Estamos de celebración. Tercer aniversario de este blog que pretende auscultar las cintas cinematográficas y observar desde la óptica de las cámaras cómo se enferman y se curan los seres humanos en la ficción de las pantallas. Disfrutando todavía de un caluroso verano, con tal motivo conmemorativo elegimos hoy una película especial, cuya acción nos traslada a los gélidos paisajes invernales de Canadá.
"Lars y una chica de verdad" (Craig Gillespie, 2007), con guión de Nancy Oliver, nos propone una historia original, fantástica, inverosimil y divertida, si bien los amores más o menos bizarros entre un hombre y una fémina artificial ya han sido tratados en el mundo del 7º Arte desde perspectivas muy personales y con resultados muy dispares, como por ejemplo en "Tamaño natural" (Luis García Berlanga, 1973) o en la más reciente "Air Doll" (Hirokazu Koreeda, 2009).
Uno de los personajes más interesantes de esta película es el de la Dra. Dagmar (Patricia Clarkson), médico de familia con amplia formación en Psicología que atiende a la comunidad. Ella no piensa que Lars padezca una esquizofrenia o una psicosis, ni que su trastorno tenga un origen genético u orgánico cerebral.
Como terapia "familiar y colectiva" la Dra. recomienda a Gus y su esposa Karin (Emily Mortimer) que le sigan la corriente a Lars, pues parece proyectar en la muñeca Bianca sus sentimientos, inquietudes y anhelos. En cierta manera, la chica de látex se convierte en la voz silente de la atormentada mente de su joven novio. Y para la Dra. Dagmar este hecho tan singular se convierte en una suerte de tratamiento del otrora retraído Lars.
Los expertos sostienen que una idea delirante debe cumplir una serie de requisitos, que la diferencien, por ejemplo de otro tipo de convicciones más o menos heterodoxas. De esta manera, un delirio es una idea imperturbable que se basa en una lógica inadecuada. Lars construye su delirio sobre una muñeca de látex a la que él ha dotado de nombre, nacionalidad (brasileña de origen danés, morena y hermosa, diferente de las mujeres de su entorno), pasado, personalidad... Lars corrige la imposibilidad de su idea desplazando a Bianca en una silla de ruedas o comiéndose la comida que ella no puede deglutir. Con la ayuda de su pequeña comunidad, el delirio de Lars se prolonga gracias a la protección humanitaria de su entorno (familia, médico, amigos, iglesia).
La racionalidad de Gus, convencido de la locura de su hermano y de la necesidad de su internamiento terapéutico, colisiona con las posturas conservadoras y caritativas de Karin, la Dra. Dagmar y del resto de la comunidad, dignas de un guión del más bondadodo Frank Capra. En la sombra, quizás enamorada de Lars y a la espera de su curación, aguarda la frágil e inmadura Margo (Kelli Garner).
El restablecimiento de Lars llevará irremediablemente a la desaparición de Bianca.
CINEFAGIA
"Lars y una chica de verdad" (Craig Gillespie, 2007), con guión de Nancy Oliver, nos propone una historia original, fantástica, inverosimil y divertida, si bien los amores más o menos bizarros entre un hombre y una fémina artificial ya han sido tratados en el mundo del 7º Arte desde perspectivas muy personales y con resultados muy dispares, como por ejemplo en "Tamaño natural" (Luis García Berlanga, 1973) o en la más reciente "Air Doll" (Hirokazu Koreeda, 2009).
Sin embargo, en la obra de Gillespie la concupiscencia está ausente. Más bien podríamos hablar de un amor lírico, puro y espiritual. El crítico Antonio Weinrichter, desde las páginas del diario ABC, la calificó en su día como "una comedia casta, suave y melancólica", mientras que Jordi Costa, de El País, la consideró como una comedia "negrísima".
Otras críticas complementarias de esta información pueden consultarse en:
Desde el punto de vista médico, estaríamos ante un caso patológico delirante. El actor canadiense Ryan Gosling encarna convincentemente a Lars Lindstrom, un muchacho solitario e introvertido que presenta dificultades para relacionarse con los demás. Por ejemplo, rehuye del contacto físico, los abrazos, porque siente que le queman. La interpretación de Gosling resulta muy meritoria, pues enriquece al personaje con una serie de gestos y de tics dotados de una manifiesta naturalidad .
Lars tal vez pudiera padecer algún tipo leve de trastorno disociativo - autista o incluso un trastorno bipolar. Su madre falleció al darle a luz, y junto a su hermano mayor Gus (Paul Schneider) creció bajo el cuidado de un padre puritano y autoritario. Para abrigarse, Lars mantiene alrededor de su cuello una toquilla de recién nacido, al parecer tejida por su madre mientras estaba embarazada de él. A modo de un cordón umbilical permanente éste es el vínculo sentimental que le mantiene unido a ella.
Otras críticas complementarias de esta información pueden consultarse en:
http://lavozdecristian.cl/cine/lars-y-una-chica-de-verdad/
http://miradadeulises.com/2008/09/lars-y-una-chica-de-verdad-terapia-para-la-familia-humana/
http://miradadeulises.com/2008/09/lars-y-una-chica-de-verdad-terapia-para-la-familia-humana/
Desde el punto de vista médico, estaríamos ante un caso patológico delirante. El actor canadiense Ryan Gosling encarna convincentemente a Lars Lindstrom, un muchacho solitario e introvertido que presenta dificultades para relacionarse con los demás. Por ejemplo, rehuye del contacto físico, los abrazos, porque siente que le queman. La interpretación de Gosling resulta muy meritoria, pues enriquece al personaje con una serie de gestos y de tics dotados de una manifiesta naturalidad .
Lars tal vez pudiera padecer algún tipo leve de trastorno disociativo - autista o incluso un trastorno bipolar. Su madre falleció al darle a luz, y junto a su hermano mayor Gus (Paul Schneider) creció bajo el cuidado de un padre puritano y autoritario. Para abrigarse, Lars mantiene alrededor de su cuello una toquilla de recién nacido, al parecer tejida por su madre mientras estaba embarazada de él. A modo de un cordón umbilical permanente éste es el vínculo sentimental que le mantiene unido a ella.
Uno de los personajes más interesantes de esta película es el de la Dra. Dagmar (Patricia Clarkson), médico de familia con amplia formación en Psicología que atiende a la comunidad. Ella no piensa que Lars padezca una esquizofrenia o una psicosis, ni que su trastorno tenga un origen genético u orgánico cerebral.
Como terapia "familiar y colectiva" la Dra. recomienda a Gus y su esposa Karin (Emily Mortimer) que le sigan la corriente a Lars, pues parece proyectar en la muñeca Bianca sus sentimientos, inquietudes y anhelos. En cierta manera, la chica de látex se convierte en la voz silente de la atormentada mente de su joven novio. Y para la Dra. Dagmar este hecho tan singular se convierte en una suerte de tratamiento del otrora retraído Lars.
Los expertos sostienen que una idea delirante debe cumplir una serie de requisitos, que la diferencien, por ejemplo de otro tipo de convicciones más o menos heterodoxas. De esta manera, un delirio es una idea imperturbable que se basa en una lógica inadecuada. Lars construye su delirio sobre una muñeca de látex a la que él ha dotado de nombre, nacionalidad (brasileña de origen danés, morena y hermosa, diferente de las mujeres de su entorno), pasado, personalidad... Lars corrige la imposibilidad de su idea desplazando a Bianca en una silla de ruedas o comiéndose la comida que ella no puede deglutir. Con la ayuda de su pequeña comunidad, el delirio de Lars se prolonga gracias a la protección humanitaria de su entorno (familia, médico, amigos, iglesia).
La racionalidad de Gus, convencido de la locura de su hermano y de la necesidad de su internamiento terapéutico, colisiona con las posturas conservadoras y caritativas de Karin, la Dra. Dagmar y del resto de la comunidad, dignas de un guión del más bondadodo Frank Capra. En la sombra, quizás enamorada de Lars y a la espera de su curación, aguarda la frágil e inmadura Margo (Kelli Garner).
El restablecimiento de Lars llevará irremediablemente a la desaparición de Bianca.
CINEFAGIA
- Existe una escena capaz de condensar la filosofía de este film; cuando los Lindstrom salen de los oficios religiosos, la compasiva Sra. Gruner (Nancy Beatty) le regala a Bianca una cesta repleta de flores. Lars se acerca a su novia de siliciona y le susurra al oido: "son bonitas ¿eh?; no son de verdad, durarán para siempre..."
- Lars le lee a Bianca un fragmento de "Don Quijote", aquel inmortal delirante que amaba una ilusión llamada Dulcinea...
- Durante el rodaje de la película, la muñeca Bianca fue tratada como una actriz más, disponiendo de su propio trailer donde era vestida y preparada para las escenas en las que tenía que participar.
5 comentarios:
Una pelìcula que me ha inspirado el llamado "Trauma de la muñeca de goma", analizado en un pequeño texto de 2009, totalmente disparatado.
Atte
Lic. Carlos Sacatrauma.
¿Dónde se puede leer ese texto tan disparatado?
Robots "sexuales" para realizar prácticas en Odontología.
http://www.huffingtonpost.com/2011/07/01/robotic-sex-doll-will-teach-dentists-in-training_n_888851.html
yo creo que tiene un trastorno esquizoide o esquizotipico de la personalidad mas que bipolar
He llegado a este blog buscando referencias a la película "Lars y una chica de verdad", y me parece fascinante, de verdad. Muy interesante el análisis de cada película.
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