domingo, 3 de febrero de 2019

REPULSIÓN


- "La única forma de tratar a los hombres es hacer como si no te importaran, ya le he dicho... Sólo quieren una cosa y no entiendo por qué la quieren tanto"...

Miss Balch (Renee Houston) exhorta a Carol (Catherine Deneuve) y Bridget (Helen Fraser) en "Repulsión" (Roman Polanski, 1965)

"Repulslón" (Roman Polanski, 1965) es la segunda película (la primera en inglés) dentro de la filmografía de este controvertido cineasta, un film de terror psicológico (el terror interior prisionero en una mente enfermra) unánimemente alabado por la crítica y que en palabras del propio director, tenía como objetivo recaudar fondos para el postrer rodaje de "Callejón sin salida" (Roman Polanski, 1966), un proyecto mucho más íntimo y personal.

Quizás presenciemos una de las más acertadas representaciones cinematográficas de Catherine Deneuve, encarnando para la ocasión a la bella y frágil Carol Ledoux, una manicura que comparte morada con su hermana mayor Helen (Yvonne Furneaux) en el coqueto barrio de Kensington (Londres), un atormentado personaje que tal vez inspiró al genio de Calanda sus protagonistas para "Belle de jour: bella de día" (Luis Buñuel, 1967) y "Tristana" (Luis Buñuel, 1970).



Catherine Deneuve es Carol


En el prefacio de "Psychiatry and the Cinema" (Glen O. Gabbard, Krin Gabbard, 1999) podemos leer: si la psiquiatría no existiese, las películas tendrían que inventarla. En este sentido, algunos críticos opinan que 40 ó 50 años después, tal y como ha devenido la historia del cine moderno, "Repulsión" podría tener más interés psiquiátrico que cinematográfico, si bien destacaríamos la estupenda dirección de fotografía a cargo de Gilbert Hamilton (un trabajo de iluminación impecable, en blanco y negro fuertemente contrastado, al más puro estilo Nouvelle Vague), el excelente montaje de Alastair McIntyre y la banda sonora del compositor de jazz Chico Hamilton.

Y es que sin tener conocimiento alguno de psiquiatría, el propio Polanski y Gérard Brach escribieron el guión de una de las mejores películas sobre la esquizofrenia, galardonada con el Oso de Plata en el Festival de Berlin y el premio de la FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica).

Al tratarse de una ficción cinematográfica, y no de un caso psiquiátrico real, en la película se mezclan diferentes síntomas que, en conjunto o en parte, pudieran derivar un hipotético diagnóstico hacia una patología u otra.

Polanski nunca tuvo la intención de explicar la existencia de Carol según patrones psiquiátricos o psicoanalíticos. Solo pretendía describir el deterioro mental del personaje.

CINEFILIA

Imitando al gran maestro del suspense Alfred Hitchcock, Polanski protagoniza un breve cameo, disfrazado como una de las vecinas que al final de la película entra en el apartamento de las hermanas Ledoux.


Roman Polanski dando instrucciones a Carol (Catherine Deneuve) y Colin (John Fraser) durante el rodaje

HEBEFRENIA O ESQUIZOFRENIA DESORGANIZADA

A partir del DSM-V, la diferenciación entre los diferentes tipos de esquizofrenia fue eliminada. A pesar de ello, algunos especialistas siguen teniéndola en consideración, según los síntomas predominantes.

Uno de ellos es la esquizofrenia desorganizada, clásicamente conocida como hebefrenia. Estaríamos delante del súmmun de los síndromes de desorganización, por otra parte presentes en mayor o menor medida en todos los casos de esquizofrenia.

La primera descripción de la hebefrenia data de 1871, a cargo del psiquiatra alemán Ewald Hecker, a raíz de los estudios realizados con sus jóvenes pacientes psicóticos en la Clínica Kalhbaum de Görlizt (entonces en territorio prusiano).


Doctor Ewald Hacker (1843 - 1909)

Según el DSM-IV, en la esquizofrenia desorganizada predominan los síntomas negativos (déficits cognitivo, conductual y emocional) sobre los positivos (alucinaciones y delirios).

En una escena concreta, Carol contempla la imagen distorsionada de su propio rostro sobre la superficie convexa de una tetera. Y si bien en la película constatamos la presencia del aplanamiento emocional y el desinterés por las interacciones sociales en Carol, también es cierto que los síntomas negativos, especialmente las alucinaciones, desempeñan aquí un papel fundamental. Pero, en líneas generales, las alucinaciones esquizofrénicas suelen ser mayormente de tipo auditivo, y no tanto visuales como en el caso que nos ocupa.




Aquí nos estamos refiriendo especialmente a las alucinaciones catatímicas, desencadenadas por sentimientos afectivos intensos, como por ejemplo la presencia de Michael (Ian Hendryen el hogar, el amante casado de Helen, una repugnante abominación para Carol, o la escena nocturna donde percibe el orgasmo de su hermana mientras ésta mantiene relaciones sexuales con su pareja, en la habitación contigua, por cierto, la primera vez que la Junta Británica de Censores Cinematográficos permitió esta circunstancia.

En la película, el rechazo de Carol hacia Michael debuta cuando descubre sobre la repisa del cuarto de baño la brocha, la navaja de afeitar y el cepillo de dientes del intruso.



Yvonne Furneaux  e Ian Hendry son Helen y Michael en "Repulsión"

La presentación de este trastorno suele ser precoz, entre los 15 y los 25 años, como en el caso de Carol; simplemente recordemos que Catherine Deneuve tenía 22 años cuando encarnó a la protagonista. Respecto a la constatación de un lenguaje desorganizado, resultan típicos los bloqueos bruscos a la hora de hablar y la fuga de ideas, que si bien no resaltan demasiado en nuestra protagonista, sí están presentes en los diálogos que mantiene en el salón de belleza con su jefa, Madame Denise (Valerie Taylor).

El abandono personal y  la conducta apragmática de Carol, el simbolismo presente en el conejo que se va pudriendo poco a poco, las patatas que se deterioran sobre el mesado de la cocina, las grietas que se resquebrajan paulatinamente por doquier, acompañan la devastación psicológica de la protagonista.

TRASTORNO DE CONVERSIÓN

La profusión de alucinaciones visuales, junto al odio a los hombres y la repugnancia al contacto con los mismos, podría indicarnos que el caso de Carol es el de un trastorno de conversión, que en múltiples ocasiones se asocia a síntomas de ansiedad y depresión.

La teoría psicoanalítica implica a sucesos traumáticos infantiles, como por ejemplo los abusos sexuales, en la génesis de este tipo de patología. En esta película, Polansky podría aportarnos pistas al respecto mediante el travelling y el zoom sobre una fotografía familiar en la que contemplamos una adolescente rubia con una escalofriante expresión de odio en su mirada.




Quedaría pendiente explicar entonces cómo a partir de ese supuesto abuso infantil (paterno o familiar), Carol derivó hacia la necrofilia y la esquizofrenia desorganizativa.

El recurso cinematográfico empleado por el director es magistral, con el objetivo de la cámara centrado en el ojo de la protagonista (la puerta de entrada en la mente) en las escenas inicial y final de la película.


En la realidad, la aversión al sexo de Carol resulta evidente: los obreros que la piropean por la calle, las pretensiones de Colin (John Fraser), los maliciosos comentarios de Michael, las insinuaciones y el acoso final de su casero, el Sr. Landlord (Patrick Wymark).


Patrick Wymarck es el Sr. Landlord

Sin embargo, son los hombres el claro objeto de su deseo, tal y como lo explican sus constantes alucinaciones en las que lucha contra un fantasma masculino, un violador y un depredador, el símbolo del machismo más recalcitrante que intenta deshonrar a las jóvenes y bellas mujeres en esta película: Carol, su propia hermana Helen y Bridget (Helen Fraser), la asimismo sensible y frágil compañera en el salón de belleza.

CINEFILIA

Si bien algunos autores han identificado el escenario del salón de belleza donde Carol trabajaba con el local que el famoso peluquero Vidal Sassoon (1928-2012) regentaba en las inmediaciones de Bond Street, lo cierto es que tanto ese establecimiento como el pub Hoop - Toy, frecuentado por Colin, el pusilánime pretendiente de la protagonista, y sus groseros colegas, se encuentran en Thurloe Street, en South Kensington.


Mia Farrow y Vidal Sassoon (1968)

Sea como fuera, lo cierto es que Polanski y Sassoon trabaron una profunda y estrecha amistad; frutos esenciales de dicha colaboración fueron el particular corte de pelo que Mia Farrow lució en la taquillera "La semilla del diablo" (Roman Polanski, 1968) y el posterior traslado del peluquero a Los Ángeles, en la década de los 70.

CINEFILIA

"Repulsión" es claustrofóbica, como también lo son "La semilla del diablo" y "El quimérico inquilino" (Roman Polanski, 1976), acogida con hostilidad durante su estreno y hoy convertida en una película de culto, desarrolladas en el asfixiante espacio comprendido entre las paredes de una vivienda.