"El universo del cine y el mundo de la medicina se dan aquí la mano".
Dr. Luis Aguilera, presidente de la SEMFYC.
"En esta película no hay exhibicionismo...; hay poesía".
Dr. Bernat Soria, Ministro español de Sanidad y Consumo.
Algo tan sencillo como tratar de ponernos un traje a la medida hecho con las vivencias de los demás, de enfundarnos la piel del prójimo, del sufriente, del aislado, observando de qué manera transcurre la vida, oteando el horizonte incierto desde diversos puntos de vista... Todo ello, dejando de lado todas esas consideraciones generales sobre la empatía, siempre tan trillada y socorrida.
¿Qué ocurre en realidad cuando un médico se convierte en un enfermo? ¿Por qué tanta curiosidad ante un hecho tan común como el final de los días de un semejante? ¿Importa de veras si se es médico o no?
El Dr. Albert Jovell, eminente médico, sociólogo, escritor, comunicador sin par, presidente del Foro Español de Pacientes, acaba de publicar un libro titulado "Cáncer. Biografía de una supervivencia" (Editorial Planeta), en el que nos cuenta sus experiencias como paciente afectado por tan desesperante enfermedad. Y es que el cajón de sastre que hoy denominamos como cáncer, no se conforma con ser una sola enfermedad. En palabras del propio Albert, estos enfermos padecen tres patologías: una física, que hiere y mutila el cuerpo, una psicológica, que aflige y atormenta al espíritu, y una tercera social, a veces la más grave de todas, cuyo nombre es soledad.
Como es habitual, viajo al mundo de la ficción cinematográfica, haciendo un poco de memoria y me encuentro con "El Doctor" (Randa Haines, 1991), film donde el versátil William Hurt interpretaba el papel del Dr. Jack MacKee, un altivo y prestigioso cirujano, partícipe del éxito permanente en su carrera profesional; pero, un buen día, de manera brusca y repentina, su vida da un vuelco radical cuando le diagnostican un cáncer de laringe. Ahora, un lento peregrinar por las estancias y las salas hospitalarias formará parte de su cotidiana rutina, transformando su perspicaz mirada clínica en otra, mucho más insospechada, de enfermo y paciente.
Esta película está basada en la verdadera historia del Dr. Edward Rosenbaum, que un día decidió narrar sus vivencias como paciente en el libro "Un poco de mi propia medicina: cuando el médico se convierte en paciente".
"Las alas de la vida" (Antoni Pérez Canet, 2006) no debe confudirse con la película así también titulada en España, escrita y dirigida en el año 2002 por el director sueco Lukas Moodysson ("Lilja 4-ever"). En nuestro caso, se trata de un documental basado en la enfermedad terminal padecida por un médico de familia.
El testimonio del Dr. Carlos Cristos es muy diferente. Su padecimiento es extraordinariamente cruel. Cercena una vida dedicada plenamente al cuidado de "sus" pacientes (tal vez incluso más allá del estricto deber profesional), al altruismo, a la comprensión. Y además, una vida personal rica y satisfactoria, rebosante de música, poesía, vida familiar, amor, vuelo libre, montañismo, ingenio y fructífera comunicación.
Tras los múltiples y recientes avances en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer y del SIDA, las enfermedades neurodegenerativas se han convertido en la mayor causa de desesperanza en la medicina actual. Una de las experiencias más duras sufridas a lo largo de mi vida profesional ha sido el ver morir a una joven paciente y amiga víctima afectada por una variante de la enfermedad de Creutzfeldt - Jakob. Y parece que, asustados por su terrible pronóstico, los médicos las nombramos mediante siglas y acrónimos: ELA (esclerosis lateral amiotrófica), PSP (parálisis supranuclear progresiva)... o ASM (atrofia sistémica múltiple), la enfermedad que padece Carlos Cristos. Actualmente, no tienen tratamiento y su pronóstico es indefectiblemente mortal a corto plazo (más o menos 5 años).
En algunas ocasiones, he asistido a conversaciones banales donde se fabula sobre cuál es la mejor manera de morir. La mayoría, si pudieran elegir, se decantarían por un final rápido, abrupto, sin dolor ni sufrimiento. Pero la prueba de fuego que nadie quiere pasar es someterse a una enfermedad que te deteriore progresivamente, manteniendo la conciencia hasta el instante final.
En su testimonio vital y humanista, Carlos también nombra a la soledad; como enfermo echa en falta a su lado a todos aquellos que no quieren (¿no pueden?) ver su desarticulación progresiva. Completamente consciente de su destino, deberá aceptar la renuncia gradual a cosas de su vida cada vez más básicas y vitales. Llegará un momento en que incluso dejará de andar, de hablar, de comer, de beber, de respirar... "Mi cuerpo está fracasando, y yo vivo dentro de él" - asume este ser humano excepcional. Él mismo siente el dolor moral, nacido del enfrentamiento con u cuerpo que se desconecta gradualmente.
Años atrás, el matrimonio Cristos Font estuvo trabajando en la castigadas aldeas de Ruanda. Carlos reflexiona con una religiosa, antigua compañera de fatigas en aquellas destrozadas tierras africanas, sobre los diferentes modos de enfermar y de morir en Occidente (cáncer, enfermedades cardiovasculares) y en el Tercer Mundo (enfermedades infecciosas).
A lo largo de su vida profesional, en diferentes centro de salud de Mallorca, Carlos Cristos se ha enfrentado a la cercanía de la muerte, situaciones idénticas a la que ahora él padece, pero en la vida de los otros. Por la ventana de su consulta penetran de vez en cuando los toques de difunto procedentes de las campanas de la cercana iglesia. "La mayoría de la gente se marcha sin hacer ruido". Para él, este trance seguramente no resultará tan sereno, pues tal es la corriente de solidaridad y afecto que ha engendrado con su franca revelación.
Especialmente emotivo me ha resultado el homenaje que Carlos hace a su can Zejelino, fiel compañero del que se despide, pues "uno por viejo, y el otro por la enfermedad seguramente partiremos en fechas cercanas".
Otra faceta que me impresiona es la capacidad de inventar que Carlos todavía mantiene viva: el teclado protector para el ordenador realizado con una simple rejilla metálica, los puntales de obra que coloca para poder disponer de mayor autonomía al moverse, el divertimento del ventilador y el globo azul con estrellitas o el descabellado telescopio basado en una sartén domética, mantienen despierta la sonrisa del enfermo, que planea sobre toda la película.
LA SOLEDAD DEL CUIDADOR: con excepcional entereza, la Dra. Carmen Font, compañera y esposa de Carlos, relata cómo la enfermedad ha cambiado radicalmente su vida, incluso en los detalles más íntimos de su relación de pareja. La fatiga del cuidador, persona de importancia capital en el cuidado de todo enfermo crónico o terminal, deberá tenerse en cuenta para que el plan de cuidados paliativos establecido en cada caso en particular se optimize al máximo. Como complemento en estas labores, Carlos y Carmen cuentan con los auxilios de Omar Karpyza.
CÉLULAS MADRE: la esperanza que muchos enfermos crónicos (y no solamente los afectados por trastornos neurodegenerativos) depositan en este tipo de terapia mantiene abiertas unas expectativas que todavía no pueden ser satisfechas en la actualidad. Carlos llega a ofrece al Dr. Carlos Simón como voluntario desinteresado para sus experimentos.
TRATAMIENTO: de momento, la ASM no tiene más que un tratamiento paliativo, una serie de medidas de soporte inespecíficas. Además de la fisioterapia, durante el documental se mencionan algunos tratamientos que Carlos ha seguido para detener su deterioro, sin éxito: dieta sin gluten, cúrcuma (fitoterapia con propiedades antioxidantes), quinacrina (un antihelmíntico que se utiliza para tratar la malaria y las infestaciones por tenias y giardias).
LA FAMILIA: a medida que evoluciona la enfermedad de Carlos, vemos cómo va creciendo su pequeña hija Carmela. Este desarrollo físico corre paralelo a sus progresos con el piano. Este constatación, junto a las imágenes de Carlos observando la lluvia caer, consiguen mantener nuestra atención pendiente del inexorable paso del tiempo. En otra escena, una retrospectiva fotográfica de Carlos desde la actualidad hasta su más tierna infancia también nos recuerda la temporalidad de nuestras vidas.
Casi al final de la película, Carlos retorna a su tierra natal. No parece preocuparle que tal vez sea ésta la última vez que vea a sus padres (Carlos, también médico) y Olvido, a sus hermanos y a sus sobrinos. El director Toni Canet aprovecha estas escenas para contraponer el sentido de la vida de Carlos con el de su madre. Los dorados atardeceres sobre la Ría de Vigo, el batir de las espumosas olas a lo largo de las escarpadas costas hasta la mansedumbre de la desembocadura del Río Miño, en el Océano Atlántico, o los caballos salvajes en Santa María de Oia, enmarcan como preciosas estampas visuales estos sentimientos de despedida. Sobre estos montes pelados y sobre esas gélidas aguas profundas, un día serán esparcidas las cenizas de nuestro protagonista.
LOS AMIGOS DE CARLOS: salvando las distancias, aunque parafraseando el título de "Los amigos de Peter" (Kenneth Branagh, 1992), Carlos aprovecha su visita a Vigo para reunir a los antiguos componentes de su grupo de música popular gallega. La aterciopelada voz de Piluca entona los dulces versos de "Alecrín".
LA METAFÍSICA: Carlos no tiene fé, pero sí esperanza. Siente curiosidad de poder ver simultáneamente los dos lados del espejo, algo que espera que ocurra en el último microsegundo de su existencia. Se irá tranquilo porque spera dejar tras de sí todo el bien que ha procurado realizar para los demás a lo largo de su vida. En la antigua Universitat de Valéncia, Carlos visita al Dr. José María López Piñero, catedrático de Historia de la Medicina, para hablar sobre el proceso de preparación para la muerte. Salen a la luz ciertas referencias a "El Séptimo Sello" (Ingman Bergman, 1957).
Carlos ha dejado todo perfectamente atado, su testamento vital y sus últimas voluntades, contrarias al encarnizamiento terapéutico. "Permitir que la naturaleza siga su curso". "Bailar mientras siga habiendo música..., todo ello, si es posible, con una sonrisa".
Un hermoso canto a la libertad para vivir y morir dignamente. Un demoledor testimonio de un ser puro que se enfrenta a la muerte tan solo armado por su formidable lucidez.
El Ministerio de Sanidad y Consumo ha adquirido los derechos de este film para su explotación didáctica. Desde aquí, aplaudimos tan acertada idea.
9 comentarios:
Estimado amigo:
Por causas de la vida me gustaría poder ver cuantas más películas sobre cancer posible, por favor, serías tan amable de decirme ¿donde puedo encontrar un listado?.
Gracias
Estas son algunas películas que podrías ver:
- "MI VIDA SIN MI", de Isabel Coixet, magnífica, muy humana y positiva, sobre una joven madre afectada por un cáncer de ovarios diseminado a la que apenas le quedan unos meses de vida. Muy recomendable.
- "TIERRAS DE PENUMBRA", tal vez la mejor película de Richard Attenborough, en la que narra el amor crepuscular entre el escritor C.S. Lewis (Anthony Hopkins) y la poetisa Helen Joy Gresham (Debra Winger), que fallecerá víctima de un cáncer óseo. Magistrales las interpretaciones de los actores protagonistas. Una verdadera joya cinematográfica. No te la pierdas.
- "ELEGIR UN AMOR", de Joel Schumacher. Melodramática y romántica, tiene en su papel estelar a Julia Roberts y cuenta la típica historia de amor en la que la protagonista se enamora de un joven enfermo de leucemia.
- "WIT", de Mike Nichols. Cuenta con la participación de Emma Thompson, que interpreta a una profesora afectada por un cáncer terminal de ovarios.
En la página web de IMDb (Internet Movie Database) puedes encontrar bajo la referencia "cancer" un completo listado de obras de cine y TV en las que se abordan las cuestiones que te inquietan.
Saludos.
He aquí la edificante historia de VIRGINIA FELIPE SAELICES, afectada por una AME (atrofia muscular espinal tipo 2), enfermedad neuromuscular genética y degenerativa.
Su caso fue publicado en la prensa.
Los interesados, consultar este vínculo:
http://matosas.typepad.com/competir_con_la_mente/2007/05/el_milagro_de_v.html
Cuando terminé de ver "Las alas de la vida" en el programa "Nuestro Cine" de la 2 de TVE, me pregunté cuánto tiempo de vida le quedaría a Carlos Cristos, teniendo en cuenta el deterioro general manifiesto que mostraba en las últimas escenas. La supervivencia media de los enfermos afectados por atrofia sistémica múltiple ronda los 5 años. Carlos había sobrepasado ese tiempo de largo.
Desafortunadamente, falleció el 26 de abril de 2008, en paz y rodeado por sus seres queridos. Tenía 51 años. Una pérdida irreparables, un ejemplo admirable.
En estos días acaba de fallecer en su casa de Virginia RANDY PAUSCH, el científico y profesor norteamericano que en septiembre de 2007 sorprendió a una audiciencia de 400 colegas y alumnos de la Universidad Carnegie Mellon, cuando anunció publicamente que padecía un cáncer de páncreas terminal.
"La última lectura" es el título del best-seller que escribió en colaboración con el periodista Jeff Zaslow, una reconfortante lección sobre la vida y la muerte extraída a partir de la ideas expresadas en aquella última conferencia ("Cómo cumplir verdaderamente los sueños de tu infancia").
Estimado "Doctor Albeiros"
Ha sido un magnífico descubrimiento su blog sobre cine y medicina.
Le agradezco también sus adjetivos al anunciar mi caso.
He sido madre por segunda vez y con mi marido hemos abierto también un blog para la ocasión:
http://gregoriodavid.blogspot.com/
Un placer conocerle
Virginia Felipe Saelices
Sinceramente una historia preciosa, me encantaría poder ver la película.
Tienen alguna idea de donde puedo encontrar la película "El Doctor"?
- "ELEGIR UN AMOR", de Joel Schumacher. Melodramática y romántica, tiene en su papel estelar a Julia Roberts y cuenta la típica historia de amor en la que la protagonista se enamora de un joven enfermo de leucemia..y quiero saber en donde les puedo contactar!.
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