sábado, 16 de septiembre de 2023

SILKWOOD


- ¿Sabes lo que le ocurre a las chicas que no se chequean (su radioactividad)? ¡Que se les ponen los pezones verdes! 

Dolly (Cher) a Karen (Meryl Streep) en "Silkwood" (Mike Nichols, 1983)

"Silkwood" (Mike Nichols, 1983) con guión de la aclamada Nora Ephron y Alice Alren se inspira en la vida real de Karen Silkwood, madre de 3 hijos con los que apenas pudo convivir, activista sindical y obrera en la planta de producción de combustible nuclear propiedad de la empresa Kerr-McGee.

Karen desapareció en extrañas circunstancias el 13 de noviembre de 1974, cuando se dirigía en su Honda Civic a una entrevista con su compañero sindicalista y un periodista del New York Times, con la intención de desvelar los graves defectos detectados en la seguridad de su fábrica, después de haber testificado previamente ante la Comisión de Energía Atómica de los EEUU.

Aunque nunca se encontraron los documentos que portaba en su automóvil cuando sufrió el mortal accidente de tráfico, se cree que contenían pruebas fehacientes de la falsificación de los controles de calidad en las barras de combustible nuclear.


Karen Silkwood (1946-1974)

Previamente, tanto ella como su casa se contaminaron con plutonio. La película deja entrever que el contagio pudo haber sido incluso intencionado. De manera póstuma y mediante un acuerdo extrajudicial, la empresa Kerr-McGee accedió a indemnizar a sus herederos con más de 1.38 millones de dólares, aunque nunca llegó a reconocer su culpabilidad en los daños radioactivos.

CINEFILIA

"Silkwood" fue el primero de los guiones en la dilatada trayectoria profesional de la polifacética Nora Ephron: directora de cine, productora, dramaturga, periodista, novelista y ensayista. Fue esposa de Carl Bernstein, periodista del Washington Post que junto a su compañero Bob Woodward destaparon el famoso Escándalo Watergate, triste colofón de  la turbulenta la carrera política del ex-presidente Richard Nixon.


El libro homónimo que recoge todas sus investigaciones sirvió para inspirar la galardonada "Todos los hombres del presidente" (Alan J. Pakula, 1976), con Robert Redford como Woodward y Dustin Hoffman como Bernstein.

Retornando al film de Mike Nichols, cineasta con el que el propio Dustin Hoffman había colaborado anteriormente en la exitosa  "El graduado" (Mike Nicols, 1967), está protagonizado por Meryl Streep como Karen Silkwood.


Meryl Streep es Karen Silkwood

El elenco principal se completa con Kurt Russell como Drew Stephens Cher como Dolly Pelliker.

Karen, Drew y Dolly comparten una casa de campo cercana a la factoría de la todopoderosa Kerr-McGee en Cimarron City (Oklahoma), que se mantuvo abierta entre 1965 y 1975. 

Karen y Drew son pareja, y su complicada relación sentimental constituye uno de los ejes de la película. Por su parte Dolly trabaja en el servicio de limpieza de la fábrica y es lesbiana.

La armonía comienza a resquebrajarse cuando Karen comienza a descubrir las deficiencias en materia de seguridad en una factoría que transforma plutonio y óxido de uranio en barras de combustible para centrales nucleares. 


Meryl Streep, Kurt Russell y Cher son Karen, Drew y Dolly

El plutonio es un conocido agente cancerígeno. El americio es un elemento químico artificial radioactivo. No se encuentra en la naturaleza. Dentro del organismo humano se concentra en los huesos, donde puede permanecer mucho tiempo. La radiación que emite puede provocar alteraciones genéticas en los huesos y causar asimismo cánceres óseos.

Diversas concentraciones de americio fueron detectadas en los pulmones y mamas de Karen Silkwood después de sus primaras contaminaciones accidentales.

A destacar la ambientación cinematográfica del ámbito laboral donde se desarrolla la acción de la película, con unos trabajadores sobrecargados y en constante peligro de contaminación radioactiva.


El creciente activismo de Karen la va empujando hacia una inevitable disyuntiva vital, pues su compromiso sindical la va distanciando cada vez más del amor de Drew, la amistad con Dolly y la camaradería con el resto de sus compañeros, que ven en Karen un peligro para el futuro de sus puestos de trabajo.

El director y las guionistas arremeten contra todo: los prejuicios raciales y sexuales, la corrupción económica y política y el estamento médico-científico. en una película posicionada en las antípodas del triunfalista American Way of Life, con unos personajes monótonos y melancólicos sumidos en la más profunda resignación y abatimiento.

LA CORPORACIÓN KERR-McGEE

Con base en Oklahoma, se constituyó en 1929 como Anderson-Kerr Drilling Company  destinada a la exploración de recursos energéticos: prospecciones petrolíferas, gas natural, perclorato y explotaciones mineras de plutonio. Fue una de las primeras compañías en instalar plataformas petrolíferas en el Golfo de Méjico.

Fundada por el empresario Robert Kerr (1896-1963), que llegaría a ser gobernador de Oklahoma, y James R. Anderson, especialista en la perforación de pozos petrolíferos. En 1946 se les unió Dean A. McGee (1904-1989), por entonces geólogo jefe de la compañía Phillips Petroleum.


Dean McGee y Robert Kerr

En la década de los 70, cuando se desarrolla "Silkwood", Kerr-McGee tenía una división de explotación forestal y minas abiertas en
Nuevo Méjico, Arizona, Idaho, Wyoming e Illinois.

En 1975, diferentes agencias estatales investigaron la contaminación radioactiva que había afectado a Karen Silkwood, así como la dispersión de uranio por los terrenos de la factoría y la posesión no autorizada de material nuclear.

En la película contemplamos cómo la carismática Karen descubre a unos compañeros desguazando un camión contaminado que transportaba material reactivo y cómo el gerente de la empresa, Charles Hallahan (Earl Lapin), les ordenó enterrar sus restos en las inmediaciones.


Craig T. Nelson es Winston

Más tarde, tras haberse contaminado accidentalmente en la caja de procesamiento del plutonio y el óxido de uranio, Karen es trasladada al departamento de control de calidad de las barras radioactivas, donde gracias a sus encantos se gana la confianza de Winston (Craig T. Nelson), que le desvela cómo manipulan las radiografías de las barras para dar por buenas las que pudieran estar defectuosas.

La factoría de Cimarron City cerró en 1975, un año después del fallecimiento de Kaen Silkwood. 

En junio de 2006, Kerr-McGee fue adquirida por Anadarko Petroleum, y como resultados de futuras fusiones y adquisiciones, la antigua Ken-McGee actualmente forma parte de Occidental Petroleum.

CINEFILIA

En este punto resulta inevitable recordar la magnífica "Pozos de ambición" (Paul Thomas Anderson, 2007), ambientada en el preludio del auge de la industria petrolera en los EEUU, con una colosal actuación de Daniel Day-Lewis como el implacable Daniel Plainview, un magnate capaz de construir en California un emporio del crudo a costa de su propia felicidad. Tal vez tan despiadado personaje tuviera algunos rasgos comunes con el gobernador Kerr y sus adláteres.


Por su parte Kerr-McGee también sostuvo un litigio con la
Nación de los Navajos, ya que la empresa poseía importantes derechos de explotación mineral en sus territorios. Los navajos presentaron una demanda federal contra una orden judicial que les impedía recaudar impuestos a costa de la multinacional.

Los responsables de Kerr-McGee argumentaron que el cobro de dichos impuestos requería la aprobación del Secretario de Interior de los EEUU y ganaron el pleito en primera instancia. Pero, finalmente, la Corte Suprema le dio la razón a los navajos, porque ninguna ley federal podía prohibirles ejercer su supremacía tribal para cobrar dichos tributos.

Finalmente, en 1978, el Consejo Tribal Navajo aprobó dos ordenanzas fiscales: un impuesto del 3% sobre los arrendamientos de los derechos mineros y un impuesto del 5% sobre la actividad empresarial.

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Precisamente "Los asesinos de la luna" (Martin Scorsese, 2023), que cuenta como protagonistas con Leonardo di Caprio y Robert de Niro,  se enmarca en el túrbido periodo del descubrimiento de petróleo en Oklahoma en las tierras de la nación Osage y de los crímenes contra los nativos instigados por la ambición capitalista, hasta el punto de obligar a la intervención del FBI para protegerlos de los depredadores empresariales.


CINEFILIA

Protagonizadas por mujeres reivindicativas, reconocidas activistas contra los abusos empresariales y la contaminación industrial, se nos antoja asimismo inexcusable la comparación de "Silkwood" con "Erin Brockovich" (Steven Soderbergh, 2000), comentada anteriormente en este mismo blog, con una convincente Julia Roberts en el papel de la enérgica investigadora que descubrió la contaminación por cromo de las aguas freáticas de Hinckley (California), provocadas por la actividad industrial de la Pacific Gas and Electric Company (GEP).


Sin embargo, por razones del destino, el final de estas dos heroínas fue harto diferente.


Aunque la película solamente insinúa el fallecimiento de nuestra protagonista en un accidente de tráfico fatal, el informe policial del siniestro menciona la presencia de varios comprimidos de Qualuude® (metacuolona), un medicamento de propiedades hipnóticas y sedativas semejantes a las de los barbitúricos, además de cannabis.

En el momento del óbito, los análisis practicados indicaron la presencia de 0.35 mg de metacuolona por decilitro de sangre, una cantidad prácticamente el doble de la recomendada para inducir el sueño en un paciente.

La película nos muestra a los protagonistas consumiendo porros, alcohol y tabaco. El hábito tabáquico era habitual entre los trabajadores de la factoría de Kerr-McGee, pues fuman constantemente incluso en el comedor de la fábrica.


A propósito, simplemente recordar que Elvis Presley tomaba metacuolona habitualmente, junto con otras drogas y medicamentos, y 
que el actor Bill Cosby reconoció en sus declaraciones judiciales haber suministrado diversas dosis de Qualuude® a varias mujeres durante la década de los 70, con la finalidad de mantener relaciones sexuales con ellas.

El informe policial concluyó que Karen Silkwood probablemente se habría quedado dormida al volante de su vehículo, si bien se ha teorizado con la posibilidad de un accidente provocado por sus enemigos, considerando las marcas de derrape en la carretera y los desperfectos traseros en su Honda Civic, claramente incompatibles con la supuesta colisión frontal del atestado oficial.

CINEFILIA

En "El síndrome de China" (James Bridges, 1979), la audaz reportera televisiva  Kimberly Wells (Jane Fonda) y su compañero el fotógrafo Richard Adams (Michael Douglas) son testigos de un accidente en una planta nuclear mientras se encontraban allí realizando un reportaje.

Mientras tanto, la compañía responsable trata de ocultar las causas del desastre, provocadas por un fallo en las soldaduras del reactor nuclear, manipulando de las radiografías de control.


COLOFON

En la banda sonora de este film podemos escuchar la voz de la propia Meryl Streep cantado "Amazing Grace", el himno cristiano escrito por el clérigo y poeta inglés John Newton, publicado en 1779, todo un canto a la redención y al perdón popularizado entre otros por la gran Mahalia Jackson, Aretha Franklin, Sam Cooke, Willie Nelson y por supuesto, Elvis Presley.



domingo, 9 de julio de 2023

TESTIGO DE CARGO

- El Conde Flynn... Divino. Debe de ser encantador vivir y trabajar en las sedes de la justicia. Qué suerte tienen ustedes, los abogados. ¡Yo estuve a punto de casarme con uno!. Le asistí cuando le operaron del apéndice y nos hicimos novios en cuanto pudo levantarse... Luego, una peritonitis se lo llevó... Volando...

- Sí que fue un abogado con suerte.

Ms. Plimsoll (Elsa Lanchester) y Sir Wilfrid Robarst (Charles Lauhgton) en "Testigo de cargo" (Billy wilder, 1957)


Una voz en off, al final de "Testigo de cargo (Billy Wilder, 1957) ruega a los espectadores que por favor no desvelen el final de la película a aquellos que todavía no la hayan visto. Spoilers no, por supuesto, que diríamos en la actualidad.

Cuentan que el mismísimo Billy Wilder no le dio a los actores las últimas 10 páginas del guión hasta el mismo momento de su rodaje. Con anterioridad, esta estrategia de misterioso hermetismo había sido adoptada  por Henri-Georges Clouzot en "las diabólicas" (1955), e incluso más tarde por el mismísimo Alfred Hitchcock en "Psicosis" (1960).

Tal y como nos lo cuenta Jaume Ripoll en "Videoclub. Las películas que cambiaron nuestra vida" (2023), el término spoiler alert nació en un foro de Usenet en Estados Unidos, a raíz de la secuela  "Star Treck II: la ira de Kahn" (Nicholas Meyer, 1982). 

Al igual que en "Testigo de cargo", durante las campañas de promoción publicitaria y en las carátulas de muchas películas ambientadas en juicios, cuando se trataba de condenar a los criminales responsables y se podía intuir quiénes eran realmente los culpables, solíamos encontrarnos la advertencia "no desvelar el final".

A pesar de todo, Billy Wilder nunca consideró esta película como una de sus mejores obras, sino más bien un ejercicio de diversión que no debía de tomarse demasiado en serio.

Está inspirada en el relato homónimo original de la archiconocida escritora y dramaturga británica Agatha Christie. La breve historia original, de apenas 23 páginas, fue publicada como "Las manos del traidor" en la edición del 31 de enero de 1925 de Flynn´s Weekly. La autora volvería a publicarlo en 1933 con el título de "Testigo de cargo" como parte de una colección de relatos titulada "El sabueso de la muerte y otras historias".

Inicialmente esta obra no se publicó como tal en el Reino Unido, sino en Estados Unidos en 1948 bajo el nombre "Testigo de cargo y otras historias", editado por Dodd, Mead and Company.

En 1953 Agatha Christie decidió ampliar su historia cambiando el nombre de algunos personajes e introduciendo a Sir Wilfred Robarts como el experto abogado defensor protagonista.


Agatha Christie (1890 - 1976)

En ese mismo año, se estrenó como obra teatral, primero en Londres, y al año siguiente en Broadway. Consecuencia de su éxito, desde Hollywood comenzaron a pujar por sus derechos cinematográficos.

El todopoderosos L.B. Mayer eligió a Clarence Brown para dirigirla, pero el productor Edward Small se hizo con los derechos de adaptación a cambio de 435000 dólares, asociándose para ello con Arthur Hornblow Jr.

Pensaron entonces en Sheldon Reynolds como director, pero sin embargo, en abril de 1956 hablaron con Billy Wilder, que aceptó dirigir y escribir el guión a cambio de 1000 dólares y el 5% de los ingresos brutos en taquilla.

Hoy se asoma a esta bitácora gracias al excelente trabajo de su equipo técnico y artístico, con el inconmensurable Billy Wilder a la cabeza como director y co-guionista, junto al solvente Harry Kurnitz, y su elenco de estrellas formada por Charles Laughton como el cascarrabias abogado penalista Sir Wilfred Robarts, Tyrone Power como el acusado Leonard Vole y la presencia majestuosa de Marlene Dietrich interpretando a Christine, una femme fatal tremendamente hipnótica y atractiva.


Marlen Dietrich es Christine

No podemos olvidarnos de los excelentes actores de reparto como Elsa Lanchester como la contumaz enfermera Miss Plimsoll, John Williams como el letrado Brogan-Moore, Henry Daniel como el procurador MayhewTorin Tatcher como el eficiente fiscal Myers, Ian Wolfe como el solicito ayudante Carter, Norma Varden como la viuda víctima Mrs. Emilly Jane French y Una O´Connor como la repelente vetusta doncella y ama de llaves escocesa Janet MacKenzie.


Charles Laughton es Sir Wilfred Robarts

Y aunque por momentos creamos estar sumergidos en Old Bailey, el Tribunal Penal Central de Inglaterra y Gales en plena metrópoli londinense, lo cierto es que la película fue íntegramente rodada en los icónicos estudios de la Metro-Goldwin-Meyer en Culver City (California - EEUU). Una auténtica obra de arte de la que fue responsable el director artístico Alexander Trauner, uno de los colaboradores más estrechos de Billy Wilder, con el que trabajó también en los decorados de "El apartamento" (1960) e "Irma la dulce" (1963).

Esta historia de intriga judicial con elementos clásicos del cine negro atesore toda la pompa y el boato de la justicia británica, con sus características togas y pelucas, cuya obligatoriedad desapareció de las reglas de vestimenta de la abogacía del Reino Unido en 2007.

Merecedora a la par del éxito del público y los elogios de la crítica especializada, resultó nominada a los premios Óscar en las categorías de mejor película, mejor director, mejor actor principal (Charles Laughton, en una de sus últimas apariciones cinematográficas), mejor actriz de reparto (Elsa Lanchester), mejor sonido (Fred Lau) y mejor montaje (Daniel Mandell).


Tyrone Power es Leonard Vole

Respecto de la estrecha amistad entre director y actor, el cineasta le había reservado un papel en "Irma la dulce" (Billy Wilder, 1963), pero la precaria salud de Charles Laughton impidió dicha colaboración.

Más concretamente, nos estamos refiriendo al papel de Moustache. Wilder visitó al actor cuando ya estaba gravemente afectado por el cáncer, pero tan ilusionado con la propuesta que falleció poco después portando el bigote que se estaba dejando para encarnar al inefable personaje, finalmente interpretado por Lou Jacobi.

Lou Jacobi es Moustache en "Irma la dulce" (Billy Wilder, 1963)

Respecto al óbito de Charles Laughton, sus fuentes biográficas no se ponen de acuerdo: cáncer de vejiga, cáncer de riñón, metástasis óseas...

LA ELECCIÓN DEL ELENCO

Esta tarea resultó harto complicada. Wilder había comenzado a rodar algunos exteriores en Londres, incluso antes de disponer de los actores. Mientras escribía el guión con Harry Kurnitz ya habían pensado en Charles Laughton  para dar vida a Sir Wilfred Robarts.

Para meterse en la piel de su personaje, Laughton se inspiró en un afamado letrado británico, Florance Guedella, famoso por girar constantemente su monóculo mientras interrogaba a sus testigos.

Para encarnar a Leonard Vole, los productores escogieron a Tyrone Power, que todavía conservaba su característica aura personal a pesar de estar atravesando dificultades personales. Otros candidatos barajados habían sido Kirk Douglas, Gene Kelly y el entonces jovencísimo Roger Moore. 


Por si fuera poco, la salud de Power se iba deteriorando a pasos agigantados, hasta el punto de fallecer al año siguiente a causa un infarto agudo de miocardio mientras rodaba en España "Salomón y la Reina de Saba" (King Vidor, 1958). Tenía entonces 44 años, siendo sustituido por Yul Brynner.

Para encarnar a la indescifrable Christine Vole, el propio director escogió a Marlene Dietrich, un papel al que habían aspirado también Ava Gardner y Rita Hayworth, la favorita de los productores.

CINEFILIA

Existen varios remakes teatrales, cinematográficos y televisivos.

Con el título de "Testigo de cargo" (Alan Gibson, 1982) este telefilme británico de 97 minutos nos muestra al insigne abogado Sir Wilfred Robarts (Ralph Richardson), que de vuelta a su despacho tras una larga enfermedad, debe asumir la defensa de Leonard Vole (Beau Bridges) acusado de asesinar a la adinerada viuda Emily French (Patricia Leslie) para adueñarse de su herencia.

Para esta ocasión, el director contó con Deborah Kerr como la enfermera Plimsoll, con Donald Pleaseance como Mr. Mayhew, Wendy Hiller como Janet McKenzie y Diana Rigg como Christine Vole. 

Tres décadas más tarde, basada con fielmente en el relato original de Agatha Christie, se rodó la miniserie televisiva  "Testigo de cargo" (Julian Jarrold, 2016). Consta de dos capítulos, esta coproducción británico-estadounidense consiguió una nominación como mejor serie de TV para los premios BAFTA de 2017.

Ambientada en 1920, un brutal y sangriento asesinato conmociona a la sociedad londinense: la víctima es la sofisticada Emily French (Kim Cattrall), mientras todas las evidencias señalan como posible asesino a Leonard Vole (Billy Howle), el único heredero de su acaudalada fortuna.

Frente a la acusación de asesinato por parte de Janet McIntyre (Monica Dolan), ama de llaves de la difunta, la defensa correrá a cargo de los prestigiosos abogados John Mayhew (Toby Jones) y Sir Charles Carter (David Haig), tarea para la que cuentan como testigo de la enigmática corista Romaine Hellger (Andrea Riseborough), la amiga íntima del acusado.

Asimismo, bajo la dirección de Javier Elorrieta, el elenco de actores formado por Manuel Galiana, Paca Gabaldón, Pablo Martín, Luis Fernando Alvés; Lidia San José, Oscar Zautúa, Jorge San José y Óscar Olmeda han representado este clásico de Agatha Christie sobre el madrileño escenario del Teatro Amaya.

LAS ENFERMEDADES DE SIR WILFRIED

Desde el punto de vista médico, "Testigo de cargo" ha suscitado nuestro interés por el retrato patológico de Sir Wilfrid Robarts, que retorna a su despacho después de haber pasado una temporada hospitalizado por un supuesto infarto de miocardio.

Su obesidad, hipertensión arterial e insuficiencia cardíaca no representan un obstáculo para que el orondo protagonista intente seguir fumando cigarros puros y bebiendo brandy, camuflado en un termo como si fuera una reconfortante bebida de cacao, a pesar de la estricta vigilancia de su enfermera Plimsoll.


Elsa Lanchester es la enfermera Plimsoll

CINEFILIA

Charles Laughton y Elsa Lanchester fueron marido y esposa en la vida real. Conservamos en nuestra retina, entre tantas otras, la interpretación que ella hizo de Mary Wollstonecraft Shelley en "La novia de Frankestein" (James Whale, 1935) con el mítico Boris Karloff como el Monstruo.

En una escena de la película, el veterano abogado es atendido por el médico (Jack Raine), alertándolo sobre el endurecimiento de sus arterias. En la enfermedad que conocemos como arteriosclerosis, se forman placas obstructivas en el interior de los vasos sanguíneos formadas por colesterol, calcio y otros tóxicos sanguíneos, capaces de obstruir el flujo sanguíneo arterial, limitando el aporte de sangre rica en oxígeno a los órganos vitales.

Y aunque durante la película no tenemos acceso a la dieta de Sir Wilfred Robart, ante nosotros se presenta un personaje obeso, seguramente dislipémico y quizás afectado por una diabetes tipo 2.

De hábito sedentario, fumador de cigarros puros y consumidor de alcohol en exceso,  su cardiopatía isquémica es la causa de su probable insuficiencia cardíaca, para cuyo tratamiento los médicos le han prohibido el consumo de tabaco, alcohol y estrés vital, recomendaciones que no hacen mella en el prestigioso abogado criminalista.

Para evitar que se fatigue, sus auxiliares hicieron instalar una silla mecánica destinada a facilitar el acceso e Sir Wilfred a sus habitaciones, ubicadas en el piso superior de su prestigioso despacho.

En más de una ocasión, sobre todo asociado a sus disgustos, contemplamos como el protagonista se lleva la mano al pecho, mientras su fiel ayudante Carter le acerca unas tabletas sublinguales, probablemente una combinación de nitroglicerinanitrato de cafeína, fármacos vasodilatadores coronarios que incrementan el aporte sanguíneo a las arterias coronarias.

INYECCIONES CONTRA LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL

La "enfermedad del pulso duro" se trataba tradicionalmente mediante sangrías, con el objetivo de reducir la cantidad de sangre en el cuerpo. Para ello se practicaban cortes en las venas o se utilizaban sanguijuelas. Estas terapias fueron defendidas, entre otros, por Hipócrates y Galeno

Desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, los médicos experimentaron con diversas opciones terapéuticas, la mayoría poco efectivas y mal toleradas por los pacientes. 

Algunos de aquellos ejemplos fueron la restricción absoluta de sal (la dieta del arroz), la simpatectomía y las inyecciones de sustancias pirógenas, que al provocar fiebre reducían la tensión arterial.

El tiocianato de sodio comenzó a usarse en 1900 como tratamiento de la hipertensión, pero pronto se desechó por sus múltiples y desagradables efectos secundarios.

Pronto se probaron otros medicamentos, como los barbitúricos, el bismuto y los bromuros. Después de la Segunda Guerra Mundial se descubrió la utilidad del cloruro de tetrametilamonio y su derivado hexametonio, comenzando a emplearse también fármacos como la hidralazina y la reserpina (derivada de la planta medicinal sarpagangaRauvolfia serpentina).


Rauvolfia serpentina

Al respecto recuerdo que, durante varias décadas, el tratamiento de la hipertensión arterial padecida por mi abuela materna se llamaba Brinerdina®, en cuya composición figuraban reserpina, clopamida, dihidroergotoxina mesilato, lactosa, sacarosa y aceite de cacahuete.

A partir de la década de los 50 del pasado siglo XX, el tratamiento de esta patología avanzó considerablemente gracias al descubrimiento y tratamiento con diuréticos, de los cuales la clorotiazida fue pionera.

Para ambientarnos en el momento concreto de la historia de la Medicina, simplemente recordar que según el argumento de la película su acción se desarrolla en 1952, tal es la fecha del asesinato de la pobre señorita French (14 de octubre).

INYECCIONES DE CALCIO

En otra escena, la señorita Plimsoll ofrece al estresado Sir Wilfred una inyección de calcio. Se tarta de un elemento íntimamente relacionado con el metabolismo óseo y el adecuado funcionamiento cardíaco.

En forma de gluconato de calcio, se uso es exclusivamente intravenoso, y debe administrarse dentro del ámbito hospitalario bajo estricto control médico, una velocidad de 10 ml/3 minutos.

La inyección intravenosa rápida de sales de calcio provoca vasodilatación, disminución de la presión arterial, bradicardia, arritmias cardíacas (más frecuentes en pacientes digitalizados), síncope y paro cardíaco.

Las inyecciones intramusculares están contraindicadas, por el riesgo de necrosis local y la formación de abscesos.

CINEFILIA

"Testigo de cargo" fue una de las películas favoritas de Alfred Hitchcock, hasta el punto de que muchos espectadores creyeron que realmente se trataba de una obra suya. De la misma manera, el público en general llegó a confundirla con "El proceso Paradine" (Alfred Hitchcock, 1947), film atribuido por error a Billy Wilder por su temática común, un thriller judicial.

Décadas más tarde, las singulares atípicas relaciones entre un abogado defensor y su cliente acusado al más puro estilo "Testigo de cargo" se repetirían en "El inocente" (Brad Furman, 2011), film protagonizado por Matthew McConaughey como Michael Haller, un astuto abogado de Los Ángeles cuyo despacho es un Lincoln Continental, y Ryan Philippe como Louis Roulete, un rico heredero de Beverly Hills acusado de intentar asesinar a una prostituta.

EL MONÓCULO DE SIR WILFRID

Esta lente se convierte en un elemento capital de la película, pues el astuto abogado la emplea como una especie de detector de mentiras, enfocando con su reflejo directamente el rostro de sus interrogados.



domingo, 2 de abril de 2023

LA BALLENA


- ¡Necesito saber que he hecho una cosa correcta en mi vida!

Charlie (Brendan Fraser" en "La ballena" (Darren Aronofsky, 2022)

Con anterioridad, en este blog hemos demostrado nuestra predilección por las películas de Darren Aronofsky"Réquiem por un sueño" (2000), "El luchador" (2008), "Cisne negro" (2010), probablemente sus mejores obras.

Retratos de personajes atormentados, constantemente al límite, en la procura de una redención que a pesar de sus esfuerzos nunca consiguen alcanzar: la señora Goldfarb (Ellen Burstyn) y su adicción a las anfetaminas, el baqueteado luchador Randy "The Ram" Robinson (Mickey Rourke, en wl quizás mejor papel de su carrera) y la ofuscada bailarina Nina (Natalie Portman).

La temática abordada va desde la dependencia de las drogas, pasando por la imagen más descarnada del fracaso, hasta la búsqueda enfermiza de la perfección.

Con estos antecedentes, no es de extrañar el interés del director por recrear el claustrofóbico ambiente de "La Ballena" (Darren Arofnosky, 2022), apoyándose en la obra teatral homónima de Samuel D. Hunter (2011).


Hunter fue también el guionista de la película, que sin ser realmente un biopic, está inspirada en fragmentos autobiográficos relacionados con su malsana relación con la comida basura, su homosexualidad, su desventurada infancia como niño obeso, su férrea educación, dentro de los preceptos de la iglesia episcopaliana, y su experiencia como profesor de literatura creativa, elementos todos que en mayor o menor medida se encuentran presentes en "La ballena".


Samuel D. Hunter

Y al igual que ocurriera en su día con Mickey Rourke, Arofnosky consigue sacarle el máximo partido al esfuerzo interpretativo de Brendan Frazer, antaño famoso por su protagonismo en "George de la jungla" (Sam Weisman, 1997) y en la popular saga inaugurada por "La momia" (Stephen Sommers, 1999). 

Para este actor, el premio por su trabajo ha sido el Óscar al mejor actor de 2023.


BRANDAN FRASER Y CHARLIE

No obstante, existen algunas voces discrepantes contra Darren Aronofsky, debidas al proceso de caracterización de Brendan Fraser para convertirse en Charlie.

Más concretamente, se refieren al uso de un traje protésico necesario para dar la talla del personaje protagonista. Estos críticos han interpretado como un paso atrás en los avances conseguidos anteriormente en la representación de personas de tallas grandes. 

Entienden que hubiera sido más correcto que Aronofsky eligiera a un actor con una auténtica obesidad mórbida.


Brendan Fraser es Charlie

Con 190 de estatura y un peso original aproximado de 90 kg, Brendan Fraser tuvo que engordar 30 kilos mediante una dieta excesiva en cantidad y abundante en hidratos de carbono. Además, se vio obligado a utilizar un traje especial de 136 Kg, rellenado con judías y canicas, tras no haber sido capaz de ganar más peso para dar vida a Charlie.

Según el testimonio del propio actor, para moverse por el set de rodaje con su traje protésico necesitaba la ayuda de media docena de personas. La primera vez que se lo colocaron tardaron unas 6 horas en hacerlo. Dicho traje disponía de un sistema de refrigeración especial, como el mono de los pilotos de carreras. Para desplazarse desde la zona de maquillaje hasta el set de rodaje necesitaba la ayuda de una silla de ruedas.


Ésta fue la decisión tomada en "Precious" (Lee Daniels, 2007), donde la actriz Gabourey Sidibe encarnó a una adolescente obesa, maltratada y analfabeta, o en "El gran Alberto" (Joel Zwick, 2004), protagonizada por Keenan Thompson, inspirada en la popular serie de TV "El gordo Alberto y la pandilla Cosby", creada por el humorista Bill Cosby.


Pero en otras películas se ha preferido bregar con el aspecto físico habitual de los actores por exigencias del guión,
 como por ejemplo Christian Bale, que adelgazó 27 Kg para transformarse en el inquietante Trevor Reznik de "El maquinista" (Brad Anderson, 2004), Robert de Niro, engordando 27 Kg para convertirse en el vapuleado Jake LaMotta de la magistral "Toro salvaje" (Martin Scorsese, 1980), o Matthew McConaughey, que primero tuvo que perder 20 kilos para encarnar a Ron Woodroof en "Dallas Buyers Club" (Jean-Marc Vallée, 2013), y más tarde abocado a engordar 30 Kg, esta vez para trocarse en el orondo Kenny Wells de "Gold, la gran estafa" (Stephen Gaghan, 2020).


Gabourey Sidibe es Precious

Simplemente recordar que semejantes esfuerzos artísticos han sido reconocidos con los correspondientes premios Óscar para Robert de Niro, Matthew McConaughey y más recientemente, Brendan Fraser.

CINEFILIA

Repasando la cinematografía española, existen algunas películas protagonizadas por actores obesos, que no necesitaron caracterizaciones especiales para conseguir su cometido. Sin embargo, en "Gordos" (Daniel Sánchez Arévalo, 2009), contemplamos a un camaleónico Antonio de la Torre engordando 30 kilos para su papel de Enrique Fresán, un televisivo especialista en nutrición, en un elenco donde también están los orondos Fernando Albizua y Teté Delgado.


Antonio De la Torre en "Gordos"

Tampoco necesitó maquillaje ni prótesis especiales Laura Galán para convertirse en Sara, la hostigada y denigrada adolescente protagonista de la sorprendente "Cerdita" (Carlota Pereda, 2022), merecedora, entre otros galardones, de los premios Goya y Feroz por su interpretación.


OBESIDAD MÓRBIDA

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se considera obesidad mórbida el exceso de peso de 45.5 kilogramos respecto al peso ideal de una persona, o bien cuando su peso se sitúa en un 100% por encima del que debería realmente tener. Se trata de una acumulación excesiva de grasa que pone en peligro la salud del paciente que la padece.

Si bien en la película no se menciona el peso de Charlie (Brendan Frazer), éste podría rondar los 275 kilos.

Considerando el Índice de Masa Corporal (IMC), que se obtiene dividiendo el peso en kilogramos de una persona entre el cuadrado de su talla en metros, si el resultado es igual a superior a 30, nos encontramos ante un caso de obesidad, que pasaría a ser mórbida a partir de 40.

Según estimaciones de la OMS, actualmente existen unos 600 millones de obesos a nivel mundial, cifra equivalente a un 13% de la población adulta.

En el desarrollo de la obesidad existen múltiples factores: genéticos, ambientales, metabólicos y endocrinológicos, si bien sus causas principales son una mala alimentación, con un consumo excesivo de calorías, y el sedentario o falta de actividad física.


Brendan Frazer es Charlie, en "La ballena"

En esta película contemplamos como el protagonista apenas puede moverse, condenado a permanecer retratado en un gran sofá, mientras imparte clases universitarias sobre escritura creativa a través de su ordenador, vía Internet, pero siempre con la cámara apagada, ocultando su realidad de la vista de sus alumnos.

El exceso de calorías en su alimentación es una constante: pizzas, grasientos bocadillos, dulces, chocolatinas y bebidas edulcoradas, en formato familiar.

Las consecuencias de la obesidad mórbida son muy graves, y así lo constatamos en esta película: mayor riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, diabetes, patología renal y hepática, así como una mayor propensión para determinados cánceres. Algunos expertos apuntan a una reducción la esperanza de vida alrededor de 15 años.


Charlie es
diabético, sufre crisis hipertensivas y una insuficiencia cardíaca congestiva avanzada, con frecuentes episodios de disnea de reposo. Siempre que lo necesita, acude en su ayuda la tenaz Liz (Hong Chau), la hermana de la difunta pareja de Charlie, otro de los sugestivos personajes de "La ballena", junto a Ellie (Sadie Sink), la desconcertante hija de Charlie, exasperante e inmisericorde, el joven Thomas (Ty Simpkins), empeñado en redimir al protagonista mediante el cristianismo sectario, y Mary (Samantha Morton), la esposa despechada en la que la compasión ha ido sustituyendo progresivamente al amor y al cariño.


Sadie Sink es Ellie

Charlie no acude nunca al médico. Tampoco reclama la atención urgente ni ambulancias. Lo achaca a la falta de dinero para adquirir un seguro médico, tan necesario dentro del sistema sanitario sanitario estadounidense. Su medicina, su ansiolítico preferido, es la comida. Trata de controlar su trastorno de estado de ánimo mixto, ansioso - depresivo, mediante atracones de comida, resignado e inmerso en un circulo vicioso cuya única posible escapatoria sería la muerte.


Hong Chau es Liz

Y a pesar de todo, "La ballena" no es una película sobre la obesidad mórbida, ni siquiera sobre las modernas patologías denominadas soledad y abandono. Es una pesarosa historia sobre la empatía.

Porque, a pesar del rechazo que su figura y comportamiento pudieran llegar a provocarnos, Charlie nos emociona y consigue ponernos a su lado, incluso cuando es maltratado por los demás, y por si mismo.

LA OBESIDAD EN EEUU

Datos de 2020, reportados por el Study of Obesity: Better Policies for a Healthier America, advertían que la tasa de obesidad en los EEUU había superado por primera vez el 40%, situándose en el 42.4%.

Estos porcentajes significan que desde 2008, la tasa estadounidense de obesidad en adultos se incrementó un 26%-


En EEUU, cuanto mayores sean los ingresos de un ciudadano, menores serán su probabilidades de terminar obeso. Las personas con menor nivel educativo también son las más propensas a padecer obesidad. Las comunidades rurales registran las tasas más altas de obesidad y obesidad severa que las áreas suburbanas y metropolitanas. 

En España, en 2016, el exceso de peso en los adultos representaba un sobrecoge directo del 2% del presupuesto sanitario nacional. Según algunas estimaciones, de no corregirse la tendencia creciente, en el 2030 se espera un incremento del 16% en el número de obesos, con un 58% de sobrecoge sanitario directo.


Mapa de la gestión de la obesidad infantil en España 2022

Según la Encuesta Europea de Salud del año 2020, un 16.5% de los españoles mayores de 18 años era obeso, porcentaje que se reducía ligeramente en las españolas, con un 15.5%

En comparación con otros países de nuestro entorno, en 2022 solamente Chipre, Grecia e Italia superaban a España respecto a la mayor prevalencia de sobrepeso, incluyendo la obesidad.