sábado, 11 de marzo de 2023

RECUERDA

 

"Nuestra historia se basa en el psicoanálisis, el método mediante el cual la ciencia moderna trata los problemas emocionales del hombre. El psicoanalista solo pretende inducir al paciente a hablar de sus problemas ocultos, con el propósito de abrir las puertas cerradas de su mente. Tan pronto como los complejos que han estado inquietando al paciente salen a la luz y se interpretan, la enfermedad y la confusión desaparecen, y los demonios de la locura son expulsados, del alma humana"...

Aún a riesgo de parecer contradictorios, sostenemos que "Recuerda" (Alfred Hitchcock, 1945), la octava obra de la etapa americana del magistral cineasta británico, no es una película dedicada en exclusiva al psicoanálisis

Más bien, esta teoría pudo servirle como herramienta para desarrollar en su filmografía cómo ciertos trastornos mentales pueden determinar el comportamiento de las personas, alcanzando su máxima expresión en la mítica enfermiza icónica "Psicosis" (Alfred Hitchcock, 1960).

El psicoanálisis está presente en diversos films del maestro del suspense:

  • El complejo de Edipo en "Psicosis" (1960) y "Los pájaros" (1963), así como la figura de la madre dominante en "Encadenados" (1946).
  • Los mecanismos de defensa ante la culpabilidad, presentes en "Recuerda" y en "Vértigo" (1958), donde el miedo a las alturas (disfunción psíquica) evita el recuerdo de un hecho angustioso, así como la negación de un hecho sucedido, con el protagonista empeñado en seguir enamorado de una mujer fallecida.
  • Eros y Tánatos: la pulsión amorosa vivida por la pareja de protagonistas de "Recuerda", frente al comportamiento autodestructivo del personaje masculino principal.

"Recuerda" es un thriller psicológico, con guión de Ben Hecht inspirado en la novela "La casa del Dr. Edwardes" (1972), de John Palmer y Hilary A. Saunders, escrita bajo el seudónimo de Francis Beeding, se fue modificando progresivamente mientras se desarrollaba el proyecto cinematográfico.

La producción corrió a cargo del todopoderoso David O. Selznick, uno de los estandartes de la Era Dorada de Hollywood, que por entonces estaba siendo tratado por la psicoanalista Dra. May E. Romm, debido a sus problemas relacionados con la ansiedad y el estrés.

Probablemente nos encontremos ante una de las películas menos valoradas de Alfred Hitchcock, incluso por sus condicionales, entre los que por supuesto contamos a François Truffaut.

Dentro de los aspectos técnicos de este film, destacamos la excelente música de Miklós Ròzsa, galardonada con el Óscar a la mejor banda sonora, y la excelente fotografía en blanco y negro de George Barnes, asimismo presente en "Rebeca" (Alfred Hitchcock, 1940), con imágenes de corte netamente expresionista.

Sin alcanzar las exitosas cumbres del triunvirato  "La ventana indiscreta" (1954), "Vértigo" (1958) y "Con la muerte en los talones" (1959), en "Recuerda" encontramos elementos característicos del maestro del suspense, como el falso culpable y la atractiva rubia protagonista, Ingrid Bergman como la psicoanalista Constance Pedersen, papel principal que repetiría un año más tarde en la excelente "Encadenados" (1946).

Como contrapartida, nos encontramos a Gregory Peck en el papel del atractivo Dr. Edwardes, en realidad un paciente amnésico llamado John Ballantyne.

Inicialmente, la acción se desarrolla en el exclusivo sanatorio Green Manor, en Vermont (EEUU), dirigido por el Dr. Murchison (Leo G. Carroll). 

Allí, la Dra. Constance Petersen (colosal Ingrid Bergman) recibe en su despacho a la Señorita Mary Carmichael (Rhonda Fleming). La psiquiatra fuma un cigarrillo, empleando una boquilla, un gesto impensable en la cinematografía actual. 


La Dra. Petersen atiende a Mary Carmichael en "Recuerda"

En esta escena asistimos a la primera censura a la teoría psicoanalítica, pues la paciente duda sobre los efectos terapéuticos que le puede reportar contar sus intimidades a la psicoanalista mientras se recuesta en un diván. La psiquiatra comenta que, durante las primeras sesiones, todos sus pacientes consideran inútil su terapia. La paciente, con experiencia previa en este tipo de tratamiento, insinúa que quizás su subconsciente se esté negando a curarse.

En líneas generales, es éste un concepto del psicoanálisis que define el lugar donde la mente humana almacena sus experiencias traumáticas, sus pulsiones y deseos reprimidos, sus miedos y preocupaciones más profundas, al margen de la consciencia. 

Cualquier gestión mental inadecuada podría originar patologías psiquiátricas como los trastornos de ansiedad y las fobias, por ejemplo.

El acceso a la información albergada en el subconsciente es complicado. Entonces, de manera inconsciente, podría expresarse mediante los sueños: experiencias traumáticas infantiles pueden aflorar a través de sueños relacionados con la misma, tal y como le ocurre el atormentado protagonista de esta película. 

De aquí la fructífera asociación entre el cine y el psicoanálisis, un verdadero filón para directores y guionistas, entre un arte tantas veces definidos como "la fábrica de los sueños", y una disciplina científica donde el mundo onírico posee capital importancia. En este aspecto, son excelsas las películas, tesis, tratados, foros y seminarios dedicados al estudio de esta particular relación.


Asimismo somos testigos de las discrepancias profesionales entre la Dra. Petersen, con amplia formación teórica pero escasa práctica, y el Dr. Fleurot (John Emery), ineludiblemente atraído por la belleza y la inteligencia de su joven colega, etiquetada como sentimentalmente distante e inexperta en el trato con los enfermos.

La entrega del testigo en la dirección del sanatorio psiquiátrico, que pasa de las expertas manos del Dr. Murchinson al brillante Dr. Edwardes (Gregory Peck) representa el pistoletazo de salida para un thriller negro donde el maestro del suspense alcanza nuevamente su esplendor.


La Dra. Petersen (Ingrid Bergman) y el supuesto Dr. Edwardes (Gregory Peck)

Suplantaciones de identidad, amnesia, pacientes que creen haber cometido crímenes de los que realmente son inocentes, como el atormentado Sr. Garmes (Norman Lloyd), junto al amor y las teorías psicoanalíticas, especialmente el concepto de culpabilidad, son empleadas con maestría por Alfred Hitchcock para componer una película donde no todo lo aparentemente real es cierto.

Así descubre la Dra Petersen el principal engaño: la firma de la nota enviada por el Dr. Edwardes no se corresponde con la presente en la dedicatoria de su tratado sobre la culpabilidad, un impostor al que atormenta la visión de unas rayas sobre el fondo blanco de los tejidos, capaz de colapsar en el quirófano mientras se interviene al Sr. Garmes a vida o muerte.

Pero ¿de quién se enamora la Dra. Petersen? ¿Del apuesto Dr. Edwardes, del verdadero especialista, autor de sabios tratados sobre psiquiatría, o del desvalido John Ballantyne, el enfermo al que trata de recuperar?

LA DOCTORA MAY E. ROMM

En los créditos iniciales de esta película descubrimos que la psiquiatra May E. Romm (1891-1977) fue la asesora técnica de Alfred Hitchcock durante el rodaje.

De origen ruso, arribó a los Estados Unidos en compañía de sus padres en 1903, graduándose con éxito en 1915 en el Women´s Medical College de Philadelphia.

Especializada en Psiquiatría y en Psicoanálisis, fue profesora de la Universidad de Columbia y ejerció su profesión en el Mount Sinaí Hospital, de Nueva York, así como en el Cedars of Lebanon Hospital, de Los Ángeles, después de mudarse en 1938, tras haber enviudado, llegando a ser la presidenta de las Sociedades Psicoanalíticas de Los Ángeles y del Sur de California.

Además, la Doctora Romm desempeñó sus labores asesoras en la inquietante "A través del espejo" (Robert Siodmak, 1946), un thriller psicológico representativo del cine negro, con Olivia de Havilland encarnando a las gemelas Terry y Ruth Collins, el sempiterno Lew Ayres como el Doctor Scott Elliot, y Thomas Mitchell en el papel del detective teniente Stevenson.

CINEFILIA

Existe un remake televisivo de 1984, protagonizado por Jane Seymour, Stephen Collins y Vincent Gardenia.

No confundir estas películas con "The Dark Mirror" (Charles Giblyn, 1920), un drama de terror donde también se entrecruzan las vicisitudes de las gemelas Priscilla Maine y Nora O´Moore (ambas interpretadas por la actriz Dorothy Dalton) y las pesquisas detectivescas del Doctor Philip Fosdick (Huntley Gordon).

EL PSICONALÍSIS COMO ESTRATEGIA POLICÍACA

Al igual que una sagaz detective en la procura de la verdad, la Dra. Petersen va sometiendo a su paciente y amante a una serie de interrogatorios con la finalidad de que recupere la memoria y así resolver el crimen y al desaparición del verdadero Dr. Edwardes.

Para ello, resulta esencial la colaboración del veterano Dr. Alexander Brulov (Michael Chekhov), psicoanalista y mentor de nuestra heroína, tenaz rival profesional del Dr. Edwardes, de cuyos métodos terapéuticos se muestra especialmente crítico.

Michael Chekhov (1891 - 1955)

CINEFILIA

Sobrino del mismísimo escritor y médico ruso Antón Chéjov, nacido Mijaíl Aleksándrovich Chéjov en San Petersburgo, desarrolló una dilatada carrera como escritor, actor, y director de teatro en su Rusia natal, Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos.

Fue discípulo del mítico Konstantin Stanislavski (1863-1938), cofundador del Teatro del Arte de Moscú, que llegó a considerarlo uno de sus mejores alumnos.

Por su papel como el psicoanalista Burlov en "Recuerda", fue nominado en 1946 al Óscar como mejor actor de reparto.

Como apunte histórico, recordamos la figura de Nicolái I. Osípov (1877-1934) como pionero de la implantación del psicoanálisis en Rusia. A finales de 1909 presentó el informe "La neurosis de angustia" ante la Sociedad de Neurólogos y Psiquiatras de la Universidad Imperial de Moscú, defendiendo la superioridad de la terapia psicoanalítica sobre la hipnosis, entonces muy en boga en Rusia, y que el mismo Osipov había practicado.

Tras la revolución soviética, discrepante con el nuevo sistema político, se exilió en Praga, siendo bien acogido y donde se le ofertaron diversos puestos docentes.

CINEFILIA

El protagonista presenta una quemadura en su antebrazo, que necesitó cirugía plástica con un injerto cutáneo para su curación. A lo largo de la película descubrimos que sufrió un accidente de guerra, mientras sobrevolaba Roma (Italia) en una misión del cuerpo médico del ejército de los EEUU.

Años más tarde, en "Vacaciones en Roma" (William Wyler, 1953), Gregory Peck encarnaría al periodista Joe Bradley, perdidamente enamorado la bella princesa Anna (Audrey Hepburn).

LOS SUEÑOS

En "Las doce vidas de Alfred Hitchcock. Anatomía del maestro del suspense" (2021),  el escrito Edward White afirma que el año en que el cineasta llegó al mundo, Sigmund Freud estaba trabajando en una de sus obras más importantes, "La interpretación de los sueños" (1900).

En "Recuerda", el Dr. Brulov desvela a su amnésico paciente que los sueños tratan de desvelar lo que su atribulada mente trata de ocultar. El problema es que lo hacen de manera desorganizada, como las piezas de un rompecabezas que es necesario resolver. Éste sería el papel fundamental del psiquiatra.

La secuencia onírica de esta película, ejecutada y filmada en estudio por William Cameron Menzies, se inspiró en las pinturas de Salvador Dali (1904-1989), su más famosa aportación al mundo del cine. 

La influencia del psicoanálisis y sus nuevas interpretaciones de la mente humana, el arte y la creatividad influyeron notablemente en el surrealismo de Dalí y André Breton.

Freud, según Dalí

En 1938, en Londres, Freud y Dalí se conocieron personalmente gracias a los escritores y amigos en común. Stefan Zweig y Edward James.


domingo, 19 de febrero de 2023

JEZABEL

 

Copia del cartel de 1938 Jezabel.  Protagonizada imagen 1

- "Bueno, dilo. ¿En qué estás pensando?

- En una mujer llamada Jezabel, que hizo el mal ante  Dios"...

Belle Massey (Fay Bainter) y Julie Marsden (Bette Davis) en "Jezabel" (William Wyler, 1938)

Cuando me preguntan por la mejor actriz de la historia del cine suelen meterme en un incómodo aprieto: ¿Katherine Hepburn o Bette Davis? Porque sobre gustos y colores no existen disputas. 

Indudablemente, si únicamente contabilizamos sus galardones, la palma se la llevaría la inolvidable protagonista de "La fiera de mi niña" (Howard Hawks, 1938) y otras maravillas parecidas: nada más y nada menos que 4 premios Oscar en su haber. Y todo ello reconociendo que asimismo existen grandísimos actrices, actores y directores de cine que nunca obtuvieron uno.


Katherine Hepburn (1907 - 2003)

Pero Bette Davis, con más de 100 películas en su dilatada carrera, recibió 10 nominaciones y dos preciadas estatuillas, considerando que casi siempre le tocó interpretar a personajes antipáticos y torturados, como la veleidosa Julie Marsden de "Jezabel" (William Wyler, 1938), papel por el que precisamente se llevaría uno de sus Oscar a la mejor actriz protagonista, repitiendo el galardón cosechado apenas 3 años antes, como Joyce Heath de "Peligrosa" (Alfred E. Green, 1935).

Anécdota cinéfila: el 19 de julio de 2001 éste Oscar de Bette Davis fue subastado por Christie´s alcanzando los 57800 dólares. El afortunado comprador fue Steven Spielberg, que inmediatamente donó la estatuilla a la Academia de Hollywood.

El interés médico despertado por esta obra maestra apunta a la presencia de una epidemia de fiebre amarilla transcurrida mientras se desarrolla esta ficción cinematográfica. 

Ambientada en la fastuosa Nueva Orleans de las grandes mansiones y las plantaciones criollas, durante la etapa que precedió de la Guerra de Secesión (1861-1865), cuando la urbe más poblada de Luisiana se había convertido asimismo en el mayor foco de fiebre amarilla de los EEUU, aniquilando de manera habitual al 8% de sus pobladores.

Hasta 1949, y entre 1865 y 1880, Nueva Orleans fue la capital estatal. Su puerto se convirtió en el punto neurálgico de la entrada y comercio de esclavos africanos en Estados Unidos. Simultáneamente, fue también la ciudad con un mayor número de ciudadanos afroamericanos libres.

Henry Fonda y Bette Davis son Preston Dillard y Julie Marsden

Precisamente, un suceso acontecido en el pomposo Gran Baile de Debutantes del Olympus, desencadenará la desdicha de la vanidosa Julie Marsden (Bette Davis), empeñada en vestir un atrevido traje de fiesta de color rojo (nos lo tenemos que imaginar, pues la película está rodada en blanco y negro), desafiando las estrictas  normas de la sociedad sureña que exigían el inmaculado color blanco en los trajes de las jóvenes solteras.

La separación entre Julie y su amado Preston Dillard (Henry Fonda), y su posterior reencuentro, provocará fatales consecuencias en una ciudad asolada por la fiebre amarilla.

Según la rumorología de Hollywood, tras romper su relación con el director William Wyler, duarante el rodaje de esta película Bette Davis y Henry Fonda mantuvieron un breve idilio. Hasta que se produjo una llamada telefónica de la esposa del actor, la malograda Frances Ford Seymour Fonda, por entonces embarazada de la futura actriz Jane Fonda.


William Wyler y Bette Davies durante el rodaje de "Jezabel"

El guión de esta película, un trabajo escrito conjuntamente por Clements Ripley, Abem Finkel y John Huston, inspirados por la novela de Owen Davis Sr, nos muestra cómo los habitantes de Nueva Orleans se enfrentaban a las epidemias de fiebre amarilla que asolaban periódicamente su ciudad, promulgando estrictas cuarentenas y confinando a los desdichados infectados en la isla de Lazarette, bajo el cuidado de religiosas y familiares, incapaces de abandonar a sus seres queridos ante un prácticamente ineludible trance mortal .


Julie (Bette Davis) cuidando de su amado enfermo Preston (Henry Fonda)

LA HISTORIA DE ISAAC H. CHARLES

Cuando en 1847 el joven Isaac H. Charles arribó a Nueva Orleans, ni siquiera evitó contagiarse de fiebre amarilla. Era la manera de alcanzar una inmunidad  para "aclimatarse". En otras palabras, adquirir un "bautismo de ciudadanía" que le permitiera integrarse en aquella sociedad.

Los recién llegados no inmunes se enfrentaban a múltiples dificultades para encontrar vivienda, trabajar, obtener préstamos bancarios e incluso casarse. Los magnates empresariales, selecto círculo al que pertenece el banquero Preston Dillard en esta película, solían contratar solamente a trabajadores capaces de sobrevivir a los nuevos brotes epidémicos. 

Inclusive los padres dudaban en casar a sus hijas con esposos que pudieran sucumbir a la fiebre amarilla.


La fiebre amarilla llamando a las puertas de la ciudadanía

De esta manera, los inmigrantes que acudían a la procura de trabajo y fortuna, se exponían a morir por culpa de la enfermedad, mientras los ricos abandonaban Nueva Orleans en verano, para residir en sus prósperas plantaciones agrícolas, donde los esclavos inmunes adquirían un 25% más de su valor.

Como apunte histórico, en el verano de 1800 la fiebre amarilla devastó y aterrorizó a la ciudad de Cádiz (España). A medida que la epidemia se iba extendiendo por la ciudad, se prohibió a sus habitantes que abandonaran sus límites, en una cuarentena eludida por las familias más adineradas y poderosas, que huyeron buscando refugio en sus mansiones veraniegas en la Isla de León, Chiclana o Puerto Real.

El vómito negro, síntomas de gravedad de la fiebre amarilla

Final feliz. Retomando al joven Isaac H. Charles, éste fue muy afortunado al sobrevivir a la fiebre amarilla en Nueva Orleans, una enfermedad responsable de la muerte del 75-90% de los inmigrantes como él.

CINEFILIA

Las escenas preliminares de la taquillera "Entrevista con el vampiro" (Neil Jordan, 1994) están precisamente ambientadas en la insalubre Nueva Orleans de las postrimerías del siglo XVIII, cuando tiene lugar el encuentro vampírico entre Lestat de Lioncourt (Tom Cruise) y Louis de Pointe du Lac (Brad Pitt).

LA ENFERMEDAD

La fiebre amarilla, o vómito negro, es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la fiebre amarilla, perteneciente a la familia Flaviviridae, una patología hemorrágica que todavía provoca numerosas víctimas endémicas en muchos países de África y Sudamérica.

Se transmite a los humanos mediante la picaduras de mosquitos del género Aedes, especialmente Aedes aegypti, pero también Haemagogus y Sabethes. que suelen reproducirse en zonas donde exista agua, tanto limpia como estancada.


Aedes aegypti

Su calificativo amarilla proviene de la ictericia que afecta a algunos pacientes, donde puede fluctuar desde cuadros febriles leves y autolimitados (en la mayoría de las ocasiones) hasta una enfermedad hemorrágica grave con una seria afectación hepática, alcanzando un 50% de letalidad. En estos casos, el vómito negro hace referencia la hematemesis de sangre negra y coagulada, presente en 1 de cada 5 casos graves.


El ciclo contagioso de la fiebre amarilla

Actualmente se dispone de una vacuna efectiva contra la misma, aunque su tratamiento es únicamente sintomático. 

HISTORIA

Siendo una enfermedad endémica en el África tropical, desde allí se distribuyó como consecuencia del tráfico de esclavos a partir del siglo XV. De esta manera, los indígenas y los europeos instalados en el Nuevo Continente se convirtieron en presa fácil para esta patología infecciosa. Se estima que diezmó, por ejemplo, a las tropas francesas enviadas en 1802 para luchar contra la independencia haitiana.

CINEFILIA

"Amistad" (Steven Spielberg, 1997) está inspirada en el motín de un grupo de esclavos africanos en el verano de 1839, a bordo del buque español "La Amistad", frente a las costas de Cuba.

Habiendo fracasado en su intento de regresar a África, fueron capturados y juzgados por las autoridades estadounidenses, hasta que en 1841 alcanzaron la libertad.

La historia nos cuenta la catástrofe provocada por otro barco, el mercante "El Gran Turco", que atracó en el puerto de Barcelona el 29 de junio de 1821, procedente de La Habana

Su capitán silenció a las autoridades procurarías que durante su singladura se había visto obligado a lanzar al Atlántico varios cadáveres de tripulantes fallecidos por el vómito negro. Tampoco colaboraron demasiado las autoridades de Málaga, la última escala del barco antes de arribar a Barcelona, cuando encubrieron el entierro de otros tripulantes supervivientes, y cómo la fiebre amarilla se había extendido por la capital malacitana.

En aquel fatídico verano de 1821, la fiebre amarilla se llevó por delante la vida de más de 6000 prójimos, aproximadamente el 6% de los habitantes de la Ciudad Condal

Entre las víctimas mortales se contabilizó al eminente médico francés André Mazet, que se había desplazado a Barcelona para atender a los infectados. 

La transmisión de la fiebre amarilla resultó un auténtico misterio para la medicina. Hasta que en 1881 el médico hispano-cubano Carlos J. Finlay describió el papel del mosquito Aedes como vector de esta enfermedad. Por sus investigaciones fue nominado en 7 ocasiones al Premio Nobel de Medicina, sin nunca llegar a obtenerlo.

Carlos Juan Finlay (1833-1915)

Tal y como contemplamos en la ficción de "Jezabel", durante los brotes epidémicos reales se prohibían las actividades lúdicas y los mercados ambulantes, se vertía agua desde las casas para limpiar el ambiente, las calles se rociaban con vinagre, se encendían incontables hogueras, donde ardían maderas aromáticas, se limpiaban a fondo los muelles de las ciudades marítimas, los actos religiosos se celebraban al aire libre y se multiplicaban los cañonazos con pólvora, azufre y alquitrán, para purificar al aire, medidas sanitarias asimismo empleadas en otros lares para combatir brotes epidémicos, como la peste y el cólera.

Y es que antes del descubrimiento de la etiología microbiana de las enfermedades infecciosas, la teoría miasmática estuvo vigente durante siglos, atribuyendo dichas patologías a los efluvios pestilentes de los suelos y las aguas insalubres, y cuyos máximos representantes fueron Thomas Sydenham (1624-1689) y Giovani María Lancisi (1654-1720).

Thomas Sydenham (1624-1689)

Para concluir, destacamos que la última epidemia de fiebre amarilla en Nueva Orleans aconteció en 1905, causando 452 defunciones, cifra muy lejana de aquellas masacres provocadas en décadas anteriores.



viernes, 30 de diciembre de 2022

DIARIO DE UN CURA RURAL

 

- "Nosotros, los del campo, somos todos hijos de alcohólicos..."

El párroco de Torcy (Adrien Borel) al párroco de Ambricourt (Claude Laydu) en "Diario de un cura rural" (Robert Bresson, 1951)

Existen actores asociados perpetuamente a sus interpretaciones, como por ejemplo Lew Ayres (1908-1996), el sempiterno Dr. Kildare de las películas de la serie, y también el inolvidable Dr. Robert Richardson de "Belinda" (Jean Negulesco, 1948), el médico que termina enamorado de la joven protagonista sordomuda (Jane Wyman) que titula la obra.

En el mismo sentido, algo semejante le ocurrió al actor francés Claude Laydu (1927-2011) después de encarnar al inexperto presbítero de Ambricourt, una insignificante población de la región francesa Norte-Paso de Calais, que en 1999 apenas contaba siquiera con un centenar de habitantes, el lacónico protagonista de "Diario de un cura rural" (Robert Bresson, 1951), la película preferida del cineasta ruso Andrei Tarkovsky.

Años más tarde repetiría oficio e interpretación como el Padre Andrés Mendoza en "La guerra De Dios" (Rafael Gil, 1953), un joven sacerdote destinado a una paupérrima parroquia minera, que trata de redimir la miseria y la injusticia social de sus feligreses.

Para conseguir la máxima veracidad en su interpretación, Laydu convivió durante una temporada con un grupo de jóvenes sacerdotes, para asimilar la gestualidad y los modales clericales, sometiéndose además a una dieta severa, que le hizo pasar hambre y sufrimiento, la justificación perfecta para su apariencia enferma y desnutrida en esta película.

Católico practicante, Claude Laydu se caracterizó por la profunda espiritualidad infundida a sus personajes religiosos, de tal manera que el prestigioso profesor y académico Jean Tulard (1933) llegó a escribir en su "Dictionnaire du cinemá" que ningún otro actor merece más ir al cielo que el propio Laydu.


Robert Bresson (1901-1999)

Este film personifica el mas puro ascetismo cinematográfico, del que el cineasta Robert Bresson, junto al gran maestro danés Carl Theodor Dryer (1889-1968) fue uno de sus representantes más característicos.

Contemplando el devenir del joven cura podemos sentir la incomprensión y el rechazo, el frío y la humedad del paisaje francés norteño, el olor del moho en las paredes de la casa rectoral y de la cera de los cirios ardientes, el incienso eclesial y la aspereza de las viejas sotanas, remendadas y raídas, en una sucesión de magistrales primeros planos y breves escenas que se entrelazan mediante los sucesivos fundidos a negro.

En este aspecto, es justo destacar la labor de Leónce-Henri Burel como el excelente director de fotografía, y la música a cargo del compositor Jean-Jacques Grunenwald.

EL BIEN Y EL MAL

Robert Bresson es también el guionista de este film inspirado en una novela del dramaturgo y ensayista francés Georges Bernanos, dotado de una visión trágica del cristianismo y de la eterna lucha entre el bien y el mal. 

Para esta ocasión escogió como escenario el rudo ambiente vulgar de una insignificante aldea francesa, donde su doliente y maltrato protagonista atesora la máxima grandeza y santidad que le proporciona su fe, a veces dubitativa, y todo ello enmarcado en un cuadro de manifiesta debilidad física.


Georges Bernanos (1888-1948)

Aún así, las tesis de Bernanos resultan más próximas al jansenismo, condenado como herético por la Iglesia católica, por sus creencias en la predestinación, la depravación humana y la negación del libre albedrío.

UNA DIETA PERNICIOSA

Suprimidas carne y verduras, el sacerdote de Ambricourt se nutre a base de pan, que deja endurecer durante varios días, y de un vino de pésima calidad, que calienta en un cazo añadiéndole azúcar.

Tal vez sea ésta una metáfora del misterio eucarístico capaz de convertir pan y vino en el cuerpo y la sangre de Cristo, sustento de la fe y el espíritu cristiano. 

Realmente, la repercusión de esta dieta frugal sobre la salud del joven cura serán nefastas. 


Claude Laydu (1927-2011)

Por su consumo de vino, en el pequeño pueblo de Ambricourt, los parroquianos sospechan que su joven párroco es un alcohólico

Sin embargo, en algunas escenas contemplamos al protagonista pelando patatas para la sopa en la cocina parroquial, si bien rechaza unas liebres recién cazadas que le obsequian y que prefiere regalar a una vecina necesitada.

A propósito de la catequesis y la preparación de la eucaristía, el sacramento inspirado en la última cena de Jesucristo, el director nos introduce en la funesta relación entablada entre el cura y la pequeña Séraphita Dumontel (Martine Lemaire).

La niña, capaz de contar terribles mentiras del sacerdote, se convierte en uno de los lados su angustioso triángulo existencial. Los otros dos son el rechazo permanente de sus feligreses hacia su labor pastoral y la atracción por los aristócratas que viven del pueblo y, a su vez, al margen del mismo: el Conde (Jean Riveyre) y la Condesa (Rachel Bérendt), su hija Chantal (Nicole Ladmiral) y su institutriz, la bella señorita Luisa (Nicole Maurey).

CINEFILIA

Esta película es simultáneamente la opera prima de Robert Bresson, el debut de Claude Leydu, y la última interpretación de Rachel Bérendt, en el papel de una mujer mayor que vive atormentada por el recuerdo de su pequeño hijo muerto, las infidelidades de su marido y el rechazo de su propia hija.


Rachel Bérendt (1893-1957)

LA ENFERMEDAD DEL CURA DE AMBRICOURT: CÁNCER DE ESTÓMAGO

Siguiendo el consejo del señor cura párroco de Torcy (Adrien Borel), el joven sacerdote visita al Doctor Delbende (Antoine Belpêtré), un veterano y rudo médico rural que con el paso del tiempo irá quedándose si clientela por su falta de asepsia, y cuya muerte accidental por un disparo de su escopeta de caza hará planear sobre la comunidad la sombra del suicidio.

Este facultativo sospecha que la manera de alimentarse es la responsable de la macilenta apariencia del  vicario de Ambricourt. Después de palpar su abdomen, sin desvelar realmente cuál es su sospecha diagnóstica, opina que el mal no tiene remedio.

Asimismo, y ante las dudas del cura, Delbende insinúa que un supuesto alcoholismo materno podría estar detrás del aspecto enfermizo del paciente. El síndrome alcohólico fetal debía ser frecuente entonces en una sociedad a la que el mismísimo párroco de Torcy define de esta manera:" nosotros, los del campo, como todos hijos de alcohólicos".

CINEFILIA

El veterano actor Antoine Delpêtré encanó al abate Pirard en "El rojo y el negro" (Claude Autant-Lara, 1954), inspirada en el célèbre clásico homónimo de Stendhal


Antoine Balpêtré y Gerard Philipe en "El rojo y el negro" (Claude Autant-Lara, 1954)

Retomando la película, la palidez de la piel y las mucosas constituyen un signo de alerta sobre la consunción, los mareos y la disnea que el protagonista padece esporádicamente, pudiendo relacionarlos con el padecimiento de una anemia ferropénica debida al sangrado digestivo crónico.

De esta manera, cuando el joven cura de Ambricourt se desvanece en el bosque, es la pequeña Seraphita Dumontel la que le presta los primeros auxilios, advirtiéndole que había vomitado un fluido semejante al jugo moras.

La hematemesis es un síntoma que puede aparecer en algunos cánceres de estómago, acompañado de la pérdida de peso, las náuseas y los vómitos, cuanto al dolor epigásrtrico, del que se queja en repetidas ocasiones el protagonista.


jueves, 8 de diciembre de 2022

BE WATER, MY FRIEND. LA MUERTE DE BRUCE LEE

 

El 9 de diciembre de 1971, durante el programa de la televisión canadiense de Pierre Berton, en el transcurso de la que fue su última entrevista televisiva, el actor y artista marcial Bruce Lee pronunció su famosa frase "be water, my friend", que años más tarde se haría mucho más popular al ser utilizada en la campaña publicitaria del BMW - X3, un producto de la agencia SCPF, fundada en Barcelona en 1996, y que desde el año 2000 forma parte del grupo WPP.

La frase en cuestión de este indiscutible icono del cine y el arte pop del siglo XX hace referencia al principio taoísta del Wu Wei, encuadrado en la tradición filosófica y espiritual de origen chino, fundada por Lao-Tse 500 años antes del nacimiento de Cristo, y que aboga por vivir en armonía.

El Wu Wei, o principio de acción no forzada, fue aplicado por Bruce Lee en los movimientos del arte marcial que él mismo practicaba, el Jeet Kune Do, una fusión de varias técnicas de las diferentes artes marciales que el luchador llegó a practicar, incluyendo el estilo chino del kung fu, el boxeo y la esgrima occidentales, el kick boxing, el karate coreano o tangsudo, el judo japonés, el kali filipino, junto a estudios particulares de filosofía y fisiología humanas.

Su innovador y personal estilo resultó altamente transgresor con la tradición china, sin posturas fijas, muy práctico y basado en la anticipación, proponiendo una cantidad prácticamente ilimitada de recursos en los diferentes combates, adaptados a cualquier eventualidad. En otras palabras, en lugar de emplear la fuerza contra la fuerza, para Bruce Lee resultaba mucho mas efectivo imitar al agua, dejando que los golpes fluyeran sobre el adversario.

Bruce Lee, nacido Lee Jun-fan, vino al mundo en San Francisco (California) el 27 de noviembre de 1940, en una familia originaria de Hong Kong. Curiosamente, aquel fue el Año del Dragón del calendario tradicional chino.

Su carisma y habilidad le llevaron a despertar el interés por las artes marciales en el mundo occidental. Su fulgurante carrera como maestro y especialista en dichas técnicas, actor, cineasta, escritor y filósofo, se vio súbitamente truncada el 20 de julio de 1973. Entonces, los informes oficiales atribuyeron la causa de su fallecimiento a las fatales consecuencias de un derrame cerebral.

CINEFILIA

En la memoria de los aficionados a ese género cinematográfico permanece el inolvidable combate disputado entre Bruce Lee y Chuck Norris en el Coliseo de Roma en "El furor del Dragón" (Bruce Lee, 1972), con un gatito como único testigo.


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Una sátira del Bruce Lee, rutilante estrella cinematográfica, aparece en "Érase una vez en Hollywood" (Quentin Tarantino, 2019), en una parodia del combate del Coliseo romano entre el hombre blanco y corpulento, encarnado por el doble y especialista Cliff Booth (Brad Pitt) y el Pequeño Dragón (Mike Moh), con un impredecible desenlace.

LA MUERTE DE BRUCE LEE

Repleta de especulaciones, existen varias teorías sobre la desaparición del mítico personaje:

1.- Reacción alérgica a un medicamento: según algunas informaciones, la misma tarde de su fallecimiento, Bruce Lee sufrió una intensa cefalea. Estaba en compañía de la actriz taiwanesa Betty Ting Pei, elegida por la productora Golden Harvest para compartir el protagonismo del último proyecto cinematográfico en el que iban a trabajar juntos, "Juego con la muerte" (Robert Clouse, 1978).

Cuando ocurrió el óbito del protagonista, apenas se habían rodado 40 minutos de la película. En 1977, contando con dicha parte inconclusa, modificando el guión, y empleando dobles y montajes especiales de escenas de filmes anteriores, posibilitaron su estreno en las salas cinematográficas en 1978.

Los 170 cm de Bruce Lee enfrentados a los 2.18 metros de Abdul-Jabar

Entre el reparto destacamos al mítico pivot de Los Ángeles Lakers, Kareem Abdul-Jabar, en el papel de Mantis, el guardian del quinto piso.

Aquella fatídica tarde del 20 de julio de 1973, la actriz Betty Ting Pei le suministró a Bruce Lee una tableta de Equagesic ®, medicamento prescrito para el tratamiento del dolor. Entonces, cada tableta contenía:

  • 150 mg de meprobamato, un propanodiol de efecto farmacológico similar a los barbitúricos, empleado en el tratamiento de la ansiedad, 
  • 75 mg de citrato de etoheptazina, analgésico opioide análogo a la petidina
  • 250 mg de ácido acetilsalicílico (AAS), popularmente conocido como Aspirina ®.

Parece ser que esta mezcla de analgésicos y ansiolítico no le hizo efecto. El artista decidió acostarse y nunca más volvió a despertarse. 

2.- Agotamiento por calor: es una de las hipótesis barajadas en el libro "Bruce Lee: A Life" (Matthew Polly, 2018), si bien investigaciones posteriores no desvelaron que las temperaturas hubiera sido excesivamente elevadas en Kowloon el día de su fallecimiento.


3.- Edema cerebral: según los datos de su autopsia, Bruce Lee padecía un severo edema cerebral, que habría aumentado en un 13% el volumen de su cerebro. Algunas investigaciones afirman que el malogrado artista marcial había padecido anteriormente cefaleas intensas con convulsiones, que inclusive llegaron a ser confundidas con crisis epilépticas durante el rodaje de "Operación Dragón" (Robert Clouse, 1973).


Ingresado por urgencias en un hospital, habría sido tratado con manitol, un polialcohol que también puede utilizarse como edulcorante. Su efecto farmacológico como diurético osmótico parenteral, es capaz de establecer a nivel cerebral un gradiente entre el plasma y el parénquima orgánico, reduciendo el contenido neto de agua en el cerebro.

El productor hongkonés Raymond Chow, muy ligado profesionalmente a Bruce Lee, achacó la muerte del actor al uso de manitol. Existen evidencias de que este medicamento, empleado durante periodos prolongados de tiempo, puede pasar del flujo sanguíneo al cerebro y provocar hipertensión endocraneal.

4.- Teorías de la conspiración: este tipo de hipótesis han hecho correr ríos de tinta, desde envenenamientos promovidos por los Tong y las Triadas chinas o la propia mafia italoamericana, hasta contubernios dirigidos por maestros de las artes marciales tradicionales, celosos de su éxito y contrarios a que Bruce Lee desvelase sus técnicas y conocimientos secretos al público en general.

Aquí entraría la suposición del dim mak, el golpe letal que un adversario le podría haber propinadoen algún combate o entrenamiento previo.

DIM MAK

Diferentes artes marciales avanzadas en China, la India, CoreaJapón y la Isla de Okinawa enseñan a sus discípulos más avanzados unas serie de técnicas especiales destinadas a incapacitar, estimular o causar modificaciones fisiológicas e incluso anatómicas en los rivales. Se trata de golpes, fricciones, punciones o toques especiales, con determinados ángulos e inclusive a determinadas horas del día, cuyo manejo conlleva una elevada responsabilidad ética y moral.

Según la acupuntura y la medicina tradicional china, estos contactos tan sutiles sobre los puntos vitales interrumpirían los flujos energéticos corporales, provocando alteraciones metabólicas, hormonales, linfáticas, circulatorias, nerviosas, respiratorias y emocionales, que podrían llegar a producir la muerte del adversario, de manera instantánea o diferida.

Dese el punto de vista médico, el dim mak o "toque de la muerte" podría asociarse a una patología conocida como commotio cordis o conmoción cardíaca, la alteración abrupta del ritmo cardíaco provocada por un golpe en la región torácica precordial, capaz de transmitirse a la musculatura cardíaca y ocasionar una muerte súbita.

Fuera del mundo del deporte, sus causas más frecuentes suelen ser agresiones, accidentes de tráfico y accidentes laborales.


Recientemente, un grupo de cardiólogos australianos detectaron una marcada diferencia en los resultados de mortalidad entre la commotio cordis no relacionada con el deporte (88%) en comparación con los eventos relacionados con el deporte (66%).

Las tasas de reanimación cardiopulmonar (RCP) y desfibrilación fueron considerablemente más bajas en los eventos no relacionados con el deporte: 27% frente al 97% para la RCP y 17% frente a 81% para la desfibrilación.

En los casos no relacionados con el deporte, los investigadores australianos detectaron etiologías no relacionadas con proyectiles en un 95% de las ocasiones, incluyendo el contacto corporal en el 79% de los casos: puñetazos, patadas o rodillazos, impactos contra el volante de los coches y golpes con armas sólidas, como palos, por ejemplo.

En otro sentido, una compresión de la arteria carótida,  de manera intensa o prolongada, podría comportarse también como un dim mak, obstaculizando el flujo sanguíneo hacia el cerebro y provocando una pérdida de conciencia, más o menos profunda y prolongada.

HIPONATREMIA

El sodio es un electrolito fundamental que regula el equilibrio entre el agua intra y extracelular.

Durante la hiponatremia, de múltiples causas, la concentración de sodio en sangre se diluye y los niveles de agua en el cuerpo aumentan, mientras las células comienzan a hincharse (edema), pudiendo causar desde problemas leves de salud hasta serios compromisos vitales.

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En el magnífico western crepuscular "Los profesionales" (Richard Brooks, 1966), contemplamos como el consumo de sal (cloruro sódico) resulta vital para el grupo de mercenarios buscavidas interpretado por Lee Marvin, Burt Lancaster, Robert Ryan y Woody Strode, mientras atraviesan los tórridos desiertos que separan México de los Estados Unidos para rescatar a una joven y bella Claudia Cardinale de las supuestas garras de su secuestrador, Jack Palance.

Precisamente en este film contemplamos como Hans Ehrengard (Robert Ryan) sufre síntomas de una posible hiponatremia, caracterizada en general por náuseas y vómitos, cefalea, desorientación, fatiga, somnolencia y cansancio, agitación, irritabilidad, espasmos y calambres musculares, convulsiones e incluso la muerte.

En diciembre de 2022, un grupo de nefrólogos españoles publicó en Kidney Clinical Journal las conclusiones sobre su estudio sobre la verdadera causa de la muerte de Bruce Lee.

Estos especialistas defienden que en la vida de este excepcional artista marcial coincidían varias circunstancias que pudieron provocar una concentración de sodio en sangre excepcionalmente baja, como la exagerada ingesta de agua, promovida como saludable por el propio Lee, el consumo de alcohol y marihuana, que incrementan la sed, así como ciertos fármacos que tomaba habitualmente para el tratamiento de la ansiedad y el dolor, como meprobamato y AAS. Y todo ello unido a posibles alteraciones renales funcionales, derivadas de antiguas lesiones y de la sobrecarga de entrenamiento durante su intensa vida deportiva.

La hiponatremia probablemente provocó el edema cerebral responsable de la muerte de Bruce Lee. Parece ser que en sus últimos tiempos, se estuvo alimentando a base de una dieta líquida estricta consistente en zumos, y que sus riñones, dañados al verse obligados a eliminar un exceso de agua constantemente, resultaban incapaces de regular incluso una ingesta hídrica normal.

CAUSAS DE LA HIPONATREMIA

Existen ciertos factores ligados al estilo de vida y algunas patologías que pueden originar este trastorno electrolítico:

1.- Medicamentos: diuréticos, antidepresivos y analgésicos, que pueden alterar el equilibrio renal encargado de mantener la concentración de sodio en sangre dentro de la normalidad.

2.- Patologías renales, cardíacas y hepáticas: la insuficiencia cardíaca, renal o hepática pueden causar el acúmulo de líquidos corporales, provocando la dilución de sodio en la sangre.

3.- Secreción inadecuada de la hormona antidiurética (ADH): cuando existen niveles elevados la misma, existen una retención de agua, disminuyendo su secreción urinaria.

4.- Vómitos o diarrea crónicos y otras causas de deshidratación: el organismo pierde electrolitos en exceso, entre ellos sodio, incrementando la secreción de ADH.

5.- Ingesta excesiva de agua: lo que provoca que el riñón sea incapaz de excretar el exceso de líquido. Recordemos que podemos perder sodio a través de la sudoración. Si bebemos demasiada agua durante actividades de resistencia, como correr maratones o la práctica de triatlones, también puede provocar la dilución del sodio sanguíneo.

6.- Trastornos hormonales: la enfermedad de Addison o insuficiencia suprarrenal afecta a la producción hormonal de las glándulas suprarrenales, implicadas en la homeostasis. Asimismo, el hipotiroidismo también puede ocasionar hiponatremia.

7.- Trastornos psiquiátricos: como la potomanía, un trastorno alimentario no especificado (TANE), definido como el deseo de beber grandes cantidades de líquido, generalmente agua, de manera compulsiva y sin que exista una sensación previa de sed. Puede detectarse asociada a trastornos de la alimentación, como la anorexia nerviosa, donde el paciente bebe cantidades exageradas de agua para saciarse. La adicción al agua también se conoce como polidipsia piscogénica.

Dentro de sus causas existen determinadas enfermedades, como la diabetes o la insuficiencia renal crónica, y el consumo de fármacos como diuréticos, antiinflamatorios o litio, promotores de un exceso de sed.

8.- Consumo de drogas: como por ejemplo la 3,4-metilendioxi-metanfetamina (MMDA), una droga sintética más conocida popularmente como éxtasis, capaz de alterar el estado de ánimo y la percepción, e implicada en casos graves y fatales de hiponatremia.

En la memoria de todos los cinéfilos y amantes de las series televisivas permanece el cristal azul, la metanfetamina extraordinariamente pura sintetizada en la ficción por los secuaces protagonistas de la mítica "Breaking Bad", Walter White (Bryan Cranston) y Jesse Pinkman (Aaron Paul).