miércoles, 17 de junio de 2020

SPIDER


- "La ropa hace al hombre. Y cuanto menos hombre, más ropa hace falta"...
Terrence (John Neville) a Dennis Cleg (Ralph Fiennes) en "Spider" (David Cronenberg, 2002)

Ésta no es la primera vez que nos asomamos desde este blog a la cinematografía de David Cronenberg. Lo hicimos anteriormente con "Inseparables" (1988) y más tarde con "Un método peligroso" (2011).

Patrick McGrath (1950) fue el guionista de esta película, asimismo autor de la novela homónima. Este escritor británico, especializado en ficción gótica, creció en el entorno del Hospital de Broadmoor (Crowthorne-Berkshire), en el sudeste de Inglaterra, donde su padre trabajaba como director médico. Precisamente, a las instancias paternas, Patrick encontró un empleo en Penetang-Ontario (Canadá), en la unidad de máxima seguridad del Hospital Psiquiátrico de Penetang.


El novelista y guionista británico Patrick McGrath

CINEFILIA

De los tres hospitales psiquiátricos de alta seguridad ingleses, el Broadmoor es el más antiguo. Los otros son el Hospital de Ashworth, cerca de Liverpool, y el Hospital de Rampton, en Nottinghamshire.


Hospital de Broadmoor

"Broadmoor: A History of the Criminally Insane" (Jenni Day, 2013) es un documental en el que un experto criminólogo, el profesor David Wilson, repasa los historiales de los criminales más famosos recluidos en dicha institución a partir de archivos y entrevistas personales

Asimismo "Broadmoor" es el título de varias mini-series para la televisión (2013-2014) cuyos capítulos están dedicados a algunos internos de este centro de reclusión psiquiátrica, como el violador infantil James Saunders, alias "El Hombre Lobo".

Con la experiencia de McGrath y el especial saber hacer del cineasta canadiense, descubrimos la desdichada existencia de Dennis Cleg (Ralph Fiennes), un paciente esquizofrénico atrapado en su particular abismo de enajenación.

Cronenberg recibió el guión de McGrath acompañado de una nota escueta confirmando que Fiennes estaba muy interesado en la interpretación del personaje principal. A diferencia con la novela, el protagonista nunca habla de si mismo, sino que simplemente se limita a existir. Y como asegura Juan Luis Caviaro en "David Cronenber: Spider, identidad enferma" (Espinof, 21 noviembre 2011), la cámara simplemente se limita a seguirlo y a captar su realidad.

Rodada en apenas 8 semanas, tanto el director como el actor principal renunciaron a sus salarios para sacar adelante este proyecto. Una lástima que no le acompañara el éxito en la taquilla.


Ralph Fiennes es Dennis Clegg, alias "Spider"

En este thriller psiquiátrico iremos descubriendo progresivamente, mediante regresiones a su etapa infantil, cómo el protagonista ha ido elaborando un complejo delirio freudiano en torno a la figura de una madre amorosa y un progenitor supuestamente alcohólico y déspota.

Como comenta Miguel Ángel Císcar en "El asesino dentro de mi" (Encadenados - Revista de Cine, enero 2012), la violencia se encuentra permanentemente presente en esta cinta, insinuada en la mayoría de las ocasiones, pero también evidente y brutal, como por ejemplo durante la escena del supuesto asesinato de la madre por un golpe de pala.

Al respecto, es justo destacar las interpretaciones de Miranda Richardson, en el doble papel de la señora Cleg y la casquivana pelandusca Ivonne, así como el siempre efectivo Gabriel Byrne como el indolente padre, Bill Cleg, sin olvidarnos del debutante Bradley Hall, entonces con 11 años, encarnando al protagonista durante su edad infantil.

EL SÍDROME DE CAPGRAS

También conocido como Ilusión del Sosias, se trata de un delirio (no alucinatorio) en el que el paciente cree que un familiar suyo o una persona de su entorno más cercano ha sido reemplazada por otra impostora físicamente idéntica, y que además asume el mismo papel que el original sustituido.

Existen diversas teorías para explicar su etiología. Sin embargo, este infrecuente trastorno delirante puede presentarse tanto en determinadas patologías psiquiátricas como en otras de origen orgánico.


Lo cierto es que el 61% de los pacientes con este síndrome padecen esquizofrenia, especialmente de tipo paranoide, un 13% ha sido diagnosticado de un trastorno bipolar, mientras los restantes pueden padecer trastornos esquizoafectivos o depresiones psicóticas

Dentro de las causas orgánicas, el síndrome de Capgras puede aparecer en enfermos con demencia, lesiones cerebrales, encefalitis, ictus, tumores, epilepsia, enfermedad de Huntington, patologías vasculares cerebrales y esclerosis múltiple.


Gabriel Byrne y Miranda Richardson en "Spider" (David Cronenberg, 2002)

Los expertos también lo han descrito en otras enfermedades como hipotiroidismo, hipertiroidismo, diabetes, hiponatremia, déficit de folatos, arteriosclerosis, infecciones urinarias, alcoholismo crónico y enfermedad post-parto.

Como simple anécdota mencionaremos aquí que en ningún momento de la película constatamos que el protagonista siga algún tipo de tratamiento farmacológico. Más bien al contrario, es un fumador habitual y en las escenas de los pubs siempre está acompañado de una bebida alcohólica.

ESQUIZOFRENIA Y CINE

Tampoco es la primera vez que en este blog hacemos referencia a "El cine y las enfermedades mentales" (Wedding, Boyd, Niemiee, 2005). Retornamos de nuevo a esta fuente bibliográfica, especialmente al capítulo dedicado a la "Esquizofrenia y trastornos delirantes", en el que se reseñan películas como "Una mente maravillosa" (Ron Howard, 2001), "K-Pax" (Iain Softley, 2001), "La casa de los locos" (Andrei Konchalovsky, 2002), "El show de Truman" (Peter Weir,1998) y por supuesto "Spider".


Los créditos iniciales de este film, como en "Inseparables" (1988), suponen toda una declaración de intenciones. En este caso, los títulos se superponen a unas manchas de humedad en las paredes, análogas a las impresiones en tinta del famoso test de Rorschach, un adelanto de todo lo que vamos a contemplar desde la óptica tan particular del artista. 

El ritmo de la película es intencionadamente lento y fatigoso, quizás para provocar la incomodidad del espectador ante el retrato psicológico de un protagonista complejo, absorto y ofuscado en la singularidad de su mundo interior, coleccionista de elementos aparentemente absurdos (cuerdas, un viejo despertador, diminutos objetos recogidos en las calles) y una pequeña sucia libreta donde realiza anotaciones ilegibles con un lápiz, empleando un insólito alfabeto que sólo él mismo parece comprender.


David Cronenberg y Ralph Fiennes durante el rodaje

Completan su desaliñado retrato (viste simultáneamente 5 ajadas camisas) una serie de síntomas esquizofrénicos como un habla balbuceante y desorganizada, un comportamiento incoherente y desordenado, con ciertos síntomas negativos tales como un aplanamiento afectivo y una manera típica de deambular, arrastrando los pies.

Son metáforas de una mente que intenta estructurarse, donde se mezclan continuamente el pasado y el presente, el puzzle que trata de resolver, los fragmentos del espejo del cuarto de aseo roto por otro enfermo y el entramado con bramantes que el personaje (niño y adulto) construye en su cuarto, a modo de una inquietante tela de araña.

La referencia al mundo de los insectos, en este caso el apellido Cleg significa "tábano", y las alusiones a las arañas y su forma de reproducirse, nos remiten a otra obra de este cineasta, "La mosca" (1986).


Muy interesante nos parece también la perspectiva crítica psicoanalítica de esta película, centrada en el concepto de forclusión de Jacques Lacan (1901-1981).

EL PAISAJE

La atmósfera de pesadilla resulta indispensable para conseguir la incomodidad y la desazón del espectador, especialmente el espacio formado por el huerto y la caseta de herramientas, pero sobre todo la presencia de la fábrica de gas de Haggerston al lado de Regent Canal (Londres), que la separa de la casa donde la señora Wilkinson (Lynn Redgrave) alberga a aquellos pacientes psiquiátricos que intentan recuperarse en régimen abierto, después de haber permanecido largo tiempo recluidos en manicomios.


Esta fábrica de gas funcionó durante el siglo XIX. Tras su cierre en 1900, sus antiguas instalaciones fueron ocupadas por talleres de estufas y medidores.

La planta industrial representa el pretexto ideal para conectar el gas con el asesinato de la madre, perpetrado por el protagonista esquizofrénico infantil, el mismo que distorsiona la realidad y se aísla de cualquier contacto social con sus semejantes.

CINEFILIA

Nos gustaría destacar la banda sonora de Howard Shore, intimista y melancólica, junto a la espléndida fotografía de Peter Suschitzky y la dirección artística de Arv Grewal, que contribuyen a la producción final de esta película que tanto nos ha recordado, por detalles muy concretos, a algunos títulos de la filmografía de David Lynch.



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