domingo, 24 de abril de 2011

EL REGALO DE SILVIA



"No confío en el espíritu. Huye como vapor en mis sueños,
por la boca o los ojos. No puedo impedírselo.
Un día se irá para no volver. Así no son las cosas..."

Silvia Plath.  Últimas palabras. "Cruzando el Océano", 1971


Como toda expresión artística, "El regalo de Silvia" (Dionisio Pérez Galindo, 2003) tiene su parte positiva y su complementaria, negativa. Y como se trata de una opera prima, la condescendencia en su crítica a buen seguro prevalecerá sobre la severidad de la misma.

El guión se debe al trabajo del propio director, en colaboración con Pilar Gutiérrez y el escritor Miguel Ángel Gómez, basado al parecer en la obra narrativa y poética de Silvia Plath, que se suicidó el 11 de febrero de 1963. Se ha especulado que tal vez la escritora norteamericana padeciera un avanzado trastorno bipolar para el cual no seguía tratamiento.


Sylvia Plath (1932 - 1963)

Este film plantea una idea turbadora, la autolisis programada para donar los propios órganos, propuesta también considerada con ciertos matices especiales en "Siete Almas" (Gabriele Muccino, 2008), protagonizada por el popular Will Smith y comentada en una entrada anterior en este mismo blog.


Silvia (Bárbara Goenaga), una adolescente culta y virtuosa pianista, padece un grave trastorno depresivo. Como terapia, su psiquiatra le ha recomendado que registre todas sus vivencias e inquietudes en video, a modo de un particular diario. A pesar de las tablas de la joven actriz vasca, en nuestra humilde opinión consigue en contadas ocasiones transmitir al espectador la tremenda carga de angustia y desesperación que padece un enfermo con un trastorno afectivo de ese calibre. 

Obviamente, este film no es un reportaje médico. Al espectador le interesan mucho más las historias de los personajes que los síntomas de la paciente, a la que vemos llorar, alegrarse, enfadarse y permanecer insomne... En la génesis de las ideas suicidas de la protagonista pudiéramos encontrar cierta autoevaluación negativa, con pérdida de la autoestima (a pesar de ser una brillante artista) y sensación de impotencia. La paciente se muestra bloqueada, carente de capacidad para buscar soluciones y para enfrentarse a un mundo que no comprende y que rechaza profundamente.

Finalmente encontrará el sentido de su vida en la perpetuación a través del prójimo, al que dejará como herencia sus órganos más preciados.


Bárbara Goenaga es Silvia

En una línea similar de tibieza interpretativa se quedan los actores que dan vida a Inés (Adriana Domínguez) y Mateo (Víctor Clavijo). Mi paisana ourensana representa a un joven invidente que recupera la visión gracias a las córneas donadas por Silvia, mientras que él posee un turbio pasado repleto de transgresiones e  intoxicaciones etílicas, que finalmente le causaron una cirrosis incurable y subsidiaria del trasplante hepático.


Katyna Huberman (Macarena) y Adriana Domínguez (Inés)

Mateo conoce a Rubén (Pablo Galán) un adolescente que está dando sus primeros pasos en el mundo del hampa, y entre los dos nace una amistad muy especial. Por su desparpajo y osadía, el joven pillastre le recuerda a Mateo sus propios inicios como ladrón y delincuente, y por ello terminará sintiendo una profunda ternura sobre su protegido. A su vez, Rubén admira a Mateo, en la misma tesitura que Rusty James (Matt Dillon) idolatra al Chico de la Moto (Mickey Rourke) en la inolvidable "La ley de la calle" (Francis Ford Coppola, 1983)... Esta vez, la motocicleta Harley Davidson es sustituida por una robusta Sanglas...


Pablo Galán (Rubén) y Víctor Clavijo (Mateo)

Como viene siendo habitual, mucho más convincente es el trabajo de Luis Tosar como Carlos, un padre de familia con un incierto futuro laboral que recibe el corazón donado por Silvia. Carlos comienza como operario en la cadena de producción de una industria de pizzas congeladas. Cuando le proponen el ascenso a encargado, su nivel retributivo mejora notablemente, pero a cambio se verá obligado a despedir a sus propios amigos. Un duro peaje.


Luis Tosar (Carlos) yace en el suelo mientras su esposa Conchi (María Bouzas) trata de reanimarle

La banda sonora es de Jorge Aliaga y contribuye notablemente a subir el nivel general de esta película. 

Ambientada en La Coruña, hermosa ciudad que admiro y que siempre despierta en mí dulces añoranzas, nos encontramos ante una película de segundas oportunidades, de redenciones, pero que además plantea cuestiones tan vigentes como el paro, la precariedad laboral, el sentido de la amistad y la solidaridad. Sin embargo, después de verla, nos ha dejado cierto regusto de obra incompleta. Coincidimos con la crítica que Alberto Bermejo publicó en su día en el diario El Mundo: "todo aparece prendido con alfileres en este puzzle voluntarioso y bienintencionado, pero sin misterio... Deshilvanada en su conjunto, se sostiene sobre el trabajo de los actores, que aportan dignidad y presencia al filme".

Destacamos aquí como material complementario otra crítica de esta película:



Como colofón, nos queda por destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año se suicidan en el mundo más de 800000 personas, más que por guerras y asesinatos juntos. El 90% de estos casos se da entre aquellos que padecen depresión, esquizofrenia o alcoholismo



2 comentarios:

ladelcine dijo...

¡Qué blog más interesanten y curioso!

David Cotos dijo...

Asu. Gracias por la recomendación y por las informaciones que proporcionas sobre las enfermedades.