"Vivimos de recuerdos, ¿verdad Grazia?; ¿qué harías si no tuvieras recuerdos?"
Gracias a "La escapada" (Dino Risi, 1962), descubrí il ferragosto, esa festividad italiana que cada año conmemora el tradicional fin de las labores agrícolas durante el 15 de agosto. En esa misma fecha, deambulando por una Roma desierta, el imperioso y vitalista Bruno Cortona (incomensurable Vittorio Gassman) arrastra al apocado estudiante de Derecho Roberto Mariani (Jean-Louis Trintignant) a un viaje en descapotable que finalizará en tragedia...
El polifacético Gianni di Gregorio es el director, co-guionista y actor principal de "Vacaciones en ferragosto" (2008), una sencilla comedia capaz de aflorar en nuestros labios una piadosa sonrisa.
El argumento es simple. Gianni es un solterón que habita en Roma junto a Valeria (Valeria de Franciscis), su anciana madre. Fumador empedernido y devoto del vino blanco, ha aceptado vivir resignadamente su cotidiana rutina. Parece conforme y feliz, pero poco a poco ha ido acumulando una serie de deudas con la comunidad de vecinos, compromiso que le será condonado por Alfonso (Alfonso Santagata), el administrador comunal, a cambio de que Gianni cuide a su madre Marina (Marina Caccioti) y a su Tía María (María Calì) durante el ferragosto.
La trama se enreda todavía un poco más cuando Marcello (Marcello Ottolenghi), médico de cabecera y amigo de Gianni le pide también que se haga cargo durante tan particular jornada de su madre Grazia (Grazia Cesarini Sforza); el galeno tiene guardia en el hospital y la cuidadora habitual de la anciana ha viajado a Rumanía...
¿Cómo actuaríamos cualquiera de nosotros si, de repente, tuviéramos que atender a 4 ancianas? Gianni es un desafortunado, pues la salud de las viejecitas es mucho mejor que la suya propia: el médico le ha diagnosticado hipertensión arterial y una angina estable.
La coqueta Valeria se acicala todos los días con gran decoro... La Tía María padece arteriosclerosis cerebral, pero sigue preparando la mejor pasta al horno de Italia... La testaruda Marina se fuga por la noche para beber y a fumar en los bares. El sufrido Gianni consigue traerla de vuelta a casa a duras penas, hazaña que le cuesta además una buena borrachera... Finalmente, la frágil Grazia es alérgica a la lactosa, debe tomar amlodipino para tratar su hipertensión y domperidona para su dispepsia funcional...
Buscando la materia prima para cocinar la comida de ferragosto, con la ayuda de su inseparable Vikingo (Luigi Marchetti) Gianni recorre en motocicleta las calles semidesiertas de la ciudad eterna, recordándonos aquellos otros paseos cinematográficos protagonizados en su día por Gregory Peck y Audrey Hepburn en "Vacaciones en Roma" (William Wyler, 1953) o por el emotivo Nanni Moretti en "Caro diario" (1993).
Los críticos coinciden al destacar la amabilidad con la que Gianni di Gregorio retrata a las ancianas, muy lejos de los estereotipos que consideran a las personas mayores un estorbo o una pesada carga.
Vemos como a Valeria no le gusta imaginarse al mosquetero D´Artagnan tal y como lo describe en sus páginas Alejandro Dumas, como Grazia recuerda con nostalgia las casas en las que ha vivido a lo largo de su vida, como la Tía María ayuda a Gianni a preparar la cena o como Marina quiere cantarle una nana a su cuidador para que se duerma...
No hay comentarios:
Publicar un comentario