domingo, 3 de noviembre de 2019

LA MELODIA DE LA VIDA



"Consagro estas dos manos
al servicio, 
para que los lisiados puedan caminar,
 los débiles se fortalezcan,
ayudando al necesitado,
alentando al moribundo.
Este es mi juramento
en el Templo de la Curación"

En una entrada reciente de este mismo blog, examinamos las visiones subjetivas de dos grandes directores cinematográficos, King Vidor y Akira Kurosawasobre la vocación y la profesión médica. En esa ocasión, en un breve apunte cinéfilo, mencionamos "La melodía de la vida" (Gregory La Cava, 1932), por entender que dicho film atesora sobradas virtudes desde el punto de vista médico y cinematográfico. 

Por ello hemos decidido detenernos en los detalles más significativos de este genuino producto de la RKO (Radio-Keith-Orpheum), una de las 8 principales productoras de la etapa dorada de Hollywood, que al comenzar los años 30 empezaba a despuntar después de la fusión en 1928 de la KAO (Keith-Albee-Orpheum, fundada en 1882) con los estudios FBO (Film Booking Offices of America, erigidos en 1917 por Joseph P. Kennedy, el todopoderoso patriarca de la saga política estadounidense).



Gregory La Cava (1892-1954)

Comencemos por su director, un bebedor empedernido desparecido a los 60 años a causa de un infarto de miocardio, atesorando una vasta filmografía que abarca desde 1915, con sus primeros cortos como animador, hasta su última participación (no acreditada) en "Venus era mujer" (junto a su colega William A. Seiter, 1948). Y es que La Cava comenzó su andadura profesional en los estudios de dibujos animados de Walter Lantz (1899-1994), al que recordamos especialmente como creador del inolvidable Pájaro Loco.


Gregory La Cava participó también en la serie de animación de los "The Katzenjammer Kids" (en los países hispanohablantes "Los cebollitas"), entrañables protagonistas de aquella tira cómica de 1897 original del inmigrante alemán Rudolph Dirks (1877-1968), uno de los dibujantes pioneros de mayor éxito y reconocimiento, así como también en la de "Krazy Kat" ("La Gata Loca"), la popular tira cómica original del caricaturista George Herriman, publicada en la prensa entre 1913 y 1944. Asimismo, sería contratado por la todopoderosa corporación Hearts Communications como editor jefe de su división internacional Comic Films.


"The Katzenjammer Kids"


"Krazy Kat"

Tanto en "la melodía de la vida" como en "Al servicio de las damas" (Gregory La Cava, 1936), contemplamos el penoso contraste entre las comunidades más deprimidas (judíos del gueto, buhoneros, vagabundos...) y la acaudalada alta sociedad neoyorquina del período de entreguerras.

Precisamente sobre el ascenso social del Doctor Felix Klauber (Ricardo Cortez) y su posterior redención se organiza el argumento de "La melodía de la vida", inspirada en el relato "Night Bell" de Fannie Hurts (1889-1968), escritora de éxito cuyas obras inspiraron diversos guiones cinematográficos.

Tachada de conservadora y moralista por la críticaesta cinta ensalza ciertamente determinados valores tradicionales como la familia y las costumbres sociales, en este caso judías (con menciones expresas al Bar Mitzvá o el Pidión HaBen), sin dejar de lado otros logros universales como la solidaridad y la compasión.


Lower East Side a principios del siglo XX

No obstante, es conveniente subrayar que ésta es una de las escasas películas de Hollywood que prestó atención al colectivo judío en los años 30. La dirección artística a cargo de Carroll Clark consiguió que la ambientación de las calles del gueto en el Lower East Side durante la primera década del siglo XX resultase notablemente fidedigna.


Para compensar, tampoco falta el pequeño detalle patriótico, el niño que tararea el himno de los EEUU mientras el Doctor Klauber le venda una pierna, metáfora que cimenta la amalgama de razas y nacionalidades que han conformado la nación norteamericana a lo largo de su corta historia, como canta Neil Diamond en "Coming to America".


Como breve apunte literario reseñamos "Judíos sin dinero" (Michael Gold 1894-1967), la novela de corte autobiográfico del escritor judío de origen rumano realmente llamado Itzok Isaac Granich, un retrato descarnado de la dura vida cotidiana en las calles del East Side durante aquellos años.

Y como breve apunte musical destacamos "Street Scene" (Kurt Weill, 1946), la ópera estadounidense del célebre compositor alemán estrenada en Broadway en 1947, inspirada en la obra teatral homónima de Elmer Rice (1929), que en su día fue galardonada con el Pulitzer. Es la historia de un grupo de vecinos de diversas nacionalidades (alemanes, judíos, polacos, irlandeses), pobres, marginados, sin futuro y hacinados en un viejo edificio del Lower East Side durante los años 40.



En pleno Lower East Side, la primera consulta del Doctor Klauber, compartida con el veterano Doctor Schifflen (John St. Polis) estaba ubicada en Cherry Street, una calle que fue enclave de la colonia española en Nueva York, y cuyo nombre hace referencia a un extenso huerto de cerezos que allí se levantaba en la Nueva Amsterdam de mediados del siglo XVII.



Cherry Street, Lower East Side

Desde la modesta clínica del East Side, el Doctor Klauber se trasladará a la parte alta de la ciudad, instalándose en una lujosa consulta de Park Avenue. De una de sus paredes colgará la portada de Vanity Fair con la foto de sus manos, valoradas en 1 millón de dólares. Su clientela se nutrirá de mujeres ricas, con patologías banales, como la Señorita Gifford (Josephine Whittell) que tanto nos ha recordado a la vanidosa Toppy LeRoy (Penelope Dudley Ward) de "La ciudadela" (King Vidor, 1938).



Josephine Whittell es la insustancial Señorita Gifford

El título original de la película de La cava, "Symphony of Six Million", hace referencia a la población real de la Gran Manzana a principios de los años 30. De todas quellas existencias, en su película Gregory La Cava elige la historia de Meyer Klauber (Gregory Ratoff), un veterano sastre que trabaja arduamente en el gueto judío de Manhattan para sacar adelante a su familia: su esposa Hannah (Anna Appel) y sus tres hijos, Magnus (Sidney Miller - Noel Madison), Félix (Lester Lee - Ricardo Cortez) y Birdie (Lita Chevret). Durante el siglo XIX, los judíos que huyeron de los pogromos de Europa Oriental (Odessa, Kiev, Kirovogrado y otras poblaciones del entonces Imperio Ruso) se instalaron fundamentalmente en el sureste de Nueva York y en Brooklyn, donde todavía hoy dicha etnia es mayoritaria en el barrio de Williamsburg.

CINEFILIA

El modus vivendi de la hermética comunidad judía jasídica de Nueva York y sus tradiciones se convierten en el escenario particular del thriller "Una extraña entre nosotros" (Sydney Lumet, 1992), tal vez una obra menor de este director sobre el guión de Robert Avrech, ambos de origen judío. Protagonizada por Melanie Griffith en el papel de la expeditiva detective Emily Eden.



CINEFILIA

Precisamente "Érase una vez en América" (Sergio Leone, 1984) está ambientada en el gueto judío de Brooklyn, escenario de las correrías infantiles de un grupo de niños judíos que con el paso del tiempo, terminarán por convertirse en una peligrosa banda de mafiosos y delincuentes, con Robert de Niro y James Woods como protagonistas.



William Forsythe, James Hayden, James Wood y Robert de Niro 
en "Érase una vez en América"

Desamparado y abandonado por la sociedad, en los mismos sucios callejones del Lower East Side se forjó la indomable figura del gánster judío Meyer Lansky (1902-1983), ideólogo del mayor sistema financiero de lavado de dinero de la mafia. Fue el organizador de la conocida como Conferencia de la Habana (1946), la famosa reunión de mafiosos en el Hotel Nacional que serviría años más tarde de inspiración para que Francis Ford Coppola la recreara en "El Padrino II" (1974), convirtiendo al personaje del taimado Hyman Roth (Lee Strasberg) en la perfecta alegoría del célebre malhechor judío que finalizó sus días en Miami Beach a los 80 años de edad, por el padecimiento de un cáncer de pulmón.



Meyer Lansky (1902 - 1983)


MÁS CINEFILIA

La elección del elenco de artistas para los principales papeles de esta película seleccionó actrices y autores de características y procedencia común con la de los protagonistas, como por ejemplo Gregory Ratoff, productor, director y actor de origen ruso, que abandonó su país natal después de la Revolución Soviética para asentarse primero en Francia y más tarde en los Estados Unidos.


Gregory Ratoff  (1897 - 1960)

Reconocida actriz de reparto, Anna Appel nació en 1888 en Rumania, para trasladarse posteriormente a Estados Unidos. Procedente de la opereta yiddish de principios del siglo XX, formó parte desde 1918 a 1928 del Morris Schwartz´s Yiddish Art Theater de Nueva York. Actriz de cine y TV, fue frecuentemente encasillada en papeles de corpulentas y voluntariosas madres judías.


Anna Appel (1888-1963)

El mismísimo Ricardo Cortez nació como Jacob Krantz en Nueva York en 1900, en el seno de una familia formada por Moses/Morris Krantz y Sarah Lefkowitz, matrimonio judío de origen austríaco y húngaro. Gracias a su físico de galán, fue descubierto casualmente para el cine después de desempeñar diversos oficios. A su llegada a Hollywood, el fenómeno de Rodolfo Valentino (1895-1926) se encontraba en su pleno apogeo, de ahí la decisión de los productores de cambiarle nombre y origen (español), con la intención de convertirlo en un nuevo latin lover al más puro estilo del propio Valentino, Ramón Novarro (1899-1969) o Antonio Moreno (1887-1967).


Ricardo Cortez (1900-1977)

De la misma manera Noel Madison (1897-1975), tras estudiar en París, Lausanne y Londres, donde debutó sobre los escenarios teatrales especializándose en personajes sofisticados, la verdadera antítesis de los gánsteres que solía interpretar para la gran pantalla. Fue hijo del apreciado actor de carácter Maurice Moskovicht (1871-1940). 



Noel Madison es Magnus Klauber

Tal vez sus antecedentes en el mundo de los dibujos animados pudieran influir en el tratamiento que Gregory La Cava concedió a determinadas escenas de "La melodía de la vida", exagerando y satirizando ciertos rasgos de la personalidad de sus personajes para agudizar todavía más su crítica social de aquellos que solo persiguen el éxito y el dinero en la vida.

Dentro de las entrañables anécdotas de esta película destacamos una que tal vez pudiera pasar desapercibida al espectador: el Doctor Klauber y uno de sus pacientes convaleciente visten exactamente el mismo albornoz en dos escenas bien diferentes.



La ambición excesiva y el desorbitado individualismo son los peores aliados de la franca fatuidad de los vanidosos. Para algunos críticos especializados en la cinematografía de Gregory La Cava, la necesidad de anteponer la felicidad y los ideales personales a la búsqueda obsesiva del bienestar económico constituyen una constante en sus películas: "Risa y dinero" (1931), "American Bluff" (1932), "Lecho de rosas" (1933), "Sucedió una vez" (1935), "La muchacha de la 5ª Avenida" (1939), "Una dama en apuros" (1942) o "Vivir a lo grande - La gran vida" (1947).

LA MELODIA DE LA VIDA

Estamos ante una película coral, en la que todos y cada uno de los personajes poseen caracteres particulares perfectamente definidos. Las decisiones del protagonista fluctúan entre la impronta familiar, especialmente de la matriarca y el ambicioso hermano mayor (que precisamente conoció muy de cerca la dureza de la vida en las calles del gueto mientras su ejemplar hermano se enfrascaba en los libros), y el influjo de la frágil Jessica (Dorothy Gray en la infancia, Irene Dunne en la vida adulta), afectada por una cojera crónica como secuela de una enfermedad en la columna vertebral.



Irene Dunne es Jessica

Esa vocación infantil que incluso lleva a pequeño Félix a reparar las muñecas rotas de su hermana, como si de un mágico médico de juguetes se tratase, se afianzará con el tiempo tras una primera elipsis en la que nunca veremos ni una sola escena de su etapa de formación como estudiante de Medicina o médico en prácticas.

La maestría del director y su equipo se demuestra en las escenas preparatorias de los quirófanos, impolutos y sin ni siquiera una mancha de sangre, incluso después de haber realizado una compleja intervención de neurocirugía.

CONSIDERACIONES MÉDICAS

Félix niño pregunta a su madre por qué se enferman las personas. La matriarca achaca las causas a la pobreza, la alimentación deficiente y la falta de descanso. Un ejemplo que llega a ser cómico es la indigestión que sufre el padre después de comer demasiados arenques, que llegaban al plato después de haber sido adquiridos en carros de venta callejeros, sin las más mínimas garantías sanitarias.

Por otra parte, en aquella época muchos ciudadanos estadounidenses no disponían de los medios económicos necesarios para asegurarse unos cuidados sanitarios mínimos. Hasta donde lograban alcanzar, la filantropía y la beneficencia se encargaban de ello, como probablemente lo harían de la institución para niños ciegos donde enseña Jessica en la película. En la actualidad, la sanidad en los EEUU es demasiado cara y poco eficiente.



Irene Dunne y Dorothy Gray

La American Medical Association (AMA), una organización de médicos fundada en 1847, era la encargada de dictaminar los estándares uniformes para la educación, el entrenamiento y la práctica médica de los médicos desde 1910. En ese mismo año, el presidente republicano William H. Taft cedió a las reivindicaciones de la todopoderosa AMA, lo que en la práctica se tradujo en un oligopolio capaz de cerrar todas las escuelas médicas privadas, las que admitían negros y mujeres o no impartían la enseñanza de la Medicina más ortodoxa.

Consecuencia de esta reducción, los doctores profesionales pasaron a controlar el precio de la asistencia médica, y por ende, el de sus propios salarios. En "La melodía de la vida" contemplamos cómo Magnus critica a Félix por cobrar de 50 centavos a un dólar por realizar visitas a domicilio en las que además tenía que subir 3 ó 4 pisos.

En 1925 Calvin Coolidge, otro presidente republicano, creó el monopolio de los medicamentos bajo prescripción médica al permitir la patente de determinados fármacos. En "La melodía de la vida", además de curar la indigestión paterna con polvos de soda (bicarbonato sódico), en ningún momento constatamos cómo los pacientes adquieren los medicamentos que necesitan. Simplemente vemos al médico darles alguna receta con las indicaciones para su administración.

Como colofón podemos afirmar que casi 100 años después, la moraleja de esta película continúa vigente.

No hay comentarios: