lunes, 2 de septiembre de 2019

TRES SEGUNDOS


- "¿Si te dijeran que sólo te quedan 3 minutos de vida, qué harías? ¿Y si fueran 3 segundos?"
Aleksandra Ovchinnikova (Aleksandra Revenko) a Aleksandr Belov (Ivan Kolesnikov) en "Tres segundos" (Anton Megerdichev, 2017)

Coincidiendo en estas fechas, en China acaba de comenzar el Campeonato Mundial de Baloncesto de la FIBA. La selección de EEUU es una de las favoritas para el triunfo final, así como fue también la predilecta en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972. Al respecto, existe una diferencia sustancial, pues mientras en aquellas Olimpiadas el equipo norteamericano era amateur, desde Barcelona 92 comenzaron a participar los profesionales de la NBA.

El experimentado y galardonado entrenador Hank Iba (interpretado por John Savage) se puso al frente de aquel prometedor equipo de estrellas universitarias estadounidenses, una mayoría de jugadores que finalizaría sus carreras deportivas como profesionales en EEUU o en las grandes ligas europeas. Entonces alcanzaron invictos la final apeando por el camino a las selecciones nacionales de Italia, Cuba, Brasil, Checoslovaquia, España, Australia, Japón y Egipto.


Selección USA subcampeona olímpica en Munich 1972

Precisamente en torno a la excepcional victoria de la selección de la URSS en aquella polémica final olímpica se fundamenta el argumento de "Tres segundos" (Anton Megerdichev, 2017), film ruso que nos traslada a uno de los episodios más tensos de la Guerra Fría, la pugna feroz entre las dos grandes potencias mundiales que también se trasladó a las canchas de juego. Simplemente recordar aquí que los jugadores del equipo USA, disconformes con el devenir de los hechos, se negaron a recoger sus medallas olímpicas de plata, que en primera instancia pasaron a ser custodiadas por un banco muniqués y que a día de hoy permanecen expuestas en el Museo Olímpico de Lausana (Suiza).

CINEFILIA

"Red Army" (Gabe Polsky, 2015) es el documental producido por Werner Herzog y Jerry Weintraub que nos muestra las complejas relaciones entre política y deporte en la URSS, esta vez en el contexto de la imbatible selección soviética de hockey sobre hielo, la porfía entre las autoridades deportivas comunistas y sus propios atletas de élite, abnegados campeones que contemplaron como las reformas políticas propiciaron su liberación y reconocimiento internacional. 


En "Tres segundos", siendo críticos respecto a la fidelidad histórica del partido, el último cuarto de esta película se convierte en un auténtica sucesión de mates imposibles y jugadas marrulleras que finalizan con los huesos de los jugadores de uno y otro bando sobre la tarima.

Selección de la URSS campeona olímpica de baloncesto en 1972

Pero desde el punto de vista estrictamente médico, esta película tiene un valor especial al presentarnos un caso de una enfermedad cardiaca poco frecuente, el sarcoma cardiaco que padeció Aleksandr Belov, el correoso pívot soviético de apenas 2.01 metros de estatura, que pasó de villano a héroe en tan solo 3 segundos, los transcurridos hasta anotar la famosa canasta victoriosa para la Unión Soviética.



Aleksandr Belov (1951 - 1978)

SARCOMA CARDIACO

Se trata de un cáncer primario del corazón, un órgano donde el 75% de la patología tumoral es de tipo benigno.


Si bien su localización puede situarse en la superficie externa cardíaca y el pericardio, los sarcomas también pueden afectar a las cavidades internas (intracavitarios) o infiltrar el propio tejido muscular. Los angiosarcomas son los más frecuentes, originándose en el 80% de las ocasiones en la aurícula derecha, donde provocan una obstrucción del flujo sanguíneo. 

Si por casualidad se desprendiera algún fragmento tumoral, también podrían desarrollarse embolismos cerebrales y pulmonares. 

Como consecuencia, aparecerán edemas en los tobillos, disnea y palpitaciones. En esta película, la fatiga y las crisis de disnea son los síntomas más característicos de Aleksandr Belov (Ivan Kolesnikov).

El legendario pivot soviético falleció el 3 de octubre de 1978 en Leningrado.

Ivan Kolesnikov es Aleksandr Belov

A pesar de los obstáculos que las autoridades deportivas soviéticas pusieron delante de Aleksandr Belov para evitar su matrimonio con Aleksandra Ovchinnikova (Aleksandra Revenko), a su vez jugadora de la selección nacional de baloncesto femenino de la URSS, en este ocasión la película tiene un final feliz.


Paralelamente a la dureza de los entrenamientos y las intrigas de los dirigentes del Comité Estatal de Deportes o Goskomsport, personalizados en esta ocasión por Sergei Pavlov (Sergei Garmash), Gennadii Tereshenko (Marat Basharov) y el asistente del seleccionador Grigorii Moiseev (Andrey Smolyakov), asistimos como espectadores a las vicisitudes personales de los demás protagonistas, como por ejemplo la perseverancia del entrenador Vladimir Garanzhin (Vladimir Mashkov), depositario de una fe tan absoluta en sus jugadores como para atreverse a vaticinar antes de las Olimpiadas su triunfo sobre los invencibles estadounidenses.

En la realidad, Vladimir Petrovich Kondrashin (1929 - 1999) había destacado como jugador y entrenador del Spartak de Leningrado (más tarde Spartak de San Petesburgo), posteriormente elegido seleccionador nacional soviético en sustitución del laureado coronel Alexander Gómelski (1928 - 2005). 


Vladimir Maskov es el entrenador Garanzhin

No debemos olvidar que durante los momentos más destacados de la Guerra Fría, los atletas, músicos y académicos de la URSS se consideraban patrimonio nacional. En esta etapa, tal y como quizás se ha pretendido insinuar en esta película, el régimen comunista se constituía como el garante de la patria y el estado conciliador capaz de aglutinar bajo la bandera roja con la hoz y el martillo los intereses de las diversas naciones que entonces conformaban la antigua URSS, tales como Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Georgia, Lituania y demás países bálticos, todas ellas representadas, casualmente o no, en la selección nacional de baloncesto.


Vladimir Kondrashin (1929 - 1999)

La atribulada existencia del entrenador se debate entre el férreo compromiso deportivo y su situación familiar, junto a su esposa Ksenia (Viktoriya Tolstoganova) y su pequeño hijo Shurka (Nikita Yakovlev), que permanece confinado en una silla de ruedas a la espera de que su padre pueda reunir la cantidad necesaria para operarlo en el extranjero. Precisamente el entrenador no dudará en ceder ese dinero para sufragar los gastos médicos de algunos de sus jugadores, como el tratamiento de la cardiopatía de Aleksandr Belov o las lentillas para otro de sus pívots, el estilizado Alzhan Zharmukhamedov (Aleksandr Ryapolov).

LOS BELOV

Existe la confusión de que los dos Belov que jugaron en aquella selección soviética de baloncesto eran hermanos. Y no es así. Mientras el malogrado Aleksandr ocupó en la posición de pivot en el Spartak de Leningrado, la estrella del equipo era Sergei Belov (interpretado en la película por el actor Kirill Zaitsev), que militó 12 años en las filas del todopoderoso CSKA de Moscú, siendo considerado uno de los mejores jugadores europeos de baloncesto de todos los tiempos. Con sus 190 centímetros, este excepcional escolta anotó 20 de los 51 puntos que sirvieron al equipo soviético para alzarse con el oro olímpico en Munich.


Kirill Zaitsev es Sergei Belov

En 1992 se convirtió en el primer baloncestista que sin haber jugado nunca en la NBA pasó a formar parte de su Salón de la Fama. Tras una larga enfermedad, falleció en Perm (Rusia) el 3 de octubre de 2013, a los 69 años de edad.

Tampoco llegaría a jugar en la NBA Aleksandr Belov, a pesar de haber sido elegido en el draft de 1975 por los New Orleans Jazz. El primer jugador de la extinta URSS que jugó en la NBA fue en 1989 Sarunas Marciulionis, con el número 13 de los Golden State Warriors.


LA TRAGEDIA DE MUNICH

La conocida como Masacre de Munich comenzó el 5 de septiembre de 1972, tras el asalto de la delegación olímpica israelí por tarde de un grupo de 8 miembros del grupo terrorista palestino Septiembre Negro. Después de asesinar a dos miembros del equipo israelí, el entrenador del equipo de lucha Moshé Weinberg y el halterofilista Yossef Romano, los asaltantes tomaron como rehenes a otros 9 deportistas.

Tras infinidad de negociaciones y un rescate fallido, la actuación de las fuerzas del orden y la desesperación de los propios asaltantes finalizó con los rehenes asesinados y sus captores abatidos.

CINEFILIA

"21 horas en Munich" (William A. Graham, 1976) fue la primera aproximación cinematográfica a aquella infausta matanza olímpica, protagonizada por William Holden, Franco Nero, Shirley Knight y Anthony Quayle.


Precisamente el 27 de junio de 1976, un grupo de terroristas formados por 2 palestinos del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FNLP-ME) y otros 2 pertenecientes a las Células Revolucionarias alemanas, secuestraron un Airbus 300 de la compañía Air France procedente de Tel Aviv (Israel) con 248 pasajeros y 12 tripulantes, que había despegado de Atenas (Grecia) rumbo a París (Francia). Tras un primer aterrizaje para repostar en el aeropuerto de Bengasi (Libia), desviaron el vuelo hasta el aeropuerto de Entebbe (Uganda), exigiendo la liberación de 53 presos palestinos encarcelados en Israel, Kenia, Francia, Suiza y Alemania Occidental. Ya en tierra, descaradamente apoyados por el gobierno del dictador ugandés Idi Amin Dada, otros 4 terroristas se incorporaron al primer grupo.


Tras infructuosas negociaciones diplomáticas, las fuerzas especiales israelitas  (Sayeret Markal) planificaron y ejecutaron un plan de rescate que finalmente resolvió la situación con el resultado de 7 secuestradores muertos (el 8º fue trasladado herido a un hospital ugandés donde más tarde fue asesinado por orden del propio Idi Amín), 5 comandos israelíes heridos, 3 rehenes fallecidos y 10 heridos. Además, entre 35 y 42 soldados ugandeses fueron abatidos durante el exitoso rescate, liberando a los 105 rehenes que todavía permanecían secuestrados en Entebbe. El coronel Yonathan Yoni Netanyahu, hermano mayor del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, fue el jefe del equipo que asaltó la terminal y la única víctima mortal israelita de la operación.

"Victoria en Entebbe" (Marvin J. Chomsky, 1976) es un telefilme en el que el actor Richard Dreyfuss encarna al malogrado coronel Netanyahu, mientras Helmut Berger se convierte en el terrorista alemán Wilfried Böse, fundador de las Células Revolucionarias.

Más recientemente, "7 días en Entebbe" (José Padilha, 2018) recreó de nuevo aquella hazaña, esta vez con el actor uruguayo-israelí Angel Bonanni como Yoni Netanyahu y el español Daniel Brühl como Wilfried Böse.


Respecto a la infausta figura del dictador ugandés, "El último rey de Escocia" (Kevin Macdonald, 2006) es un drama británico basado en la novela homónima del escritor inglés Giles Foden, las peripecias del Doctor Garrigan (James McAvoy) y su turbulenta relación con el brutal Idi Amín Dada (Forest Whitaker), premiado por su interpretación con un Óscar, un Globo de Oro y un Bafta, entre otros galardones.



De vuelta al drama olímpico, y apenas una década más tarde del mismo, "Munich" (Steven Spielberg, 2005) se convirtió en el relato pormenorizado de la operación Cólera de Dios, diseñada por el Mossad con el respaldo del gobierno de Israel, contra los presuntos cerebros del secuestro en la Villa Olímpica y de los asesinatos de los deportistas y entrenadores judíos. En esta ocasión, los actores Eric Bana y Daniel Craig fueron los principales protagonistas.


Asimismo, la Masacre de Munich fue abordada de manera tangencial en "Tres segundos", en las escenas donde supuestamente el base Zurab Sakandelidze (Irakli Mirava) y el escolta Mikheil Korkia (Otar Lortkipanidze), ambos jugadores soviéticos de origen georgiano, se desplazaron hasta la sede israelita para contactar con un conocido, justo en el momento en que se producía el asalto terrorista.


Zurab Sakandelidze y Mikheil Korkia

KGB, TOPOS, DESERTORES...
Nos gustaría destacar de esta película la descripción del ambiente opresivo en el que vivían los jugadores soviéticos, con sus equipajes cacheados al regresar a casa después de sus giras por el extranjero, bajo frecuentes insinuaciones de contrabando, soportando la denegación de visados, sintiéndose en todo momento espiados por el aparato represor del estado, la todopoderosa e intransigente KGB. La paranoia les llevó incluso a sospechar constantemente de sus propios compañeros y del resto de los integrantes del equipo técnico.


James Tratas es Modestas Paulaskas

Guionistas y director focalizan en el personaje de Modestas Paulauskas (encarnado por el atlético actor James Tratas), baloncestista lituano y capitán de la selección de la URSS, el incipiente descontento nacionalista y la tentación del disidente que se planteaba desertar a Occidente. La realidad no fue esa, pues el alero militó durante 14 años ininterrumpidos en las filas del Zalguiris Kaunas, hasta su retirada definitiva en 1974.

MORTALIDAD COMPARADA

Tras repasar la trayectoria vital de los jugadores de la URSS en Munich 72, nos ha llamado la atención su elevada mortalidad y su fugaz esperanza de vida, en comparación con otras selecciones nacionales de baloncesto de la misma época, como EEUU o la propia España. ¿podría existir alguna explicación para esta casualidad?

De los 12 integrantes de aquel combinado soviético, solamente han sobrevivido 4 hasta la actualidad: el ucraniano Anatoli Polivoda (ala pivot de 2.00 metros), el lituano Modestas Paulauskas (alero de 1.94 metros), el uzbeco Alzhan Zharmukhamedor (pívot de 2.07 metros) y el bielorruso Ivan Edeshko (alero de 1.96 metros).


Kirill Zaytsev, James  Tratas y Aleksandr Ryapolov son
Sergei Belov, Modestas Paulauskas y Alzhan Zharmukhamedor

Entre los finados se encuentran Aleksandr Belov, desaparecido precozmente a los 27 años debido a un angiosarcoma cardiaco, Mikhail Korkia (alero georgiano de 1.98 metros fallecido a los 56 años de edad), Sergei Kovalenko, también georgiano y el techo del equipo con sus 2.16 metros de estatura y sus 111 kilos de peso, fallecido a los 57 años), Zurad Sakandelidze (el habilidoso base georgiano de 1.86 metros, fallecido a los 58 años), Ivan Dvorni, pivot de 2.07 metros, fallecido como consecuencia de un cáncer de pulmón a los 63 años, Aleksandr Boloshev, ala pivot de 2.05 metros y que murió a los 65 años, Sergei Belov, el sensacional alero que falleció a los 69 años tras una larga enfermedad y Gennadi Volnov, de 2.01 metros también fallecido a los 69 años de edad.
En contraposición, de los 12 baloncestistas seleccionados por Hank Iba para competir en representación de EEUU, tan sólo ha fallecido Dwight Jones, el ala pívot de 2.08 metros cuya carrera profesional transcurrió por Atlanta Hawks, Houston Rockets, Chicago Bulls y Los Ángeles Lakers, retirándose en 1984 en la filas del Pallacanestro Trieste italiano.
En la película, su personaje es interpretado por Kibwe Trim, el actor y baloncestista originario de Trinidad y Tobago.

Dwight Jones lucha por un rebote en la final de Munich 72
Respeto a la selección nacional española que en Munich 72 finalizó en un decepcionante puesto 11º, todos sus componentes siguen vivos en la actualidad, excepto el malogrado Enrique Margall, el mayor de la mítica saga familiar que llegó a jugar junta en el Joventut de Badalona, y que tuvo que abandonar la práctica deportiva activa a los 30 años, tras serle diagnosticada una enfermedad coronaria. Falleció en 1984, a los 44 años de edad, por una parada cardíaca.

Enrique Margall (1944 - 1986)

DOPAJE

En una escena de "Tres segundos", mientras la selección soviética de baloncesto participa en una gira por los EEUU para enfrentarse a los mejores equipos universitarios, un derrengado Sergei Belov observa cómo uno de sus adversarios se inyecta en el muslo un analgésico. Aquejado de fuertes dolores en las rodillas, la estrella de la URSS acepta de buen grado una muestra del medicamento que le entrega su rival yanqui.

Comentábamos anteriormente como durante la Guerra Fría el deporte fue considerado por los gobiernos comunistas (especialmente la URSS, la RDA - República Democrática Alemana - y Cuba) como el mejor escaparate para promocionar su propaganda política.


El mítico beso entre Brezhnev y Honecker

En la extinta RDA, con Erich Honecker a la cabeza, se diseño el llamado Plan 14.25: la industria farmacéutica, con la finalidad de mejorar el rendimiento deportivo, se encargó de abastecer a los médicos para que suministrasen los fármacos a los entrenadores, y estos a su vez, a los atletas. Entre 1968 y 1989, alrededor de 15000 deportistas se convirtieron en víctimas de este dopaje de Estado, muchos de ellos obligados a recibir hormonas y anabolizantes incluso desde temprana edad, bajo amenazas más o menos veladas de la terrible Stasi, el Ministerio para la Seguridad Nacional del Estado.

A su vez, las autoridades políticas deportivas soviéticas empleaban métodos parecidos, una práctica que fue denunciada también en tiempos de la Rusia moderna en la mayor trama de dopaje jamás denunciada, acarreándole importantes sanciones deportivas.

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