sábado, 25 de julio de 2009

THE LIBERTINE



Johnny Depp es "El Libertino"



Gracias a la magia del cine, retrocedamos una vez más en el tiempo para viajar hasta el convulso reinado de Carlos II de Inglaterra (29 de mayo de 1660 - 6 de febrero de 1685). Con anterioridad, en esta misma bitácora ya habíamos trazado esta misma singladura cuando comentamos sobre la cinta "Restauración" (Michael Hoffman, 1995).

Carlos II de Inglaterra, "el alegre monarca"

Nos encontramos ante una película de tintes históricos dirigida por Laurence Dunmore en el año 2004, inspirada en la obra teatral homónima de Stephen Jeffreys (autor a su vez del guión de este film), donde se nos presentan las tribulaciones de John Wilmot (nuevamente colosal Johnny Depp), conde de Rochester, un genio literario osado, rebelde y libertino que disfrutó de la amistad y de las confidencias del rey Carlos II.

Como privilegiados espectadores asistimos a la especial relación de cariño y odio establecida entre el monarca y el aristócrata; éste último, cual endeble veleta a expensas del viento, tan pronto disfruta de los favores reales como cae súbitamente en desgracia debido a su locuacidad y a su insolencia ("odio a los monarcas, así como a los tronos que ocupan..."), viéndose de esta manera empujado a partir hacia el destierro, lejos de la corte. En cierto sentido, y salvando las diferencias, el personaje del licencioso conde nos recordó al del médico Robert Merivel (antes de su definitiva redención)..., que también alternó el aprecio y el desprecio del lascivo monarca británico.

Estamos en Londres en 1675, el año de fallecimiento del insigne médico Thomas Willis y la fecha que marcó el inicio de las obras de la Catedral de San Pablo, bajo las órdenes del arquitecto Christopher Wren. Se reconstruye una ciudad que había quedado diezmada y arrasada tras padecer sucesivamente la Gran Plaga de peste bubónica (1665- 1666) y el devastador Gran Incendio, a principios de septiembre de 1666.

La azarosa historia de John Wilmot es además la de un enfermo depresivo, alcohólico y sifilítico, uno más de la larguísima lista de personajes ilustres que padecieron esta enfermedad infecciosa: papas (Alejandro VI - el Papa Borgia), artistas (Beethoven), escritores (Baudelaire), políticos (Abraham Lincoln), gansters (Al Capone)...


John Malkovich como Carlos II de Inglaterra



En nuestra modesta opinión, la caracterización de Carlos II está más lograda en este film (John Malkovich, con una nariz postiza ciertamente cyraniana) que en "Restauración" (a pesar de contar allí con la presencia del correctísimo actor Sam Neill para el mismo papel).


El grano grueso de la película cinematográfica, el ambiente brumoso que impregna de cierto tono clorofílico el avejentado color de las imágenes, la impecable dirección artística, la riqueza del vestuario y de la exquisita puesta en escena, la iluminación de interiores proporcionada por cientos de cirios y velas, los poéticos diálogos teatrales, y el fiel retrato de las glorias y las miserias del siglo XVII aportan a este film toda su particular belleza.

Por supuesto, a todo ello hay que añadir la banda sonora del compositor Michael Nyman, especializado en recrear ambientes musicales de la época, como ya había demostrado anteriormente en "El contrato del dibujante" (Peter Greenaway - 1982).

Y como muestra de nuestra devoción, un pequeño regalo para los oídos. La hermosa pieza titulada "If", con el propio Nyman al piano y la aterciopelada voz de la contralto Hilary Summers:

http://www.youtube.com/watch?v=D_ga_3bzoDs&feature=related



Acompañan al conde de Rochester en sus correrías otros dos crápulas, aristócratas y dramaturgos que por si fuera poco existieron realmente; se trata de Sir George Etherege (Tom Holland) y de Sir Charles Sackville, conde de Dorset (el orondo Johnny Vegas). Alrededor de este trío de calaveras orbita como un satélite el joven Billy Downs (Rupert Friend), efebo hacia el que Rochester inclina sus tendencias homosexuales. De hecho, de la película original fue cortada una escena en la que Wilmot y Downs se besaban apasionadamente.


Las mujeres ocuparon un papel primordial en la disoluta existencia de John Wilmot; desde su abnegada y puritana madre, la Condesa de Rochester (Francesca Annis), empeñada en convertir a su hijo en un ciudadano temeroso de Dios, pasando por su sufrida esposa, Lady Elizabeth Malet (interpretada por la delicada Rosamund Pike), hasta sus queridas, la sempiterna Jane (la pelirroja Kelly Reilly), la prostituta que le acompañará hasta los últimos días de su existencia, y la orgullosa Lizzie Barry (Samantha Morton), actriz teatral y amante compartida con el rey, convertida en "el amor de lecho de muerte" que le haría sufrir lo indecible, incluso hasta hacerle perder la cabeza.


LA SÍFILIS




Observemos estos antiguos grabados esquemáticos que muestran los estragos y el tratamiento primitivo de la sífilis:

  • En el de la izquierda, atribuido a Durero (que también padeció la enfermedad) nos muestra las lesiones cutáneas tumorales de un paciente, las gomas sifilíticas. Durante mucho tiempo, las manifestaciones dermatológicas de la sífilis fueron confundidas con la lepra.
  • En el de la derecha aparece una leyenda mencionando el denominado "Mal de Venus", dudoso honor a favor de la diosa griega del amor como patrona de la enfermedad, así como la aplicación de medidas terapéuticas a unos pacientes a base de mercuriales (posiblemente una precursora tina de sudoración como las que empleaba el médico Jean Fernel). Ya en el siglo I de nuestra era, Dioscórides describía las propiedades cicatrizantes del cinabrio sobre pústulas y quemaduras. Si se calentaba este mineral sobre unas escudillas de hierro con tapas de arcilla, se podía obtener el Hydrargyros o "agua de plata" (mercurio), una sustancia líquida especialmente tóxica al ser ingerida.

Durante mucho tiempo, la sífilis también fue conocida como "la gran simuladora", debido a que en las fases iniciales de esta enfermedad (primaria y secundaria) podía facilmente ser confundida con otras patologías. El descubrimiento de los test diagnósticos serológicos puso el punto final a tantas confusiones.

En la película existe una escena en la que el propio Rochester se lleva la mano a un costado aquejado por un súbito dolor abdominal, que él achaca a la ingestión de algún alimento que está pudriéndose en sus tripas... Así se lo cuenta a su criado, un felón rescatado del arroyo y bizarramente apodado Allcock (Richard Coyle).


El matrimonio Rochester posando para un retrato familiar




El famoso retrato de John Wilmot, 2º conde de Rochester coronando con laurel a una pequeña mona, por Jacob Huysmans

Este pintor flamenco católico llegó a la corte inglesa durante la Restauración gracias al mecenazgo de la reina Catalina de Braganza, esposa del monarca inglés Carlos II. Existen dos versiones de esta obra:

  • La primera de ellas propiedad de Lord Brooke, se conservaba en el Castillo de Warwick, hasta que su propietario cambió de domicilio.
  • La segunda es una copia, actualmente expuesta en la National Portrait Gallery de Londres.

ALGUNAS PLANTAS MEDICINALES

En esta película existen unas escenas correspondientes a una representación teatral de "Hamlet" en el teatro de Betterton. Están protagonizadas por Lizzie Barry, en el papel de Ofelia, y recita unos versos del inmortal Shakespeare haciendo mención a unas hierbas medicinales; quizás de esta manera la actriz catalizara sus emociones sobre la muerte mientras se inspiraba en la figura, probablemente ya enferma, del pálido conde de Rochester, presente entre el público:

  • Hinojo: planta utilizada contra el catarro, el dolor de garganta, el asma, la bronquitis, las indigestiones, los cólicos (sobre todo en niños), como antiflatulento, y además favorece el aumento de leche en la lactancia.
  • Aguileña: utilizada en Inglaterra para tratar el ardor de boca y garganta, así como en forma de jarabe para curar las calenturas.
  • Ruda: útil en el tratamiento de la amenorrea, los espasmos gastrointestinales, las parasitosis, las varices y las hemorroides, para el tratamiento tópico del vitíligo y la leucodermia, como calmante para el dolor de oídos y para los dolores estomacales. Debe usarse con prudencia dada su toxicidad y está contraindicada durante el embarazo (puede inducir el aborto) y la lactancia materna.

UNA CURIOSA ANÉCDOTA

Lord Rochester labró definitivamente su propia desgracia tras insultar a su majestad con una representación teatral pornográfica y obscena. Mientras las bailarinas danzaban sobre el escenario, unas mujeres repartieron vistosos consoladores entre el público. En la realidad, del presupuesto de la película se gastaron 3672 libras esterlinas para pagar la confección de estos sofisticados instrumentos, tallados en madera como fieles reproducciones de los auténticos consoladores del siglo XVII.

Tras la funesta representación, el conde de Rochester se convertirá en un prófugo, respaldado únicamente por la compañía de su querido Billy Downs. Tras la muerte de éste en una reyerta callejera, el progresivo declive físico y moral de Rochester finalizará en su propio lecho de muerte. Acompañado por Jane y Allcock, disfrazado como un charlatán italiano, el falso Dr. Bendo, Wilmot se oculta en las ferias estafando al público con sus supuestas pócimas milagrosas.

Además de la pérdida del cabello, de las gomas que destrozan su piel y sus huesos, y de la erupción cutánea típica de una sífilis secundaria, el padecimiento de un cuadro de neurosífilis provoca en John Wilmot la aparición de pérdida de la visión y ceguera, dificultades para la deambulación e incontinencia urinaria. A estos estos síntomas hay que añadir la angustia provocada por el craving y la dependencia etílica.

COLOFON

Para finalizar, hete aquí una curiosidad poéticamente sifilítica; se trata de "Neosifilización", un poema del escritor mejicano Eduardo Poletti que se pasea por la historia y el tratamiento de esta enfermedad. Ingenioso y certero.

http://piel-l.org/blog/archives/3582


Por cierto, Laurence Dunmore dedicó esta película, entre otros, a Marlon Brando...; y dejando volar la imaginación, conviertiendo lo imposible en posible... ¡qué gran conde de Rochester hubiera representado Brando en su juventud!...

sábado, 11 de julio de 2009

EL BALNEARIO DE BATTLE CREEK



"- ¿Qué es la vida sino una victoria temporal sobre todo aquello que causa la inevitable muerte? -"
Endymion Hart-Jones a Will Lightbody

"El balneario de Battle Creek" (Alan Parker, 1994) es una comedia basada en la novela "The Road to Wellville" del escritor norteamericano T. Coraghessan Boyle.

Desde los primeros fotogramas el Dr. John Harvey Kellog, inventor de los famosos copos de cereales para desayunar junto a su hermano menor el empresario Will Keith Kellogg, realiza un exhaustivo despliegue de su cuerpo doctrinal y terapéutico:

  • defecación sin represión,
  • templanza sexual, excepto para los propósitos reproductivos: "el sexo es la cloaca del cuerpo humano...",
  • dieta vegetariana estricta: "el consumidor de carne se ahoga en un mar de sangre...",
  • abstinencia tabáquica: "el hígado es el único obstáculo entre el fumador y la muerte...",
  • evitar los colchones de plumas, las novelas románticas (¿se acuerdan de la historia de Don Quijote y de aquella prohibición de leer novelas de caballerías?) y, por supuesto, la masturbación ("el asesino silencioso de la noche").

Para sus extravagantes demostraciones prácticas cuenta con el orondo Sr. Poultney Dab (Roy Brocksmith). El planteamiento holístico sobre alimentación e higiene promovido por el Dr. Kellogg a lo largo de su existencia se basó en las teorías del Reverendo Sylvester Graham, adalid del vegetarianismo y de la abstinencia (llegó incluso a desarrollar terapias específicas para el alcoholismo). También fue el inventor de la harina y las galletas Graham, que todavía se comercializan.

Las figuras de los hermanos Kellogg fueron reales. Ambos pertenecieron a la Iglesia de los Adventistas del 7º Día y además fueron muy longevos, falleciendo a la edad de 91 años. ¿Fue la influencia genética o tal vez una feliz consecuencia de la comedida existencia que vivieron y promocionaron?

http://en.wikipedia.org/wiki/John_Harvey_Kellogg


Retrato del verdadero Dr. John Harvey Kellogg




http://en.wikipedia.org/wiki/Will_Keith_Kellogg



El empresario Will Keith Kellogg


Un Anthony Hopkins situado en las antípodas de sus registros interpretativos habituales, caricaturizado con bigote y perilla, dentadura postiza (dientes de Bugs Bunny) y gruesas gafas redondas, fue el encargado de encarnar en esta sátira al histriónico y extravagante galeno, autodefinido como "el paladín de la vida biológica".

Pero en toda familia ejemplar existe una oveja negra. Al Dr. Kellogg le tocó convivir con su apestoso hijo George (encarnado en este film por el cómico Dana Carvey), ¡¡¡uno de los 39 hijos adoptados por el médico!!!, empeñado en vivir licenciosamente al margen de los preceptos paternos y que acude regularmente al sanatorio en la procura de más dinero para sostener sus vicios. En este film existen unas divertidas escenas que nos muestran la tozudez y el empecinamiento del pequeño George (Jacob Reynolds) en su infancia, incluso a la hora de cumplir los castigos ejemplarizantes impuestos por el Dr. Kellogg. Rasgos estos, sin lugar a dudas, demostrativos de una futura personalidad antisocial y patológica.


Al sanatorio acude el matrimonio formado por Eleanor (Bridget Fonda) y William Lightbody (Matthew Broderick) con el firme convencimiento de que el Dr. Kellogg es el único médico capaz de curar al esposo de sus padecimientos digestivos y de su constipación permanente. El desdichado Lightbody tan solo se alimenta a base de tostadas de pan y vasos de agua. Desde el preciso instante de su ingreso, este personaje comienza a tener una serie de alucinaciones, pues por instantes cree ver completamente desnudas a las enfermeras y a las demás pacientes del centro. Una vez se ha instalado comodamente en su habituación individual la Srta. Irene Graves (Traci Lind), su atractiva enfermera particular, le aplicará la primera de una serie interminable de lavativas..., incluso de ¡yogur!.

Paralelamente a su historia discurre la de Charles Ossining (John Cusack), un viajante relacionado con la industria de los copos de cereales que acude a Battle Creek con la firme intención de progresar en ese floreciente negocio: "salud..., el ábrete sésamo para la cartera de los primos...". El joven Charles deberá lidiar con un viejo zorro estafador y arribista llamado Goodloe Bender (interpretado por el polifacético Michael Lerner). Charles, Bender y el descarriado George Kellogg se asociarán en una desastrosa quimera industrial... Los futuros cereales "Perfor" de Wellville...

A medida que avanza la acción, nos vamos enterando de la peculiar relación del matrimonio Lightbody: mientras ella perdía al primogénito tras el parto, él se dedicaba a beber alcohol en exceso. La joven esposa, desesperada por el hábito etílico de su marido, comienza cada noche a administrarle a escondidas en el café unas gotas de un remedio conocido a través de una revista especializada: el milagroso "Antilicores Estrella Blanca"; lo único que consiguió con ello fue mantener a su marido sumido en un sueño profundo. Pero no se trataba de un fármaco adversivo del consumo etílico (al estilo de las actuales gotas de COLME ® - carbimida cálcica -, o de los comprimidos de ANTABUS ® - disulfiramo -). En realidad era extracto de adormidera (amapola - Papaver somniferum) y el Sr. Lightbody se convirtió así en un adicto al opio. De esta manera nos enteramos que las alucinaciones y el estreñimiento crónico que afectan al pobre Sr. Lightbody son posibles efectos secundarios del consumo continuado de opioides.





Destaca también el tierno personaje de la Srta. Ida Muntz (interpretada por una pálida Lara Flynn Boyle), supuestamente afectada por clorosis, "la enfermedad verde", un tipo de anemia responsable de la coloración macilenta de estos pacientes.

Por clorosis conocemos dos tipos de anemias:

  • Una de ellas provocada por la infestación intestinal por el Ancylostoma duodenale, parásito causante de la "clorosis egipcia" o "clorosis de los mineros".
  • Otra es una anemia ferropénica, microcítica e hipocrómica, causada en mujeres jóvenes por las menstruación frecuente y excesiva. Probablemente ésta era la que padecía la Srta. Muntz...

Ancylostoma duodenale, un parásito "monstuosamente cinematográfico"...


... como los terroríficos gusanos del desierto de "Dune"...


Mientras esta suerte de comedia avanza, nos enteramos de los vanos intentos del trío Ossining, Bender y Kellogg hijo para conseguir unos copos de maiz comestibles. A modo de demostración práctica del popular método ensayo - error generalizado por Karl Popper, los aspirantes a magnates de los cereales fabrican una bazofia que ni los propios cerdos son capaces de comer...

A la par, y calzado con unas sempiternas sandalias, en el balneario de Battle Creek hace su aparición el extravagante Dr. Lionel Badger (encarnado por el pelirrojo actor dublinés Colm Meaney), un rival profesional del Dr. Kellogg. Este "fanático maravilloso", autor de un tratado sobre el clítoris, se proclama un convencido defensor del vegetarianismo y del nudismo, aunque sus "modernas" teorías sobre la sexualidad no cuentan con el beneplácito de su continente colega garante de la castidad.

Para celebrar la Navidad, el joven George Kellogg se dedica a lanzar cajas de cereales repletas de excrementos contra los huéspedes del sanatorio, a modo de venganza escatológica contra la ortodoxa figura paterna que le había castigado en la infancia por ventosear mientras sus hermanos cantaban "Noche de Paz".

El colmo de las desgracias para el Dr. Kellogg ocurre cuando su ayudante, el obeso Poultney Dab cae fulminado por un infarto a las mismas puertas del sanatario. Sin lugar a dudas, un ingrato ultraje para el modus vivendi "biológico" postulado por su patrón. Pero la escabechina no se detiene aquí: un paciente ruso, el Sr. Impronunciable (Alexander Slanksnis), y un empleado del balneario mueren electrocutados por un accidente en los baños, la desdichada Srta Ida Muntz fallece "plácidamente" mientras dormía en su cuarto... Aterrorizado por tanta fatalidad, el Sr. Lightbody abandona el Templo de la Salud y busca nuevamente refugio en el alcohol.

La satira continua con su crítica demoledora. Inducida por el maníatico Dr. Badger, la Sra. Lightbody visita al Dr. Spitzvogel (Norbert Weisser), un supuesto terapeuta manual que se dedica a "manipularle el útero". Mientras tanto, su esposo descubre los placeres de la masturbación eléctrica con el llamado "cinturón Dusselberg", extraño artilugio que el Sr. Endymion Hart-Jones (interpretado por el veterano John Neville) le había dejado en herencia al abandonar el sanatorio.

La traca final: la película nos muestra al matrimonio Lightboby conviviendo felices con sus cuatro hijas, al díscolo George Kellogg curado de su locura retornando como el hijo pródigo al redil paterno, al Dr. Kellogg falleciendo súbitamente mientras se lanzaba al agua en una de sus famosas demostraciones de vida saludable... y al innovador Sr. Ossining fundando una próspera industria de refrescos de cola (la popular Cola - ¿Coca Cola? - Kane ¿ciudadano Kane? -)

En resumen, "El balneario de Battle Creek" es una divertida comedia cuasi felliniana que maneja con gusto y humor británico ciertos temas considerados tabúes y escatológicos, y que manos menos expertas pudieran haber generado un subproducto cinematográfico chabacano e intrascendente. Estamos ante una cabal diatriba contra el fanatismo del culto al cuerpo, contra la intolerencia y la estigmatización del sexo, contra la ortorexia y contra los productos milagrosos que, todavía hoy en día, nos prometen la salud y el bienestar a módico precio.

En un sentido similar se manifiesta por ejemplo el crítico Christian Aguilera en su interesante estudio:

http://www.cinearchivo.com/site/Fichas/Content/ContentFilm.asp?IdPelicula=1181

EL BALNEARIO DE BATTLE CREEK.

Hagamos un poco de historia. En el año 1866, bajo el nombre de Western Health Reform Institute, el futuro sanatorio y balneario de Battle Creek abrió sus puertas en lo que hasta entonces había sido una predio residencial del juez Benjamin Graves, miembro de la Corte Superior del Estado de Michigan.

El Dr. H.S. Lay fue su primer director, estando regido por el matrimonio White, fundadores de la Iglesia de los Adventistas del 7º Día. El sanatorio seguía entonces aquellos preceptos religiosos (recomendación de la vida saludable y de la abstinencia sexual, alimentación vegetariana y empleo de la harina Graham, higiene del sueño basada en dormir cada noche 8 horas, etc). Ellos animaron al joven John Harvey Kellogg para que estudiase Medicina.


En 1876. El Dr. Kellogg se convierte en director y cirujano de la institución, a la que cambiaría de nombre en 1877. Nacía así el Battle Creek Sanitarium. La producción industrial de copos de cereales y derivados destinados a la alimentación humana, capitaneada por los hermanos Kellogg y por el magnate W.C. Post, contribuiría al rápido desarrollo económico del entorno.


Paradójicamente, al igual que en la ficción dirigida por Alan Parker, en 1902 un incendio calcinó el viejo edificio. Kellogg trató de reflotarlo hasta su retiro en Florida en 1930, donde fundaría un nuevo sanatorio. En 1942, el hospital reconstruido pasó a llamarse Percy Jones Army Hospital, dedicado al tratamiento de los veteranos heridos durante la 2ª Guerra Mundial y la Guerra de Corea. Posteriormente fue renombrado como Hart-Dole-Inouye Federal Center.


El actual Hart-Dole-Inouye Federal Center



COLOFON: Y para los que quieran documentarse consultando el original de uno de los tratados sobre higiene más famosos de principios del siglo XX, el popular "How to live. Rules for Healthful Living Based on Modern Sciencer", del tándem Irving Fisher y Eugene L. Fink, aquí va este enlace:


http://www.gutenberg.org/files/19598/19598-h/19598-h.htm


miércoles, 1 de julio de 2009

HOMBRES

Marlon Brando es Ken "Bud" Wilocek

"En casi todos los casos, la palabra andar hay que olvidarla...; no tiene solución. Todos los parapléjicos deben aceptar vivir en una silla de ruedas. Acéptenlo ustedes también...; será más fácil para ellos..."

Dr. Brock a los familiares en "Hombres"

Muchos cinéfilos (o cinéfagos, como mejor le gusta calificarnos a Jesús Palacios), estamos pendientes de las fechas y aniversarios. Tal día como hoy, el 1º de julio del 2004, finalmente se apagaron las candilejas sobre el escenario vital de Marlon Brando; entonces, este colosal actor fallecía en Los Ángeles a los 80 años víctima de una fibrosis pulmonar.

Como sentido homenaje, comentamos aquí "Hombres" (Fred Zinnemann, 1950), la primera película de su amplia carrera realizada como protagonista y producida por Stanley Kramer. Precedió tan solo unos meses al éxito cinematográfico que le catapultaría a la fama, cuando decidió meterse en la piel del furibundo Stanley Kowalski en la imperecedera "Un tranvía llamado deseo" (Elia Kazan, 1951).


En el film de Zinnemann, Brando interpretó el personaje de Kenneth "Bud" Wilozek, un joven teniente del ejército norteamericano que resultaba herido de bala en el epílogo de la 2ª Guerra Mundial; como consecuencia de aquellos disparos traicioneros Bud quedaría parapléjico. Parece ser que el concienzudo actor de Omaha preparó su actuación viviendo durante un mes en un hospital de soldados inválidos. A buen seguro, fueron éstas habilidades aprendidas en el Actor´s Studio de Nueva York, fundado en 1947 por el propio Elia Kazan.

Sin embargo en la vida real, Brando se había librado del servicio militar gracias a las secuelas que le había dejado en una de sus rodillas una lesión causada por la práctica deportiva juvenil.

Por cierto, macabras casualidades de la vida, Karl Malden, compañero de reparto en "Un tranvía llamado deseo", cuya interpretación de Harold "Mitch" Mitchell mereció ser galardonada con el Óscar al mejor actor de reparto, ha fallecido hoy mismo, exactamente 5 años después que Marlon Brando. Desde estas líneas vaya también para el viejo Karl "Nariz de Patata" nuestro más sincero reconocimiento.


Inolvidable Karl Malden

El guión de "Hombres" se debe a la pluma de Carl Foreman, autor también de la novela original. Foreman fue uno de los escritores perseguidos por el Comité de Actividades Antiamericanas del senador McCarthy, que en su detestable caza de brujas lo había acusado de izquierdista y subversivo, todo ello motivado por su afiliación al Partido Comunista de los EEUU en su etapa estudiantil, si bien, con posterioridad, se habría desligado de esta formación política.

Convertido en uno de los mejores guionistas de Hollywood alcanzó la popularidad por haber escrito el primer borrador de "Salvaje" ("The Wild One" - Laslo Benedek, 1953), la película de motoristas protagonizada por aquel feroz Marlon Brando, así como por haber participado en los libretos de otros exitosos films bélicos: "El puente sobre el Río Kwai" (David Lean, 1957), trabajo por el que ganó un Óscar que no pudo recoger, y "Los cañones de Navarone" (J. Lee Thompson, 1961).


El controvertido Carl Foreman

Brando es la encarnación por antonomasia de los inconformistas. Ahí radican sus mejores interpretaciones. Y precisamente su brava belleza masculina (contrapuesta a otros galanes clásicos de Hollywood como Clark Gable o Cary Grant) reside en el magnetismo de un rostro enfadado, colérico, dubitativo, frágil y melancólico. Al contrario que Burt Lancaster o Paul Newman, por ejemplo, él pierde gran parte de su atractivo cuando se ríe. En "Hombres" pueden constatarse fehacientemente estas sencillas reflexiones.


Desafortunadamente, esta película fue estrenada en julio de 1950, justo dos semanas antes del inicio de la Guerra de Corea, cuando nadie en los EEUU deseaba prestarle atención a un alegato antibelicista protagonizado por soldados parapléjicos. La ausencia de público en las taquillas de las salas de cine dictó su condena y su olvido. Los héroes son los enterrados en Arlington, los que entregan la vida por su patria, no aquellos desafortunados que regresan tullidos a casa para ser rechazados por sus seres queridos y por el contribuyente. Este argumento pudo haber servido de inspiración a la serena "Jardines de Piedra" (Francis Ford Coppola, 1987).


Todo lo contrario a "Hombres" ocurrió con la laureada "Nacido el 4 de julio" (Oliver Stone, 1989), éxito taquillero basado en la historia real del sargento Ron Kovic, interpretado por el siempre discutido Tom Cruise, la historia de otro veterano retornado de los campos de batalla de Vietnam sobre una silla de ruedas.

LOS HOSPITALES DE VETERANOS.

Siguiendo con la comparación entre "Hombres" y "Nacido el 4 de julio", nos ha llamado la atención el desigual tratamiento dispensado a las instituciones hospitalarias encargadas de la rehabilitación de los heridos en combate. Históricamente, el tratamiento de este colectivo de soldados siempre mereció el respeto y los mayores esfuerzos de los gobiernos. Por ejemplo, quien haya viajado a París y haya visitado la magnificencia palatina y la cúpula dorada de "Los Inválidos" puede constatar lo aquí afirmado.


En "Hombres", las escenas hospitalarias fueron filmadas en el Birmingham Paraplegic Hospital situado en Van Nuys (California), institución visitada tanto por Carl Foreman como por Marlon Brando para documentarse para sus respectivos trabajos. Por el contrario, en el film de Oliver Stone, éstas fueron recreadas en los estudios cinematográficos. El tratamiento que reciben los personajes encarnados por Marlon Brando y Tom Cruise resulta claramente diferente, en perjuicio de este último. Las asépticas e inmaculadas salas de hospitalización donde viven Bud Wilozek y sus compañeros, la sobriedad de sus enfermeras y la piedad de sus cuidadores, contrasta con los muladares y las vejaciones que hubo de sufrir Ron Kovic durante su rehabilitación y convalecencia.


Tom Cruise es Ron Kovic en "Nacido el 4 de julio"


El verdadero Ron Kovic y otros veteranos reivindicando el cese de la Guerra de Vietnam

Llegados a este punto, nos gustaría destacar las actuaciones de los actores de reparto, especialmente los compañeros tullidos de Bud Wilocek, porque cada uno de estos personajes muestra muy acertadamente el tipo de vivencias particulares de los discapacitados:
  • Norm (el polifacético Jack Webb): cínico, rebelde y desencantado, no termina de aceptar su situación de minusválido.
  • Leo (el prolífico Richard Erdman): chistoso, ventajista, con un sempiterno puro habano en los labios (¡los enfermos podían fumar dentro de las habitaciones y de las salas de hospitalización!), capaz de sacar de quicio al más templado.
  • Ángel (Arthur Jurado, ¡primera y única participación en un film en la historia del cine!): un esforzado y atlético joven de origen hispano cuyo ejemplo sirve de estímulo para que el insociable Bud comience su rehabilitación física. La muerte de Ángel supondrá un duro golpe para la moral de Bud, que caerá en una profunda crisis existencial.

EL DOCTOR BROCK Y EL MODELO MÉDICO PATERNALISTA

El veterano actor Everett Sloan, más conocido por su interpretación de Mr. Bernstein en la mítica "Ciudadano Kane" (Orson Wells, 1941), fue el elegido para darle vida al Dr. Brock, el jefe médico del hospital de parapléjicos. No es un militar, si bien dirige a su equipo como si de un general se tratase. Él se responsabiliza de la visita de los enfermos, de la cruda información a los familiares y del gobierno del personal.


Everett Sloane, rocoso Dr. Block

En los años 40 y 50 del pasado siglo XX todavía predominaba el modelo asistencial del médico paternalista. Sabio y profesional, él toma las decisiones sobre "sus pacientes" según su formación y su experiencia, quedando los enfermos reducidos al papel de meros comparsas obedientes de las recomendaciones facultativas.

En el comienzo de la película, en una escena ambientada en la iglesia del hospital, el Dr. Brock advierte a los familiares de los heridos de los síntomas y de las consecuencias de su enfermedad: dolor, espamos musculares, grandes llagas (úlceras por decúbito) y posible parálisis de la vejiga y de los intestinos. Pero también los reconforta dejando abiertas las puertas a la recuperación parcial mediante tratamiento médico y quirúrgico, alimentación adecuada, rehabilitación física y autocuidado.

Este film también recoge las preguntas e inquietudes de los cuidadores respecto a sus familiares lisiados: el pronóstico y la supervivencia de la enfermedad, la mortalidad de la misma, las posibilidades de regeneración medular, la disfunción eréctil y la vida sexual de los afectados, la incontinencia de esfínteres, las traumáticas secuelas psicológicas...

Ellen "Elly" Wilocek (Teresa Wright), la novia y futura esposa de Bud asiste atenta a todas estas explicaciones. Sumido en la tristeza y en el aislamiento, el joven teniente parapléjico la rechaza y no quiere que le visite en el hospital, deseando poner punto y final a la relación sentimental entre ambos.


Luminosa Teresa Wright

CINEFILIA

Apuntamos aquí el excelente trabajo de la actriz en este papel, ya que su aspecto dulce y cándido le había granjeado el éxito anteriormente como Eleanor Gehrig, la esforzada esposa del malogrado Lou Gehrig (Gary Cooper) en "El orgullo de los Yankees" (Sam Wood, 1942) - ya comentada en este mismo blog cuando se trató la ELA - y como Carol Bendon, la joven novia protagonista de "La señora Miniver" (William Wyler, 1942), drama ambientado también en la 2ª Guerra Mundial.


En las últimas escenas del film, cuando Bud regresa a casa para vivir en matrimonio con Ellen, una pequeña barrera arquitectónica, unos peldaños en la rampa del jardín, parecen hacer dudar al decidido veterano. La amorosa mirada de su esposa disipa cualquier incertidumbre.

Y por supuesto, mención especial a la banda sonora de Dimitri Tiomkin, todo un clásico.