domingo, 30 de diciembre de 2007

DE REPENTE EL ÚLTIMO VERANO




KATHERINE HEPBURN, MONTGOMERY CLIFT y ELIZABETH TAYLOR
protagonizan "DE REPENTE EL ÚLTIMO VERANO".

Hizo ya unos cuantos años, en una anónima y cálida mañana primaveral de domingo portugués (como los ensalzados por la maestría literaria de António Lobo Antunes), me encontraba visitando la acogedora y ciudad de Guimaraes. Formando parte un grupo profesional de colegas, y seguramente por esa vieja costumbre de detenernos para hacer fotografías, involuntariamente el Dr. Severo Fernández Juiz y yo nos extraviamos del resto de la comitiva.


Buscamos con parsimonia el punto de encuentro con los demás; perezosos, apenas sumidos en la penumbra de una calleja estrecha, nos detuvimos ante una destartalada tienducha que regentaba una anciana enlutada, uno de esos establecimientos tradicionales que apenas existen ya en la Península Ibérica donde puedes adquirir desde unas suculentas manzanas del país (la piel amarillenta y rugosa, cubierta por las viruelas del granizo), un espray de laca a punto de oxidarse, unas cerillas húmedas, un glorioso llavero del Benfica, un desatascador para los lavabos de las pensiones baratas, un pétreo queso de oveja ahumado y curado, una pastilla de jabón con rancio aroma a lavanda, unos clavos de acero inoxidable..., hasta un decolorado sobre de sobado papel satinado que incluye los condimentos necesarios para sazonar exquisitos embutidos.


Nos presentamos como médicos y le rogamos a la viejecita si nos dejaba tomar una instantánea de su peculiar negocio. Solícita nos preguntó: ¿médicos?, ¿acaso no querrían mejor visitar la casa del Dr. Egas Moniz?...; está aquí enfrente y yo tengo las llaves -. Y así los hicimos.




En 1936, mientras los españoles desencadenaban su más terrible y cruel guerra fraticida, el Dr. Antonio Caetano de Abreu Freire (que adoptaría el eufónico apelativo de un legendario antecesor, el noble aristócrata lusitano Egas Moniz, azote de los moros durante La Reconquista), publicó su famoso tratado sobre un innovador procedimiento quirúrgico denominado leucotomía prefrontal, destinado al tratamiento de diferentes enfermedades mentales.

Trece años después, el Comité adjudicatario del Premio Nobel le concedería el galardón en la especialidad de Medicina, que habría de compartir con el neurólogo suizo Walter Rudolf Hess, distinguido a su vez por las aportación sobre el conocimiento de la organización funcional del diencéfalo.
Paradójicamente, el nombre del Dr. Egas Moniz siempre va ligado a su "famosa" aportación al campo de la neurocirugía, cuando en realidad su mayores éxitos fueron debidos a sus trabajos sobre angiografía cerebral.

SOBRE LA LOBOTOMÍA.

No creo que exista en la historia de la medicina (excepto en el caso de los siniestramente famosos electroshocks) un supuesto proceso curativo radical de las enfermedades mentales a la vez tan alabado y denostado como la incorrectamente denominada lobotomía. Técnicamente, este término debería reservarse para aquellos procedimientos quirúrgicos en los que se destruyen las fibras nerviosas que conectan el lóbulo frontal con el resto del cerebro, sin extirpar tejido cerebral, hecho que sí ocurre en la lobectomía.

Existe una interesante página sobre la historia de la lobotomía que se recomienda visitar:




UNA PELÍCULA EXTRAORDINARIA.


En la historia del cine, al igual que en la de la medicina, por igual se han hecho oir con disonante fortaleza tanto las voces de los grandes admiradores como las de los más fieros detractores de la Psiquiatría como especialidad médica, siendo el Psicoanálisis de Sigmund Freud (y el de sus discípulos), los sanatorios psiquiátricos tipo manicomio y los tratamientos radicales de las enfermedades mentales los temas más controvertidos y frecuentemente criticados.

Se me antoja que pudiéramos equiparar a "De repente el último verano" (1959) con esa jugada maestra que siempre resulta ganadora en una partida de póker. El as de picas lo conformaría el director de la cinta, el incomensurable Joseph L. Mankiewicz. El as de diamantes se lo asignamos ex aequo a Gore Vidal y Tennessee Williams por el guión cinematográfico (Williams fue también el autor de la obra teatral original). El as de corazones es para Elizabeth Taylor (la inestable paciente Catherine Holly), mostrada en la plenitud de su belleza y esplendor sensual, y para Katherine Hepburn (la despechada viuda Violet Venable), su graciosa majestad, la emperatriz de las actrices, ambas inmersas en un tour de force interpretativo e histérico. Por último, el as de tréboles, la carta de la buena suerte, indudablemente se la adjudicamos a Montgomery Clift, el frágil pero tenaz neurocirujano Dr. John Cukrowicz ("azúcar", en polaco), modelo clásico de ética médica.

Con todas estas fantásticas cartas en la mano, nos atrevemos sin duda alguna a propones en esta película varios elementos de reflexión:
  • Las instituciones psiquiátricas: los manicomios tradicionales, auténticos presidios cuando no oscuras sedes y cámaras de las torturas más abyectas, se presentan aquí por Mankiewicz con toda su crudeza. Resultan especialmente dramáticas las visitas que la Taylor realiza a las salas generales de recreo para los dementes masculinos y femeninos.
  • El gerente hospitalario: dentro de la medicina asistencial de los EEUU (la obra se ambienta en Nueva Orleans), con frecuencia se presentan aquellos dilemas éticos típicos de la medicina privada, donde el interés económico pudiera influir decisivamente sobre las decisiones terapéuticas a tomar por los facultativos clínicos. En este aspecto, destacamos la impecable representación que el actor secundario Albert Dekker hace del Dr. Hockstader, director del Asilo Estatal "Lions View".
  • La homosexualidad: en una acción que pivota sobre la enfermedad mental y los trastornos psiquiátricos, el misterioso tratamiento que todos los personajes dan a las inclinaciones sexuales del difunto Sebastian Venable (insinuado, pero nunca mostrado) no hace más que acrecentar el debate que todavía hoy en día se mantiene abierto sobre la homosexualidad. No olvidemos que existen muchos países en el mundo que siguen considerando a dicha tendencia sexual como una auténtica patología.
  • La ambientación: especialmente asfixiante resulta la atmósfera que se respira en la mansión sureña de la Sra. Venable, rodeada por un jardín tan exhuberante y primitivo como el del Paraíso Original (con plantas cuyas hojas y brotes a buen seguro comieron en su día los extinguidos dinosaurios), así como en las salas y pasillos del asilo psiquiátrico estatal, en las blancas y empinadas calles del pueblo de Cabeza de Lobo (donde es asesinado y "devorado" el poeta Sebastian), y en las celdas y en la biblioteca del convento de Saint Mary, donde primeramente permanecía recluída la Srta. Holly.
  • El ojo de Dios: que todo lo ve y que siempre permanece condenando los terribles pecados de los Venable: incesto, homosexualidad, hedonismo, avaricia, ambición, locura..., la suficiente y necesaria carga teológica tan frecuente en los relatos dramáticos de Tennessee Williams.

Otras curiosidades:

  • Las "curaciones" psiquiátricas: la lobotomía se queda a un lado. Empleando sedación mediante inyecciones de Pentothal ("el suero de la verdad" que él mismo afirma no existir) junto a una especial técnica de regresión psicológica, el Dr. Cukrowicz consigue curar la amnesia histérica que padece su paciente Cathy Holly. Pero es precisamente esa regresión colectiva la que hará rebrotar y agravará ese mismo trastorno mental histeriforme que padecía la Sra. Venable desde la muerte de su hijo. Estaráimos ante dos casos diferentes de un típico trastorno mnésico disociativo, un recuerdo reprimido a largo plazo motivado por un trauma psicológico o emocional. No debemos confundirlo con la llamada amnesia postraumática, que siempre tiene un origen orgánico, normalmente un traumatismo craneoencefálico.
  • El pueblo de Cabeza de Lobo: existe al sur de la comarca de Sierra Mágina (Jaén), limítrofe con la provincia de Granada, el encantador pueblecito de Huelma, por este nombre también conocido al haberse descubierto allí una de las más valiosas joyas atribuidas a los primitivos íberos ("La Cabeza de Lobo"), en las ruinas de un santuario del siglo IV antes de Cristo. En la película de Mankiewicz también aparace un pueblo marinero situado en la costa de España, con casas encaladas y escarpadas callejuelas que culminan en un cerro coronado por las ruinas de un antiguo templo. Allí es asesinado y "devorado" Sebastian ante la impotencia de su prima Cathy Holly. En unas escenas previas al drama, se puede leer perfectamente el cartel del restaurante donde ambos degustan su última comida: "Bar Miramar". La ambientación en el país que entonces gobernaba como dictador el General Franco, mostrando miseria, homsexualidad y canibalismo (¡junto al incesto, dos de los más grandes temas tabúes para el ser humano!) seguro que atrajo a los censores nacionales como la miel a las moscas.
  • El complejo de Agripina: precisamente hablando de incesto, esta película también lo sugiere veladamente cuando nos presenta la enfermiza fijación de la madre por el hijo (Violet incluso llega a abandonar a su marido moribundo para irse a vivir a una cabaña al lado de su idolatrado Sebastian, cuando éste viajó al Tibet decidio a tomar los hábitos budistas).
  • Sebastian Venable: admirador de Bizancio, refinado coleccionista de antigüedades y de valiosas obras de arte, incansable viajero, teólogo capaz de descubrir a Dios en la cruel huida hacia el Océano Pacífico de las recien nacidas tortugas de Las Galápagos, durante toda la película nunca nos revelará su rostro. Existen fotografías del rodaje donde sí podemos verle de cuerpo entero junto a Elizabeth Taylor, pero su nombre no aparece entre los créditos del film.
  • El esqueleto del ángel: dentro del frondoso jardín que un día plantó Sebastian alrededor de la mansión de los Venable, observamos la existencia de una escultura que simboliza la muerte, representando un esqueleto alado. Pues bien, no sería disparatado pensar que Matt Groening, creador de los inefables dibujos animados de "Los Simpson" pudo haberse inspirado en ella para dibujar la figura del esqueleto de un ángel que una firma de grandes almacenes utilizaba como reclamo publicitario en uno de los capítulos de esta desternillante serie. Concretamente se titula "Lisa la excéptica" y plantea un interesante debate entre ciencia (encarnada en la caricatura del paleontólogo Stephen Jay Gould) y la religión.
  • El traje de baño: un llamativo traje de baño de color blanco, que se vuelve transparente al mojarse en el agua, es el reclamo sexual escogido por el pérfido Sebastian para que se ponga su prima Cathy en la playa. La atracción de los hombres está asegurada. Destacamos la presencia de este color como el favorito de Sebastian: sus trajes son siempre blancos, al igual que sus camisas y sus corbatas, y su madre porta ropas de luto de color blanco, en memoria de su malogrado hijo.
  • El tabaquismo: Catherine Holly fuma compulsivamente; tan solo el humo del tabaco penetrando y saliendo de sus pulmones parece calmarla. Podría resultar contradictoria, y hasta políticamente incorrecta en una película actual la representación de todas esas escenas presentes en "De repente el último verano" en las que el propio Dr. Cukrowicz administra "terapéuticamente" nicotina a su paciente como ansiolítico (llegándole a regalar su propio paquete de cigarrillos).

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