"Lo único que recuerdo es que estaba dormido... y despierto... tenía mucho miedo... sentía verdadero terror... salía de mi mente, y moría... quería dejarme ir..."
Bill W (James Woods) en "Mi nombre es Bill W" (Daniel Petrie, 1989)
"Lo dejaré por ti... Es fácil... ¿De acuerdo?"
Bill Wilson (Barry Pepper) a su esposa Lois (Winona Ryder) en "Cuando el amor no es suficiente" (John Kent Harrison, 2010)
Esta entrada toma su título del programa ideado en 1935 por William Griffith Wilson "Bill W" (1895 - 1971) y el médico y cirujano Robert Holbroock Smith "Dr. Bob" (1879 - 1950) en Akron (Ohio).
"Bill W" y "Dr. Bob", dos alcohólicos anónimos...
Principios fundamentales del programa de Alcóholicos Anónimos, fueron diseñados inicialmente como un método de apoyo para el tratamiento de aquellos pacientes afectados por dicha patología. Con el paso del tiempo, se ha transformado progresivamente en una estrategia elemental empleada y desarrollada por diferentes grupos de autoayuda para el tratamiento de la dependencia de diferentes sustancias químicas.
Una vez más, las cámaras de cine, en este caso más concreto las de la televisión, han retratado una historia de desesperanza y superación.
En nuestra modesta opinión, ninguno de estos filmes alcanza el valor artístico y formal de "Días sin huella" (Billy Wilder, 1945) o "Días de vino y rosas" (Blake Edwards, 1962); sin embargo, desde el punto de vista médico, ambos resultan muy interesantes porque evidencian diversas cuestiones relacionadas con el abordaje terapéutico de esta patología durante la primera mitad del siglo XX.
Con guión de William G. Borchert, "Mi nombre es Bill W" (Daniel Petrie, 1989) representa el primero de estos intentos de aproximación. James Woods fue el encargado de encarnar a Bill Wilson, un prometedor corredor de bolsa de Nueva York cuya existencia se fue al traste por culpa de la dependencia etílica. Por su parte, el veterano James Garner se convirtió brevemente en el Dr. Bob, un médico y cirujano que atendía su consulta en Akron, a pesar de padecer serios problemas con la bebida. En esta ocasión la actriz tejana JoBeth Williams, una habitual de las series televisivas, representó el papel de Lois Wilson.
En nuestra modesta opinión, ninguno de estos filmes alcanza el valor artístico y formal de "Días sin huella" (Billy Wilder, 1945) o "Días de vino y rosas" (Blake Edwards, 1962); sin embargo, desde el punto de vista médico, ambos resultan muy interesantes porque evidencian diversas cuestiones relacionadas con el abordaje terapéutico de esta patología durante la primera mitad del siglo XX.
Días sin huella - The Lost Weekend
Con guión de William G. Borchert, "Mi nombre es Bill W" (Daniel Petrie, 1989) representa el primero de estos intentos de aproximación. James Woods fue el encargado de encarnar a Bill Wilson, un prometedor corredor de bolsa de Nueva York cuya existencia se fue al traste por culpa de la dependencia etílica. Por su parte, el veterano James Garner se convirtió brevemente en el Dr. Bob, un médico y cirujano que atendía su consulta en Akron, a pesar de padecer serios problemas con la bebida. En esta ocasión la actriz tejana JoBeth Williams, una habitual de las series televisivas, representó el papel de Lois Wilson.
Barry Pepper y Wynona Ryder son Bill y Lois
Unos años más tarde, "Cuando el amor no es suficiente: la historia de Lois Wilson" (John Kent Harrison, 2010) precisamente centró toda su atención en Lois "Lo" Wilson (Winona Ryder), la abnegada esposa de Bill Wilson y cofundadora de Al-Anon, una hermandad encargada de dar soporte a las familias de los enfermos alcohólicos. Mientras su esposo combatía en Europa, durante la Primera Guerra Mundial, Lois trabajó como terapeuta ocupacional.
En este film, algunas de las escenas iniciales nos la muestran realizando presuntamente labores de enfermería, con pacientes alcohólicas y enfermas psiquiátricas en unas salas de hospitalización.En este caso, el papel protagonista masculino recayó en un más que meritorio Barry Pepper, transitando todo el tiempo entre borracheras descontroladas y conmovedores episodios de arrepentimiento con propósito de enmienda.
Bill (1895 - 1971) y Lois (1894 - 1988) Wilson
En este film, algunas de las escenas iniciales nos la muestran realizando presuntamente labores de enfermería, con pacientes alcohólicas y enfermas psiquiátricas en unas salas de hospitalización.En este caso, el papel protagonista masculino recayó en un más que meritorio Barry Pepper, transitando todo el tiempo entre borracheras descontroladas y conmovedores episodios de arrepentimiento con propósito de enmienda.
El guión de Camille Thomason y de William G. Borchert está basado en el libro homónimo de este último autor, escrito en 2005. Como simple curiosidad, recordamos que Borchert es también el director de la Fundación Stepping Stones, sita en el último hogar del matrimonio Wilson en Nueva York, encargada de su legado y divulgación.
El matrimonio Wilson no tuvo descendencia. Tras un aborto espontáneo y un embarazo tubárico, a Lois tuvieron que practicarle una histerectomía, poniendo punto final a sus intentos de maternidad. Los constantes problemas de Bill con la bebida tampoco les permitieron una adopción.
EBRIOS versus SOBRIOS
Estas dos películas resultan especialmente apropiadas para recapitular la historia de una confrontación entre dos poderosas rivalidades: por un lado, los promotores de la sobriedad como la única solución preventiva para el problema del alcoholismo; por el otro, los defensores del libre consumo de bebidas alcohólicas, sin duda alguna respaldados por una pujante industria productora y distribuidora de estos productos. Simplemente evocar las consecuencias económicas y sociales desencadenadas por la denominada "Ley Seca" (1920 - 1933), enmienda XVIII de la Constitución de los EEUU, fuente de inspiración de inolvidables películas.
Entre 1929 y 1934, la etapa dorada del cine de gangsters, unas 250 obras abordaron el tema del contrabando ilegal del alcohol y su consumo usual en establecimientos clandestinos.
CARRIE NATION Y EL MOVIMIENTO POR LA TEMPLANZA
Siendo conscientes de los daños físicos y psicológicos provocados por el abuso y la dependencia del alcohol, a finales del siglo XVIII y principios del XIX comenzaron a tomar forma dentro del mundo anglosajón diversas iniciativas cívicas fomentando la abstinencia etílica.
En 1826, se constituyó la Sociedad Norteamericana por la Templanza, según sólidos principios de tipo moral y religioso. Metodistas y mormones, por ejemplo, siempre han promovido la sobriedad entre sus fieles. Debido a las nefastas consecuencias matrimoniales y familiares causadas por el alcohol, varias tendencias de este tipo también se convirtieron en los más firmes defensores los derechos de la mujer.
En su ala más extremista se instaló la fanática Carrie Nation, un personaje digno de un guión cinematográfico. Desde su imponente atalaya física, 182 cm y 79 Kg de peso, esta furibunda mujer acumuló infinidad de arrestos y denuncias durante su existencia por destrozar bares y garitos portando en sus manos un hacha y una Biblia.
En 1966, Douglas Stuart Moore (1893 - 1969) compuso una ópera en dos actos inspirada en las turbulentas hazañas de este particular azote de la ebriedad y el libertinaje.
Desde el punto de vista médico, no debemos olvidar que durante décadas el abuso y la dependencia alcohólica tuvieron connotaciones de vicio personal y lacra social. De ahí la proliferación de iniciativas "terapéuticas" originadas en ámbitos moralistas y religiosos.
LOS GRUPOS OXFORD
En "Mi nombre es Bill W" contemplamos el personaje de Ebby Thatcher (Gary Sinise), amigo íntimo del protagonista y el primero que trata de convencerle seriamente para que abandone la bebida. Este encuentro tuvo lugar a finales del otoño de 1934, en la casa que entonces ocupaban los Wilson en Brooklyn.
Ebby había dejado de beber al amparo de uno de los denominados Grupos Oxford, movimiento evangélico fundado por el Reverendo Frank Buchman (1878 - 1961), que prosperó fundamentalmente entre 1920 y 1930. Su nombre hace referencia al lugar de reunión del primer grupo, la biblioteca de la iglesia de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Posteriormente, entre 1938 y 2001, pasaron a denominarse Rearme Moral, si bien en la actualidad se conocen por Iniciativas para el Cambio.
Estos grupos ponían mucho énfasis en el trabajo personal entre sus miembros, además de un tipo de confesión compartida en comunión, ambas ideas posteriormente incorporadas por Bill W al método de Alcohólicos Anónimos.
HOSPITALES Y CLINICAS
Bill W fue ingresado en varias ocasiones debido a las complicaciones provocadas por su pernicioso hábito etílico: intoxicaciones agudas, traumatismos accidentales, incluso varios episodios de síndrome de abstinencia o delirum tremens.
Entre 1933 y 1934 fue atendido en 4 ocasiones en el Hospital Towns, fundado en 1901 por el Dr. Charles B. Towns en Manhattan, muy cerca de Central Park. Allí le aplicaron la controvertida Terapia de la Belladonna.
Se trataba de una peculiar mezcla que contenía alcaloides activos de varias plantas:
- Belladona (Atropa belladonna), también causante de delirios, alucinaciones, fotosensibilidad, confusión y sequedad de boca.
- Beleño (Hyoscyamus niger), rico en hiosciamina (levo-isómero de la atropina) y escopolamina, cuya sobredosis podía causar delirio, estupor, parálisis e incluso la muerte.
- Fresno espinoso (Xanthoxylum americanum), que provoca diarrea y calambres intestinales.
Lo curioso de esta terapia es que su dosificación dependía de la reacción de cada paciente. Cuando el rostro del enfermo se sonrojaba excesivamente, su garganta se secaba y la midriasis era manifiesta, la administración se reducía o se detenía. Este tratamiento de vómito y purga se administraba cada hora durante 50 horas. Por si no fuera suficiente, se añadía aceite de ricino como un purgante más. Ciertas píldoras de efectos catárticos se prescribían cada 12 horas, algunas de ellas conteniendo mercurio en su composición.
El Dr. Towns estimaba el éxito de su terapia entorno al 90%, pues entendía que el alcoholismo era una enfermedad crónica, y que todos los pacientes que no regresaban de nuevo a su clínica era porque se habían curado... Su negocio fue próspero, pues una estancia de 5 días podía costar entre 200 y 350 dólares de la época.
Este peculiar galeno habría dado otro estupendo personaje de película. En sus aventuras terapéuticas llegó incluso a implicar al prestigioso Dr. Alexander Lambert, profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de Cornell. Towns sostenía que en 1904, después de abandonar un trabajo en una correduría de seguros, se le acercó un misterioso desconocido que le aseguró conocer la cura definitiva para determinadas adicciones: opio, heroína y alcohol.
Desde entonces, Towns se enfrascó en la lectura de toda la literatura existente sobre este tipo de patologías, adquiriendo sonada fama en el mundo del hampa como médico de célebres gangsters alcohólicos y adictos a las drogas.
En aquella etapa, el director médico de la institución era el Dr. William Duncan Silkworth (Ray Reinhardt), que se había formado en la Universidad de Princeton y había atendidos a alcohólicos ingresados en el Hospital Bellevue. Durante la Primera Guerra Mundial había trabajado para el ejército en el cuerpo médico psiquiátrico del Hospital Plattsburg (Nueva York) y en el Instituto Neurológico del Hospital Presbiteriano de Columbia. Arruinado tras la Caída de la Bolsa de 1929, se vio obligado a trabajar en el Hospital Towns por 40 dólares semanales.
Silkworth estaba firmemente convencido de que la enfermedad alcohólica estaba causada por la combinación de una "obsesión mental con algún tipo de alergia específica a dicha sustancia", una patología que nada tenía que ver con la fuerza de voluntad ni con la moralidad, y que no tenía cura. Este especialista diagnosticó a Bill una hepatitis etílica, advirtiéndole a su esposa sobre los posibles daños orgánicos cerebrales que le podía causa la enfermedad.
Desde entonces mantuvieron una estrecha relación, hasta el punto de que el propio Bill W consideraba la influencia de "Silky" como uno de los pilares sobre los que sustentó el método de Alcohólicos Anónimos.
En Nueva York se localiza el Bellevue, el hospital público más antiguo de los EEUU. En algunas escenas de "Cuando el amor no es suficiente" escuchamos al Dr. Clark Burnham (John Bourgeois), padre de Lois Wilson y ginecólogo de profesión, referirse explícitamente a esta institución, que desde 1876 ya contaba con un pabellón de urgencias, y desde 1879 con el primer anexo destinado exclusivamente a enfermos psiquiátricos, pues éste solía ser el tratamiento recibido por todos aquellos pacientes con problemas con la bebida, como Bill W. Algunos de ellos, una vez recibida el alta médica, pasaron a integrar el primer grupo de Alcohólicos Anónimos en Nueva York.
En 1934, la desesperación de Lois ante las continuas recaídas de su esposo la llevan a buscar ayuda en un sanatorio especializado en el tratamiento de enfermos alcohólicos.
Se trataba de la Clínica Elmwood, a cuyo frente estaba el Dr. Jeremy Partlin (Robert Harper). Lois quedó espantada de la metodología allí empleada, por otra parte común en la mayoría de los manicomios de la época: aislamiento, contenciones, camisas de fuerza... El supuesto especialista le explicó que alcohólicos solían imaginarse cosas (cuadros alucinatorios) y que el dolor que padecían no era físico, sino ficticio... Tampoco resulta muy difícil comprender la verdadera efectividad de semejantes terapias.
LA INFLUENCIA DE WILLIAM JAMES
Durante su último ingreso en el Hospital Towns, la lectura de un libro de William James (1842 - 1910) filósofo y profesor de Psicología de la Universidad de Harvard, resultó determinante para conseguir una abstinencia etílica definitiva.
Se trataba de "Las variedades de la experiencia religiosa" (1902), obra por la que se considera a William James pionero de la Psicología de la Religión. Por defender el papel de curanderos y sanadores no profesionales, fue criticado y denostado por la ciencia oficial de la época.
EL BEBEDOR SOCIAL
Como el Joe Clay (Jack Lemmon) de "Días de vino y Rosas", Bill W comenzó siendo un bebedor social abusivo, que poco a poco fue sucumbiendo en la dependencia etílica.
Así lo vemos en "Mi nombre es Bill W", cuando el protagonista le confiesa a su esposa que durante su participación en la conflagración bélica mundial descubrió la desinhibición provocada por el alcohol: reducción de la ansiedad, simplificación de las relaciones sociales, superación de la timidez... Pero más tarde, resaca tras resaca, comenzaron a predominar los síntomas depresivos, que terminarán cerrando un círculo de tormento que el paciente entiende imposible de abandonar.
En "Cuando el amor no es suficiente", Lois descubre los problemas de su esposo con el alcohol cuando una y otra vez, al finalizar su jornada laboral en Wall Street, se emborracha en compañía de sus colegas.
EPIDEMIOLOGÍA COMO COLOFÓN
Podemos afirmar que el consumo de alcohol en los EEUU se fue incrementando desde finales de la Primera Guerra Mundial para alcanzar sus picos máximos en la década de los años 70 y 80.
En aquel país se produjo una situación paradójica con la aprobación en 1919 de la Ley Volstead, instituyendo la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas. No solamente no sirvió para disminuir el consumo, que pasó a la clandestinidad, sino que el incremento manifiesto de las actividades ilegales fue determinante para su revocación en 1933. Éste es, precisamente, el período retratado en estas dos películas.
CINEFILIA
"Bill W" (Dan Carracino, Kevin Hanlon, 2012) es el título del documental sobre uno de los fundadores de Alcohólicos Anónimos. El propio Bill Wilson aparece en el mismo, relatando en primera persona sus experiencias.
El matrimonio Wilson no tuvo descendencia. Tras un aborto espontáneo y un embarazo tubárico, a Lois tuvieron que practicarle una histerectomía, poniendo punto final a sus intentos de maternidad. Los constantes problemas de Bill con la bebida tampoco les permitieron una adopción.
EBRIOS versus SOBRIOS
Estas dos películas resultan especialmente apropiadas para recapitular la historia de una confrontación entre dos poderosas rivalidades: por un lado, los promotores de la sobriedad como la única solución preventiva para el problema del alcoholismo; por el otro, los defensores del libre consumo de bebidas alcohólicas, sin duda alguna respaldados por una pujante industria productora y distribuidora de estos productos. Simplemente evocar las consecuencias económicas y sociales desencadenadas por la denominada "Ley Seca" (1920 - 1933), enmienda XVIII de la Constitución de los EEUU, fuente de inspiración de inolvidables películas.
Edward G. Robinson es Little Caesar en "Hampa Dorada" (Mervyn LeRoy, 1931)
Entre 1929 y 1934, la etapa dorada del cine de gangsters, unas 250 obras abordaron el tema del contrabando ilegal del alcohol y su consumo usual en establecimientos clandestinos.
CARRIE NATION Y EL MOVIMIENTO POR LA TEMPLANZA
Siendo conscientes de los daños físicos y psicológicos provocados por el abuso y la dependencia del alcohol, a finales del siglo XVIII y principios del XIX comenzaron a tomar forma dentro del mundo anglosajón diversas iniciativas cívicas fomentando la abstinencia etílica.
En 1826, se constituyó la Sociedad Norteamericana por la Templanza, según sólidos principios de tipo moral y religioso. Metodistas y mormones, por ejemplo, siempre han promovido la sobriedad entre sus fieles. Debido a las nefastas consecuencias matrimoniales y familiares causadas por el alcohol, varias tendencias de este tipo también se convirtieron en los más firmes defensores los derechos de la mujer.
En su ala más extremista se instaló la fanática Carrie Nation, un personaje digno de un guión cinematográfico. Desde su imponente atalaya física, 182 cm y 79 Kg de peso, esta furibunda mujer acumuló infinidad de arrestos y denuncias durante su existencia por destrozar bares y garitos portando en sus manos un hacha y una Biblia.
En 1966, Douglas Stuart Moore (1893 - 1969) compuso una ópera en dos actos inspirada en las turbulentas hazañas de este particular azote de la ebriedad y el libertinaje.
Desde el punto de vista médico, no debemos olvidar que durante décadas el abuso y la dependencia alcohólica tuvieron connotaciones de vicio personal y lacra social. De ahí la proliferación de iniciativas "terapéuticas" originadas en ámbitos moralistas y religiosos.
LOS GRUPOS OXFORD
En "Mi nombre es Bill W" contemplamos el personaje de Ebby Thatcher (Gary Sinise), amigo íntimo del protagonista y el primero que trata de convencerle seriamente para que abandone la bebida. Este encuentro tuvo lugar a finales del otoño de 1934, en la casa que entonces ocupaban los Wilson en Brooklyn.
Ebby había dejado de beber al amparo de uno de los denominados Grupos Oxford, movimiento evangélico fundado por el Reverendo Frank Buchman (1878 - 1961), que prosperó fundamentalmente entre 1920 y 1930. Su nombre hace referencia al lugar de reunión del primer grupo, la biblioteca de la iglesia de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Posteriormente, entre 1938 y 2001, pasaron a denominarse Rearme Moral, si bien en la actualidad se conocen por Iniciativas para el Cambio.
Estos grupos ponían mucho énfasis en el trabajo personal entre sus miembros, además de un tipo de confesión compartida en comunión, ambas ideas posteriormente incorporadas por Bill W al método de Alcohólicos Anónimos.
HOSPITALES Y CLINICAS
Bill W fue ingresado en varias ocasiones debido a las complicaciones provocadas por su pernicioso hábito etílico: intoxicaciones agudas, traumatismos accidentales, incluso varios episodios de síndrome de abstinencia o delirum tremens.
Entre 1933 y 1934 fue atendido en 4 ocasiones en el Hospital Towns, fundado en 1901 por el Dr. Charles B. Towns en Manhattan, muy cerca de Central Park. Allí le aplicaron la controvertida Terapia de la Belladonna.
Se trataba de una peculiar mezcla que contenía alcaloides activos de varias plantas:
- Belladona (Atropa belladonna), también causante de delirios, alucinaciones, fotosensibilidad, confusión y sequedad de boca.
- Beleño (Hyoscyamus niger), rico en hiosciamina (levo-isómero de la atropina) y escopolamina, cuya sobredosis podía causar delirio, estupor, parálisis e incluso la muerte.
- Fresno espinoso (Xanthoxylum americanum), que provoca diarrea y calambres intestinales.
Lo curioso de esta terapia es que su dosificación dependía de la reacción de cada paciente. Cuando el rostro del enfermo se sonrojaba excesivamente, su garganta se secaba y la midriasis era manifiesta, la administración se reducía o se detenía. Este tratamiento de vómito y purga se administraba cada hora durante 50 horas. Por si no fuera suficiente, se añadía aceite de ricino como un purgante más. Ciertas píldoras de efectos catárticos se prescribían cada 12 horas, algunas de ellas conteniendo mercurio en su composición.
El Dr. Towns estimaba el éxito de su terapia entorno al 90%, pues entendía que el alcoholismo era una enfermedad crónica, y que todos los pacientes que no regresaban de nuevo a su clínica era porque se habían curado... Su negocio fue próspero, pues una estancia de 5 días podía costar entre 200 y 350 dólares de la época.
Este peculiar galeno habría dado otro estupendo personaje de película. En sus aventuras terapéuticas llegó incluso a implicar al prestigioso Dr. Alexander Lambert, profesor de la facultad de Medicina de la Universidad de Cornell. Towns sostenía que en 1904, después de abandonar un trabajo en una correduría de seguros, se le acercó un misterioso desconocido que le aseguró conocer la cura definitiva para determinadas adicciones: opio, heroína y alcohol.
Desde entonces, Towns se enfrascó en la lectura de toda la literatura existente sobre este tipo de patologías, adquiriendo sonada fama en el mundo del hampa como médico de célebres gangsters alcohólicos y adictos a las drogas.
En aquella etapa, el director médico de la institución era el Dr. William Duncan Silkworth (Ray Reinhardt), que se había formado en la Universidad de Princeton y había atendidos a alcohólicos ingresados en el Hospital Bellevue. Durante la Primera Guerra Mundial había trabajado para el ejército en el cuerpo médico psiquiátrico del Hospital Plattsburg (Nueva York) y en el Instituto Neurológico del Hospital Presbiteriano de Columbia. Arruinado tras la Caída de la Bolsa de 1929, se vio obligado a trabajar en el Hospital Towns por 40 dólares semanales.
Bill W con el Dr. Silkworth
Silkworth estaba firmemente convencido de que la enfermedad alcohólica estaba causada por la combinación de una "obsesión mental con algún tipo de alergia específica a dicha sustancia", una patología que nada tenía que ver con la fuerza de voluntad ni con la moralidad, y que no tenía cura. Este especialista diagnosticó a Bill una hepatitis etílica, advirtiéndole a su esposa sobre los posibles daños orgánicos cerebrales que le podía causa la enfermedad.
Desde entonces mantuvieron una estrecha relación, hasta el punto de que el propio Bill W consideraba la influencia de "Silky" como uno de los pilares sobre los que sustentó el método de Alcohólicos Anónimos.
En Nueva York se localiza el Bellevue, el hospital público más antiguo de los EEUU. En algunas escenas de "Cuando el amor no es suficiente" escuchamos al Dr. Clark Burnham (John Bourgeois), padre de Lois Wilson y ginecólogo de profesión, referirse explícitamente a esta institución, que desde 1876 ya contaba con un pabellón de urgencias, y desde 1879 con el primer anexo destinado exclusivamente a enfermos psiquiátricos, pues éste solía ser el tratamiento recibido por todos aquellos pacientes con problemas con la bebida, como Bill W. Algunos de ellos, una vez recibida el alta médica, pasaron a integrar el primer grupo de Alcohólicos Anónimos en Nueva York.
En 1934, la desesperación de Lois ante las continuas recaídas de su esposo la llevan a buscar ayuda en un sanatorio especializado en el tratamiento de enfermos alcohólicos.
Se trataba de la Clínica Elmwood, a cuyo frente estaba el Dr. Jeremy Partlin (Robert Harper). Lois quedó espantada de la metodología allí empleada, por otra parte común en la mayoría de los manicomios de la época: aislamiento, contenciones, camisas de fuerza... El supuesto especialista le explicó que alcohólicos solían imaginarse cosas (cuadros alucinatorios) y que el dolor que padecían no era físico, sino ficticio... Tampoco resulta muy difícil comprender la verdadera efectividad de semejantes terapias.
LA INFLUENCIA DE WILLIAM JAMES
Durante su último ingreso en el Hospital Towns, la lectura de un libro de William James (1842 - 1910) filósofo y profesor de Psicología de la Universidad de Harvard, resultó determinante para conseguir una abstinencia etílica definitiva.
Se trataba de "Las variedades de la experiencia religiosa" (1902), obra por la que se considera a William James pionero de la Psicología de la Religión. Por defender el papel de curanderos y sanadores no profesionales, fue criticado y denostado por la ciencia oficial de la época.
EL BEBEDOR SOCIAL
"Tengo que beber de vez en cuando con los chicos, porque es parte del trabajo"...
Como el Joe Clay (Jack Lemmon) de "Días de vino y Rosas", Bill W comenzó siendo un bebedor social abusivo, que poco a poco fue sucumbiendo en la dependencia etílica.
Así lo vemos en "Mi nombre es Bill W", cuando el protagonista le confiesa a su esposa que durante su participación en la conflagración bélica mundial descubrió la desinhibición provocada por el alcohol: reducción de la ansiedad, simplificación de las relaciones sociales, superación de la timidez... Pero más tarde, resaca tras resaca, comenzaron a predominar los síntomas depresivos, que terminarán cerrando un círculo de tormento que el paciente entiende imposible de abandonar.
En "Cuando el amor no es suficiente", Lois descubre los problemas de su esposo con el alcohol cuando una y otra vez, al finalizar su jornada laboral en Wall Street, se emborracha en compañía de sus colegas.
EPIDEMIOLOGÍA COMO COLOFÓN
Podemos afirmar que el consumo de alcohol en los EEUU se fue incrementando desde finales de la Primera Guerra Mundial para alcanzar sus picos máximos en la década de los años 70 y 80.
En aquel país se produjo una situación paradójica con la aprobación en 1919 de la Ley Volstead, instituyendo la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas. No solamente no sirvió para disminuir el consumo, que pasó a la clandestinidad, sino que el incremento manifiesto de las actividades ilegales fue determinante para su revocación en 1933. Éste es, precisamente, el período retratado en estas dos películas.
CINEFILIA
"Bill W" (Dan Carracino, Kevin Hanlon, 2012) es el título del documental sobre uno de los fundadores de Alcohólicos Anónimos. El propio Bill Wilson aparece en el mismo, relatando en primera persona sus experiencias.
1 comentario:
El único requisito para pertenecer a AA es el deseo de dejar la bebida.Este mantener el deseo a través de la ayuda mutua nos remite al concepto de deseo como producción.En este caso de un campo de sano juicio a través de agenciar los historiales y experiencias de cada miembro.Hay q mencionar que no imponen una figura religiosa como tal sino un Dios amoroso que se puede manifestar en una conciencia grupal "informada" , esta entidad necesita fluir a través de las acciones y actitudes de sus miembros, membresía que articula un cuerpo sin órganos que no permite órdenes ni prohibiciones.
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