viernes, 26 de diciembre de 2008

LEJOS DE ELLA


Julie Christie y Gordon Pinsent en "Lejos de ella"



Tratar sobre la enfermedad de Alzheimer equivale a considerar, por partida doble, un profundo y desolador sufrimiento. Por una parte, el padecido por el propio enfermo; por otra, el de sus seres queridos y familiares.


La joven actriz, guionista y directora canadiense Sarah Polley, a la que recordamos especialmente por su excelente papel protagonista en "Mi vida sin mi" (Isabel Coixet, 2003), consigue mostrarnos en "Lejos de ella" las dos vertientes de ambos tormentos: el de Fiona Anderson (una rescatada y convincente Julie Christie) y el de su marido, Grant Anderson (el temperado Gordon Pinsent), taciturno observador del deterioro mental progresivo de su amada esposa. En mi opinión, con escasos elementos narrativos y un ritmo sosegado, Polley construye un drama intimista, repleto de ternura y de lirismo, escapando a la vez de los tópicos fáciles y de la sensiblería barata.


Y lo hace partiendo de un relato original de Alice Munro titulado "The bear came over the mountain". Para obtener un mayor impacto visual y efecto artístico, la directora escoje el paisaje boscoso de Ontario (Canadá), tapizado por una amplia capa de nieve inmaculada, y lo contrapone a las cálidas escenas del interior de las casas y de las cabañas de madera. El frío invernal se adueña de todo, así como la llama de la vida va extinguiendo su calor a medida que avanza el tiempo, inexorable.


Y por supuesto, está Julie Christie, con su espléndida belleza madura, como si ésta película hubiera sido concebida especialmente para su interpretación estelar. En los primeros planos, donde su presencia todavía ocupa plenamente la pantalla, compruebo que conserva gran parte del encanto de aquella Lara Antipova, nuestro inaccesible amor platónico de "Dr. Zhivago" (David Lean, 1965).

Julie Christie, hermosa Lara Antipova




LA PÉRDIDA DE LA MEMORIA


"No te preocupes, cielo; supongo que sólo estaré enloqueciendo..."



Nos encontramos ante el síntoma principal y más llamativo de esta enfermedad, sobre todo en lo que se refiere a la llamada memoria a corto plazo, que incluso dificulta el aprendizaje de nuevas habilidades y conocimientos. Una escena inicial del film nos muestra a una despistada Fiona confundiendo la nevera con una alacena, cuando intenta guardar una sartén recién lavada. Su esposo asiste a este primer desliz, silencioso y preocupado testigo.

Más adelante, la propia Fiona comienza a percatarse de que algo no marcha bien; entonces, coloca pequeños letreros de papel en los cajones de la cocina para recordar dónde debe guardar correctamente los cubiertos y el menaje.

En los créditos iniciales, sobre la nieve vírgen, la pareja de jubilados pasea abriendo surcos paralelos con sus esquíes de fondo. La metáfora de la enfermedad se muestra aquí con su especial crueldad, cuando Gordon emprende en solitario el camino a casa mientras su esposa, desorientada, continúa esquiando por la inmensidad blanca, sin destino ni referente.

El trastorno de la memoria semántica se encuentra también presente en la película, en una escena donde el matrimonio Anderson cena acompañados por una pareja de amigos. Fiona se levanta para servir vino. Toma la botella en sus manos y, de repente, no consigue recordar cómo se llama realmente lo que está intentando servir.

Este tipo de despistes le generan intranquilidad y tristeza: "la mitad del tiempo doy vueltas por ahí buscando algo que sé que es muy importante, pero no me acuerdo de lo que es...; creo que estoy empezando a desaparecer."


Y en cierto modo es cierto. Cuando uno va perdiendo sus recuerdos va dejando de existir.


EL CUIDADOR


Decíamos que el film no se olvida de la figura del cuidador, que debe asistir al deterioro progresivo de su ser amado. Estas palabras son puestas en boca de Fiona como trasfondo de una escena muy representativa del padecimiento del Alzheimer: un cazo abandonado sobre un fogón, con el agua hierviendo en su interior sin que nadie vigile la cocina. Grant retira el perol del fuego, mientras por la ventana ve cómo su esposa se aleja esquiando.


Los libros sobre la enfermedad hacen su aparición, incluyendo "El día de 36 horas" de Nancy L. Mace, una guía práctica destinada a los familiares y cuidadores de pacientes con Alzheimer y otras demencias seniles.


Antes de que el deterioro cognitivo de Fiona siga empeorando, la pareja toma una difícil decisión: ella ingresará temporalmente en una residencia especializada para su cuidado. La visita previa que Grant realiza a las instalaciones de Meadowlake (en realidad el Freeport Health Center de Kitcherner - Ontario) resulta conmoverdora. En su interior se percatará realmente de cuál será la evolución esperada para la patología degenerativa de su mujer. Cuando las visitas se marchan, cada enfermo se queda viviendo su olvido, en soledad.


En la residencia, Grant conoce a Marian Bark (Olimpia Dukakis), una mujer que visita a Aubrey (Michael Murphy), su marido afectado por las secuelas de una encefalitis vírica. Las asépticas salas y habitaciones de Meadowlake se convierten en el nuevo hábitat de Fiona, mientras el recuerdo de su hogar en la cabaña del lago se difumina irreversiblemente. Ella va olvidando quién es realmente Grant, su dilatada convivencia como pareja, y su puesto es ocupado por Aubrey. Éste, a su vez, parece revivir un amor de tiempos pasados, pues dibuja unos retratos de Fiona plenos de belleza y juventud.



Fiona, Grant y Aubrey


Con una entereza que sólo puede ser recreada en la ficción cinematográfica, Grant presencia las cariñosas atenciones que su esposa le dedica a su nuevo marido. Mediante la complicidad y las confidencias de la enfermera Kristy (Kristen Thomson), intentará comprender su nueva situación, su nuevo rol.


La lectura de "Las cartas desde Islandia", ese singular collage literario y poético escrito por W.H. Auden sobre el país helado de donde procede Fiona, se convierte en una herramienta al servicio de Grant para intentar reverdecer los recuerdos de su esposa.


El aislamiento del cuidador. Un anciano asistiendo a otro anciano. ¿Recuerdan la historia de María Josefa Ronderos? Tenía 80 años y padecía Alzheimer. Su marido se llamaba Rafael de Luis Villacorta, de 89 años. Vivían en Oviedo, en el barrio de la Monxina. El anciano atendía como podía a su esposa enferma. El 13 de diciembre de 2006, Rafael se suicidó, después de haber estrangulado a su mujer...


http://www.elpais.com/articulo/sociedad/anciano/mata/mujer/luego/suicida/Oviedo/elpepusoc/20061213elpepusoc_8/Tes


Desafortunamdamente, casos como éste empiezan a no resultarnos tan extraños y terribles cuando aparecen cada vez con mayor frecuencia en los medios de comunicación. La vacuna de la insensibilidad.


COLOFÓN


A pesar de que la memoria de Fiona se va deteriorando progresivamente, todavía conserva los recuerdos de las infidelidades de su esposo, en la época en que éste era un atractivo profesor universitario; a modo de reproche, incluso recuerda el nombre de alguna supuesta alumna y amante. Han transcurrido 44 años de matrimonio y 20 desde que Grant dejó la docencia universitaria. Desafortunadamente para él, la memoria a largo plazo de su mujer parece intacta...

La relación entre Fiona y Aubrey se le antoja a Grant una venganza por sus infidelidades pretéritas, una especie de represalia tipo donde las dan, las toman. Sin embargo, intentando recuperar la memoria de su esposa, su cualidad de seductor impenitente no le impide llevarse a la cama a Marian. A veces, estas historias de dobles parejas, se han dado realmente entre los cuidadores de enfermos terminales, como por ejemplo en casos de afectados por cánceres incurables o por irremediables enfermedades degenerativas. La línea entre el consuelo y el amor puede ser demasiado delgada. Este tipo de relaciones humanas, en situaciones especialmente emotivas provocadas por el final de la existencia, parece ser muy querida por Sarah Polley tanto como directora como actriz...

Ahora, imagínense que una mañana, al despertarse, no consiguen reconocer su cama, su habitación, su casa, su familia. Que todo lo que hasta ahora le ha resultado afable, usual, de repente se transforma en un algo ajeno y hostil...

Menos mal que alguien, con especial sensibilidad, incluyó en la banda sonora de esta película la balsámica "Harvest moon", del genial Neil Young...


http://es.youtube.com/watch?v=RZw_Hr4X3dE&feature=related

lunes, 22 de diciembre de 2008

XXY




Hace un cierto tiempo ya que en esta misma bitácora prestamos atención al delicado tema de los estados intersexuales. Esto ocurrió cuando comentamos "Cambio de sexo" (Vicente Aranda, 1977), la película española que nos muestra las desventuras de un muchacho que rechaza su condición masculina y desea convertirse en mujer. Este drama se centraba más bien en los aspectos psicológicos propios del transexualismo.

"XXY" (Lucía Puenzo, 2007) no es exactamente una película sobre transexuales. Basada en "Cinismo", un relato original de Sergio Bizzio, se desarrolla a partir del guión escrito por la propia directora argentina. En su génesis contó con la colaboración de los Ministerios de Cultura de España, de Asuntos Exteriores y de Cultura y Comunicaciones franceses.

Se centra en las vivencias y los sufrimientos de Alex (Inés Efron), un joven de 15 años afectado por el llamado síndrome de Klinefelter. Algunas reseñas informativas sobre este film, como por ejemplo la publicada en The Internet Movie Database (IMDB), consideran a Alex como un caso de hermafroditismo. Esta apreciación es equivocada. En un verdadero hermafrodita coexisten los aparatos genitales masculino y femenino, siendo capaz además de producir al mismo tiempo gametos de ambos sexos.


Esta patología, relativamente frecuente (pues afecta a 1 de cada 500 varones nacidos vivos) está causada por una alteración cromosómica. Los afectados presentan un cromosoma X supranumerario, y su genotipo es 47 XXY. Si bien la presencia de este cromosoma adicional es constante, la traducción clínica (sintomática) del mismo resulta variable, ya que existen muchos hombres "fenotípicamente masculinos", que no llegan a percatarse nunca de que son portadores de dicha alteración genética.

Debido a todo esto, la denominación como síndrome se encuentra actualmente en desuso. Los especialistas prefieren hablar de "varones XXY".

En aras de reforzar la credibilidad de la historia, el papel de Alex es encarnado por la joven actriz mejicana. La ficción cinematográfica trata de representar un caso más o menos florido del clásico síndrome genético: el chico presenta ginecomastia, mamas de desarrollo típicamente femenino, sin apenas vello facial ni corporal. Además, también están presentes una cierta labilidad emocional y la baja autoestima.


CINEFILIA

"El niño pez" (Lucía Puenzo, 2009) volvería a reunir a la directora y guionista con la actriz protagonista, esta vez en un drama basado en la relación sentimental que surge entre una niña rica de un barrio exclusivo de buenos aires (Lala - Inés Efron) y su criada paraguaya (La Guayi - Mariela Vitale Emme)



Las muñecas con las que el Alex niña jugó durante los primeros años de su vida, ahora tienen un pene añadido. En las paredes de su cuarto observamos colgada una imagen con el árbol genealógico de las especialidades médicas de Obstetricia y GinecologíaEn el cuarto de baño del muchacho, decenas de botes con medicinas homeopáticas.






Inés Efron es Alex, en "XXY"

Sin embargo no se constatan en Alex la disminución de su líbido, los trastornos del lenguaje y la lectura, ni las malformaciones genitales; aunque en ninguna escena del film llega a mostrarse claramente, intuimos que su pene puede ser más o menos normal.



En determinadas escenas vemos cómo Alex rechaza tomarse los corticoides (hidrocortisona) que le han sido prescritos para retrasar su virilización.


Alex tiene una iguana como mascota, para algunos, animal que simboliza la fertilidad y la abundancia...; por si fuera poco, el chico ha de enfrentarse con la ignorancia y la intolerancia de su comunidad, que rechaza a los que son diferentes. Unos bárbaros incluso intentan forzarlo, poseídos por una insana curiosidad.



Mediante amniocentésis o biopsia de las vellosidades coriónicas, muchos casos de varones XXY pueden ser diagnosticados antes de nacer. En la película se hace referencia a esta posibilidad, pues así lo relata el propio padre en el caso de Alex.

Pero, en este film, paralelas a la de Alex transcurren otras historias. Está la de Néstor Kraken (encarnado por un introspectivo Ricardo Darín, en las antípodas de sus mejores registros como pillo y vividor). El abrumado padre de Alex es un biólogo marino (¡qué apellido más sugestivo para un hombre que estudia la vida marina!), huido de la metrópolis bonaerense para refugiarse en el Instituto de Biología Marina de Piriápolis, en el litoral atlántico uruguayo, donde se dedica al cuidado de las tortugas marinas.



Tortugas disecadas en el zoo de Medellín (Colombia)

Kraken y su esposa Suli (Valeria Bertuccelli) en todo momento ven en Alex a una hija, a una chica adolescente, y como mujer la han venido tratando desde su nacimiento. Todas las fotos infantiles existentes en casa son las de un niña preciosa. Como padre se muestra reacio a cualquier tipo de tratamiento hormonal y quirúrgico de la patología de su hija. 

Intentando que Alex entienda su peculiaridad anatómica, Kraken le entrega su propio tratado, "Orígenes del sexo", libro que también vemos hojear al cirujano Ramiro (Germán Palacios) mientras viaja hacia Piriápolis con su familia.



En una secuencia clave en el desarrollo de la película, Kraken visita al dueño de una gasolinera, un hombre supuestamente XXY, que aceptó evolucionar desde el fenotipo femenino de su infancia hasta su realidad masculina definitiva.

También está la historia del pusilánime Álvaro (personaje bordado por el joven Martin Piroyanski), el hijo de Ramiro y Erika (Carolina Pelleritti), la pareja que visita a Alex y su familia en la cabaña de la playa. Apocado, tímido, introvertido, vegetariano, Álvaro está condenado a vivir bajo la sombra protectora de su padre, un brillante y prepotente cirujano plástico que valora tratar la problemática de Alex. 

En una escena especialmente dura, Álvaro le pregunta a su padre por qué no le tiene afecto, llorando mientras demuestra una admiración por el talento de su progenitor, sentimiento que no es recíproco. Enamorado de Alex, Álvaro acaba de descubrir su homosexualidad, hecho que Ramiro jamás aceptaría.



Aventurándonos un poco más, descubrimos un simbolismo, tal vez no intencionado, que Lucía Puenzo incluye en su película. La presencia de las tortugas, con ese supuesto llanto particular atribuido a su especie se nos antoja la metáfora de la pérdida de la inocencia y del miedo a lo diferente, sentimientos también presentes en "El llanto de la tortuga" (Francisco del Villar, 1975), película mejicana embarcada en otros derroteros testimoniales. Pero, no es cierto que las tortugas verdaderamente lloren...



Omnipresente está el océano, reflejado en la penetrante mirada azul aguamarina de Alex, que corretea por las agrestes playas uruguayas, con sus cerros y pinares, mientras una brisa que casi puede ser percibida desde nuestro asiento de espectador le alborota los cabellos. Por delante de nuestros ojos desfilan los paisajes silvestres de Playa Solís, Playa Verde o Playa Hermosa.


EL DESCUBRIMIENTO DEL SEXO

En esta película, la atracción sexual despierta repentinamente en los adolescentes: en Álvaro, en el propio Alex y también en Vando (Luciano Nóbile), el antaño mejor amigo del muchacho. Una noche, mientras al calor de una fogata los tres beben de la misma botella en la playa, observamos cómo Vando está fascinado por el lado femenino del protagonista, a pesar de que incluso ambos terminan orinando de pie a orillas del mar. Álvaro, al contrario, con su homosexualidad recién descubierta tras una relación íntima con Alex, se siente más atraído por el lado masculino.


LOS CUCHILLOS


En "XXY" hay dos secuencias metafóricamente destacables: 
  • En la primera, Ramiro filetea un pedazo de carne en la cocina. Tras hundir el cuchillo en la carnosidad, comienza a olisquearse los dedos (el cirujano convertido en un carnicero). Instantes después, Alex entra en la estancia para beber unos tragos de leche. 
  • En la segunda Suli trocea una zanahoria (símbolo fálico) con un cuchillo afilado; su mente atribulada está centrada en una posible solución quirúrgica para la problemática de su hijo Alex. Accidentalmente, el despiste le cuesta un corte en un dedo de su mano (la madre prueba el filo del acero en sus propias carnes). 
En el cristal trasero de la camioneta de Kraken, una pegatina de The Beatles. Detalle significativo en una bella película que se aproxima a la historia de dos padres y dos hijos. La de Ramiro, el orgulloso cirujano que quiere tener un hijo talentoso, intransigente con Álvaro ante la posibilidad de que éste realmente sea un "puto" (homosexual), y la de Kraken, el padre que desea seguir teniendo una hija.


CINEFILIA



"Transamérica" (Duncan Tucker, 2007) es una película independiente estadounidense centrada en el ámbito de la transexualidad. Protagonizada por Felicity Huffman en el papel de Sabrina Osbourne (Bree) y por Kevin Zegers como Toby Wilkins, nos muestra las vicisitudes que han de atravesar un padre transexual a la espera de una definitiva intervención quirúrgica de reasignación de sexo y un problemático hijo de 17 años del que desconocía su existencia.

LA BATALLA PROSIGUE...

A día de hoy, el ICD 10 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) continúa incluyendo a las personas transgénero en la misma categoría que los pedófilos y los cleptómanos. Por lo tanto, las personas que no se identifican con el sexo que les fue asignado al nacer siguen siendo consideradas enfermos mentales.

Para la OMS, los trastornos mentales van asociados a malestar general y problemas que dificultan el funcionamiento adecuado del razonamiento.

Resulta que este estigma ha sido denunciado en múltiples ocasiones por los profesionales y las asociaciones de afectados, ya que provoca en estas personas altas tasas de depresión y otros trastornos psiquiátricos.

Existe un trabajo específico publicado recientemente en The Lancet Psychiatry, se publican los resultados de una encuesta llevada a cabo con 250 personas transgénero en Méjico, el primero de una serie de estudios similares que se realizarán en Brasil, Francia, India, Líbano y República Sudafricana.

Este trabajo indica que el rechazo social y la violencia tan a menudo padecida por estas personas están implicadas en la génesis de sus problemas mentales, y no tanto las cuestiones relacionadas con su propia identidad sexual. Se espera que sus conclusiones obliguen a la OMS a cambiar sus consideraciones.

lunes, 8 de diciembre de 2008

EL PADRINO





Que me perdonen los eruditos por mi atrevimiento y mi subjetividad. Como Ares, como Orestes, me enfrento en solitario ante la severidad del Areópago. Que sean indulgentes conmigo si consideran una blasfemia lo que voy a afirmar a continuación; me disculpo de antemano.


El desventurado retrato cinematográfico de la familia Corleone, realizado en su día por el tándem Francis Ford Coppola - Mario Puzo, se me antoja una obra artística de envergadura semejante a cualquier tragedia griega clásica o a un drama de William Shakespeare.


Pertenezco a una generación a la que, desafortunadamente, le fue más fácil aprender cultura pagando religiosamente la entrada en las salas de cine que ser cautivados por los placeres de la literatura clásica en las aulas. Y eso que yo me considero privilegiado, una modestísima excepción, pues grande fue el mérito de mis maestros en estas lides. Cuestión de pedagogía.



Así sustentada esta serie de premisas, tarde o temprano habría de llegar el día para rendir mi particular homenaje a la saga cinematográfica de "El padrino". La grandeza y la vileza de estos personajes será juzgada por cada espectador. Yo, como médico, simplemente he dedicado parte de mi tiempo a bucear en su amplio historial clínico familiar.


Hubiese querido regalarle a Don Vito esta modesta introspección con motivo de su 116 cumpleaños, pero ha llegado con un día de retraso. Quedará, por lo tanto, como tributo y regalo navideño...


A partir de estas líneas, voy a hacerles una propuesta que no podrán rechazar...




LA HISTORIA CLÍNICA DE LA FAMILIA CORLEONE.



En las consultas de atención primaria, los médicos empleamos cotidianamente una herramienta fundamental para trabajar. Se trata de la historia clínica, una entidad en la que reflejamos las enfermedades padecidas, las medidas diagnósticas, las terapéuticas adoptadas para combatirlas, así como las actividades preventivas y promotoras de la salud, que se irán realizando a lo largo la vida del individuo (como por ejemplo, las vacunaciones).


Resulta un documento básico para mantener una adecuada y óptima relación entre el médico y el paciente. Posee además, importantes connotaciones administrativas y legales. Considerando su ámbito de aplicación, la historia clínica puede ser individual o familiar.


En la ficción cinematográfica, existe una saga familiar por antonomasia, la protagonizada por la familia Corleone, personajes de ficción debidos a la imaginación del escritor italoamericano Mario Puzo, cuya existencia fue llevada a las pantallas bajo la magistral dirección de Francis Ford Coppola en tres entregas: "El padrino" (1972), "El padrino II" (1974) y "El padrino III" (1990).


Para confeccionar este peculiar historial clínico familiar, me he basado en dos fuentes principales:

  • La novela "El padrino" de Mario Puzo, en una edición especial de 2001 para el Círculo de Lectores.
  • La colección especial de 5 DVD editada por la Paramount en 2004.





USUARIO Nº 1: D. VITO CORLEONE (interpretado por el descomunal Marlon Brando en la primera entrega de "El padrino", y por el cautivador Robert de Niro en "El padrino II" ), el patriarca de la familia.

Inicialmente, detectamos una serie de contradicciones respecto a la fecha de nacimiento de Vito Andolini, más tarde convertido en Vito Corleone, al cambiar su apellido tras arribar a América. Por una parte, siguiendo los datos de su propia lápida, habría nacido el 28 de abril de 1887. En el libro de Puzo, Vito tiene 12 años cuando llega a América en 1901; según este dato, habría nacido en 1889.

En cambio, si consideramos la evolución del personaje en la obra de Coppola (en 1901, Vito tiene 9 años), a la vez que los datos aportados sobre el árbol genealógico familiar presente en el material adicional de la película, el Don habría nacido en Corleone (Sicilia), el 7 de diciembre de 1892.

Alguno se preguntará, entonces, ¿cómo podemos conocer la fecha exacta? Encontraremos esta respuesta en las escenas finales de "El padrino II". Mientras los hijos de D. Vito se sientan alrededor de la mesa familiar, aguardando la llegada de éste para darle una fiesta sorpresa por su cumpleaños, los japoneses acaban de bombardear Pearl Harbour. Corría la mañana del 7 de diciembre de 1941...

Siguiendo la cronología del film, con apenas 9 años de edad Vito se vió forzado a emigrar a los Estados Unidos, huyendo de los asesinos de su familia. Don Ciccio (Giuseppe Sillato), un capofamiglia de la Cosa Nostra local, deseaba eliminarlo para evitar que el muchacho, cuando creciera, tratara de cobrarse de él cumplida venganza, al más puro estilo siciliano.

En la película, Vito llega al puerto de Nueva York en 1901, a bordo del Moshulu, un barco atestado de inmigrantes procedentes de toda Europa. El verdadero Moshulu es un velero de cuatro palos, construido en los astilleros escoceses de River Cycle. Fue botado en 1904 y se destinó al transporte y al comercio con carbón, nitrato de Chile y fuel. Actualmente alberga un famoso restaurante y fue empleado por Coppola durante el rodaje de "El padrino II".

Vito es sometido a cuarentena durante 3 meses, en la Isla de Ellis, pues el médico que le revisa le diagnostica viruela.


A las puertas del sueño americano...




Sostienen los expertos en epidemias que la viruela fue probablemente la enfermedad infecciosa que más vidas se ha cobrado en la historia de la humanidad, incluso más que todas las demás enfermedades infecciosas juntas.

Hoy en día erradicada gracias a las campañas de vacunación masiva, los científicos todavían se mantienen alerta ante el posible uso bioterrorista de alguna cepa viral conservada en los laboratorios de experimentación.


Como otras enfermedades víricas, se contagia por el contacto directo entre seres humanos; el hacinamiento predispone al mismo. Una vez producido el contagio, existe un período de incubación de la enfermedad asintomático y variable, que puede durar entre 7 y 17 días. A partir de entonces, aparece un cuadro clínico de afectación general, caracterizado por fiebre elevada (39 - 40ºC), malestar general, dolor de cabeza, náuseas e incluso vómitos, y que dura entre 2 y 4 días. Entonces aparece el llamado primer proceso eruptivo: manchas rojizas en la lengua y en la boca, que pronto se convierten en llagas que esparcen gran cantidad de virus en la orofaringe. Este es el periodo más infectivo de la enfermedad.


http://www.bt.cdc.gov/agent/smallpox/overview/espanol/generalidades.asp




En "El padrino II", cuando el niño Vito Corleone llega a los Estados Unidos no parece encontrarse enfermo, de lo que deducimos que (en el hipotético caso de que el diagnóstico médico fuera correcto), el chico pudiera encontrarse en las primeras fases de la enfermedad, previas a la aparición de la erupción cutánea patognomónica de la viruela. En su edad adulta, tampoco observamos las cicatrices típicas faciales que permanecían entonces como secuela imborrable en muchos de los afectados.


Pero no vayamos a extraviarnos, olvidando que estamos tratando con una ficción cinematográfica y literaria...


En el libro de Puzo encontramos un nuevo episodio patológico: en 1935, Don Corleone recibió un disparo en el pecho al enfrentarse con un grupo de gánsteres irlandeses; el periodo de curación de esta herida torácica dejó los negocios de la familia en manos de su hijo mayor Santino. No se detalla la magnitud de las lesiones.


Corrían las Navidades de 1946; poco después del final de la II Guerra Mundial y del regreso a casa de su hijo Michael (que había servido a la patria con honores en el Cuerpo de los US Marines), los sicarios de Virgil Sollozo, (Al Lettieri) rival mafioso de Don Corleone, atentan contra su vida. El libro describe que recibe 5 impactos de bala: uno en la espalda, dos en las nalgas, uno en un brazo y otro en una pierna; estas heridas le provocan profusas hemorragias y un shock hipovolémico, del cual milagrosamente sobrevive. En el film, se cuentan 8 disparos, y se observan al menos dos agujeros en la espalda del abrigo del Don, pero resulta imposible saber cuántos le alcanzaron en realidad. Mientras Fredo se acerca al cuerpo inconsciente de su padre en el suelo, de la boca del Don cuelga un hilo de sangre, dando a entender que algunos de los disparos le había afectado los pulmones.


Ante tanta especulación, nos quedamos con la cifra de 5 impactos presente en el libro...


En la novela de Mario Puzo, Vito Corleone es trasladado de emergencia al Hospital Francés de Nueva York. En realidad, todas las escenas correspondientes a la hospitalización del Don fueron filmadas en el Eye and Ear Infirmary, situado en la neoyorkina calle 14 Este.




Eye and Ear Infirmary de Nueva York



Según lo narrado por Mario Puzo en su novela, Don Corleone fue dado de alta a mediados de febrero de 1947, tras haberse recuperado de sus múltiples heridas de bala. Fuertemente escoltado por sus hombres, fue trasladado en ambulancia a su casa de Long Beach, donde se contrató un médico particular, el Dr. Kennedy, y un equipo permanente de enfermeras. Como secuela, al Don le quedó una característica debilidad a la hora de hablar.


Habiendo muerto Santino asesinado, cuando Michael Corleone regresa de su obligado exilio italiano se produce el reencuentro con su antigua novia y futura segunda esposa, Kay Adams (Diane Keaton). El mismo informa a la muchacha que su padre se encuentra muy enfermo, y que por ello se ve ahora obligado a ponerse al frente de la familia Corleone. A buen seguro, las heridas torácicas por bala sufridas en el pasado por Don Vito se estaban cobrando su precio.


Siguiendo la narración de Puzo, después de haberse recuperado de las heridas infringidas en el atentado de Sollozo, Don Vito había engordado en exceso. En "El padrino", el mismo Vito le cuenta a su hijo Michael que cada vez le apetece beber más vino. Estos hechos, unidos a la depresión provocada por la muerte de Santino y a una mayor inactividad física causada por las secuelas del atentado, pudieron resultar predisponentes para empeorar una supuesta patología cardiovascular de base que ya vendría padeciendo.


Respecto a la fecha de su fallecimiento, existe una pequeña controversia. Según Wikipedia, Vito Corleone falleció en su casa de Long Beach, Nueva York, el 2 de agosto de 1955, víctima de un infarto agudo de miocardio. Sin embargo, en el árbol genealógico de los Corleone que aparece como material auxiliar en la colección de DVD de la Paramount, el año de fallecimiento de Vito es 1954.


En el relato de Puzo, Vito muere en brazos de su hijo Michael que de esta manera, queda verdaderamente legitimado como su sucesor al frente de la familia. En el film de Coppola, Don Corleone cae fulminado entre las tomateras de su huerto, mientras corretea jugando su nieto Anthony, el primogénito de Michael...



Marlon Brando, el inolvidable D. Vito Corleone de "El Padrino"




USUARIA Nº 2. CARMELLA CORLEONE: según las notas publicadas e The Internet Movie Database (IMDB), Carmella Corleone nació en Sicilia el 8 de diciembre de 1897. Emigró con su familia a América en 1910 y se casó con Vito Corleone en 1913.
La Mamma de la familia fue interpretada por las actrices Morgana King en "El padrino" y en "El padrino II", y por la joven Francesca de Sapio en el flashback del segundo episodio.

La Mamma (Morgana King) cantando en la boda de su hija Connie


Mujer pletórica, robusta, con un marcado sobrepeso a medida que va transcurriendo su vida y va envejeciendo. El 27 de enero de 1959, fallece repentinamente en la casa que la familia tenía a orillas del Lago Tahoe, Nevada, suponemos que como consecuencia de un ictus, un accidente cerebrovascular agudo.


Respecto a su historia obstétrica, según lo mostrado en la saga cinematográfica, Carmella Corleone tuvo 4 embarazos; como tantas otras mujeres de la época, seguramente parió a todos sus hijos por vía vaginal en su propio domicilio, tal vez auxiliada por alguna comadrona. Todos sus descendientes nacieron vivos, si bien el pequeño Fredo padeció frecuentes problemas de salud en su infancia.

USUARIO Nº 3. SANTINO CORLEONE: familiarmente conocido como Sonny, nació en Nueva York en 1916. Fue el hijo primogénito del matrimonio entre Vito y Carmella Corleone. Este personaje es descrito en la novela de Mario Puzo como un joven alto (180 cm), atlético y bien parecido, dotado con una faz de belleza casi femenina. Cruel, despiadado, temperamental, mujeriego e irascible, desde su juventud se acostumbró a trabajar en los negocios de la familia. En la ficción cinematográfica fue encarnado por el siempre eficiente y correcto James Caan, actor que incluso llegó a ser probado para el papel de Michael Corleone, cuando Al Pacino no terminaba de convencer a los directivos de la Paramount.

Fallecido en 1948, fue acribillado a balazos en una trampa tendida por la familia Tattaglia para vengar la muerte de uno de sus miembros principales, Bruno Tattaglia (Tony Giorgio). Para rodar las escenas de la muerte de Sonny, a James Caan le fueron colocados alrededor de 150 pequeños petardos, que al estallar simularían los impactos de las balas de las ametralladoras de sus asesinos. Quizás influenciada por "Bonnie and Clyde" (Arthur Penn - 1967), la muerte de Sonny se ha convertido en una famosa y recordada escena en el historia del cine.


En el libro de Puzo, Don Vito acompaña el cadáver de su hijo a la funeraria de Amerigo Bonasera (personaje interpretado en el film por el actor Salvatore Corsitto). El rostro de su hijo Santino era una masa informe de carne tumafacta, con las mejillas y la nariz destrozadas por impactos de bala; "no quiero que su madre lo vea como está ahora", añade sollozante el Don...


Sonny Corleone, cosido a balazos...



USUARIO Nº 4. FREDERICO "FREDO" CORLEONE: nacido en 1919, este personaje fue interpretado magistralmente por el malogrado John Cazale. A su vez, Fredo falleció en las pantallas en 1959, poco tiempo después que su madre, asesinado de un disparo por Al Neri (Richard Bright), el caporegime y guardaespaldas personal de Michael Corleone, mientras pescaban juntos en el Lago Tahoe. Michael no perdonaba nunca una traición a la familia, ni siquiera a su propio hermano. Un imperdonable fratricidio.

Durante el transcurso de "El padrino II", podemos constatar cómo Fredo sufrió una grave neumonía neonatal, que a punto estuvo de acabar con su vida.


Fredo Corleone, el taciturno


De personalidad frágil y depresiva, este personaje es mostrado en el film enganchado al alcohol, al tabaco y se intuye que también a ciertas drogas estimulantes. A pesar de todo, en el libro de Puzo, podemos leer que Fredo fue el más fuerte de los hermanos Corleone durante la infancia. Sin embargo, en otras partes del libro es realmente Michael el descrito de esta manera.Según lo aseverado por el propio Michael, su hermano era un solitario, un ser demasiado sensible, pero carente de iniciativa.


Con el personaje de Fredo, Puzo resulta más benevolente que Coppola, sobre todo durante la etapa de su vida que transcurre en los hoteles de Las Vegas, bajo la protección del mafioso Moe Green (interpretado en "El padrino II" por el actor Alex Rocco). El escritor describe a Fredo como un individuo de gran éxito con las mujeres. Según el testimonio del Dr. Jules Segal, responsable de los servicios médicos hosteleros, éste hubo de realizar más de una docena de abortos a las coristas que iba dejando preñadas el ardiente Fredo.


USUARIO Nº 5. MICHAEL CORLEONE: el personaje que elevó al estrellato a un incomensurable Al Pacino (cuyos verdaderos abuelos realmente emigraron a los Estados Unidos procedentes de Corleone) nació en 1920, en Nueva York, en Little Italy, como el resto de sus hermanos.

Michael Corleone, el ejecutor



Fumador empedernido, podemos constatar este hábito durante "El padrino II"; sin embargo, parece ser abstemio, pues en la mayoría de las ocasiones sólo le vemos tomando agua. Sin embargo en "El padrino III", cuya acción comienza en 1979, observamos que Michael ha dejado de fumar.

En las Navidades de 1946, mientras cuidaba de su padre ingresado por haber sufrido un intento de asesinato, Michael es golpeado brutalmente por Mark McCluskey (encarnado por el veterano y curtido Sterling Hayden), capitán del cuerpo de policía de Nueva York. Según lo relatado en el libro por Mario Puzo, el puñetazo propinado por McCluskey impactó en el rostro de Michael, que sufrió una fractura de mandíbula y la avulsión traumática de 4 dientes del lado izquierdo de su boca. Permítanme que me extienda en una circunstancia a la que Coppola le dió escaso valor en la película, pero que a mi, como médico, me ha despertado cierta curiosidad.


Según los expertos, las fracturas mandibulares pueden dividirse en:

  • Fracturas que respetan la arcada dentaria: que se dividen en fracturas del ángulo mandibular, de la rama mandibular, del cóndilo mandibular y de la apófisis coronoides.
  • Fracturas en la arcada dentaria: que a su vez pueden ser sinfisarias, parasinfisarias, de la región de los caninos y del cuerpo de la mandíbula. Estas dos últimas suelen ir asociadas a la pérdida de piezas dentales. Michael podría haber sufrido una de ellas. Siguiendo el libro de Puzo, Michael fue operado de urgencia y dado de alta a la mañana siguiente, hecho totalmente improbable en un caso real de este tipo de fractura. En las escenas correspondientes de "El padrino" parece vislumbrarse algún tipo de fijación en la parte inferior - izquierda de la boca de Michael.

http://www.secpre.org/documentos%20manual%2045.html



Sin embargo, siguendo las escenas de "El padrino", observamos como el puñetazo de McCluskey impacta cruelmente sobre el pómulo izquierdo de Michael, pudiendo haberle provocado además una fractura malar.




Este golpe pudiera justificar tal vez un hematoma periorbitario residual y una sinusitis crónica, por afectación del seno maxilar, lo que le provocaría una rinorrea recurrente que le obliga a utilizar pañuelos frecuentemente; así lo constatamos en varias escenas sicilianas de "El padrino II", como las que transcurren en el Bar Vitelli, mientras Michael parlamenta con su futuro suegro, el padre de la hermosísima y malograda Apollonia (Simonetta Stefanelli), o en las que su fiel amigo Don Tomassino (Mario Cotone, en "El padrino" / Corrado Gaipa, en "El padrino II" / Vittorio Duse, en "El padrino III") le advierte del riesgo que corre permaneciendo en Corleone. Por último, también podemos objetivar el hematoma facial en el momento justo antes de que explote el coche de Michael en el atentado que mata a la joven Apollonia.


En la película, a partir del puñetazo de McClusky, en todas las escenas en las que participa Michael Corleone podemos observar su mejilla izquierda inflamada y amoratada. En el maquillaje de Al Pacino se empleó una prótesis especial. En el párpado inferior de su ojo izquierdo parece constatarse una sombra, el hematoma periorbitario.


Por último, mientras Michael permanece escondido en Corleone (Sicilia) por haber dado buena cuenta de Sollozo y McClusky, las huellas del traumatismo facial todavía persisten, en forma de hematoma sobre su malar izquierdo. Éste se le nota, incluso, en las escenas de su boda con Apollonia.


Al respecto, Puzo también dedica en el libro varias páginas a las lesiones faciales crónicas de Michael. Como los huesos no soldaron correctamente, el rostro del joven presentaba "un aspecto siniestro". Continuando con el relato, nos enteramos que Michael encontró refugio en la casa del Dr. Taza, un médico siciliano de más de 70 años, tío soltero del capomafia local amigo de Don Corleone, Don Tommasino.

Este médico se percata de la fractura mal soldada del arco cigomático izquierdo, que está dañando una rama del nervio facial hemilateral, y que a su vez provoca una neuralgia facial crónica que atormenta al menor de los Corleone varones. También describe Puzo esa incómoda rinorrea crónica así como cierto déficit olfativo de Michael.

En un momento determinado del relato, Michael le ruega al Dr. Taza:

- "¿Tiene usted algo para evitar que de mi nariz salgan mocos continuamente?"...

Y el médico le propone:

- "Te daré unas gotas antes de que vayas a verla. Se te adormecerá un poco la cara, pero no te preocupes..."


Estas gotas, probablemente, contendrían en su composición algún vasoconstrictor nasal.


Leyendo a Puzo nos enteramos que la presión ejercida por su esposa Kay, por su hermana Connie y por la Mamma, hace que Michael Corleone decida finalmente operarse de sus fracturas faciales mal consolidadas, después del nacimiento de su primogénito Anthony en 1951. Tras la cirugía plástica, en su nuevo rostro, apenas una leve cicatriz quedaría como amargo recuerdo del puñetazo propinado por el difunto McCluskey.

De todas las maneras, en las escenas iniciales de "El padrino III", todavía podemos percibir cierto abultamiento (¿intencionado?) en la parte izquierda de su semblante.


La diabetes mellitus tipo 2 debuta por primera vez en la historia clínica de Michael Corleone en 1979. Precisamente, en la tercera entrega de la película, contemplamos como sufre una primera crisis hipoglucémica durante el transcurso de una discusión familiar. Al Neri le pregunta a Connie si Michael se ha tomado su medicina, por lo que suponemos que entonces todavía se encontraba a tratamiento con antidiabéticos orales.


En esa época, las sulfonilureas eran los fármacos más utilizados. Las primeras sulfonilureas se desarrollaron en los años 50 del siglo XX. A finales de los 70, fueron introducidas las de 2ª generación, mientras se publicaba un gran estudio (University Group Diabetes Program - UGDP) que se replanteaba su conveniencia en el tratamiento diabético. Por fin, en 1979 la Sociedad Americana de Diabetes despejó las dudas, volviendo a ser empleadas como terapia farmacológica.


Tan solo recordar aquí que la hipoglucemia constituye el efecto secundario más frecuente de este grupo terapéutico, siendo la glibenclamida y la clorpropamida las sulfonilureas más hipoglucemiantes. Aún a riesgo de equivocarnos, pensamos que Michael Corleone debía estar siendo tratado con ésta última...


http://www.revespcardiol.org/cgi-bin/wdbcgi.exe/cardio/mrevista_cardio.fulltext?pident=13035236



Después de recuperarse en el hospital del coma hipoglucémico, la familia se desplaza a Palermo (Sicilia), para asistir al debut como tenor de Anthony (Franc D´Ambrosio) en la ópera "Cavalleria Rusticana" (Pietro Mascagni). Existe una escena en la que Connie prepara una dosis de insulina, que el propio Michael se inyecta en el abdomen.


Mientras visita al cardenal Lamberto (otro veterano, Ralf Vallone), futuro Papa Juan Pablo I en la ficción, advertimos una nueva crisis hipoglucémica de Michael, desencadenada nuevamente por el estrés nervioso, y que corrige rápidamente apurando un vaso de zumo de naranja y tomando unas galletas.

Michael Corleone sufrirá un último atentado al salir del teatro de Palermo donde Anthony había debutado exitosamente como cantante lírico. Un asesino a sueldo siciliano, el Mosca (Mario Donatone) le disparó a bocajarro. La primera de las balas hirió al Don en su hombro izquierdo. La segunda, causó la muerte de su adorada hija Mary (Sofía Coppola).

Prisionero de la amargura, sumido en un profundo remordimiento provocado por el fratricidio de Fredo, incapaz de recuperar las ganas de vivir tras la muerte de su hija, Michael Corleone falleció en 1997, probablemente al sufrir un infarto agudo de miocardio (al igual que su padre), consecuencia de la diabetes mellitus y la patología cardiovascular que venía padeciendo en los últimos años de su vida. Un cachorrillo fue su última y única compañía.


USUARIO Nº 6. CONSTANZA CORLEONE: nacida en 1927, es interpretada por Talia Shire, en la realidad hermana del director Francis Ford Coppola. Mujer atormentada e impulsiva, la película nos la retrata como una víctima permanente de violencia machista, especialmente a manos de su primer marido, Carlo Rizzi (Gianni Russo).

Su historia obstétrica revela dos embarazos, con dos partos vaginales hospitalarios de dos hijos varones.


Tras perdonar a Michael, en "El padrino III" Coppola nos la presenta como la nueva Mamma de la familia, dedicada en cuerpo y alma al cuidado de su hermano enfermo.

Connie Corleone, pensativa en su madurez


ALGUNAS CURIOSIDADES...
  • La historia de la familia Corleone ha sido elegida incluso como modelo explicativo del normal funcionamiento de la inmunidad humana y de su patología. El mecanismo inmune ataca y elimina los enemigos de la familia (virus, bacterias) pero también puede terminar con la existencia de algunos de sus propios miembros (como por ejemplo, el pasaporte para el otro mundo que Michael Corleone le proporcionó a hermano Fredo o a su cuñado Carlo Rizzi).


  • Lucy Mancini (Jeannie Linero) la amante de Sonny Corleone y la madre de Vincent Mancini (un polifacético Andy García), el futuro sucesor al frente de la familia de Don Michael Corleone en "El padrino III", es intervenida en 1950 en un hospital de Los Ángeles, a instancias de su amante, el Dr. Jules Segal. El especialista Dr. Frederick Kellner se encarga de practicarle una plastia vaginal, con una colporrafia y una perineorrafia. Con tales términos describe Mario Puzo la operación en su novela, para lo cual a buen seguro debió informarse cumplidamente con un médico especialista en ginecología.
  • En el libro de Puzo, es este mismo Dr. Segal el que explora la garganta del devaluado Johnny Fontane (Al Martino en "El padrino"), antaño exitoso cantante ahijado de Don Corleone, diagnosticándole una disfonía secundaria a unos pólipos en sus cuerdas vocales.
Y para todo aquel insatisfecho que quiera profundizar en sus conocimientos sobre la familia Corleone:




EPÍLOGO PARA ICONOCLASTAS
: y por si todo esto no hubiera sido insuficiente, aquí tienen la traca final...


domingo, 7 de diciembre de 2008

EL ESTRANGULADOR DE BOSTON



Los asesinos en serie, reales - como el sanguinario Manuel Delgado Villegas "El arropiero" - o inventados - como el refinado Hannibal Lecter, han sido, siguen y seguirán siendo un inestimable filón cinematográfico. Las películas que abordan dichas truculencias suelen tener de antemano aseguradas jugosas taquillas.

El listado de estos criminales parece interminable. Si no me creen, consulten el siguiente vínculo:




Al igual que en el caso de Jack El Destripador, en el dossier del maníaco conocido como estrangulador de Boston, todavía a día de hoy continuan sin despejarse demasiadas incógnitas. Pero el paralelismo entre ambos criminales no se ciñe solamente a esta coincidencia. Por la precisión de los cortes y de las eventraciones de sus víctimas, muchos expertos sospecharon que el destripador de Londres pudiera haber sido un afamado cirujano. De la misma manera, por el empleo del doble nudo cuadrado en los estrangulamientos, inicialmente se pensó también en un médico como el posible autor de la serie de crímenes bostonianos.

En el caso que ahora nos ocupa, después de haberse autoinculpado de todos los crímenes cometidos, las acusaciones recayeron sobre Albert DeSalvo, infausto individuo poseedor de un complejo historial psiquiátrico. Iniciado ya en su primera infancia, mientras sufría frecuentes malos tratos físicos y psicológicos a manos de su propio padre, Frank DeSalvo, se extendería al resto de su vida, habiendo sido el autor de múltiples agresiones de tipo sexual.

El verdadero Albert DeSalvo



Pero sustanciales diferencias detectadas en las investigaciones policiales respecto al modus operandi llevado a cabo en los 13 estrangulamientos supuestamente cometidos por DeSalvo en Boston, entre el 14 de junio de 1962 y el 4 de enero de 1964, han hecho sospechar a los expertos que pudo haberse tratado de varios asesinos actuando miméticamente; quizás la prensa de la época aireó demasiados detalles de estos crimenes...

Vamos a centrar nuestro análisis en la película titulada "El estrangulador de Boston" (Richard Fleischer, 1968), protagonizada por Tony Curtis, muy alejado aquí de sus registros habituales como simpático galán, en el inquietante papel de DeSalvo; por cierto, durante este rodaje, el actor sufriría una fractura de tabique nasal trabajando en una escena de persecución. El productor del film pensó también en Robert Redford, Warren Beatty o en Horst Buchholz para encarnar al atormentado asesino.

Mención especial para Henry Fonda (que interpreta al sosegado jurista ayudante del fiscal general John S. Bottomly) y una vez más para George Kennedy (metido en la piel del estoico veterano detective Phillip J. DiNatale), los investigadores principales del caso en la ficción. Añadir por cierto que, en esta película, los verdaderos inspectores participaron como consejeros técnicos del director.


HENRY FONDA





GEORGE KENNEDY

El film de Fleischer se permitió varias licencias:

  1. Parte de la base de la existencia de un solo asesino, que identifica sin lugar a dudas con Albert DeSalvo. Así nos lo advierte desde los créditos iniciales.
  2. Atribuye a la patología psiquiátrica del criminal, un supuesto cuadro psicótico de múltiple personalidad, más técnicamente conocido como trastorno de identidad disociativo, la causa que lo empujaba a violar y asesinar a sus víctimas. Al verdadero DeSalvo nunca le fue diagnosticado dicho trastorno.
  3. DeSalvo no llega nunca a ser acusado formalmente de ser el estrangulador en serie por un pacto entre la fiscalía y su abogado defensor. En la realidad, en 1967 DeSalvo fue recluido en el Bridgewater State Hospital, de donde se fugó con unos compinches. Apresado poco tiempo después, es enviado a la prisión estatal de alta seguridad de Walpole, donde murió apuñalado 6 años después por otros reclusos. Sus asesinos nunca fueron identificados.
  4. Los crímenes reales se iniciaron en el verano de 1962. La ficción cinematográfica los situa en un Boston invernal, con sus calles manchadas por una espesa capa de nieve y hielo sucios.
  5. Por supuesto, los nombres de las víctimas en la pantalla no se corresponden al de las verdaderas mujeres asesinadas.

Una de las características que más me han llamado la atención de esta película es el atinado empleo por parte del director de la llamada técnica de la pantalla dividida, cualidad que nos permite ser simultaneamente espectadores de la misma acción, pero desde diferentes escenarios y puntos de vista.

Sin embargo, esta peculiaridad formal no convence a todos los críticos por igual, existiendo admiradores y detractores:

http://thecinema.blogia.com/2004/112401-the-boston-strangler-1968-richard-fleischer-el-estrangulador-de-boston.php


En el film, DeSalvo se hacía pasar por fontanero, calefactor y pintor para conseguir que sus víctimas le franqueasen la entrada en sus domicilios. Siempre elegía mujeres que se encontraban frecuentemente solas en casa. La edad de las mujeres asesinadas osciló entre los 19 y los 85 años.



EL TRASTORNO DE IDENTIDAD DISOCIATIVO


Según la clasificación DSM IV, estamos ante un controvertido diagnóstico que se basa en la existencia de una o más identidades o personalidades en un mismo individuo. Cada una de ellas tiene una manera particular de actuar y de percibir la realidad. Al menos dos de estas personalidades suelen controlar el comportamiento del enfermo y suelen ir asociadas a una especie de amnesia. Por supuesto, este cuadro ha de ser independiente de cualquier otro parecido causado por el abuso de drogas o ser inducido por patología orgánica. No tiene ninguna relación con la esquizofrenia.

También se conoce como trastorno de personalidad múltiple, debido a su definición clásica. Los excépticos piensan que no existe tal cuadro psiquiátrico, y su causa la atribuyen a delirios de base puramente cultural.

Normalmente se origina en sujetos que denuncian haber sufrido malos tratos infantiles, como hemos visto que ocurrió en la vida del DeSalvo real.

Dentro de su amplia sintomatología, estos pacientes pueden sufrir depresión, ansiedad (con taquicardia, disnea y diaforesis), ataques de pánico, fobias y disfunción sexual. La sintomatología ansioso - depresiva es magistralmente retratada en el film, con un Tony Curtis convincentemente encarnado en su atormentado personaje.

La amnesia está también presente, pues Tony Curtis-DeSalvo se muestra confundido e incapaz de recordar lo que realmente le ha ocurrido. La desrealización y la despersonalización son manifiestas, resultando muy llamativa la escena en la que el protagonista parace reaccionar y retornar a la realidad cuando observa su propio rostro reflejado en un espejo.




UNA PECULIAR COLECCIÓN DE PARAFÍLICOS Y TRASTORNADOS


Como ha venido sucediendo en demasiadas películas en la historia del cine, los rasgos patológicos de los enfermos mentales suelen estar exagerados, cuando no incluso ridiculizados. Esta aquiescencia, presente también en este film, ha contribuido a darle cierto toque cómico a determinadas situaciones.

Tal vez sean secuelas de una particular circunstancia; en un principio, la 20th Century Fox contrató al guionista Terence Rattigan para la adpatación cinematográfica del libro de Gerold Frank sobre el estrangulador de Boston, pero, al hacerlo en clave de comedia, Rattigan fue despedido y sustituido definitivamente por Edward Anhalt.

Vayamos al grano. Mientras el estrangulador va cometiendo sus crímenes rituales, la policía realiza su periplo investigador por los sórdidos bajos fondos de Boston. Ante nuestros ojos, comienzan a desfilar una serie de extraños personajes, algunos de ellos esclavos de enrevesadas parafilias.

  1. Arnie Carr (William Traylor): viajante vendedor de pinturas, que frecuenta habitualmente varios prostíbulos; Cloe (Jeanne Cooper), su ramera favorita, informa a DiNatale que Arnie se excita sexualmente al mencionarle palabras soeces (coprofemia). Incapaz de mantener una relación sexual ortodoxa, obtiene placer apretándole el cuello a las mujeres para que éstas finjan tenerle miedo; podría ser un caso de asfixiofilia, es decir, de excitación obtenida mediante el deseo de estrangular a la pareja sexual, contando con el consentimiento de ella.
  2. Terence Huntley (Hurd Hartfield, en su día, el exitoso protagonista de "El retrato de Dorian Gray" - Albert Lewin, 1945): se trata de un varón homosexual, un invertido (en palabras de DiNatale), un refinado coleccionista de antigüedades, admirador del Marqués de Sade y aficionado a los libros sobre la secta de los Thuggee o Thugs, los estranguladores devotos de Kali, la diosa hindú de la muerte. A mi juicio, podríamos encontrarnos aquí ante una cierta clase de amonestación homófoba, dado es el tratamiento recibido por este personaje y por el de su denunciante, la señorita Ellen Ridgeway, antigua amante de Terence, despechada lesbiana que "realizaba el papel de Adán mientras él mismo hacía de Eva...". Simplemente recordar aquí que hasta hace poco tiempo, la homosexualidad figuraba como un trastorno del comportamiento sexual en ciertos sesudos tratados de psiquiatría.
  3. David Parker (Shelley Burton): un trastornado delirante que intenta estrangular a su propia esposa en varias ocasiones creyendo ser la reencarnación del mítico Otello, trágico personaje debido a la pluma genial de William Shakespeare. Pudiéramos encontrarnos ante un posible caso de agonophilia, en el que la excitación sexual del individuo vendría proporcionada por la lucha contra su pareja.
  4. Coronel Lyonel Brumley (George Furth): un histrión verdaderamente encantador, un vendedor de ultramarinos que se dedica a ligar con gran éxito suplantando a un veterano coronel de la guerra del Pacífico. Mientras trata de intimar con una supuesta enfermera (en realidad policía secreta), el guionista pone en boca de la atractiva señorita un dardo envenendado dirigido una vez más contra los galenos. Ella dice: "la mayoría de los médicos que conozco empiezan a estar algo bebidos cuando dan las 5 de la tarde..." Sin comentarios.
  5. Eugene T O´Rourke (William Hickey): ante la escasez de resultados en las investigaciones sobre el estrangulador, Jack Bottomly decide echar mano de Peter Hurkos (George Voskovec), un afamado mentalista que ha ayudado a resolver diversos crímenes a diversos cuerpos policiales, incluyendo Scotland Yard. El vidente sostiene haber identificado al asesino, proporcionando la descripción de O´Rouke, un antiguo monje trapense poseedor de una personalidad desvariada y depresiva, pues duerme sobre los muelles de la cama y se lava con el agua de los retretes, entre otras lindezas. Esta vez, Hurkos no acierta...

La moderna psiquiatría ha dejado de reconocer estrictamente a la mayoría de las parafilias como patologías, siempre y cuando estos gustos especiales no hagan daño al propio individuo o a los que le rodean.

No necesitamos inventarnos fantasmas, vampiros, hombres-lobo ni alienígenas procedentes del espacio exterior. Con el paso del tiempo, "El estrangulador de Boston" se ha convertido en un clásico del cine de suspense con trasfondo psiquiátrico, que por supuesto estimula potentemente la intranquilidad del público en general, al provocarle una reflexión sobre la posibilidad de una cercana presencia, oculta tras un manto de aparente e inocente mediocridad, de enajenados monstruos depredadores llamados seres humanos...

¡No le abran nunca a los extraños las puertas de sus casas!