"Siento mal sabor de boca ahí afuera. Aluminio, ceniza, como si pudiera oler la psicosfera"
Detective Rust Cohle (Matthew McConaghey) en "True Detective"
Anteriormente, dentro de este mismo blog, nos hemos referido a la metacualona, a propósito de "El lobo de Wall Street" (Martin Scorsese, 2013), droga comercializada como Quaalude® en Estados Unidos durante los años setenta.
Este nombre comercial es una abreviatura de las palabras quiet interlude, que se podrían traducir como "interludio tranquilo", si bien existen otras comenclaturas como "Mandrax", "Sopor", "Malsed" o "Renoval", que hace décadas dejaron de sintetizarse de manera legal en la mayoría de los paises.
Se trata de un hipnótico-sedante prescrito inicialmente como ansiolítico y somnífero, pero cuya apresurada popularización en ambientes recreativos (culturas hippie y glam rock) la convirtió en un símbolo del hedonismo y la decadencia de una época; sin embargo, su prohibición en 1984 la relegó a la categoría de droga de culto.
Su sobredosis provoca una depresión manifiesta de los sistemas nervioso, respiratorio y circulatorio, desencadenando signos y síntomas como hipertonía muscular, convulsiones, naúseas y vómitos, síndrome confusional agudo e incluso el coma y la muerte.
A pesar de su desuso médico, su huella cultural ha perdurado en el cine y la televisión. Uno de los ejemplos más sugerentes aparece en "True Detective" (HBO, 2014), donde el personaje del detective Rust Cohle (Matthew McConaughey) la menciona y la consume junto a otras drogas, como parte de su afligida biografía marcada por los excesos y las tinieblas.
RUST COHLE
Interpretado magistralmente por el galardonado protagonista de "Dallas Buyers Club" (Jean-Marc Vallée, 2013), es un detective atormentado, misántropo y nihilista cuya vida profesional y personal (bajo el recuerdo constante y permanente de la pérdida de su pequeña hija de 3 años, atropellada en un accidente de tráfico, y su posterior divorcio), han sido dinamitadas por múltiples traumas.
Matthew McConaughey es el detective Rust Cohle
Después de trabajar durante años como infiltrado de la D.E.A. en las peligrosas redes de narcotráfico operativas en el sur de Texas (EEUU), expuesto a un entorno constante de angustia y violencia extrema, menciona en varias ocasiones haber recurrido a sustancias como el LSD, la marihuana, las anfetaminas, la cocaína y la metacuolona.
También existe una mención expresa a la fenciclidina o PCP (siglas de su abreviatura inglesa), popularmente conocida como polvo de ángel, píldora de la paz o hierba mala (cuando se consume conjuntamente con marihuana), es una potente droga disociativa que puede causar alucinaciones, paranoia, agresividad y una marcada desconexión con la realidad.
Se emplea como anestésico, y posee efectos alucinógenos y neurotóxicos. Puede causar ataques epilépticos, coma, adicción y un incremento del riesgo de suicidios.
Su uso recreativo se ha relacionado con comportamientos violentos e impredecibles Al interrumpir su consumo, pueden aparecer fenómenos de flashbacks, en los que el usuario siente los efectos de la droga aunque no la esté consumiendo.
En la serie contemplamos como el detective Cohle sufre fenómenos alucinatorios que pudieran ser una secuela de su antiguo consumo de PCP.
Pero hay dos personajes secundarios especialmente relacionados con esta sustancia: el primero es el villano Reggie Ledoux (Charles Halford), que dentro del ambiente depravado de drogas, incestos, pedofilia, desapariciones y asesinatos, se dedica a la producción de metanfetamina, mezclando además PCP con otras sustancias psicotrópicas.
Charles Halford es Reggie Ledoux
El segundo es Guy Francis (Christopher Berry), arquetipo de mísero White trash, que aparece en durante el episodio 3 tras ser detenido por cometer un doble homicidio en el asalto a una farmacia, para consumir drogas, entre ellas la fenciclidina.
Christopher Berry es Guy Francis
Durante su interrogatorio se muestra sudoroso, angustiado y paranoico, con un discurso inconexo y delirante, aportando pistas sobre Carcosa y el Rey Amarillo, símbolos que concentran la perversa locura que se encuentra detrás de todos los crímenes investigados por los detectives Cohle y Hart.
CINEFILIA
Matthew McConaughey nació en 1969 la pequeña ciudad de Uvalde (Texas), tristemente famosa por la masacre ocurrida en la Escuela Primaria Robb en 2022, tras el tiroteo iniciado por Salvador Rolando Ramos, un joven de 18 años, y donde murieron 21 personas y otras 17 resultaron heridas. Finalmente, el asesino fue abatido por una Unidad Táctica de la Patrulla Fronteriza de los EE.UU. (BORTAC)
Salvador Rolando Ramos
Retomando la serie televisiva, el magnífico guión de Nic Pizzolatto se centra en las tribulaciones de uno de sus protagonistas, en contraposición a las de su compañero el detective Marty Hart (extraordinario Woody Harrelson), después de una prolongada inmersión en el proceloso submundo de la autodestrucción por el alcohol y las drogas, donde destaca su especial predilección por el whisky irlandés Jameson® y la cerveza Lone Star@
Woody Harrelson es el detective Marty Hart
El uso de estas sustancias desempeña una función narrativa y simbólica en la construcción de este personaje, en su ideología y en su comportamiento.
En primer lugar, por su verosimilitud histórica: la mención de una droga específica, en este caso la metacuolona, aporta autenticidad a la trama al situarla dentro de un contexto social donde circulaba realmente, como podemos comprobar en los sórdidos escenarios de los clubes de striptease y los prostíbulos clandestinos de un estado de Luisiana miserable, pantanoso, decadente, atrasado y rural.
La dirección de fotografía, a cargo de Adam Arkapaw, es responsable de la unidad cromática y del sombrío estilo visual de la serie, inspirado en las fotografías del libro "Petrochemical America" (Richard Misrach, 2012) que documenta el "Corredor Químico" a lo largo del río Mississippi en Luisiana.
MELOMANÍA
Además de la mención destacada a la banda sonora de la serie, obra de T-Bone Burnett, en el álbum "Alladin Sane" (David Bowie, 1973) podemos escuchar una referencia específica de la metacuolona en la canción "Time", quizás intentando evocar una atmósfera lírica decadente donde el consumo excesivo de drogas y alcohol se promocionaba para combatir el insomnio o evadirse de la monótona realidad.
Similares referencias a este sustancia pueden escucharse en la canción "Pygmy Twylyte" del iconoclasta Frank Zappa, grabada en diferentes ocasiones por este músico y su banda.
Tal vez uno de los mayores logros de la 1ª temporada de "True Detective" sea precisamente sea imagen devaluada de un detective al más puro estilo de aquel "Teniente corrupto" (Abel Ferrara, 1992), protagonizado por Harvey Keitel, testigo obligado de demasiados crímenes y tragedias, sobreviviendo siempre al borde de su autodestrucción.
Cuando años más tarde es nuevamente entrevistado por el detective Gilbough (Michael Potts) y el detective Papania (Tory Kittles) indagando en sus anteriores investigaciones, la aparentemente superada toxicomanía de Rust Cohle refuerza su imagen de superviviente, aunque todavía persistan sus excesivos hábitos etílicos y tabáquicos (un incondicional de la marca Camel®)
Por último, el Quaalude®, relacionado con una cultura de excesos y descontrol, funciona como el anestésico emocional que Rust Cohle intenta conseguir a toda costa para narcotizar su intenso padecimiento emocional.
Christian Szell (Laurence Olivier) a Thomas Babe Levy (Dustin Hoffman) en "Marathon Man" (John Schlesinger, 1976)
En marzo de 2016, la periodista Isabel Ibáñez de El Correo se preguntaba si el odontólogo holandés Jacobus Van Nierop habría visto en su día la película "Marathon Man" (John Schlesinger, 1976), un vibrante thriller policíaco que combina atletismo, intriga, diamantes, amor y antiguos jerarcas nazis.
Van Nierop se instaló en 2008 en la pequeña localidad francesa de Château-Chinon, de unos 3000 habitantes, situada en el corazón del departamento de la Nièvre, en la región de Borgoña-Franco Condado. En un principio, sus paisanos lo recibieron con los brazos abiertos, pues acudiendo a su consulta se ahorrarían las largas distancias que anteriormente debían recorrer para solucionar sus problemas dentales.
Jacobus Van Nierop
Pero nada más lejos de la realidad. Durante 4 años acumuló más de 120 denuncias por los daños y mutilaciones que provocaba intencionadamente a sus pacientes. Según la fiscalía, este sádico dentista sentía placer destrozando las dentaduras de sus clientes.
Fugado a Canadá, fue detenido en septiembre de 2014 cuando intentaba suicidarse. Finalmente, en 2016 fue condenado a 8 años de prisión, a una indemnización de 10500 euros y a la inhabilitación permanente para el ejercicio de su profesión.
COMO FABRICAR UNA PELÍCULA TAQUILLERA
Con un presupuesto inicial de 6 millones y medio de dólares, este film llegó a recaudar casi 22 millones de dólares.
Parte de este éxito se debe al equipo de producción, con el mítico Robert Evans a la cabeza, responsable de otras renombradas cintas como "La semilla del diablo" (Roman Polanski, 1968), "Love Story" (Arthur Hiller, 1970), "El Padrino" (Francis Ford Coppola, 1972) y "Chinatown" (Roman Polanski, 1974).
Robert Evans (1930-2019)
Como anécdota literaria, en las primeras páginas de la novela "Marathon Man" (William Goldman, 1976) podemos leer algunas referencias a los best sellers de la época: "Love Story" (Erich Segal, 1970) y "El padrino" (Mario Puzzo, 1969)
CINEFILIA
"La oferta" (Leslie Greif, Michael Tolkin, 2022) es una miniserie de TV que nos presenta las peripecias del productor Albert S. Ruddy (Miles Teller) y del entonces todopoderoso ejecutivo de la Paramount, Robert Evans (Matthew Goode), que precisamente jugó un papel determinante en la gestación de la galardonada "El Padrino".
Se trata de un magnífico retrato sobre la producción de las grandes películas de los años 70.
Retomando los prolegómenos de "Marathon Man", los productores Robert Evans, Sidney Beckerman y George Justin adquirieron los derechos de la novela homónima de William Goldman, asimismo guionista de este film.
Para dirigirla escogieron a John Schlesinger, el director británico encumbrado a la cima de la popularidad por "Cowboy de medianoche" (John Schlesinger, 1968), y destacado anteriormente por sus trabajos "Darling" (John Schlesinger, 1965) y "Domingo, maldito domingo" (John Schlesinger, 1971).
Una simpática imagen del rodaje de "Marathon Man" (John Schelesinger, 1976)
Tampoco escatimaron a la hora de elegir el reparto: Dustin Hoffman como Thomas Babe Levy, un consagrado representante de El Método del Actors Studio que encarna a un atormentado estudiante de historia aspirante a corredor de maratón, y que ya había trabajado con Schlesinger en "Cowboy de medianoche"; Sir Laurence Olivier, recuperado del ostracismo profesional para encarnar al malvado odontólogo nazi Dr. Christian Szell; el atlético y elegante Roy Scheider como Henry Doc Levy, el enigmático hermano mayor del protagonista, un duro implicado en una oscura red de traficantes de diamantes; y la bella actriz suiza Marthe Keller, en el papel de la desleal Elsa Opel.
Marthe Keller es Elsa Opel
Roy Scheider era entonces una una rutilante estrella del cine de acción gracias a sus intervenciones como Frank Legourin en "Klute" (Alan J. Pakula, 1971) y como el detective Buddy Cloudy Russo de "The French Connection - Contra el imperio de la droga" (William Friedkin, 1971), interpretación por la que fue nominado al Óscar como mejor actor de reparto.
Más tarde llegaría su consagración definitiva como el inolvidable jefe de Policía Martin Brody en "Tiburón" (Steven Spieldberg, 1975) o el iconoclasta coreógrafo Joe Gideon de "All That Jazz - Empieza el espectáculo" (Bob Fosse, 1979), para nosotros su más lograda interpretación, por la que fue asimismo nominado al Óscar como mejor actor.
Roy Scheider y Dustin Hoffman son los hermanos Levy
Según los productores, solamente la recreación de una planta depuradora de aguas de Nueva York en dos platós de los estudios de la Paramount, les forzó a invertir 6 meses de trabajo y más de 2 millones de dólares del presupuesto.
Cuando aceptó el papel de Szell, Sir Lawrence Olivier se encontraba gravemente enfermo de cáncer. Lo hizo para dejarle a su mujer y a sus hijos una notable suma de dinero, porque los médicos le habían pronosticado apenas 6 meses de vida.
Dicha interpretación debió resultar terapéutica, pues este genial actor falleció 13 años más tarde.
¿JOGGING, FOOTING O RUNNING?
Profanos en las carreras pedestres, solemos identificar estas tres palabras con la misma actividad física. Pero los expertos destacan sus diferencias.
El jogging es una carrera de baja intensidad, lenta y pausada, que nos permitiría mantener una conversación con un amigo mientras corremos. Más que una modalidad deportiva, es una manera de realizar ejercicio físico. Al parecer este corretear se puso de moda en Nueva Zelanda en los años 60.
Empleando este tipo de entrenamiento de larga a baja intensidad, el entrenador Arthur Lydiard consiguió que uno de sus discípulos, Peter Snell (1938-2019), ganara el oro olímpico en los 800 (Roma 1960 y Tokio 1964) y los 1500 metros (Tokio 1964).
Peter Snell (1938 - 2019)
Tras estas hazañas deportivas, el jogging comenzó a recomendarse a pacientes con sobrepeso para mejorar su condición física, incluso después de que algunos hubieran sufrido eventos cardíacos.
Esta moda llegó a los EE:UU: de la mano de Bill Bowerman, el fundador de la marca deportiva Nike.
Bill Bowerman (1911-1999)
La palabra footing apareció en Francia en los años 80: significa correr a velocidad moderada al aire libre, intentando mantener el equilibrio y la comodidad respiratoria. Su duración no es fija, pero generalmente se practica entre 20 minutos y una hora.
Se usa a menudo para conservar una buena condición física, y también se recomienda en los programas de ejercicios para perder peso.
Michael Douglas es Michael Andropolis en "Running" (Steven Hilliard Stern, 1979)
Por último, el running es una práctica de carrera más intensiva, generalmente con la intención de competir, empleada para designar a los corredores habituales, que portan cronómetros y modernas aplicaciones que les permiten evaluar el recorrido realizado y compararlo cotidianamente. Las distancias recorridas por los runners suelen ser superiores y a velocidades de entre 12 y 15 Km/hora.
CINEFILIA
Artista de la improvisación interpretativa, para preparar su papel Dustin Hoffman solía correr entre 3 y 6 Km diarios, además de saltar a la comba durante aproximadamente una hora. Para aparecer jadeante en varias escenas de la película, corría previamente entre 750 y 1000 metros.
Dustin Hoffman es Thomas Babe Levy
Ya había demostrado anteriormente su excelente capacidad corredora en "El graduado" (Mike Nichols, 1967). Y todo ellos a pesar de los casi 40 años de edad que contaba cuando se rodó "Marathon Man".
Podríamos definir entonces a su personaje como el de un runner universitario apasionado que entrena por las calles de Nueva York y Central Park, que gracias a esta cualidad consigue escapar con vida de sus captores, admirador del malogrado maratoniano atleta etíope Abebe Bikila, bicampeón olímpico en Roma 1960 y Tokio 1964, donde llegó primero a la meta corriendo descalzo. Las imágenes en tonos sepia de su gesta se entremezclan entre las escenas de la película, y sus fotografías cuelgan de las paredes destartaladas del caótico apartamento de Babe Levy.
Abebe Bikila (1932-1971)
Al respecto existen ciertas diferencias entre el Babe Levy protagonista de la película y el del libro, en este caso un joven alto y desgarbado, gran admirador de Paavo Nurmi, "el finlandés volador", 22 veces plusmarquista mundial en carreras de media y larga distancia y ganador de 12 medallas olímpicas (9 oros y 3 platas, entre 1920 y 1928).
Paavo Johannes Nurmi (1897-1973)
Asimismo, el final de la novela no coincide con el elegido para la película: Babe Levy no mata a Szell a sangre fría, sino que este muere accidentalmente al caerse por la escaleras metálicas de la depuradora de aguas y clavarse accidentalmente el puñal que portaba en su macabra pulsera retráctil.
Robert Towne (1934-2024)
Dicha modificación el guión original le fue encomendada a Robert Towne, el elogiado guionista de "Chinatown" (Roman Polanski, 1974)
MÁS CINEFILIA
"La soledad del corredor de fondo" (Tony Richardson, 1962), con guión de Alan Sillitoe a partir de una adaptación de su propio cuento homónimo, es una película dramática británica del genero coming-of-age.
Cuenta la historia del joven rebelde Colin Smith (Tom Courtenay), que obtiene privilegios en el reformatorio donde ha sido ingresado por robar en una panadería, gracias a su destreza atlética como corredor de fondo.
EL PÁNICO AL DENTISTA
Indudablemente, el estreno de esta película y sus famosas escenas del sádico dentista provocaron una ola de odontofobia.
William Goldman (1931-2018)
El propio William Goldman, autor de la novela que inspiró esta cinta, relata que durante el estreno en una sala de cine de Times Square, muchos espectadores abandonaron sus butacas para regresar una vez finalizadas las escenas del dentista.
Goldman ganó dos Óscar: uno por el mejor guión original por "Dos hombres y un destino" (George Roy Hill, 1969) y otro por el mejor guión adaptado, por "Todos los hombres del presidente" (Alan J. Pakula, 1976), donde Dustin Hoffman encarnaba al periodista Carl Bernstein, que junto a su compañero Bob Woodward destapó en su día el escándalo Watergate.
Por su parte, el productor Robert Evans ha relatado que dichas escenas fueron recortadas, y que incluso pensaron en suprimirlas porque temían el rechazo del público y el fracaso en taquilla.
Sir Lawrence Olivier es el malvado odontólogo nazi Dr. Christian Szell
Además la inquietante banda sonora compuesta y dirigida por Michael Small contribuye al desasosiego general que provoca este film.
La odontología es una especialidad médica que suele generar cierta aprensión entre muchas personas. Y qué mejor excusa para seguir avivando el fuego que un refinado dentista nazi torturando a un inocente estudiante universitario de origen judío.
Según el propio Sir Lawrence Olivier, sus meticulosos movimientos en las escenas del dentista fueron inspirados por el jardinero y su delicada manera de podar las rosas del jardín en la casa de invitados de Robert Evans que ocupó durante el rodaje.
Esta mezcla de respeto y miedo se ha reflejado en la cultura popular; y el cine no podía mantenerse al margen. El instrumental y los procedimientos odontológicos han servido para desatar la risa e infundir el terror, desde "Charlot, falso dentista" (Charles Chaplin, 1914), a propósito del uso sedativo del óxido nitroso o gas hilarante, hasta la espeluznante "El dentista" (Brian Yuzna, 1996), por ejemplo.
La destreza con el taladro dental del despiadado Dr. Szell, Der Weiße Engel, antiguo oficial del campo de exterminio de Auschwitz y criminal de guerra, el ángel blanco, por su apariencia y frialdad, resulta arquetípica a la hora de atormentar al protagonista; provoca incluso la repugnancia de uno de sus esbirros, Erhard (Marc Lawrence), incapaz de contemplar el suplicio y soportar los alaridos de dolor de la víctima indefensa.
La cruda elección entre el dolor y el bienestar, representando por el taladro y el aceite esencial de clavo, buscando una confesión sobre los diamantes ocultos.
Durante el rodaje de todas estas escenas, una de las mayores preocupaciones de Sir Lawrence Olivier era causarle daños involuntarios a su compañero de reparto.
ACEITE DE CLAVO
Se trata de un aliado natural contra el dolor, por su contenido en eugenol, un fenilpropanoide natural con propiedades analgésicas y antisépticas, que se utiliza también en la elaboración de cementos dentales, en perfumería y como saborizante.
Se ha utilizado desde tiempos ancestrales, como remedio casero para calmar el dolor de dientes y muelas, dado que el eugenol actúa como un anestésico local que proporciona alivio temporal del dolor al reducir la inflamación y combatir infecciones bucales leves.
Este nexo entre la medicina tradicional y la moderna odontología se convierte en el contrapunto perfecto para las imágenes aterradoras de garfios y taladros, en la percepción peculiar que el cine traslada a los espectadores de la especialidad odontológica.
- "Esta es la peor crisis sanitaria desde el tabaco"
Dr. Tyrone Brower (Gary Oldman) en "Crisis" (Nicholas Jarecki, 2021)
En "Crisis" (Nicholas Jarecki, 2021) se entremezclan tres historias relacionadas con el tráfico de drogas, más concretamente oxicodona y fentanilo, causantes de una epidemia que en los EE.UU. ya se cobrado más vidas que las bajas militares contabilizadas en la Guerra de Vietnam.
Este director, productor y guionista neoyorkino es conocido por su interés personal en las estructuras de poder y corrupción, como ya demostró anteriormente en "El fraude" (2012).
En esta ocasión profundiza en uno de los dramas más devastadores del siglo XXI empleando una narrativa coral - como hizo en "Los confidentes" (2009) - para explicar con crudeza y ritmo de thriller los intereses cruzados entre la industria farmacéutica, las fuerzas del orden y las víctimas de esta guerra larvada contra las drogas.
Pero no se limita a mostrar solamente los síntomas de esta desequilibrio; se atreve a señalar a los responsables: farmacéuticas, autoridades regulatorias y universidades que, a cambio de donaciones y contratos de investigación, prefieren mirar hacia otro lado.
El propio director es también guionista de esta película, en la que desempeña un breve papel secundario como el agente de la DEAStanley Foster, abatido en un tiroteo contra un grupo de narcotraficantes.
Protagonizada por el camaleónico Gary Oldman, que también participa en este film como productor ejecutivo, en este caso encarnando al Dr. Tyrone Brower, un investigador universitario profundamente comprometido con la integridad científica y la salud pública; además participa el atlético Armie Hammer, de vuelta a la gran pantalla después de un escabroso affaire de supuestas adicciones al sexo y las drogas, como el sagaz agente de la DEAJake Kelly, junto a la atractiva Evangeline Lilly en el papel de la atormentada arquitecta Claire Reimann, clamando venganza tras la muerte de su hijo David (Billy Bryck) a manos de una oscura red canadiense de traficantes de opioides.
CINEFILIA
No debemos confundir este film con "Crisis" (Miguel Monteagudo, 2016), donde siete historias simultáneas se irán cruzando progresivamente para crear una tela de araña que intentará explicar la crisis socioeconómica española contemporánea.
MORTALIDAD POR OPIOIDES CON RECETA
En el año 1995 las prescripciones de opioides en EE.UU. fueron de 87 millones de prescripciones anuales dispensadas en oficinas de farmacia no hospitalarias (vs. 76 en 1991, 79 en 1992, 82 en 1993 y 85 en 1994)
Según datos oficiales, en EE.UU. las muertes relacionadas con opioides con receta médica pasaron de las 3442 de 1999 a las 17029 de 2017. Entre 2017 y 2019 el número de fallecimientos descendió a 14139, seguido por un ligero aumento en 2020, cuando se registraron 16416 defunciones. En 2022, las muertes por esta causa descendieron a 14716.
Respecto al fentanilo, este tipo de decesos ha ido ascendiendo de manera constante desde 2014.
Según datos de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), sólo en más de 112.000 personas murieron por sobredosis en EE. UU., y el 75% de esos casos estuvieron relacionados con opioides sintéticos.
El New England Journal of Medicine lleva advirtiendo desde hace años que el fentanilo representa la nueva fase de esta epidemia, porque es hasta 100 veces más potente que la morfina, y su tráfico mucho más difícil de controlar debido a su naturaleza sintética y su producción clandestina.
En diciembre de 2021, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) alertaba sobre una inquietante noticia: el desmantelamiento de un laboratorio clandestino en México donde fueron hallados 118 kilos de pasta de fentanilo. Estas autoridades estimaron que de cada kilogramo de este producto se podrían fabricar hasta 1 millón de tabletas de fentanilo.
La lectura de este descubrimiento es clara: la producción il´ñicita de opioides sintéticos está alcanzando una escala industrial, con dramáticas implicaciones para la salud pública mundial.
Desde 2019, las píldoras falsificadas de fentanilo se han disparado más de 430 %, una tendencia que coincide con la creciente implicación de cárteles mexicanos en la cadena de producción y distribución.
Ya no se trata solamente del tráfico de polvo o sustancias puras: ahora se manufacturan tabletas que imitan medicamentos recetados, como oxicodona, hidrocodona o alprazolam, pero que en realidad contienen dosis letales de fentanilo o incluso mezclas con metanfetamina.
En 2021, las autoridades estadounidenses incautaron más de 9,5 millones de píldoras falsificadas que contenían fentanilo o metanfetamina. Ese mismo año, la DEA emitió una alerta de seguridad pública sin precedentes, advirtiendo sobre la letalidad extrema de estas pastillas, muchas de las cuales llegan al consumidor bajo la falsa apariencia de medicamentos seguros.
La adicción al fentanilo se ha convertido en la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 45 años, convirtiéndose en uno de los factores principales de la histórica reducción de la esperanza de vida en ese país.
Hasta 2019, China fue la principal fuente de fentanilo terminado para el mercado ilegal de Estados Unidos. Sin embargo, ese mismo año, el gobierno chino incluyó todos los derivados del fentanilo en su lista de narcóticos prohibidos.
No obstante, esta medida no detuvo la llegada del fentanilo, ya que la prohibición se limitó a la producción de su versión final, lo que abrió una nueva vía: la fabricación de los precursores químicos necesarios para sintetizarlo.
De esta manera, burlando la ley, empresas chinas fabrican prácticamente todos los precursores ilícitos de fentanilo. Grupos criminales mexicanos adquieren estas sustancias para posteriormente sintetizar el fentanilo final e introducirlo de contrabando en los EE.UU.
UNA CRISIS REAL
A bombo y platillo, la empresa farmacéutica Purdue Pharma lanzó al mercado en 1996 OxyContin®, la forma de liberación controlada de oxicodona, un potente analgésico con el doble de potencia que la morfina, para el tratamiento del dolor moderado - intenso.
Esta empresa, controlada por la todopoderosa familia Sackler, consiguió una oleada de prescripciones médicas que originó en poco tiempo una profusión de adicciones masivas.
La FDA aprobó esta forma de liberación controlada de oxicodona con una ficha técnica en la que se decía que el riesgo de adicción iatrogénico era muy raro y que la absorción retardada reducía el riesgo de abuso.
En el momento de su aprobación, la FDA consideró que la formulación de liberación controlada de OxyContin tendría un menor potencial de abuso, ya que el principio activo se absorbía más lentamente y no habría un pico que promoviera el abuso.
La propia FDA se basó en el histórico de productos similares (como por ejemplo MST Continus®) utilizados desde 1987 sin que hubiera un número significativo de reportes de efectos adversos por mal uso o abuso. Aún así, la FDA advirtió del riesgo de abuso en la ficha técnica del fármaco.
CINEFILIA
La miniserie televisiva "Medicina letal" (Peter Berg, 2023), distribuida por Netflix y creada por Micah Fitzerman-Blue y Noah Hapster, expone la crisis de opioides desatada en los EE.UU. empleando una narrativa basada en hechos reales.
Los Sackler en "Medicina letal" de Netflix
Su trama central sigue tres líneas narrativas:
Richard Sackler (Matthew Borderick), heredero y presidente de Purdue Pharma, cuya pérfida estrategia de marketing oculta el potencial adictivo de su producto farmacéutico estrella.
Edie Flowers (Uzo Aduba), la abogada del fiscal que destapa el desorbitado incremento de prescripciones de oxicodona y el fraude institucional que este hecho supone.
Glen Kryger (Taylor Kitsch) y Shannon Shaeffer (West Duchovny/Dina Shihabi), que encarnan a las víctimas en su doloroso tránsito desde la prescripción a la adicción.
Cada episodio comienza con un alegato de los familiares reales de las víctimas, en un intento de destacar que aunque estamos ante una obra de ficción, está inspirada en episodios reales.
Simplemente recordar que muchos de estos pacientes, tras desarrollar dependencia a los opioides, se vieron obligados a consumir versiones más baratas y letales, como la heroína o el fentanilo ilegal.
Los guionistas se basaron en dos fuentes principales.
El artículo de The New Yorker"The Family That Built the Empire of Pain"(Patrick Radden Keefe).
El libro "Pain Killer: An Empire of Deceit and the Origin of America´s Opioid Epidemic" (Barry Meier)
Patrick Radden Keefe es además el autor de "El imperio del dolor" (2021), un referente clave para comprender el origen, desarrollo y consecuencias de la epidemia de opioides estadoundiense. Y todo ello a través del prisma de una de las familias más influyentes y polémicas, los Sackler.
A lo largo de más de 600 páginas, este autor desgrana en tres partes los orígenes y trayectoria de estos magnates de la industria farmacéutica y a su vez mecenas destacados del mundo del arte y la cultura:
La construcción del prestigio, personalizada en la figura de Arthur M. Sackler, médico psiquiatra, pionero en publicidad farmacéutica y patriarca de la estirpe, quien ya en los años 50 revolucionó la promoción de famosos medicamentos, como por ejemplo Betadine®, Valium® y Librium®. Aunque falleció antes del lanzamiento de OxyContin®, su legado de marketing fue desarrollado más tarde por sus herederos.
El ascenso de Purdue Pharma, fundada por su hermanos y sobrinos, que en 1996 promociona el OxyContin® empleando una táctica de ventas agresivas, grandes incentivos a los médicos prescriptores y mensajes engañosos sobre el potencial adictivo de este medicamento, alcanzando un éxito comercial sin precedentes que llegó a generar ganancias de más de 35000 millones de dólares.
El colapso moral y legal, a raíz de las demandas, investigaciones, y acuerdos extrajudiciales que llevaron a la quiebra de Purdue Pharma. Y aunque la empresa fue condenada, ningún miembro de la familia Sackler fue a prisión. Tras años de litigios, Purdue Pharma accedió en 2021 a indemnizar a las víctimas con mas de 6000 millones de dólares, como parte de un acuerdo que trataba de evitar una sucesión de millonarios pleitos
Asimismo, todas estas historias han inspirado "Dopesick" (Barry Levinson, Michael Cuesta, Patricia Riggen, Danny Strong, 2021), la miniserie de TV de 8 episodios que describe la epidemia de adicciones a opioides desde otra versión quizás más profunda, sobria y realista.
Escrita por Danny Strong y producida por Hulu (disponible en Disney+ en España y Latinoamérica) es una adaptación del libro "Dopesick: Dealers, Doctors and the Drug Company that Addicted America" (Beth Macy, 2018), tal vez uno de los retratos más crudos, bien documentados y emocionalmente impactantes de esta crisis adictiva.
Este serial televisivo se articula sobre cuatro ejes principales:
Purdue Pharma y los Sackler: contemplamos esta multinacional farmacéutica manipuló desde los años 90 datos científicos, presionó a los médicos y engañó a las autoridades sanitarias para conseguir la comercialización de OxyContin®, una solución milagrosa para el tratamiento del dolor crónico.
El Dr. Samuel Finnix (Michael Keaton, ganador de un Emmy y un Globo de Oro al mejor actor), un medico honesto de una comunidad minera de Virginia (EE.UU.) que comienza a recetar OxyContin® desconociendo que está condenando a sus pacientes, y a si mismo, a una terrible adicción.
Las víctimas, en este caso jóvenes como Betsy Mallum, una trabajadora que comienza a tomar este medicamento tras una lesión laboral. Su historia representa la de millones de pacientes que se convirtieron en adictos en pocas semanas.
Los investigadores, un equipo del Departamento de Justicia y de la DEA que intentan detener el imparable ascenso de Purdue Pharma, pero que para ello deben enfrentarse a una serie de firmes obstáculos legales, económicos y políticos. En este aspecto, esta serie evidencia cómo la complicidad institucional permitió que la epidemia avanzara sin freno ni control.