jueves, 5 de febrero de 2009

CAMINO

Nerea Camacho es Camino

Acaba de arrasar en la última edición de los Premios Goya. Y no me extraña. Hacía tiempo que una película española no lograba sorprenderme, emocionarme y cautivarme a la vez. Ácida a la hora de criticar el extremismo religioso y la unívoca interpretación del concepto divino, en mi opinión resulta exquisita y delicada cuando trata las vivencias personales de la fe.


"Camino" (Javier Fesser, 2008), montada a lomos de la imaginación, se aleja de cierta tendencia general de nuestro cine patrio contemporáneo, más bien sesgada hacia ese posible subgénero cinematográfico de "películas sobre la Guerra Civil española", quizás en su momento necesarias, pero saturadas por una temática que en demasiadas ocasiones bien pudiera resultar redundante. En mi humilde opinión, ese cine de buenos y malos ya no parece atraer en demasía el interés de la crítica ni del público en general; en esta tesitura, los reveses sufridos por "Los girasoles ciegos" (José Luis Cuerda, 2008) en esa misma gala de los premios Goya puedan no resultar entonces una mera casualidad.


El éxito de este film se afianza en la labor de tres elementos fundamentales:


1.- Nerea Camacho: el descubrimiento de una actriz novel que dará mucho que hablar en los próximos años. El objetivo de la cámara se enamora a cada instante de esta pizpireta adolescente. Pero la notoriedad de su interpretación está basada en las escenas dramáticas; resulta harto dificil enfundarse de manera tan convincente la piel de un prójimo enfermo, tal y como lo ha conseguido esta joven almeriense con una madurez inconcebible para su corta edad y su inexperiencia interpretativa. Sin avergonzarme, confieso el desasosiego que me causó verla sufrir postrada en su lecho de dolor, así como la alegría provocada por toda esa luz del sol capaz de concentrarse en su vivaracha mirada. Conmovedor también resulta el retrato que aquí se hace del descubrimiento del amor y de la muerte (la búsqueda del eros y el tanathos freudianos) en plena adolescencia. Nerea es Camino, y Camino es Nerea, y a partir de ahora ambas serán por siempre la misma persona.

2.- Javier Fesser: de nuevo, confieso mi sorpresa. Habituado a las festivas obras anteriores de este director, la divertida y surrealista "El milagro de P. Tinto" (1998) o "La gran aventura de Mortadelo y Filemón" (2003), no me esperaba el resultado final de esta cinta como producto cinematográfico. El autor dedica esta película a Alexia González-Barros, una adolescente madrileña fallecida en 1985 a causa de un cáncer de huesos y actualmente en proceso de beatificación, cuya ejemplar existencia le sirvió de inspiración. Las vivencias de Alexia están recogidas en el libro "Un regalo del cielo". A pesar de tratarse de una ficción, este film ha levantado dolorosas ampollas, entrando en confrontación directa con la familia de la propia Alexia y con el poderoso Opus Dei. Camino es el nombre la protagonista, título de la obra emblemática de D. Josemaría Escrivá, el fundador de la orden.

La malograda Alexia González-Barros


3.- Carme Elias y Mariano Venancio: ambos, soberbios actores, sobrios e impecables encarnando a Gloria y José María, los padres de Camino. Ella, premiada con el Goya a la mejor actriz, resulta espartana, contumaz, rayando la indolencia y el fanatismo. Él, contrapuesto a sus papeles del "Súper" en la popular saga cinematográfica de Mortadelo y Filemón, interpreta a un hombre afectuoso y sensible, que sufre contenidamente la enfermedad de su adorada pequeña, la partida de Nuria (Manuela Vellés), su hija mayor (numeraria del Opus) y la incomprensión de su hierética esposa. Provisto de su sempiterno tomavistas, graba las alegrías y las penas de Camino, siendo a la postre el único testimonio gráfico de la breve vida de la protagonista. Aumentando todavía más el tono dramático de este cinta, el padre morirá en un accidente de tráfico en uno de los múltiples viajes que realiza desde Madrid a Pamplona para estar al lado de su hija.


Carme Elias es Gloria, la madre


Mariano Venancio es José María, el padre




LA ENFERMEDAD DE CAMINO, LA NIÑA QUE TEMÍA A SU ÁNGEL DE LA GUARDA.


En primer lugar, deseo manifestar mi profunda admiración por los compañeros que trabajan a diario con pacientes pediátricos oncológicos y terminales. Existe el tópico que afirma que ser médico es una vocación, y tal y como asegura una monitora del club del Opus en este film: "vocación significa llamada". Sin embargo, en el mundo en el que nos ta tocado vivir, yo empiezo a tener serias dudas, que no vienen al caso ahora comentar.

Recuerdo con cierta nostalgia mi último año en la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela, en especial la rotación clínica por el Servicio de Pediatría. El trato con los niños gravemente enfermos despertó en mí una suerte de vocación inversa, más proclive a confortar que a curar, un sentimiento de intranquilidad y una sensación de incapacidad para atender como futuro profesional a aquellos pequeños que tanto padecían gratuitamente, seres indefensos que ni siquiera podían comprender qué les estaba sucediendo, por qué se estaban muriendo.

Volviendo a la película, Camino comienza sufriendo intensas cefaleas y cervicalgias recidivantes. El primer médico que la atiende se limita a tratar la inflamación, incluso con dolorosas infiltraciones. Después de observar unas radiografías del cuello de la niña, se ratifica en el diagnóstico de contractura muscular y le prescribe unos ejercicios rehabilitadores.

Pero los dolores cada vez se hacen más intensos. Ya en el hospital, cuando sus padres la llevan a urgencias, los médicos le diagnostican una fractura de la tercera vértebra cervical, que exige una intervención quirúrgica inmediata para evitar el daño medular. Mientras la operan, asistimos a una hermosa ensoñación de la chiquilla guiada por su mascota, un diminuto ratón. Como secuela del tratamiento, Camino se quedará parapléjica.

Transcurren los días y las semanas, y la niña no mejora. La paresia se extiende al tronco y a las extremidades superiores. Sus padres deciden llevarla a una nueva consulta, un reconocido especialista en neurocirugía de una clínica privada. Las pruebas de imagen descubren el tumor causante de la fractura vertebral y que ahora comprime la médula espinal. Estoicamente, Camino se enfrentará a una nueva intervención quirúrgica.

La etapa final de su calvario llega con el diagnóstico tumoral: se trata de un rabdomiosarcoma, una neoplasia poco común, altamente maligna y que suele aparecer antes de los 20 años de edad; se origina en estirpes celulares musculares estriadas, siendo la cabeza y el cuello las zonas más frecuentemente afectadas.

En la película observamos cómo el cáncer que padece Camino vuelve a ser tratado, este vez en la prestigiosa la Clínica Universitaria de Navarra, en principio con cirugía y radioterapia. Posteriormente, la muchacha recibirá también varios ciclos de quimioterapia, representada en el film por unos frascos de llamativos colores que rodean su cama, en un último intento de paliar la diseminación metastásica de la enfermedad.

http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001429.htm#Tratamiento




MR. MEEBLES, LA CENICIENTA Y BERNADETTE


Tres personajes de ficción resultan fundamentales a la hora de entender "Camino":


  • Mr. Meebles: cuando Camino visita la Feria del Libro con sus padres, descubre a Cuco/Jesús (Lucas Manzano), un muchacho del que se enamora a primera vista. Él estaba ojeando un libro de cuentos infantiles cuyo personaje central es el simpático Mr. Meebles, de Jack Kent. Se trata de un hombrecillo tocado con una enorme chistera, muy sabio, pero que tiene un gran problema. Camino convence a su padre para que le compre el libro, a pesar de ser demasiado infantil para ella. A medida que transcurre la película, podemos percatarnos cómo esta especie de duendecillo se va convirtiendo en una amable voz interior que sustituye al temible ángel custodio, convertido en pesadilla de la pobre niña enferma. Por cierto, aunque en la película el ángel no tiene nombre, en el libro sobre Alexia González-Barros se llama Hugo.

  • La Cenicienta: heredado de su hermana Yeye (Nuria), éste es el cuento preferido de Camino. En todo momento, el infortunio en las historias de la niña enferma y de la cenicienta parece discurrir de forma paralela. Camino es la responsable de que la compañía de teatro de su amiga Begoña (la redicha Claudia Otero) y de su amado Cuco representen esta obra. Hasta que Camino se percató de su inexorable destino, siempre mantuvo la esperanza de poder incorporarse al reparto. Finalmente, la representación teatral transcurre mientras la niña agoniza en el hospital. Fesser juega magistralmente con la simultaneidad de ambas acciones, consiguiendo casar los últimos pensamientos de la muchacha moribunda con el deseo de verla morir en santidad por parte de todos los que la rodean (familia, curas, médicos y equipo asistencial).


La Cenicienta y el Príncipe


  • Bernadette: existe una película religiosa que supuso un enorme éxito interpretativo para su protagonista, la actriz Jeniffer Jones (Óscar en 1943 como mejor actriz) y que se tituló "La canción de Bernadette" (Henry King, 1943). Narraba la vida de Bernadette Soubirous, la santa pastora francesa a la que se le apareció la Vírgen de Lourdes. Camino se enamora por primera vez en su vida, y lo hace de un muchacho que parece no corresponderle. La niña enferma se identifica con la vida de la santa, que hubo de renunciar a su amor por Antoine, el hijo del molinero, para consagrar su vida a Dios. Mientras lee la vida ejemplar de Bernadette, en el interior del libro se encuentra una estampa con una fotografía que le tomaron a la santa recién fallecida, tal vez a causa del padecimiento de un cáncer que le afectaba una pierna. Recordemos que Santa Bernadette es patrona y abogada de los enfermos, de los pobres y de las personas ridiculizadas por su piedad. Su cuerpo incorrupto es objeto de veneración en el Convento de las Hijas de la Caridad de Nevers.

Jeniffer Jones en "La canción de Bernadette"



A pesar de sus luces y sus sombras, sin lugar a dudas "Camino" me ha parecido una gran película. Para finalizar, veamos las opiniones sobre la misma de alguien que perteneció en su día al Opus Dei:


http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=print&sid=13367



4 comentarios:

(!) hombre perplejo dijo...

Un post muy elaborado y completo. Ni siquiera el aluvión de Goyas me había despertado el interés por verla. Tu artículo sí. Ya volveré cuando la haya visto para comentarla. Gracias !)

Cinéfilo dijo...

Este blog se supera a sí mismo en cada artículo.

Si el autor vive en Madrid le recomiendo que ojée el programa de la filmo de febrero.

David Cotos dijo...

Esa película tiene buena pinta.

lilia_av dijo...

Me encanto la manera como relatas la pelicula, ni mas ni menos como es, sin favoritismos ni criticas. Gracias