viernes, 30 de diciembre de 2011

NO CONOCES A JACK



"La medicina también es la profesión de la muerte... Medicina... medicidio..."

"Cuando muere un paciente que está agonizando, se impone la verdadera vocación del médico. Uno debe hacer todo lo que puede, a petición del paciente, para que su muerte sea humana, rápida e indolora..."

Jack Kevorkian (Al Pacino) en  "No conoces a Jack"

You don´t know Jack... Este es el título original de la película que hoy nos ocupa. Pero ¿realmente conocemos quién fue Jack Kevorkian? Existe cumplida información sobre su vida y obra en las hemerotecas de los medios de comunicación... Para unos fue un loco visionario, un pervertido obsesionado con la muerte, un médico sádico y un asesino en serie. Hay quien lo ha equiparado con Joseph Mengele o con Harold Shipman...

Por si no fuera suficiente, su macabro legado artístico (sin duda merecedor de un capítulo aparte) tampoco ha sido tratado con demasiada indulgencia...


Sin embargo, otros lo ven como un pionero que planteó cuestiones cruciales relacionadas con el final de la vida, que provocaron sustanciales modificaciones legales además de una profunda revisión del abordaje de la enfermedad terminal, la eutanasia, la muerte digna, el testamento vital, los cuidados paliativos y el rechazo al tratamiento.


Sin compartir ni refutar sus peculiares tesis, podemos atrevernos a decir que Jack Kevorkian actuó como el detonante de un apasionado debate bioético que se instala sobre esa delgada línea roja que separa la vida de la muerte, discusión que todavía perdura y que se va enriqueciendo con las aportaciones emanadas desde las fuentes de la Medicina y del Derecho, pero también de la Religión, la Filosofía y la Política.

Antes de visionar "No conoces a Jack" (Barry Levinson, 2010) podríamos pensar que vamos a enfrentarnos a un biopic más, a otro relato cinematográfico sobre la biografía de un personaje popular. En la carátula del DVD se nos informa que el protagonista es nada más y nada menos que el Dr. Jack Kevorkian, el controvertido patólogo norteamericano de origen armenio que a finales del pasado siglo XX se erigió en el paladín de la eutanasia. 


Obviamente, la visión personal del director y del guionista Adam Mazer nos presenta argumentos favorables al protagonista. No olvidemos que se trata de una película, que esto es cine... ¡y tiene que entretener al público!.

La cinta comienza con una escena harto significativa, una síntesis de toda la historia posterior. El Dr. Kevorkian (encarnado magistralmente por el Al Pacino gracias a una más que convincente caracterización) observa la agonía de una anciana, conectada a infinidad de tubos y máquinas, a través de los cristales de una unidad de cuidados paliativos. 


La mirada perdida de la paciente parece suplicar que un alma caritativa ponga el punto final a su padecimiento. Y es precisamente esa aflicción la que rememora en el médico el final de la vida de su propia madre...


Siempre en compañía de su inseparable hermana Margo Janus (Brenda Vaccaro), Jack revisa una infinidad de tratados sobre la eutanasia que se acumulan en las estanterías de la biblioteca. 


La cámara va recorriendo por algunos volúmenes... "Crime, Justice and Correction" (Paul Wilbur Tappan 1960), "The call of Conscience" (Michael J. Hyde 2001), "An Act of Mercy. Euthanasia Today" (Richard Trubo 1973), "The troubled dream of life" (Daniel Callahan 2000),  "Angels of Death" (Roger S. Magnusson 2002), "A Time to Die" (Charles F. McKhann 1999), "Let me die before I wake" (Derek Humphry 1981), "How we Die" (Sherwin B. Nuland 1995), "Coping with physical illness" (Rudolph H. Moos 1977) y "L´Euthanasie" (Françoise Boivin 1989).


Brenda Vaccaro es Margo Janus

Mientras comenta con su hermana que en Europa, y más concretamente en Holanda, ya se había comenzado a practicar la eutanasia, Kevorkian sostiene entre sus manos un ejemplar de "Euthanasia and the right to death" (A. B. Downing 1977)

CINEFILIA: nos encontramos ante un típico error de raccord. La primera paciente a la que Kevorkian ayudó a morir fue Janet Adkins, enferma de Alzheimer, que se quitó la vida el 4 de junio de 1990 a los 54 años de edad empleando el Thanatron, artilugio concebido por el denominado Dr. Muerte.


El verdadero Jack Kevorkian con su "ingenio"

Por lo tanto, resulta imposible que Kevorkian pudiera consultar libros inexistentes entre 1989 y 1990, al haber sido escritos y publicados varios años después...

THANATRON...


Kevorkian diseñó un sencillo aparato que permitía el suicidio del paciente. Basado en ciertos sistemas de ejecución norteamericanos que empleaban inyecciones letales, éste consistía básicamente en una transfusión intravenosa de una solución salina que posteriormente era sustituida por otra de tiopental sódico, fármaco inductor de un coma profundo, mediante un sistema que accionaba el propio paciente. A continuación, transcurrido apenas un minuto, un temporizador activaba automáticamente la inyección de una mezcla de bromuro de pancuronio (un miorrelajante que en la película no se menciona) y cloruro potásico, en concentración suficiente para provocar un fallo cardíaco.

Nuestro protagonista también imprimió unas tarjetas de presentación en las que podía leerse: "Jack Kevorkian - Bioética y Obiatra - Asesoramiento especial sobre la muerte - solamente con cita previa". Como obiatra, sería el primer médico de esta innovadora especialidad...


Jack Kevorkian y Al Pacino el día del estreno de la película

Mientras juegan al póker en el almacén de LABSCO, una franquicia especializada en suministros médicos regentada por el inefable Neal Nicol (John Goodman), su  amigo y colega, el Dr. Stan Levy (Todd Susman) le recuerda a Kevorkian la fama de excéntrico que se ha ido ganando a lo largo de su vida profesional.

Una anécdota a propósito: Jack Kevorkian se graduó en 1952 en la prestigiosa Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, Ann Arbor. Durante su etapa como médico residente su extravagancia le llevó a fotografiar y estudiar las corneas de los paciente moribundos buscando posibles cambios microvasculares en el momento del óbito. ¡En 1960 ya había ensayado con transfusiones de sangre de cadáveres a personas vivas!


Según la película, el primer paciente con el que Kevorkian deseaba aplicar su invento fue David Rivlin (Jeremy Bobb), un cuadrapléjico de 38 años que llevaba en dicho estado desde 1971, a consecuencia de una lesión medular en la 5ª vértebra cervical provocada en un accidente de surf. 


En 1986, hubo de ser intervenido nuevamente para tratar de extirparle un aneurisma a la altura de la 2ª vértebra cervical; esta operación le dejó como secuela la parálisis de ambos brazos y la imposibilidad de respirar por si mismo... 


Ante la incapacidad para poder sufragar todos los gastos necesarios para su cuidado, en mayo de 1989 Rivlin solicitó ser desconectado de sus medios de soporte vital, pero en julio de ese mismo año su petición fue rechazada por los tribunales por considerarla un ejemplo manifiesto de rechazo al tratamiento.

Para todos aquellos que deseen conocer más sobre el desafortunado caso de David Rivlin:





Ingresado en el asilo Oak Hill Care Center, en Farmington Hills (Michigan), Rivlin continuó demandando la desconexión de las máquinas que le mantenían con vida en contra de su voluntad... Kevorkian se enteró de la noticia gracias a su hermana Margo, mientras se entretenía viendo en la televisión unos dibujos animados de los populares Piolín y Silvestre...



Explotando este tono irónico, el guionista describe la visita de Kevorkian a Rivlin en clave esperpéntica. Antes de iniciar su singular asesoramiento, el Dr. Muerte le solicita encarecidamente al Sr. Rivlin que done todos sus órganos para salvar otras vidas... Al respecto, la controversia sobre la relación entre eutanasia y donación ha continuado generando muchas opiniones contradictorias. Y para muestra, un botón:


La explicación del funcionamiento del Thanatron provoca en el enfermo una descompensación aguda que obliga a suspender la demostración. Los médicos expulsan a Kevorkian del hospital con determinación y vehemencia...

Transcurridas las Navidades de 1989 Rivlin fue desconectado y finalmente falleció. Este hecho le resultó especialmente cruel a Kevorkian, pues entendió que de esta manera se dejaba morir de sed y hambre a este tipo de pacientes. Recordemos la polémica desatada en los EEUU durante aquellos años alrededor de casos similares al de Rivlin, como fueron los de Karen Quinlan, Elizabeth Bouvia, Larry MacAfee o Kenneth Bergstedt...



Julia y Joseph Quinlan con un retrato de su hija Karen...

Paradojas de la vida, mientras Kevorkian equiparó la interrupción del soporte vital con el método de exterminio nazi, criticando además durante toda su vida el holocausto armenio sufrido a manos de los turcos, en otras ocasiones inconcebiblemente exculpó los experimentos médicos nazis pues para él esa fue la última y valiosa oportunidad en la que se pudo ensayar con seres humanos...; parece ser que durante su carrera también solicitó permisos para trabajar con presos condenados a la pena capital con la finalidad de profundizar en el proceso de la muerte...  

Otra pequeña errata cinematográfica: en la cinta original, y obviamente en su traducción al español,  Kevorkian presenta su Thanatron como la "máquina de la misericordia"... En realidad el Mercitron fue un artefacto posterior. Cuando la licencia médica de Kevorkian fue revocada, comenzó a tener dificultades para acceder a los fármacos necesarios para su labor. Entonces ideó "la máquina de la misericordia": un dispositivo muy sencillo que permitía el suicidio del paciente inhalando monóxido de carbono a través de una mascarilla... La muerte sobrevenía en unos 10 minutos... En algunas ocasiones emplearía además sedantes y relajantes musculares para facilitar el tránsito del enfermo...


Una moderna versión del Mercitron...

OTRAS MÁQUINAS...

La "máquina de la liberación" (Deliverance machine) fue un invento del médico australiano Philip Nitschke, director del grupo pro-eutanasia Exit International... Se trata de un ingenio computerizado más o menos sofisticado que emplea un programa específico (Deliverance) que plantea al paciente una serie de cuestionarios. En caso de que todas las respuestas sean las adecuadas, automáticamente se dispararía la inyección de una dosis letal de barbitúricos. Personal médico solía acompañar al enfermo y a sus familiares durante todo este proceso, que era accionado única y exclusivamente por el sujeto en cuestión.


Deliverance machine...

El empleo de este procedimiento tuvo soporte legal según los derechos de los enfermos terminales del Territorio del Norte de Australia entre 1995 y 1997, hasta que dicha norma fue derogada.

Para el que desee más información:


Después de la muerte de David Rivlin, una serie de entrevistas de Kevorkian con el periodista Jack Lessenberry (James Urbaniak) elevaron la popularidad del médico hasta llevarle a protagonizar noticias en todos los diarios de Detroit e incluso las portadas de otras revistas de gran tirada en EEUU como Newsweek o Time...


EL MÉTODO KEVORKIAN...

Jake Kevorkian y su hermana Margo solían grabar en video las entrevistas realizadas a los pacientes demandantes de suicidio asistido; luego, estudiaban pormenorizadamente cada caso en la tranquilidad de su domicilio. O por lo menos así comenzaron...

Tal y como se nos muestra en esta película, en el caso de Janet Adkins (Sandra Seacat), a Kevorkian se le plantearon ciertas dudas médicas. En primer lugar, el estado de la paciente no era terminal ni mucho menos. Había sido diagnosticada de demencia de Alzheimer a los 51, justo 3 años antes de conocer a Kevorkian. Tampoco parecía estar seriamente incapacitada, pero según Kevorkian tenía el derecho a elegir ("como paciente puede decidir...") Y esta convicción se convirtió en su faro y guía.

Una vez tomada la decisión de comenzar con su particular cruzada pro-eutanasia, Kevorkian se pone en contacto con Janet Good (Susan Sarandon), una enérgica activista en pro de los derechos civiles, que militaba en la Hemlock Society, la organización fundada en 1980 por Derek Humphry en Santa Mónica (California). Simplemente recordar aquí que Humphry fue el autor de "Let me die before I wake", uno de los libros que podía consultar Kevorkian en la secuencia de la biblioteca...


Susan Sarandon es Janet Good

Por aquel entonces Janet Good abogaba por una muerte digna, trabajando en la línea del testamento vital, combatiendo contra el encarnizamiento terapéutico, reivindicando la no reanimación de los pacientes terminales y el desarrollo de las unidades de cuidados paliativos, pero no predicaba ni la desconexión vital ni la muerte asistida. En la película, Kevorkian trata de convencerla para que le preste sus instalaciones en Detroit para ayudar a morir a Janet Adkins, circunstancia en la que Janet Good, casada con un capitán de la policía jubilado, no puede prestarle ayuda.

Finalmente, después de despedirse de su marido - Rod Adkins (Neil Brooks Cunningham) - y con la única compañía del Dr. Kevorkian, Janet puso en funcionamiento el mecanismo automático del Thanatron... En el paraje idílico de Bald Mountain, un parque boscoso situado a orillas del Lago Orion y situado a 60 Km al norte de Detroit, dentro de su propia camioneta Volkswagen, el antaño patólogo ayudó a morir a su primera paciente...


La "Volkswagen Van" de Kevorkian

Todo ello termina con el primer arresto de Kevorkian, que es puesto en libertad al dictaminar el forense el suicidio como la causa de la muerte de la Sra. Adkins... Comienza también la pugna del fiscal Dick Thompson (Cotter Smith) y su equipo para tratar de llevar entre rejas al médico pro-eutanasia. Para su defensa, Kevorkian y su hermana contactan con el abogado Geoffrey Fieger (interpretado por Danny Huston, uno de los hijos del afamado cineasta John Huston) especializado en demandas por negligencia médica, que además ni siquiera le cobrará por su trabajo.



Kevorkian y Fieger...

La popularidad de Kevorkian va en aumento, si bien algunos medios se aprovechan de él banalizando y ridiculizando sus métodos. Esta vez fue la esquiva Janet Good la que se puso en contacto con él, recomendándole que abandonase su obsesión por la donación de órganos para centrarse mejor en un objetivo mucho más concreto, como el derecho a morir dignamente. Además, le propuso que incorporase a sus casos el reconocimiento por parte de otros médicos, la evaluación psicológica del paciente demandante de eutanasia, y asegurarse de paso que se hubieran agotado realmente todas las medidas terapéuticas posibles para el enfermo.


LA FICCIÓN NO COINCIDE CON LA REALIDAD...

Siguiendo la narración cinematográfica, las siguientes de la lista fueron Marjorie Wantz y Sherry Miller. La primera había sufrido 10 intervenciones quirúrgicas (una de ellas con un láser que le había provocado quemaduras de 3º grado) para tratar unas lesiones pre-cancerosas genitales y que al parecer le habían dejado como secuela un cuadro de dolor pélvico agudo intenso, que no conseguían aliviar ni los analgésicos ni los sedantes. Incluso habría sido tratada por ello en la Clínica Mayo de Minnesota... Incluso esta paciente habría intentado suicidarse previamente en varias ocasiones. La segunda padecía una esclerosis múltiple de 10 años de evolución, agotada ya su capacidad motora. Ambas fueron ayudadas a morir por Kevorkian mediante la inhalación de monóxido de carbono en una cabaña situada en el entorno del Lago Orion.


En realidad, la eutanasia de estas mujeres no ocurrió así. Las dos mujeres fallecieron el 23 de octubre de 1991, en una cabaña de Oakland Township (Michigan). Marjorie Wantz tenía 58 años de edad. No padecía ninguna enfermedad terminal... Los psiquiatras la habían diagnosticado previamente de una depresión con intento autolítico. Su autopsia no reveló causas orgánicas que justificasen su dolor, que entonces fue interpretado como psicosomático. Para suicidarse empleó el thanatron de Kevorkian.


En su caso, Sherry Miller empleó monóxido de carbono, puesto que sus venas eran demasiado frágiles para las punciones. Tenía 43 años y padecía efectivamente un cuadro avanzado de esclerosis múltiple.


En el film, el Dr. Dragovic (Allen Lewis Rickman), el forense encargado de las autopsias, dictaminó homicidio como causa de la muerte. Kevorkian va a la cárcel como imputado pero enseguida queda en libertad bajo fianza. Pero su licencia como médico queda revocada.

En la soledad de su domicilio, el Dr. Muerte se concentra en la pintura y en la música de Johan Sebastian Bach. Dicen que en sus cuadros llegó a pintar trazos rojos empleando su propia sangre. 


MÁS CINEFILIA: desde el punto de vista cinematográfico, su adoración por Bach pudiera emparentarle con otro controvertido médico y asesino (¡en la ficción!), el Dr. Hannibal Lecter. La banda sonora se enriquece con sublimes fragmentos de las Variaciones Goldberg, interpretadas al piano por el gran maestro Glenn Gould, o de las Suites para Cello tocadas por el genio Yo Yo Ma...  



Kevorkian continúa con su trabajo. En este film, Isabel Correa (Teresa Yenque) se convierte en la paciente nº 12. La policía descubrió al médico y a la mujer en la habitación de un motel horas antes de consumarse el suicidio. De nada sirvió su intervención, pues horas más tarde, en el Motel Saginaw, Kevorkian ayudó a morir a Isabel empleando monóxido de carbono. 


Aquí existe una pequeña contradicción con lo publicado en la prensa de la época (Daily News, 8 de septiembre de 1996). Isabel Correa, de 60 años de edad, vecina de City Valley - Fresno (California) padecía una neoplasia médular espinal que la mantenía en silla de ruedas, al parecer aquejada por un dolor insoportable. Según este medio, Isabel sería la persona nº 40 (¡y no la 12!) atendida por Kevorkian.


Siguiendo esta línea, el diario Los Ángeles Times publicó el 18 de octubre de 1996 un nuevo suicidio asistido por Kevorkian, el caso nº 43... Era Nancy DeSoto, 55 años, de Bourbonnais (Illinois), afectada de esclerosis lateral amiotrófica (ELA). El cadáver de la mujer fue depositado por el propio Kevorkian con una nota identificativa en la puerta de emergencias del William Beaumont Hospital de Royal Oak (Michigan). Este modus operandi del Dr. Muerte sí está perfectamente reflejado en la película.




Llegamos a una escena especialmente dura y cruel. Acosado por la policía, sin licencia médica,  con las leyes estatales a punto de ser modificadas para castigar con 4 años de cárcel el suicidio asistido y con el acceso al monóxido de carbono totalmente restringido, Neal Nicol consigue un par de bombonas en Kalamazoo (Michigan). Para racionalizar el gas, Kevorkian fabrica un armazón de madera y plástico que coloca alrededor de la cabeza del candidato a la eutanasia. Esta vez se trata de Hugh Gale (Jonathan Teague Cook) un veterano oficial de la US Navy con múltiples condecoraciones que padecía una grave EPOC de tipo enfisematoso. El primer intento termina en fracaso, porque el gas calienta excesivamente el plástico. A la segunda, va la vencida. Al morir, Gale tenía 70 años. En la película es el paciente 14; su orden real fue el nº 13...




En la película, la muerte de Gale desatará una nueva tormenta sobre Kevorkian. Los informes médicos confiscados en el almacén que le servía como archivo, así como documentos encontrados por activistas anti-eutanasia en la basura de Neil Nicol le servirán al fiscal Thompson para iniciar un nuevo proceso acusatorio. Pero una vez más, el Dr. Muerte resulta exonerado...


El golpe más duro que sufrió Kevorkian fue la pérdida de su hermana víctima de un infarto agudo de miocardio ("mi hermana Margo aportó a mi vida mucho más de los que nunca recibió...") Acostumbrado a mirar cara a cara a la muerte, en esta ocasión Jack ni siquiera se atrevió a ver el cadáver de su hermana en la morgue del hospital...


En 1993, el gobernador de Michigan John Engler, aprobó una ley que castigaba el suicidio asistido. Kevorkian debe abandonar su casa porque el edificio ha sido vendido y posteriormente derribado. Se marcha a vivir a una casa de campo al lado del lago, gentileza de su abogado.


Thomas Hyde era un joven de 30 años afectado de una devastadora esclerosis lateral amiotrófica. En julio de 1993, Kevorkian grabó una conmovedora entrevista con el enfermo y su esposa, en la que éste le pedía que terminase de una vez con tanto sufrimiento. Kevorkian le ayudó a morir mediante la inhalación de monóxido de carbono en la parte de atrás de su vieja Volkswagen Van. Según la película, Hyde fue el caso 16; en realidad, fue el nº 17...


Kevorkian es puesto de nuevo ante la ley. Esta vez el juez establece una fianza de 50000 dólares. El médico se niega a pagarla y va a la cárcel; como protesta se declara en huelga de hambre durante 19 días, hasta que el juez Jackson (Daryl Edwards) rebaja su fianza a 100 dólares. Una vez más, Kevorkian fue juzgado, pero el jurado lo declaró inocente.


THE MARGO JANUS MERCY CLINIC...


Envalentonado por la nueva victoria judicial, Kevorkian decide montar en un bajo una clínica para practicar la eutanasia. En 1994, el tribunal de apelaciones del estado de Michigan falló a favor de las alegaciones de Fieger contra la ley del gobernador Engler que vetaba el suicidio asistido. Si embargo, el Dr. Muerte sufre un nuevo varapalo, al enterarse de que Janet Good padece un cáncer de páncreas


En 1996, el fiscal Thompson consigue llevar de nuevo a Kevorkian ante los tribunales por la muerte de Marjorie Wantz y Sherry Miller, al considerar el suicidio asistido un homicidio en base al derecho consuetudinario. Se trata de normas jurídicas que emanan de hechos que se han producido repetidamente en el tiempo, en un territorio concreto. Se  acude a ellas cuando no existen leyes o normas jurídicas escritas aplicables al hecho. En desaprobación, Kevorkian se presenta en el juzgado cautivo por un cepo medieval.



Y una vez más consigue vencer a Thompson. El vídeo grabado con la entrevista a Sherry Miller resulta determinante para su absolución. David Gorcyca (David Wilson Barnes) se convierte en el nuevo fiscal y alcanza un pacto con Fieger, que ya ha decidido emprender su carrera hacia el puesto de gobernador estatal. Aquí se separan los caminos del letrado arribista y el obstinado galeno...


La lista de muertes fue en aumento:



  • Elaine Louise Day, mujer de 79 años, enferma de ELA, con antecedentes de varios intentos autolíticos por sobredosis de fármacos y por asfixia con bolsa de plástico; según el informe del forense (una vez más el inefable Dr. Dragovic), no estaba en riesgo inmediato de morir; fue auxiliada en la propia camioneta de Kevorkian. Al no conseguir inyectarle éste un cóctel letal debido a su deteriorado estado vascular, la mujer se suicidó empleando monóxido de carbono. Envió una carta al editor del Daily News exculpando a Kevorkian. Según la película fue el caso nº 50...
  • Richard Faw, varón de 71 años, psiquiatra con una amplia experiencia profesional, padecía un cáncer de colon; pero la autopsia practica por el Dr. Dragovic tampoco reveló daños orgánicos compatibles con una enfermedad terminal. Empleó para suicidarse monóxido de carbono y su cuerpo fue depositado por Kevorkian en la puerta de emergencias del Royal Oak Hospital (Michigan). Fue el caso nº 41, aunque en el film figura como el 56...
  • John Zdanowicz, varón de 50 años, enfermo de ELA. Su cuerpo fue encontrado en un motel de la cadena Best Western en Livonia, 15 millas al este de Detroit, con una nota identificativa dejada al lado del cadáver por el Dr. Kevorkian... En el film es el caso nº 66...
  • Jeremy Allen: el cadáver de este paciente no fue reclamado por ningún familiar y permaneció en la morgue del Condado de Oakland durante 2 meses; Kevorkian se negó a pagar los gastos por su depósito y entierro. Finalmente, un grupo de Massachusetts se hizo cargo de las exequias. En la película es el caso nº 77; en realidad fue el 78...
  • Lois Hawes,  52 años, madre divorciada con 4 hijos que tuvo que dedicar la mayor parte de su tiempo al cuidado de su segundo hijo, afectado por un daño cerebral profundo tras un accidente de bicicleta. Enferma de cáncer de pulmón con metastasis cerebrales y carente de medios económicos y de seguro médico, se suicidó en la cabaña de Neil Nicol en Waterford Township mediante la inhalación de monóxido de carbono. En la película representa el caso nº 78, aunque en la realidad fue uno de los primeros, el nº 6...
JANET GOOD: UN CASO MUY ESPECIAL...

La activista por los derechos civiles y colaboradora de Kevorkian en su pugna a favor de la eutanasia falleció el 26 de agosto de 1997, a los 73 años de edad, víctima de un cáncer de páncreas

En la década de los 70 había sido galardonada en el Salón de la Fama de Michigan gracias a su exitoso esfuerzo en contra del acoso sexual femenino. Posteriormente también sería premiada por la Log Cabin Society, un grupo republicano gay, por su labor a favor de los enfermos con SIDA y sus familiares.


Jack se despide de Janet...

Janet se suicidó empleando monóxido de carbono. Finalmente Kevorkian no quiso estar presente en la habitación de su amiga. Fue el caso nº 57, aunque en la película representa el 82...

EL DECISIVO CASO DE THOMAS YOUK.





Incomprendido por la sociedad, defraudado por su abogado, sin su hermana Margo ni su amiga Janet, solamente contando con el apoyo en solitario de su incondicional Neil Nicol, Kevorkian decide dar el paso final. Quiere que su caso llegue al Tribunal Supremo de los EEUU para que la eutanasia sea legalizada. Y para ello, está dispuesto a arriesgarse a ser condenado y a terminar en la cárcel.


La familia de Thomas Youk se pone en contacto con él. Youk, de 52 años, padece un cuadro avanzado de ELA. Kevorkian graba en video las entrevistas con Tom y su esposa. Después, resuelve traspasar la frontera existente entre la eutanasia pasiva y la activa. Delante de la cámara, a la vista de todos, él mismo procedió a inyectar a Tom por vía intravenosa  una dosis suficiente de secobarbital para dormir al enfermo. Inmediatamente, le inyectó un relajante muscular (probablemente bromuro de pancuronio), y por último, una dosis letal de cloruro potásico causante de un paro cardíaco. La muerte en directo...


Todo este proceso fue televisado en el programa "60 minutos" de la CBS en una hora de máxima audiencia. Por 5ª vez, es llevado ante la justicia. Mientras tanto, Fieger pierde las elecciones para gobernador de Michigan ante el conservador Engler.


La Jueza Cooper (Rondi Reed) es la encargada de la causa. El fiscal para esta ocasión fue John Skrzynski (Eric Lange), auxiliado por el propio Gorcyca. El abogado elegido por Kevorkian fue Dave Gorosh (Adam Mucci) aunque su actuación quedó prácticamente relegada a la de testigo mudo, pues el Dr. Muerte decidió asumir la mayor parte de su propia defensa.


Hábilmente, el fiscal rechazó presentar cargos contra Kevorkian por suicidio asistido, en base a los resultados exculpatorios obtenidos por él en todos los juicios anteriores. Al contrario, mantuvo una acusación por asesinato que la jueza aceptó sin rechistar. De esta manera, el número de testigos quedó notablemente restringido y no se aceptaron como tales a los familiares de Youk.




En la pared, sobre la cabeza de la jueza Cooper, se podía leer el siguiente enunciado:  "the common law itself is nothing else but reason" (la ley común es en sí misma nada más que la razón).




Finalmente, el 26 de marzo de 1999, un jurado popular declaró a Kevorkian culpable de asesinato en 2º grado y de suministrar a un paciente sustancias de uso restringido. El 13 de abril, la jueza lo condenó a una pena de cárcel de entre 10 y 25 años. En su fallo, dejó claro que no se condenaba a la eutanasia; simplemente se condenaba a este médico por desobedecer la ley... El alegato de Kevorkian también fue rechazado por el Tribunal Supremo.


Un inciso: el 21 de junio de 1994, la Corte Suprema de Holanda confirmó la absolución del Dr. Boudewijn Chabot, que había administrado fármacos letales al paciente Hilly Bosscher, de 50 años de edad, para ayudarle a morir. Bosscher no tenía ninguna enfermedad física, pero sí padecía un cuadro de depresión crónica y estrés emocional... Kevorkian no tuvo tanta suerte...




Janet Good siempre opinó que Jack Kevorkian era el menos indicado para defender su propia causa. Aún pudiendo tener razón en algunos de sus planteamientos a favor de los derechos del paciente y en contra del encarnizamiento terapéutico, su obstinación y porfía a favor de la eutanasia activa le hizo ganar algunas batallas para finalmente perder la guerra. Kevorkian permaneció en prisión hasta el 2007. Falleció el 3 de junio de 2011, a los 83 años.


Todavía persiste la duda de si Kevorkian mató también a Janet Adkins, su primera paciente, en junio de 1990. Si bien en la película observamos cómo la enferma activó el mecanismo del Thanatron, Kevorkian reveló a Larry King en la CNN un año antes de morir que él mismo había sido el causante directo de la muerte de la paciente...



Como colofón, después de reflexionar sobre esta película, pudiera quedar para el debate si Jack Kevorkian actuó en defensa del derecho de elección del paciente o si además lo hizo realmente por compasión frente al dolor y al sufrimiento de sus semejantes...


Para los que quieran profundizar sobre estos temas, se recomienda el siguiente enlace:





HAROLD SHIPMAN: EL OTRO DR. MUERTE.


Cuando se discute sobre la eutanasia y se menciona al Dr. Kevorkian, irremediablemente surge la figura del Dr. Harold Shipman; galenos coetáneos, sin embargo nada tiene que ver la historia de uno con la del otro.




Harold Shipman visto por el artista  Jonathan Button


Shipman fue un médico británico acusado de matar a 215 pacientes, de los cuales sólo fueron corroborados 15 casos. En el año 2000 fue condenado por ello a 15 cadenas perpetuas, que nunca llegó a cumplir pues se ahorcó en su celda el 13 de enero de 2004. Jamás confesó sus crímenes.


El 80% de sus víctimas eran mujeres. La persona más joven asesinada por Shipman tenía 41 años. Entre sus antecedentes penales figuraba un arresto en 1975 por la falsificación de recetas para conseguir meperidina, fármaco al que había sido adicto. Todas sus víctimas fueron asesinadas mediante sobredosis de morfina. Mayoritariamente se trataba de mujeres ancianas pero que disfrutaban de un buen estado de salud.
  

1 comentario:

aloysius dijo...

Las 150 eutanasias del médico que ayudó a morir a su hermano
François Damas relata cómo ayuda a morir a enfermos incurables en Bélgica, donde la eutanasia es legal

http://politica.elpais.com/politica/2017/03/31/actualidad/1490968072_696807.html