martes, 23 de enero de 2018

TRASPLANTES CARDIACOS. DOS MIRADAS DIFERENTES: "REPARAR A LOS VIVOS" versus "JOHN Q"


- "No sé si quiero vivir con el corazón de un muerto"...
Claire Méjean (Anne Dorval) en "Reparar a los vivos" (Katell Quillévéré, 2016)

Proponemos una nueva aproximación cinematográfica a las cuestiones relacionadas con los trasplantes de órganos justo cuando España acaba de ratificar nuevamente su liderazgo en esta materia. Y lo ha hecho batiendo su propia plusmarca, pues durante el año 2017 se alcanzó por primera vez la cifra de 46.9 donantes por millón de habitantes. En nuestro país se realizan 14 trasplantes diarios y 6 personas donan sus órganos para tal finalidad.

Más concretamente, y con mayor o menor éxito, en la historia del cine se han realizado diferentes aproximaciones a la temática de los trasplantes cardíacos. Sin ir mucho más lejos, y en este mismo blog, existen reseñas comentadas para cintas truculentas como "Inhale" (Baltasar Komákur, 2010), "Negocios ocultos" (Stephen Frears, 2002) o "Repo Men" (Miguel Sapochnik, 2010), y sobre todo "Dioses" (Lukasz Palkowski, 2014), un relato ciertamente más veraz sobre la épica de los primeros trasplantes de corazón en Polonia



Entendemos enriquecedor confrontar perspectivas contrapuestas para todas estas cuestiones en propuestas cinematográficas tales como "Reparar a los vivos" (Katell Quillévéré, 2016) y "John Q" (Nick Cassavetes, 2002), ejemplos representativos de los diferentes procederes para los trasplantes de corazón a ambas orillas del Atlántico.

"REPARAR A LOS VIVOS": LA PROPUESTA FRANCESA

Sobre la película gala, partimos de dos críticas antagónicas que pueden resumir cómo deberíamos evaluar este film nominado en su día al Premio César en el apartado de mejor guión adaptado, sobre la novela homónima de la escritora Maylis de Kerangal.


La primera apreciación resulta adversa y está firmada por el crítico Luis Martínez, del Diario El Mundo, cuya percepción se resume en "un simple tutorial para personal sanitario", mientras que otra reseña más benévola viene de la mano de Federico Marín Bellón, del Diario ABC, que ensalza la sensibilidad de la directora y su visión del dolor, equilibrada y bifocal.

Con el primero compartimos el criterio de que los espectadores relacionados con el ámbito sanitario profesional sean los que más provecho obtengan de la contemplación de esta cinta, si así pudiera decirse. Del segundo crítico destacamos la idea de que para que un enfermo sobreviva un prójimo joven y sano inexorablemente tiene que morir.

EL DONANTE

Las secuencias iniciales, con unos jóvenes practicando surf de las playas normandas de Le Havre (Francia) resultan cautivadoras. La habilidad del director de fotografía Tom Harari nos va sumergiendo en el gélido embravecido oleaje mientras desasosegados aguardamos un inminente y repentino accidente deportivo que nunca llegará a producirse.


Gabin Vernet es Simon

Sin embargo, la muerte cerebral del protagonista, Simon (Gabin Verdet) acontecerá tras una absurda colisión automovilística de regreso a casa, lo que desata el drama familiar entre los padres, Marianne (la actriz y modelo Emmanuelle Seigner) y Vincent (el actor y rapero francés de origen portugués Kool Shen), que irán evolucionando progresivamente desde una dolorosa fase inicial de rechazo hacia la resignada asunción de la pérdida del hijo amado, rubricado con ese gesto de amor y generosidad que representa la donación de  órganos.


CINEFILIA

Disfrutaremos de espléndidas secuencias surferas en legendarios documentales como "The Endless Summer" (Bruce Brown, 1966), su segunda parte homónima de 1994 y "Morning of the Earth" (Albert Falzon, 1971), o en recordados films como "El gran miércoles" (John Milius, 1978), "Le llamaban Bohdi" (Kathryn Bigelow, 1991) o "Drift" (Ben NottMorgan O´Neill, 2013).



LA ESCALA DE COMA DE GLASGOW

El Doctor Pierre Révol (Bouli Lanners) es el responsable del área de Urgencias del Hospital de Le Havre. Su equipo se encarga de mantener con vida al infortunado muchacho mientras que su colega, el Doctor Thomas Rémige (Tahar Rahim), intenta conseguir la autorización familiar para la donación de órganos.

Cuando Simon ingresa en el centro, su primera valoración se realiza mediante la Escala de Glasgow, diseñada para evaluar en la práctica el nivel de alerta de los seres humanos.

Fue ideada en 1974 por los neurocirujanos británicos Bryan Jennett y Graham Tisdale, del Instituto de Ciencias Neurológicas de la Universidad de Glasgow, intentando valorar el estado de consciencia en los traumatismos craneoencefálicos.



Cuanto menor es la puntuación obtenida en la Escala de Glasgow, mayor será la gravedad de la lesión y más profundo el coma. En la ficción cinematográfica, Simon ingresa en Urgencias con una Glasgow de 3 puntos.

CINEFILIA

Cuando el Doctor Révol interroga a la madre de Simon sobre los antecedentes patológicos de su hijo, ella le refiere fracturas anteriores del cóccix y las muñecas, infaustas consecuencias de la práctica del ciclismo y del monopatín.

Basada en un guión del ex- skater profesional Stacy Peralta, en "Los amos de Dogtown" (Catherine Hardwicke, 2005) descubrimos la verdadera historia de los Z-Boys, el mítico grupo de jóvenes que en los años 70 disfrutaba patinando por la calles y surfeando sobre las olas de Venice Beach, en California, vencedores de varios campeonatos mundiales de monopatín.



LA RECEPTORA

La novela original de Mayilis de Kerangal no dedica demasiada atención al personaje receptor de la donación, Claire Méjean (la actriz candiense Anne Dorval), una madura y virtuosa violinista que padece una cardiopatía degenerativa irreversible. Gracias al guión de la propia directora conocemos sus tribulaciones personales familiares, dos hijos de personalidades bien definidas y contrapuestas, el temperamental Maxime (Finnegan Oldfield) y el delicado Sam (Théo Cholbi). Completa este singular cuadro la presencia de la antigua amante, la pianista Anne Guérande (Alice Taglioni).


El Hospital de la Pitié-Salpêtrière está ubicado en el Distrito XIII de París. Fue construido en la época de Luis XIV como un hospital general para pobres y vagabundos, e inicialmente estaba dividido en tres partes: La Pitié para los niños, Bicétre para los hombres y La Salpêtrière para las mujeres. En sus dependencias actuales se ubican las consultas en las que los cardiólogos atienden a Claire.

LA AGENCIA DE LA BIOMEDICINA

Mediante este corolario derivado de "Reparar a los vivos" comprendemos cómo trabaja la Agencia de Biomedicina, una institución pública de carácter administrativo responsable en Francia de la extracción y trasplante de órganos y tejidos, además de otras funciones como la extracción y trasplante de médula ósea, reproducción asistida, investigación con células madre embrionarias humanas, diagnóstico prenatal e pre-implantacional y genética humana.



La selección de donantes y receptores, así como el trasplante de órganos es una prioridad nacional en Francia, y así está recogido por sus leyes. Se organiza territorialmente, incluyendo sus circunscripciones de ultramar (el protagonista de esta película nació en La Reunión) y trabaja en coordinación con profesionales específicos en cada hospital. Uno de sus objetivos primordiales es la reducción de la lista de pacientes en espera de un trasplante.

Como novedad, a partir del 1 de enero del año 2017, los ciudadanos franceses deberán dejar formalmente registrada en vida su oposición a convertirse en donantes de órganos. En caso contrario, las autoridades sanitarias presumirán automáticamente la condición de donante.

En la película, Hamé Gaye (Steve Tientcheu) trabaja para la Agencia de la Biomedicina y es el primero en avisar a la Doctora Lucie Moret (Dominique Blanc) para que active a su equipo de trasplantes cardíacos. Virgil (Karim Leklou) y Alice (Alice de Lencquesaing) serán los encargados de volar entre París y Le Havre en la procura del corazón de Simon para Claire.


Dominique Blanc es la Doctora Lucie Moret, de La Pitié-Salpêtrière

CINEFILIA

La actriz francesa Dominique Blanc interpretó a la Doctora Challes en "Patients" (Grand Corps Malade, Medhi Idir, 2016), la historia de un deportista que se queda tetrapléjico confinado en una cama después de sufrir un accidente al zambullirse en una piscina medio vacía.

CINEFILIA

"Un coeur qui bat" (Christophe BarraudSophie Révil, 2011) es un documental francés de 100 minutos de duración, una coproducción de Escazal FilmsFrance 2Planete + y RTBF.

Su argumento resulta muy semejante al pacto de vida desvelado en "Reparar a los vivos": las historias de los pacientes, sus familiares y los médicos desde el doble enfoque del donante y el receptor, en este caso el joven Julian de 17 años (Florian Choquart), enamorado y aficionado al motociclismo, y Maud (Salomé Stévenin), una maestra de 26 años nacida con una cardiopatía congénita.




Salomé Stévenin es Maud




Los EEUU de Norteamérica se gastan en sanidad alrededor del 16% de su PIB. Esto representa casi el doble que España (un 8.5%, sumando el gasto público y privado). A pesar de todo, los expertos advierten que existen 47 millones de estadounidenses sin ninguna cobertura sanitaria. Por no recibir atención sanitaria, cada año mueren allí alrededor de 45000 prójimos, si bien algunos investigadores estiman esta cifra en cerca de 100000, dado que 65 millones de norteamericanos tienen una cobertura sanitaria insuficiente porque sus pólizas sanitarias cubren un número reducido y limitado de servicios médicos.

También es cierto que allí existe Medicare, un programa de financiación federal que provee de asistencia médica a todos los norteamericanos mayores de 65 años, y a los menores de esa edad considerados como discapacitados, con graves problemas de salud (cáncer, diálisis...)


El profundo debate político desarrollado durante los mandatos de Barack Obama y el Partido Demócrata frente a los representantes del Partido Republicano, en la procura de una asistencia sanitaria universal para todos los ciudadanos estadounidenses, a punto estuvo de paralizar su economía nacional (y por ende, la planetaria). 

Muchos denominaron Obamacare a aquella propuesta presidencial norteamericana. Con la posterior elección de Donald Trump como 45º presidente de los EEUU y su implacable oposición al sistema sanitario de su antecesor,  veremos en realidad cómo podría acaba todo esto.

En aquellos conflictivos días, a buen seguro "John Q" (Nick Cassavetes, 2002) volvió a ponerse de actualidad. El guión de este film corresponde a James Kearns, que colaboró con el propio Cassavetes, cuya hija padeció en la vida real una cardiopatía congénita. La película nos presenta la lucha de un padre por salvar la vida de su hijo gravemente enfermo, inmerso en un sistema sanitario cruel que no cubre la asistencia de demasiadas patologías.

El padre es John Quincy Archibald (Denzel Washington), representado en esta ocasión por el famoso y solvente actor de color, una garantía de éxito taquillero.




Denzel Washington, Kimberly Elise y Daniel E. Smith son la familia Archibald

El niño es Michael "Mike" Archibald (Daniel E. Smith), un pequeño enfermo con una grave insuficiencia cardíaca cuya única esperanza depende de un trasplante. Por su temática especial, este film que pulsa las fibras afectivas especialmente más sensibles, cosechó críticas más favorables por parte del público que de la prensa especializada. Tal vez tengan la culpa algunas de sus escenas finales, en nuestra modesta opinión ineficaces para redondear la obra.

CINEFILIA

En 2007, Daniel E. Smith encarnó al personaje de Demitri en uno de los episodios de la exitosa serie televisiva "Urgencias" (1994 - 2009), creada por Michael Crichton y popularizada, entre otros, por el galán George Clooney en el papel del pediatra Dr. Doug Ross.

CINEFILIA

El cine ha abordado en diversas ocasiones cuestiones relacionadas con los trasplantes de órganos. En el caso concreto del corazón, Clint Eastwood se convierte en "Deuda de sangre" (Clint Eastwood, 2002) en el veterano detective Terry McCaleb, el receptor de un nuevo órgano procedente de una de las víctimas de un asesino en serie que además pretende acabar también con su propia vida.



En este film, la obstinada Dra. Bonnie Fox (Anjelica Huston) se esfuerza para que su díscolo paciente siga sus indicaciones terapéuticas.

En "Siete almas" (Gabrielle Muccino, 2008), el popular Will Smith en el papel de Ben, el protagonista, intenta redimirse gracias a una donación multiorgánica programada, ciertamente altruista pero carente total de verosimilitud desde el punto de vista médico y científico.



Siguiendo con estos ejemplos, tampoco podemos olvidarnos del ejemplar documental "El corazón de Yenin" (Leon Geller, 2008), la historia del padre palestino que donó los órganos de su hijo para varios niños judíos; Ahmed Chatib, de 12 años de edad, había caído bajo las balas del ejército israelí mientras jugaba con una pistola de juguete, en el campamento de refugiados de Yenin.


En nuestra modesta opinión, "John Q" es una película sobrevalorada. Dejando a un lado la visión estrictamente médica del caso del trasplante, la situación que nos plantea resulta especialmente inverosímil. Y no nos referimos al entorno social donde se desarrolla (recesión económica, paro, indefensión frente a las aseguradoras), sino al secuestro y su resolución in extremis gracias a la milagrosa aparición de un donante, la bella desconocida conductora del BMW (Gabriela Oltean) que perece en uno de tantos accidentes de tráfico.

Tan mal parados como las cicateras aseguradoras sanitarias y el despiadado sistema sanitario estadounidense resultan algunos médicos como el experto cirujano cardiovascular, el Doctor Raymond Turner (James Woods), en clara contraposición con otros facultativos mucho más humanos como la Doctora Ellen Klein (Larissa Laskin), una todoterreno de las Urgencias hospitalarias, o el solícito eficiente enfermero Reggie (James Finnerty).


Anne Heche y James Woods son la directora Rebecca Payne y el Doctor Turner

Mención aparte merece la figura de Rebecca Payne (Anne Heche), la impasible directora financiera del imaginario Hospital Hope de Chicago, que sufrirá una transformación personal desde la indolencia inicial hasta la solidaridad caritativa (unos 250000 dólares de la época) con la familia Archibald.


Robert Duvall y Ray Liotta son los policías Frank Grimes y Gus Monroe

Y en una película ciertamente dualista y polarizada entre héroes y villanos, no podían faltar los personajes del policía bueno, el teniente Frank Grimes (encarnado por el veterano Robert Duvall), frente al engreído jefe de policía Gus Monroe (Ray Liotta).

TRASPLANTES Y COMPATIBILIDAD

Esta es una cuestión planteada en esta película. De sobra es conocido que el éxito de un trasplante cardíaco depende en gran parte de la compatibilidad donante-receptor.

Para ello se analizan una serie de proteínas de superficie en las células del organismo, el sistema HLA (en español antígenos leucocitarios humanos). Un simple análisis de sangre sirve para su determinación.

Recibimos el 50% de estos antígenos de nuestro padre y el otro 50% de nuestra madre, de ahí la mayor probabilidad de encontrar posibles donantes entre los familiares del enfermo.

Existen diferentes tipos de antígenos pertenecientes al sistema HLA, denominados A, B, C, DR, DQ y DP. Para demostrar la compatibilidad de un hermano como donante deberá demostrarse la identidad de estos 6 antígenos: A, B, DR maternos y A, B, DR paternos). Si el posible donante no está emparentado con el receptor, es necesaria la compatibilidad de 8-12 antígenos iguales.



En "John Q", el guionista James Kearns contempló la eventualidad de dos donantes de un corazón viables para el pequeño Mike Archibald: por una parte, su propio padre, que debería morir para que su hijo viviera; por otra parte, la conductora del BMW fallecida en el accidente de circulación con el que comienza la película, y a la postre, la donante decisiva.

Todo esto era sí en el año 2002, cuando se filmó esta película. En el Hospital Gregorio Marañón de Madrid (España) se ha llevado a cabo el primer trasplante cardíaco infantil entre un donante y un receptor incompatibles. Y todo ello porque se ha descubierto que los niños nacen sin anticuerpos capaces de atacar a los grupos sanguíneos distintos a los suyos, la causa principal del rechazo del órgano trasplantado.

Durante los primeros 15 meses de vida, con un sistema inmune todavía inmaduro, los niveles de anticuerpos se mantienen son muy bajos. En el circuito de circulación extracorpórea empleado en todos los trasplantes, los especialistas establecieron una especie de filtro capaz de eliminar los anticuerpos generados frente al grupo sanguíneo del donante (isohemaglutininas), además de transfundir plasma y plaquetas libres de anticuerpos y compatibles tanto con el grupo del donante como con el del receptor.

Obviamente, esta innovadora técnica, que combate el rechazo inmediato y el futuro, sólo se puede emplear con éxito en trasplantes infantiles. Ya son 300 los niños trasplantados de esta manera a nivel mundial.