domingo, 12 de diciembre de 2010

RETRATS


Caty, Jaime, Carles, Lluís, Pilar, Antonia, Isabel y Jordi


La compleja relación entre el arte y la locura ha hecho correr ríos de tinta. Los estereotipos sobre el artista enfermo, más de lo mismo. Entonces, ¿dónde se sitúa la difusa frontera entre la enajenación y la genialidad? ¿Existe un perfil psiquiátrico artístico?



En "Retrats" (Pau Itarte - Quim Fuster, 2010) salen a colación dos clásicos: Van Gogh y Beethoven.



Las expresiones artísticas, ya sean plásticas, musicales o literarias han servido como vehículo de comunicación empleados por gran cantidad de enfermos, que de esta manera consiguen ahuyentar sus miedos, su angustia y su desesperación. Como terapeutas no debemos desperdiciar esta oportunidad.


Desde tiempo inmemorial, el ser humano ha empleado las representaciones pictóricas como medio de comunicación, incluso antes que la palabra escrita. También es cierto que determinados pacientes aquejados por diferentes patologías psiquiátricas encuentran en la pintura un canal de expresión más efectivo que la propia verbalización de sus dolencias.




"El grito". Edvard Munch

("la locura y la enfermedad fueron los ángeles negros que guardaron mi cuna...")

Este documental es una singular muestra de ello. La aventura se gestó cuando los autores contactaron con Llibertat Canela, una veterana luchadora antifranquista que iba a protagonizar un reportaje sobre la guerrilla de los maquis en Cataluña. Así pudieron conocer a su hijo, el pintor Lluís Gràcia, afectado por ezquizofrenia, que además impartía clases en un taller de pintura para enfermos psiquiátricos. El propio artista estuvo ingresado en varias instituciones hasta que descubrió la pintura como una forma de afrontar su enfermedad.




Lluís y un grupo de pacientes de la AREP (Associació per la Rehabilitació del Malalt Mental) desarrollan una experiencia altamente satisfactoria, plasmada en "Retrats". En palabras de sus creadores, este documental no pretende ser una aproximación científica a la esquizofrenia. Los protagonistas son los enfermos, no la enfermedad. 


En esta línea, nos ha recordado la estupenda "1% esquizofrenia" (Ione Hernández, 2006), también reseñada en este blog.






En la película no se mencionan los medicamentos, excepto en una escena en la que  la madre de Pilar, una de las protagonistas del documental, le insiste en el valor del tratamiento farmacológico y su contribución al bienestar de los pacientes.


Un hecho especial nos ha llamado poderosamente la atención: la estoica manera en que todas estas personas asumen sus enfermedades, el enorme sufrimiento que la esquizofrenia les ha provocado a nivel personal y familiar. Aún así, Isabel y Caty se muestran enormemente ilusionadas ante la posibilidad de normalizar su vida cotidiana en pareja.


El polifacético artista mutante Evru (Albert Porta - Zush) también participa en este documental, ayudando a los enfermos a realizar una serie de collages muy creativos...











Para saber más:


lunes, 6 de diciembre de 2010

CONTROL



When routine bites hard,

and ambitions are low,

and resentments ride high,

but emotions won't grow,
and we're changing our ways, taking different roads.
Then love, love will tear us apart again.
love, love will tear us apart again.
You cry out in your sleep,
all my failings exposed.
and there's a taste in my mouth,
as desperation takes hold.
just that something so good just can't function no more.
But love, love will tear us apart again.
love, love will tear us apart again.
love, love will tear us apart again.
love, love will tear us apart again.


Si hacemos caso al testimonio del propio director, "Control" (Anton Corbijn, 2007) no es un biopic, un documental sobre la desdichada existencia de Ian Curtis, el compositor y vocalista del grupo musical Joy Division. Es una dramatización sobre la vida de un artista enfermo, líder de un grupo de culto, introvertido, sensible y melancólico, una suerte de poeta maldito contemporáneo en el sentido de los clásicos franceses Rimbaud o Verlaine. Tampoco rehusó beber de otras fuentes líricas, como el romanticismo de William Wordsworth o la poesía beatnik Allen Ginsberg.


Corbijn, fotógrafo de profesión, era un experto conocedor de la escena musical británica a finales de los 70. Además de sus retratos de Joy Division, trabajó para otras exitosas bandas como U2 o Depeche Mode (dirigiendo también alguno de sus exitosos videos). 




Ian Curtis (1956- 1980)

El guión de la película fue obra de Matt Greenhalgh, que se basó para ello en el libro "Touching from a distance" (1995), el relato autobiográfico escrito por Deborah Curtis, la viuda del malogrado cantante de Manchester, donde relata sus tribulaciones matrimoniales (ambos se casaron con apenas 18 años), sus contínuas separaciones, la infidelidad de Ian con su novia belga Annik Honoré (Alexandra Maria Lara) la trastornada personalidad del artista, víctima constante de la depresión y de ataques epilépticos.



Las caracterizaciones de Ian Curtis (Sam Riley) y de su esposa Debbie (Samantha Morton) son perfectas. El parecido entre el actor y el artista resulta sorprendente. Además, sus interpretaciones de las crisis comiciales son harto convincentes. El protagonista de repente pierde el sentido y se desploma inconsciente, comienza a tener violentos espasmos musculares y convulsiones tónico-clónicas, acompañadas de la emisión de espumarajos por la boca. En el film no llegamos a constatar la pérdida del control de los esfínteres, aunque podría ser probable.
 
Recordemos que Ian Curtis llegó incluso a sufrir algunas crisis sobre los escenarios, tal y como se recrea en la siguiente escena perteneciente a la película "24 Hour Party People" (Michael Winterbottom, 2002). En este film es el actor Sean Harris el encargado de darle vida al lider de Joy Division.



Además de padecer epilepsia (tipo grand mal), algún experto ha etiquetado la patología psiquiátrica de Ian Curtis como un probable trastorno bipolar. Todo ello unido a su angustia vital, a su desesperación, a la deficiente respuesta ante los fármacos antiepilépticos, y al abuso del tabaco y del alcohol terminarían por reforzar unas ideas autolíticas que culminó fatalmente el 18 de mayo de 1980. Previamente ya había intentado quitarse la vida con una sobredosis de fármacos.


Después de contemplar "Stroszek" (Werner Herzog, 1977), la historia de otro perdedor y suicida, un inadaptado músico callejero que trata de recuperarse del alcoholismo junto a una prostituta, y tras escuchar "The Idiot" (1977), el álbum del iconoclasta Iggy Pop, Ian Curtis se ahorcó en la cocina de su propia casa, empleando para ello el cordaje de un tendedero retráctil que pendía del techo... 








LA EPILEPSIA Y EL SUICIDIO


La epilepsia es una enfermedad que puede coexistir con una serie de problemas psiquiátricos que pontenciarían el riesgo de suicidio, como por ejemplo la ansiedad, los trastornos afectivos, la psicosis, los trastornos de la personalidad y el déficit intelectual. Precisamente cuando Ian está siendo atendido en el hospital tras sufrir una crisis, su compañero Hooky (Jon Anderson) confiesa que hasta entonces él pensaba que la epilepsia era cosa de tarados...


La revista Drug Safety publicó en el año 2007 un artículo firmado por Vladimir V. Kalinin en la que al autor realiza una revisión pormenorizada de la relación entre los fármacos antiepilépticos y el suicidio.




En los enfermos epilépticos, la comorbilidad psiquiátrica es un factor de riesgo para el suicidio, sobre todo cuando se padece una epilepsia temporal o cuando las crisis son generalizadas y complejas, como parece ser en el caso que nos ocupa.


En el 50% de los epilépticos presentan trastornos en el lóbulo temporal, que se manifiestan como alteraciones de la función ejecutiva y de la memoria de trabajo. La mitad de estos pacientes cumplirían además criterios de depresión mayor. Cierta disfunción ejecutiva, a modo de indecisión y de toma de decisiones contradictorias, es patente en el personaje de Ian Curtis.






Existe una base neuroquímica común en la patogénesis de la depresión, la ansiedad, los comportamientos obsesivos y violentos, y en el riesgo de suicidio: Se trata de una disfunción del sistema serotoninérgico, pues la serotonina tendría un papel protector de las conductas autolíticas. A su vez, este neurotransmisor también ha sido relacionado con determinados tipos de epilepsia, pues niveles bajos de serotonina disminuyen la neurogénesis.


Respecto al tratamiento farmacológico de la epilepsia, del artículo de Kalinin podemos extraer las siguientes conclusiones:

  • Fenobarbital o fenobarbitona: un barbitúrico comercializado por Bayer en 1912, empleado como sedante e hipnótico hasta que surgieron las benzodiacepinas en los años 50 del pasado siglo XX. Fármaco con una historia siniestra, pues fue elegido por los médicos nazis en sus programas de eugenesia para exterminar a los recién nacidos que nacían enfermos o con malformaciones físicas. Se empleó en la epilepsia al demostrar su efectividad en un amplio número de crisis, siendo además muy barato. Pero tenía importantes efectos negativos sobre las esferas cognitiva y afectiva de los pacientes. Se sospechó que su neurotoxicidad (por el déficit de folatos), potenciada en los tratamientos a largo plazo, podía provocar un incremento en el riesgo de suicidio de los así tratados, especialmente en las mujeres.
  • Fenitoína o difenilhidantoína: descubierta en 1908, aunque comenzó a usarse como anticonvulsivante en 1938. Aunque aparentemente menos nocivo que el fenobarbital, el tratamiento con este fármaco también puede provocar un déficit de folatos, que podría asociarse a la depresión y al mayor riesgo suicida.
  • Carbamazepina: a nivel neuroquímico produce un incremento de la serotonina. Sus propiedades anticonvulsivantes podrían tener un efecto neuroprotector sobre las estructuras cerebrales. Al parecer disminuiría el riesgo de suicidio por sus efectos antidepresivos. Se ha demostrado una correlación inversa entre la dosis media diaria de este fármaco y las tendencias suicidas.
  • Oxcarbazepina: escasos estudios y fármaco no evaluado suficientemente. No existen datos concluyentes.
  • Tiagabina: es un inhibidor de la recaptación del GABA que se utiliza como terapia coadyuvante en la epilepsia parcial refractaria. Su relación con las tendencias suicidas tampoco ha sido ampliamente estudiada, pero se recomienda precaución en su empleo con pacientes con elevado riesgo suicida.
Aquí no entramos a valorar otros fármacos como el valproato, el topiramato, la lamotrigina, la gabapentina, la vigabatrina, el levetiracetam o la zonisamida porque no se mencionan en este film.






Aún considerando que no estamos ante una película autobiográfica, no disponemos de demasiados datos cinematográficos que nos aporten información sobre el tipo de epilepsia que padece nuestro protagonista. 


En su adolescencia constatamos que parece sufrir una ausencia durante una clase de química (el muchacho estaba jugueteando con las letras de su nombre I-A-N hasta convertirlas en I-AM).


Junto a su colega Nick (Matthew McNulty) tiene una extraña costumbre: visitar a las ancianas de la vecindad con la finalidad de hurtarles algunas pastillas de su botiquín, para luego experimentar con los efectos de la medicación. Somos testigos como ambos muchachos ingieren unos comprimidos de "cirazapan", un supuesto fármaco antipsicótico destinado al tratamiento de la esquizofrenia, entre cuyos efectos secundarios destacarían somnolencia, apatía, agitación y visión borrosa. El consumo de determinadas drogas y el abuso alcohólico pueden ser causas que desencadenen una epilepsia en la adolescencia.


Trabajando como orientador laboral en la dura etapa de los gobiernos de Margaret Thatcher, Ian es testigo del ataque epiléptico que sufre una muchacha a la que estaba atendiendo. Impresionado por tan desagradable experiencia escribirá la letra de la canción "She´s lost control"...





Después de sufrir un ataque epiléptico cuando regresaba de una actuación con su grupo, Ian es atendido en las urgencias de un hospital. Allí le prescriben fenobarbitona. Mientras no obtiene una cita con el neurólogo, es atendido por un médico ciertamente escéptico (Paul Arlington) que le instaura un tratamiento contra la epilepsia, un verdadero cóctel de pastillas, y le informa de los posibles efectos desagradables de la medicación:

  • Carbamazepina: sarpullidos, visión doble, somnolencia, mareos, meteorismo...
  • Fenitoína: somnolencia, acné, inflamación de las encías, náuseas, vómitos, confusión y lentitud mentales.
  • Tiagabina: un anacronismo, pues este fármaco fue aprobado por la FDA para el tratamiento de las crisis convulsivas parciales en adultos en 1998. Por lo tanto, resulta poco creíble que Ian Curtis tomase esta medicación a finales de los 70.
  • Oxcarbazepina: fue sintetizada en 1966 y aprobada para usarse como anticonvulsivante en 1990, en Dinamarca. En España se aprobó en 1993, en Portugal en 1997, y en el resto de los países de la UE en 1999. En los EEUU habría que aguardar hasta el 2000. Entre sus efectos secundarios más frecuentes están fatiga, náuseas y vómitos, vértigo, aturdimiento y también la visión borrosa. 
El doctor también le recomienda que evite trasnochar, acostándose temprano, y el consumo de bebidas alcohólicas, condiciones verdaderamente difíciles de cumplir teniendo en cuenta el ritmo de vida y actuaciones que por entonces llevaban los Joy Division.



PARA SABER MÁS...




La imagen de portada de su primer álbum para Factory Records, "Unknown pleasures" (1979) fue idea del bateria Stephen Morris, que la encontró en la Enciclopedia de Astronomía de Cambridge. Se trata de una representación de los púlsar sucesivos del púlsar PSR B1919+21, primero en ser descubierto, en 1967, en la constelación de Vulpécula,  por la astrofísica británica Jocelyn Bell Burnell. El sobrio formato final corrió a cargo del prestigioso diseñador gráfico Peter Saville.






La portada del segundo y último álbum de Joy Division, "Closer" (1980) muestra la fotografía de una hermosa sepultura. Vio la luz poco tiempo después de la muerte de Ian Curtis. La imagen elegida resultó una especie de fatal premonición.





Joy Division tomó su nombre de la novela "The House of Dolls" (1955), escrita por el superviviente del holocausto Yehiel De-Nur (nacido Yehiel Feiner) bajo el original seudónimo de Ka-tzetnick 135633. Así se denominaba al numeroso grupo de prisioneras de los campos de concentración nazis empleadas como esclavas sexuales para satisfacer a las tropas del Tercer Reich.





Ian Curtis era un gran aficionado a la literatura. Sus autores favoritos eran William S. Burroughs, J.G. Ballard y Frank Kafka, que influyeron decisivamente en varias de sus composiciones. También era un lector asiduo de la poesía de Allen Ginsberg. En una de las primeras escenas del film, mientras Ian se encierra en su cuarto para fumar y disfrutar de la música de David Bowie (y más concretamente del Lp "Alladin sane"), la cámara se detiene por unos instantes en una estantería donde reposan libros de JG Ballard ("Crash" y "La exhibición de las atrocidades"), Burroughs ("El almuerzo desnudo"), Norman Mailer ("Los ejércitos de la noche") y  Ginsberg ("Howl", por supuesto)...


UNA ANÉCDOTA: entre los libros de Curtis podemos observar también un ejemplar de "Ah Pook is Here", de William Burroughs, obra en la que empezó a trabajar junto al artista Malcolm McNeill en 1970. Esta historia apareció en una tira cómica de la revista inglesa "Cyclops". Tras la desaparición de la misma, ambos autores pensaron en desarrollar el concepto como un libro entero, una especie de "novela de palabra e imagen", una novela gráfica... ¡Está previsto que "Ah Pook is Here" se publique el próximo año 2011! Por lo tanto,  la aparición de esta obra como tal en la biblioteca de Curtis representaría un completo anacronismo, un típico error de racord...


OTRA MÁS... Siguiendo el testimonio de Deborah Curtis, su joven esposo decidió pintar la salita de estar de su humilde domicilio de Barton Street de color azul celeste... Más tarde, Ian le cuenta a su amante Aimee que su color favorito es precisamente ese azul tan especial, el mismo que luce en su equipación el Manchester City...







La guitarra que porta Ian Curtis en algunos de sus videos y actuaciones (como en el de la afamada "Love Will Tear Us Apart") es una Vox Phantom... Hoy en día una especie de reliquia, más apreciada por su curiosa forma que por su sonido...




Los actores Sam Riley y Alexandra María Lara son pareja en la vida real...




En "Control" también interviene el performance poet inglés John Cooper Clarke, nacido en Salford, dentro del área de influencia de Manchester, que comenzó a hacerse popular por el recitado de sus versos en los conciertos de algunos grupos señeros del movimiento punk británico, como los Sex Pistols, The Fall o los Buzzcocks.


domingo, 28 de noviembre de 2010

EL MILAGRO DE ANNA SULLIVAN



"El mayor consuelo en la desgracia es encontrar corazones compasivos"

Menandro

El pasado 28 de septiembre, a la edad de 88 años, nos dejaba el cineasta Arthur Penn tras una dilatada carrera repleta de éxitos.



"El milagro de Anna Sullivan" (Arthur Penn, 1962) se gestó a partir de la autobiografía de Hellen Keller (1880- 1960), la ejemplar escritora y oradora estadounidense obligada a vencer las barreras de la ceguera y de la sordomudez para triunfar en la vida. Precisamente su aprendizaje y primeras experiencias fueron recogidas en el libro "La historia de mi vida" (1903), que sirvió como base al guionista William Gibson para llevar a los escenarios y a las pantallas (television y cine) tan conmovedor relato.


Patty Duke (Helen Keller) y Anne Bancroft (Anna Sullivan)

El esfuerzo interpretativo llevado a cabo por Anne Bancroft en el papel de la maestra Anna Sullivan, y de la jovencísima Patty Duke, galardonada con el Óscar como mejor actriz de reparto, contribuyó notablemente al éxito de esta película. Ambas actrices ya habían realizado estos mismos papeles sobre los escenarios de Broadway en la versión teatral.


Este film comienza mostrándonos a la pequeña Helen víctima de una elevada fiebre, tal vez provocada por una enfermedad infecciosa como la escarlatina o la meningitis. Durante su convalecencia sus padres, el rico terrateniente Capitán Arthur Keller (Victor Jory) y su joven esposa Kate Keller (Inga Swenson), descubrirán horrorizados que su pequeña está completamente ciega y sorda.


La escarlatina está causada por el Streptococcus pyogenes del serogrupo A y debuta con un cuadro febril agudo y abrupto, acompañado de una erupción característica de esta enfermedad. Suele afectar a niños pequeños, entre los 2 y los 10 años de edad. Gracias al tratamiento precoz con antibióticos, hoy en día sus complicaciones suelen ser leves.


Respecto a la meningitis infecciosa, según su etiología pueden ser virales (más benignas), bacterianas (más graves) o micóticas (más raras). Esta enfermedad suele ser una causa frecuente de fiebre en recién nacidos y niños. Si no se trata adecuadamente puede dejar como secuelas daños cerebrales.


En este film, Arthur Penn rehuye en todo momento de la tentación de dotar a la obra de un tono almibarado o moralizador, que bien podrían corresponderle a unos hechos tales como los que se narran. La abnegada maestra, marcada por su propia experiencia como minusválida institucionalizada en la infancia, aboga en todo momento por conseguir la autonomía de la muchacha ciega - sordomuda, tratando de mantener alejado el sentimiento de compasión y la sobreprotección de la familia.  


Al disfrutar de sus escenas, la lucha tenaz llevada a cabo por Anna Sullivan para neutralizar el aislamiento y la agresividad de la joven Helen nos ha recordado aquellas épicas escenas protagonizadas por otros encarnizados rivales, como por ejemplo D´Hubert (Keith Carradine) contra Feraud (Harvey Keitel) en "Los duelistas" (Ridley Scott, 1977) o Sean Thornton (John Wayne) contra "Red" Danaher (Victor McLaglen) en "El hombre tranquilo" (John Ford, 1952)...

CINEFILIA:

Para el papel de Anna Sullivan se postularon también Ingrid Bergman (así lo aseguró ella misma en una de sus autobiografías), la rutilante Elizabeth Taylor y la frágil Audrey Hepburn. Finalmente Arthur Penn prefirió a Anne Bancroft, galardonada en 1960 con un prestigioso premio Tony por su trabajo como la obstinada maestra sobre los escenarios teatrales.


Cuando se filmó esta película, Katty Duke tenía ya 16 años, lo que obligó al director y a su equipo a caracterizarla para que aparentase no más de 7 - 8 años, la edad aproximada que tendría Helen Keller cuando comenzó a ser instruida por Anna Sullivan. 

En 1979, la mismísima Patty Duke se metió en la piel de Anna Sullivan para rodar la versión televisiva de esta obra, mientras la popular Melissa Gilbert (la inolvidable Laura Ingalls de "La casa de la pradera") interpretó a Hellen Keller.


Una jovencísima Melissa Gilbert como Laura Ingalls




En el año 2000, Nadia Tass dirigió "La hacedora de milagros", un nuevo remake televisivo de la historia, protagonizada por Allison Elliot como Anna Sullivan y por Hallie Kate Eisenberg como Helen Keller.



Por último, "Black" (Sajay Leela Banshali, 2005) nos cuenta la historia de Michelle McNally (Rani Mukherjee), una joven anglo-india que se queda ciega y sorda a los 18 meses como secuela de una enfermedad y también obligada a superar las barreras de su discapacidad.







domingo, 21 de noviembre de 2010

EL VELO PINTADO


"Los enfermos llegaban uno tras otro, desfilando ante médicos atónitos que nunca antes habían visto nada así. Parecían marionetas sin hilos, se les iba la vida. Cuarenta casos en una sola noche, la del 19 de octubre, en el Hospital de San Nicolás de Saint-Marc. Vómitos, diarrea y debilidad absoluta. Seguían pasando las horas y la avalancha era incontenible: 400 contagios el primer día, 1.000 el segundo"...



Estas líneas han sido entresacadas de la información reciente de un diario digital. Hacen referencia a la tragedia que padece Haití tras desatarse en su territorio la última y feroz epidemia de cólera.


Hace unos cuantos años, escribí una trabajo sobre otra epidemia similar, la que afectó a la ciudad de Ourense durante el año 1854. Las calamitosas condiciones sanitarias de mi ciudad a mediados del siglo XIX se convirtieron en el caldo de cultivo idóneo para la propagación de la enfermedad. Estas circunstancias han resultado desafortunadamente coincidentes con las vividas en el Haití contemporáneo, y también con las que se daban en el interior de China en las primeras décadas del siglo XX, escenario en el que se desarrolla la acción de "El velo pintado" (John Curran, 2006).

Nos encontramos ante un remake de aquel "El velo pintado" (Richard Boleslawski, 1934) protagonizado por la rutilante Greta Garbo en el papel de Katrin Koerber Fane.





En la cinta que nos ocupa, el guión de Ron Nyswaner está basado en la novela homónima del afamado y controvertido William Somerset Maugham, cargada de marcados elementos autobiográficos, pues este escritor británico (bisexual) mantuvo una turbulenta relación con Sirye Wellcome, esposa del magnate norteamericano de la industria farmacéutica Henry Wellcome. Fruto de aquel adulterio nacería una hija. El escándalo terminó en el divorcio del matrimonio y con las nuevas nupcias entre William y Syrie, que finalmente también terminarían separándose... En su aventurera existencia, Somerset Maugham viajó ampliamente por China, siendo por lo tanto un gran conocedor de su cultura y sociedad.


La novela data de 1925, fecha en la que también se inicia la película.    



William Somerset Maugham
http://reginairae.blogcindario.com/2007/03/00400-el-velo-pintado-de-william-somerset-maugham.html 

La inmadura y caprichosa Kitty (Naomi Watts) vive ociosa en el seno de una familia venida a menos en la alta sociedad londinense. Para escapar de la dependencia paterna acepta casi sin pensar la proposición de matrimonio que le hace el taciturno Dr. Walter Fane (Edward Norton), un médico bacteriólogo dedicado a la investigación. La joven pareja de recién casados pronto deberá partir hacia Shangai, donde Walter dirige un laboratorio de salud pública dependiente del gobierno colonial británico.


Naomi Watts (Kitty) y Edward Norton (Walter) son los Fane 

La monotonía cotidiana provoca la desidia y aburrimiento creciente en Kitty, mientras su marido se mantiene cada vez más abstraído en su trabajo. Tal vez por ello, la joven se arroja a los brazos del atractivo vicecónsul Charlie Townsend (Liev Schreiber), un seductor con fama de mujeriego y al que su propia mujer Dorothy (Juliet Howland) consiente todas sus infidelidades.

Liev Schreiber es Charlie Townsend 
Walter no tardará en descubrir el adulterio. Impasible, le da a su esposa dos opciones para evitar el decree nisi: o Charlie se divorcia de su mujer para casarse con Kitty o ella deberá partir con él hacia el interior del país, acompañándole a una remota ciudad devastada por una epidemia de cólera.


LA ENFERMEDAD...

El cólera es una enfermedad infecciosa causada por el Vibrio cholerae, un bacilo (en forma de coma) Gram negativo descubierto en 1854 por el italiano Filippo Pacini estudiando el contenido intestinal de los afectados. Ocurrió 30 años antes de los brillantes descubrimientos de Robert Koch en el campo de la bacteriología. 

Al parecer, el propio Koch se desplazó a la India y a Egipto para estudiar la pandemia entre 1881 y 1896, identificando una bacteria que denominó kommabazillen como causa de la enfermedad.


Nos encontramos en 1925. Los tratados de Historia de la Medicina nos informan que a finales del siglo XIX y principios del XX, y más concretamente entre los años 1899 y 1923, tuvo lugar una pandemia de cólera. La acción de la película se desarrollaría pues en los últimos coletazos de esta plaga.
Como en tantas otras ocasiones, como ocurrió en la India con el Ganges y en Haití con el Artibonite, las aguas infectadas constituyen el medio de transmisión de la enfermedad... 


Hoy en día resulta un clásico el estudio epidemiológico que John Snow hizo sobre el brote de cólera en Londres en 1854, descubriendo gracias a un mapa de casos aquella bomba de agua contaminada en Broad Street... En la película que nos ocupa, el Dr. Fane también ordena el cierre de un pozo de abastecimiento contaminado en el medio del pueblo.

Para atajar la enfermedad, el Dr. Fane deberá enfrentarse a las costumbres ascentrales de la población china, donde los cadáveres eran velados varios días antes de ser enterrados, precisamente en un cementerio bañado por las aguas de un afluente del caudaloso Yang Tsé Kiang, en el que los niños juegan y se bañan, y del que la población se abastece de agua para beber y cocinar.
A estas dificultades hay que añadir el odio a lo extranjero en plena efervescencia nacionalista china previa a la Segunda Guerra Mundial, y la lacra del feudalismo todavía imperante en muchas zonas rurales, donde el pueblo estaba obligado a sobrevivir en la más profunda miseria y cuyo descontento más tarde provocaría la revolución comunista de Mao Tse-tung (1949).
A pesar de todos los avances, el tratamiento del cólera sigue siendo sencillo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la administración precoz de la hidratación oral con líquido y sales minerales destinada a reponer los fluidos corporales que el paciente pierde por la diarrea y los vómitos abruptos. En los casos especialmente graves, es necesaria la infusión de líquido por vía intravenosa, como constatamos en el film.
En la película también observamos como se improvisa un hospital de campaña en las dependencias de un convento de monjas francesas. Los lechos de los enfermos apenas representan unas tablas maltrechas provistas de un agujero en el medio por el que se evacuan las deposiciones líquidas. El hedor es constante, nauseabundo, el calor, mórbido.
Precisamente trabajando en esas dependencias y en las del orfanato contiguo, la antaño indolente y veleidosa Kitty Fane consigue exonerar sus penas. Pero la redención llega tarde; una vez olvidado el recuerdo de su amante y descubierto el amor por su esposo, éste sucumbe ante la enfermedad que estaba combatiendo.
Existe alguna referencia a la vacuna contra la cólera, en esa época escasamente desarrollada.


El ritmo de la película se demora en algunas ocasiones, tal vez  para enfatizar la penosidad de las circunstancias en la que deben vivir y trabajar el matrimonio Fane. Algunos críticos han tildado este film como frío y academicista, aunque nosotros destacaríamos la belleza de sus imágenes que resaltan ciertos paisajes que parecen entresacados de las estampas tradicionales chinas.
El film en general, por su temática y ambientación, por el antagonismo entre la medicina asistencial y la investigadora, entre la práctica clínica y la salud pública, por la lucha del científico contra la ignorancia y la superchería, nos ha recordado aquel otro film varias veces reseñado en este blog, "Camino a la jungla" (Robert Mulligan, 1962)


Para todos los interesados en estas cuestiones, se recomienda visitar el magnífico siguiente enlace:






CINEFILIA
  • El propio Edward Norton convenció a Naomi Watts para que interpretara a Kitty, papel para el que en un principio se había pensado en Nicole Kidman. Norton y Watts fueron también productores de esta cinta.
  • En la banda sonora se puede escuchar uesta delicatessen: la melancólica Gnossienne nº1 de Erik Satie.