres jóvenes "con problemas". Nunca mencionará interrupción del embarazo. Todo su instrumental lo forman una jeringa Higginson (así denominada en honor de su inventor, el cirujano inglés Alfred Higginson, que diseñó una jeringa con válvula para enemas), un rallador de queso, un jabón de fenol y una botella de líquido desinfectante. Ella prepara con destreza una solución jabonosa que introducirá dentro del útero de sus "pacientes", con la finalidad de provocarles un aborto. El líquido así inyectado tiene un efecto caústico y corrosivo sobre el endometrio, provocando el desprendimiento del saco gestacional y de paso la muerte embrionaria por intoxicación y asfixia. Esta intervención conlleva múltiples riesgos para la paciente, destacando la infección local, la necrosis endometrial, la posibilidad de una embolia gaseosa y de un aborto séptico. Precísamente Pamela Burns, la última "víctima" de Vera Drake, sufrirá un cuadro de abdomen agudo que obligará a su hospitalización urgente y a la práctica de un legrado quirúrgico para salvar su vida. Este hecho será el principio del fin de la actividad secreta de la protagonista.

  • FINAL ABIERTO: el magistrado condena a Vera a dos años y medio de prisión. Ya en la cárcel, nuestra protagonista conoce a otras dos aborteras que cumplen penas mayores por reincidentes. Mientras Vera asciende las escalerillas metálicas de la prisión, en busca de su celda, se sumerge profundamente en sus pensamientos... En 1967, en virtud de la llamada Ley sobre libertad de aborto, Gran Bretaña despenalizó esta práctica, exigiendo el visto bueno de dos médicos. Aunque el propio Mike Leigh declaró su intención de no caer en el maniqueismo, resulta notorio que el personaje de Vera Drake fue dotado de una enorme dulzura y bondad, claramente opuesto al de su impertinente cuñada Joyce (Heather Craney), que ve malograda la alegría de su embarazo por la detención de Vera.

  • Como viene siendo habitual, destacamos la banda sonora del film, por su especial sensibilidad a la hora de emplear la pieza de Edward Elgar titulada "Salut D´Amour", interpretada por Rosemary Warren - Green a la viola e Ian Brown al piano, y "Calling All Workers", de Eric Coates, con un lánguido coro de sopranos grabado en los años 40. Ejemplar se nos antoja también la puesta en escena, la fotografía, la ambientación y el vestuario, así como el trabajo de todos los actores del reparto, fieles exponentes de la sobria escuela interpretativa de las Islas Británicas.

  • LA TETERA de VERA: son muchas las escenas en las que Vera Drake prepara el té para sus convidados. En su hogar, Vera adorna su tetera con una funda de lana en tonos verdes, seguramente calcetada por ella misma, coronada con un pompón del mismo color. La presencia de este objeto doméstico planea sobre toda la película, en contraposición al equipo de la protagonista, una humilde bolsa de tela donde guarda el material abortivo. Vera hierve agua, unas veces para preparar el reconfortante brebaje con el que obsequia a su madre, a los menesterosos, a sus amistades y a sus seres queridos. Es el té de la vida, de la amistad, de la caridad. Pero Vera también hierve al agua en la que disolverá las ralladuras del jabón fenólico y el desinfectante que pondrá fin a la vida de los embriones. El estreno de esta película en el Festival de Cine de Venecia en el 2004 fue muy controvertido.

domingo, 3 de febrero de 2008

RESTAURACIÓN


ROBERT DOWNEY Jr es ROBERT MERIVEL



  • En nuestra opinión, y desde un punto de vista estrictamente facultativo, la idea central de esta película realizada por Michael Hoffman en 1995 pivotaría sobre la génesis de la vocación médica. Y si me permitieran añadirle un subtítulo, a buen seguro escogería "Triunfos de la Medicina", parafraseando el nombre de un libro publicado en España en 1977, auspiciado por Laboratorios Prodes. Basada en la novela homónima de la escritora Rose Tremain, el guión fue adaptado a la pantalla por Rupert Walters.
  • Será la medicina la disciplina que triunfará finalmente en la turbulenta vida de Robert Merivel, alumno de William Harvey en el Royal College de Londres, médico de las perreras reales, que tras llevar en sus años mozos una existencia disoluta, finalmente decide dedicar el resto de sus días al cuidado y al alivio de sus semejantes. Pero por todo triunfo debe pagarse un precio: las dudas acosarán al médico protagonista durante toda la película; ¿es realmente capaz de curar?. Por el camino perderá a Pierce, su mejor amigo y colega, que fallece en el lazareto de los cuáqueros sin que Merivel pueda evitarlo. La historia se repetirá también con su propia esposa del galeno. Entonces, ¿merecen realmente la pena tan denodados esfuerzos intentando salvar de las garras de la muerte a unos prójimos indefectiblemente mortales?
  • La ambientación de esta película se sitúa en el período de la historia británica conocido como Restauración. Iniciado en 1660, poco después de la muerte de Oliver Cromwell, bajo el reinado de Carlos II, popularmente conocido como el Alegre Monarca, defensor de las artes, derrochador, mujeriego y célebre además por su promiscuidad sexual, que generó una larga lista de hijos ilegítimos.
  • En esta película, el libertinaje regio transcurre paralelo al del galeno interpretado por Robert Downey Jr, actor que resulta mucho más convincente en los registros cómicos, divertidas escenas en las que Merivel terminará convertido en confidente, alcahuete y bufón real. Ganador del Óscar al mejor actor en 1992 por su expléndida interpretación de Charles Chaplin, su carrera profesional está llena de altibajos, incluyendo problemas con la ley.
  • Robert Merivel, hijo de un fabricante de guantes, accede a los estudios de medicina gracias a los esfuerzos paternos. Compañero de aprendizaje y desventuras de su colega John Pierce (David Thewlis), vive inmerso en una etapa de la historia de la medicina situada en los albores de la adopción del método científico. En este aspecto, algún erudito sostiene que "la notoria correlación de la enfermedad durante la vida con las alteraciones estructurales después de la muerte condujo al moderno desarrollo de la medicina científica". En aquellos tiempos, Harvey había descubierto y descrito la circulación mayor de la sangre (basándose en los trabajos del médico español Miguel Servet) . Existe una significativa escena de la película, en la que Merivel y Pierce se enfrentan a un paciente que presenta una tremenda perforación torácica, secundaria a la cicatrización en herida abierta de una fístula provocada por antiguas fracturas costales, en el que se percibe in vivo el latir de su corazón. Parece sacada del cuadro "Lección de Anatomía", pintado en 1681 por el artista barroco holandés Cornelis de Man.


  • Fruto de la casualidad, Carlos II (Sam Neill) observa a escondidas como Merivel se atreve a introducir su mano en la palpitante cicatriz abierta. Enseguida lo llamará a su lado, para que trate de sanar a una de sus perras favoritas. Dice un viejo aforismo que los pacientes se curan, aún a pesar de los médicos. Merivel pasa la noche junto a la mascota enferma, dejando que el curso natural de la enfermedad evolucione libremente. La recuperación del animal encumbra hacia el éxito a Merivel. El rey admirará la eufonía de su nombre, su ingenio y su descaro en las intrigas de la corte, le colma de regalos y favores, incluso le entrega en matrimonio a una de sus favoritas, Lady Celia Clemence (Polly Walker) y le envía a vivir a Bidnold, un palacete con jardines y fincas confiscado a un puritano partidario de Cromwell, tratando de ocultar a su amante ante los celos de otra de sus favoritas, Lady Castlemine.
  • En mi opinión, existen demasiadas coincidencias entre el personaje imaginario de Merivel y el de un notable que vivió la realidad de la corte de Carlos II aquellos años. Se trata de Samuel Pepys, hijo de un modesto sastre, que gracias a su ingenio y a sus habilidades políticas alcanzó el cargo de Secretario de Estado de la Marina Británica, fue miembro del Parlamento y Presidente de la Real Sociedad. Al igual que Merivel, prefería pasar su tiempo de ocio tocando el flautín y la viola. Incluso llegó a estar platónicamente enamorado de la propia Lady Castlemine. Autor de un prolífico diario, criticó las costumbres de la sociedad de la época, retratando, casi como en un reportaje, la desolación de Londres en 1665 provocada por la peste y por el incendio que devastó la ciudad un año después. Tal vez la escritora Rose Tremain se inspiró en la vida de Pepys para recrear el personaje de Merivel.
  • Dejando a un lado la realidad, y continuando con la trama del film, en Bidnold consumirá sus días el antiguo crápula, abandonado a la melancolía, tocando la flauta, pintando los paisajes locales, perdidamente enamorado de Celia, esposa y fruto prohibido para él por expreso deseo real. Sólo el veterano mayordomo Will Gates (interpretado por el laureado actor británico Sir Ian McKellen) le servirá de apoyo en tan anodinas jornadas. Así como la casualidad alivió en el pasado el mal de la doliente perrita del soberano, esta vez el curso natural de la enfermedad termina con la vida de la mascota de Lady Celia, un ruiseñor indio. Renacen en Merivel las ideas de la impotencia del médico ante la enfermedad y la muerte. Vencido por el hastío, el deseo y la pasión, aborda a su esposa en la noche de los jardines de Bidnold, pero ella lo humilla y lo rechaza. Elias Finn (Hugh Grant), un advenizo pintor que acude a Bidnold para realizar el encargo real de un retrato de Lady Celia, culmina la traición sobre Merivel, la pérdida del favor del monarca y su destierro del reino de la abundancia.
  • Con la única posesión de sus ropas y de una montura, Merivel abandona Bidnold y se encamina a un sanatorio para enfermos mentales regentado por los cuáqueros de John Pierce. En cierta manera, llegados a este punto de la narración cinematográfica, se me viene a la cabeza el recuerdo de la historia del aventurero Raymond Barry (Ryan O´Neal) personaje central de "Barry Lindon" (Stanley Kubrick, 1995). Merivel es poseedor de un don especial para el ejercicio de la medicina; con sus métodos consigue librar a la joven Katharine (Meg Ryan) de las garras de la depresión y de la histeria, pero a la vez, su pasión lo empuja a los brazos de su paciente, a la que deja embarazada. De nuevo en el camino, Merivel llega de nuevo a Londres, donde vivirá discretamente del ejercicio de la medicina. Pero el infortunio vuelve a hacer su aparición. El parto se complica, su mujer es incapaz de traer su hijo al mundo, y ante la posibilidad de perder también a la madre, Merivel toma la decisión más dificil de su vida, practicándole a Katherine una cesárea, sin anestesia, con la sola ayuda de una comadrona. La malograda joven fallece en el puerperio, consumida por la fiebre y el agotamiento.
  • La peste en Londres: en la película, el director retrata con maestría los alrededores del Támesis, donde cientos de trabajadores desarrollan sus labores cotidianas en condiciones de miseria e insalubridad. Parece ser que fue una epidemia de peste bubónica la que arrasó Gran Bretaña entre 1665 y 1666, importada de Holanda, cuyos navíos comerciaban con los británicos. La proliferación de ratas, portadoras del agente causal Yersinia pestis, provocó la diseminación de la enfermedad, que según las crónicas acabó con la vida de la quinta parte de los habitantes de Londres (cerca de 100000 personas). Existen autores que desconfían de la hipótesis de la peste como responsable de la Gran Plaga de Londres, inclinándose más a favor de una fiebre hemorrágica viral. Por aquel entonces, y hasta bien entrado el siglo XIX, los médicos pensaban que la transmisión de estas enfermedades infecciosas se realizaba por vía aérea, causada por efluvios perniciosos (vapores, neblinas) y miasmas. Para combartir el mal, empleaban grandes piras de fuego, en las que quemaban todo tipo de sustancias fuertemente aromáticas (pimienta, incienso, lúpulo, incluso tabaco). En la película, para enfrentarse a la peste, Merivel se hace pasar por John Pierce, para purificar su propia vida, se coloca una curiosa máscara (¿antecedente de ciertas máscaras venecianas?) en forma de cabeza de pájaro, y en el supuesto pico introduce mezclas de flores y hierbas medicinales para así evitar inhalar el aire corrompido de las estancias de los enfermos. Un gran incensario (como un clásico botafumeiro) vuela por las salas del palacio real mientras Lady Celia convalece en cama. Paradójicamente, por el fuego vendrá el final de la epidemia, pues en 1666 las llamas destruyen los barrios más humildes y abigarrados de Londres. La selección natural hizo el resto. Ese gran incendio está presente en la película cuando Merivel intenta desesperadamente rescatar a su pequeña hija Margaret de una muerte segura entre las llamas.






  • El aislamiento de los enfermos: Merivel ordena separar a los sanos de los enfermos. Ya existían medidas preventivas de cuarentena, clausurando los hogares infectados y castigando con la pena de muerte el abandono de los mismos, pero aplicado a todos sus habitantes. Fue un hecho histórico el ejemplo heróico del pueblo de Eyam (Derbyshire), que se encerró entre sus murallas para evitar la propagación de la plaga. Así lo consiguieron, aún a costa de perder al 75% de sus habitantes. Una cuarentena similar sería relatada por Albert Camus en su obra "La peste".
  • Final feliz. La medicina triunfa, Merivel consagrará su vida al cuidado de sus semejantes. Y el film fue galardonado con dos premios Oscars en 1996: Eugenio Zanetti, por la dirección artística, y James Acheson, por el vestuario.

viernes, 1 de febrero de 2008

INVISIBLES


Esta es la primera reseña sobre cine documental que aparece en este blog. No será la última. “Invisibles” nace del proyecto de colaboración entre el actor español Javier Bardem y la ONG internacional Médicos Sin Fronteras. La finalidad del esfuerzo es hacer aparecer ante nuestros ojos una serie de conflictos sociales y enfermedades que permanecen ocultas en el olvido.

El documental, presentado en el Festival de Cine de Berlín en febrero de 2007, cuenta con la producción del propio Bardem y la dirección compartida de Mariano Barroso, Isabel Coixet, Javier Corcuera, Fernando León de Aranoa y Win Wenders. Se estructura en cinco partes, cada una de ellas narra una historia particular de prójimos olvidados. Por orden de aparición son:
  • "CARTAS A NORA" (Isabel Coixet): haciendo gala de su especial sensibilidad cinematográfica, de la que ha dejado un imborrable recuerdo, por ejemplo, en su anterior obra "Mi vida sin mi" (2003), la directora catalana nos presenta la historia de Nora, una joven inmigrante boliviana que vive y trabaja en Barcelona. Nora duerme en un colchón sobre el frío suelo del cuarto de baño de un piso que suponemos comparte con otros inmigrantes. Sus jornadas cotidianas comienzan a las 6 de la mañana. Recorre un largo camino hacia su primer trabajo, como cuidadora en una residencia de ancianos. Ante nuestros ojos desfilan las imágenes de la protagonista cruzando descampados, solares, calles (por cierto, una de ellas con la placa identificativa "Carrer de Bolivia"), viajando en varios trenes de cercanías absorta en sus tribulaciones, mientras la voz en off de su hermana Rosa le va contando mediante la correspondencia cómo transcurre la existencia de los seres queridos que tiempo atrás dejó en América. Después de trabajar por la tarde cuidando de una niña, al anochecer Nora desanda lo andado para regresar a su humilde morada. Consuela su melancolía observando una sobada fotografía, el único recuerdo que guarda de su hijita fallecida de la enfermedad de Chagas. Del relato de la "invisible" hermana de Nora, podemos deducir que la niña sufrió una muerte súbita mientras jugaba en el patio del colegio, posiblemente provocada por una arritmia cardíaca. Otra víctima de esta relegada enfermedad será Walter, el cuñado de la propia Nora, fallecido a causa de una miocardiopatía dilatada chagásica terminal. Me gustaría destacar también aquí la tonadilla final en la que unas voces infantiles entonan un conjuro contra la vinchuca, nombre popular boliviano de cierta chinche (triatoma infestans) que mediante su picadura transmite a los humanos el parásito Trepanosoma cruzi, agente etiológico de la enfermedad de Chagas. Existe una película argentina dirigida en 1995 por el director Juan Bautista Stagnaro, en la que se narra la vida y las investigaciones del Dr. Salvador Mazza contra la enfermedad de Chagas, objeto de un trabajo muy interesante publicado en la Revista de Medicina y Cine (Universidad de Salamanca), siendo sus autores Laura Moratal, Alberto Carli y Beatriz Kennel. También en el siguiente vínculo de Médicos Sin Fronteras, existe un apartado específico con un curso completísimo sobre esta dramática enfermedad, que afecta a las clases más pobres de amplias zonas de América Latina. Se recomienda su visita.

http://www.msf.es/noticias/noticias_basicas/2007/Invisibles.asp


Una imagen del llamado SIGNO de ROMAÑA: edema periorbitario unilateral, conjuntivitis y linfadenitis preauricular, que puede presentarse en aquellos casos en los que la vinchuca pica al afectado en el área conjuntival ocular.

  • "CRÍMENES INVISIBLES" (Win Wenders): según el propio Bardem, esta es la primera vez que ha trabajado junto al afamado director alemán, responsable de plasmar en imágenes la terrible historia de las masacres provocadas por los Mai - Mai, milicianos rebeldes y señores de la guerra que lucharon en la convulsa historia de la República Democrática del Congo: palizas, asesinatos, violaciones sistemáticas...; como los janjaweed en el actual genocidio de Darfour (Sudán), se cebaron especialmente en la población civil refugiada y desplazada. Se estima que durante el año 2004, un centenar de personas perdía la vida diariamente en este conflicto, que entre 1996 y 2005 supuso el genocidio de 4 millones de víctimas. La maestría tras las cámaras de Wenders consigue hacer aparecer y desaparecer a varias mujeres congoleñas mientras relatan al espectador las atrocidades a las que fueron sometidas. Pura, dura, gratuita violencia de sexo. Al brutal trauma psicológico que supone para las mujeres este delito contra su libertad sexual, las lesiones físicas son muy frecuentes: traumatismos y desgarros genitales, infecciones de transmisión sexual (en un área geográfica especialmente azotada por el SIDA), abortos provocados en las gestantes y embarazos no deseados. A todo ello deberemos unir la estigmatización de la violada en unas sociedades tribales ortodoxas y tradicionales.

  • "BUENAS NOCHES, OUMA" (Fernando León de Aranoa): este joven director madrileño y Javier Bardem trabajaron anteriormente juntos en la exitosa "Los lunes al sol" (2002). En este caso, Fernando León escribe el guión y dirige una historia que se desarrolla en el norte de Uganda, zona fronteriza especialmente castigada por los crímenes y la violencia. Allí, miles de niños y adolescentes son secuestrados por las tropas rebeldes del LRA (Lord´s Resistence Army), guerrilla cristiana ultrafanática de la etnia Acholi dirigida por Joseph Kony, autoproclamado enviado de Dios. De esta manera, bajo coacciones y amenazas de muerte, los muchachos se ven obligados a combatir a su lado. Es el drama de los niños soldados. - "Por las noches, miles de niños huyen hacia las ciudades..."-; son los night commuters, huyen del conflicto y de la esclavitud. Por la noche, en los barracones de "El Arca de Noé" les dan cobijo y protección; en Lalogui, los acoge un centro de reinsercción. Algo es algo, mientras llega la paz anhelada...
  • "EL SUEÑO DE BIANCA" (Mariano Barroso): en el 2001, bajo el sugestivo título de "En el tiempo de las mariposas", Barroso había llevado a las pantallas la trágica historia de las hermanas Mirabal, asesinadas en la República Dominicana por su oposición al régimen del dictador Trujillo. Amigo personal de Javier Bardem, recibió el encargo de rodar una historia que tiene lugar en la República Centroafricana. Allí, mientras la eflornitina se emplea en la fabricación de productos cosméticos para eliminar el vello de la piel, el fármaco escasea en su forma inyectable para tratar la tripanosomiasis gambiense, popularmente conocida como la enfermedad del sueño. Esta patología se transmite por la picadura de la mosca tsé-tsé, que habita en zonas pantanosas y en las riberas de los ríos y arroyos. Según la propia OMS, la eflornitina se ha convertido en la terapia de primera línea preferible para tratar la fase tardía de esta enfermedad, demostrando menores efectos secundarios indeseables y superando los resultados obtenidos con otros fármacos como el melarsoprol, derivado del arsénico.

  • "LA VOZ DE LAS PIEDRAS" (Javier Corcuera): aunque podían haber sido otros, la elección de este director para la última historia de "Invisibles" se me antoja muy adecuada. Limeño de nacimiento y madrileño de adopción, Corcuera había trabajo anteriormente con Fernando León y Elías Querejeta en su ópera prima "La espalda del Mundo" (2000), contando además con una amplia experiencia como director de documentales de corte social, como por ejemplo "Chiapas, hablan los rebeldes"(1998). Desde hace casi medio siglo ("esta guerra se inició el 9 de abril de 1948", dice uno de los retornados), la violencia se ha enseñoreado en Colombia, provocando la tragedia de millones de personas, especialmente en el ámbito rural y campesino. Unas veces, la guerrilla, otras veces, el propio ejército y los paramilitares, el destino de estos parias ha sido el abandono de sus tierras, la emigración a las populosas ciudades, la vida en la miseria y la muerte en la marginalidad y el olvido. En este caso, el equipo de realización sigue con su cámara a un grupo de valientes, hombres, mujeres y niños, que deciden regresar a sus orígenes desde los Altos de Cazucá (Bogotá) hasta el municipio de El Castillo - Villavicencio, formando parte de la comunidad "El Encanto", en una Zona Humanitaria de Seguridad, para ocupar pacíficamente las tierras que un día le pertenecieron y reiniciar una nueva vida en libertad. Este fragmento del film tiene mucho de aquellos clásicos del Salvaje Oeste, como por ejemplo "Caravana de mujeres" (William Wellman, 1951), en los que los pioneros cruzaban infinitos páramos a bordo de desvencijadas carretas, enfrentándose a infinitos peligros y penalidades. Desde el mero punto de vista estético, me resulta extremadamente cautivadora la presencia contínua de esa selva verde esmeralda colombiana. Allí no existen tumbas; tan sólo piedras con el nombre de los muertos pintado en sus pulidas superficies. Suena un rap: - "¿Donde están los martires?... se encuentran en la tierra, son el resultado de esta maldita guerra" -. En el viento, tan solo permanece flotando el balsamo de la música vallenata, con sus letras de denuncia.

Luz Neida y Alejandra Cortés. De profesión, mujeres..., heroínas.

Sobre la situación en la que viven los desplazados en Soacha - Altos de Cazucá también existe un documento específico de Médicos Sin Fronteras que se recomienda visitar en el siguiente vínculo:

http://www.msf.es/images/MSf_cuarderno_soacha_tcm3-2636.pdf