domingo, 16 de junio de 2013

DESPERTARES


- ¿Qué debe sentir esa gente? ¿En qué pensarán?...
- ¡No piensan! El virus también destruyó sus facultades superiores.
- ¿Está usted seguro?
- Si...
- ¿Por qué?
- Porque la alternativa sería impensable...

Diálogo entre el Dr. Sayer (Robin Williams) y el Dr. Ingham (Max Von Sydow) en "Despertares".

Disfrutando de una de las últimas tardes de mayo, una de las primeras cálidas de la actual primavera, releyendo las páginas de "El alma está en el cerebro" (Eduardo Punset, 2009), en el balneario de Laias (Ourense) recuperé el recuerdo de "Despertares" (Penny Marshall, 1990). 

La identificación de la patología del encéfalo (en sus vertientes neurológica y psiquiátrica) con las enfermedades del alma, despertó mi interés por una película que, lo confieso, en su día pasó para mí casi inadvertida.

El guión del laureado Steven Zaillian está basado en el libro homónimo del prestigioso neurólogo Oliver Sacks, donde narra su experiencia terapéutica con un grupo de pacientes afectados de encefalitis letárgica.


Dr. Oliver Sacks

Esta película, en la que inicialmente estuvo interesado el mismísimo Steven Spielberg, cuenta como reclamo y mérito adicionales con la presencia de dos colosales actores norteamericanos contemporáneos: Robert de Niro, en el papel de Leonard Lowe, y Robin Williams, que se enfunda el personaje del Dr. Malcom Sayer. No ha sido ésta la primera vez que De Niro interpreta a un enfermo, como por ejemplo aquel irascible capo de la Mafia llamado Paul Vitti en "Una terapia peligrosa" (Harold Ramis, 1999), si bien el análisis de la amplia lista de personajes más o menos patológicos a los que ha dado vida a lo largo de su extensa y exitosa carrera, daría para escribir varias tesis doctorales y tratados especializados.


Paul Vitti (Robert de Niro) en la consulta del psiquiatra Dr. Sobol (Billy Cristal)

Tampoco el Dr. Sayer (alter ego del propio Dr. Sacks en este film) fue el primer médico encarnado por Robin Williams. Todos recordamos su interpretación del iconoclasta Dr. Hunter "Patch" Adams en "Patch Adams" (Tom Shadyac, 1998), película de la que en su día nos ocupamos en este mismo blog, o el atolondrado ginecólogo ruso, el Dr. Kosevich, de "Nueve meses" (Chris Columbus, 1995).


Robin Williams es el Dr. "Patch" Adams...


Y también el Dr. Kosevich...

"Despertares" es una película muy útil para enseñar medicina. Aprovechando las investigaciones realizadas con la L-dopa en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y de otros trastornos neurológicos similares, como los presentados por varios supervivientes de la epidemia de encefalitis letárgica internados en el Hospital Bainbridge para enfermos crónicos, su mayor valor está centrado en la descripción de la relación entre médico y paciente.

CINEFILIA

En la realidad, el ficticio hospital donde el Sr. Sayer trataba a sus pacientes es Kingsboro Psychiatric Center de Brooklyn.


Destacamos aquí nuestro orgullo patrio porque varias escenas de esta película fueron filmadas en los salones de la antigua Casa de Galicia en Queens, ahora sede de la Brasilian Missionary Church, en Long Island

Como anécdota cinéfila nos gustaría destacar que una anterior localización de la Casa de Galicia, en el East Village de Manhattan, sirvió como escenario para el rodaje de la mítica "Toro Salvaje" (Martin Scorsese, 1980), protagonizada también por Robert de Niro... En sus bajos funcionó el club The Ritz y la mismísima RCA Victor instaló allí un estudio de grabación entre 1953 y 1968. También albergó el mítico Webster Hall...




LA EPIDEMIA DE ENCEFALITIS LETARGICA

La película comienza con la escena de unos niños jugando bajo los pilares del puente de Manhattan (Nueva York) en los años 30. Uno de ellos es el joven Leonard Lowe (Anthony J. Nici). Observamos cómo empieza a padecer los primeros síntomas, temblor y espasticidad, que afectan en primer lugar a su mano derecha. En las siguientes secuencias, ya con el chico en la escuela, intuimos cómo su patología va avanzando progresivamente...

Entre 1917 y 1928, varios millones de personas fallecieron como consecuencia de la epidemia de encefalitis letárgica, una forma de presentación atípica, que dejó a los supervivientes en un estado más o menos profundo de estupor e inconsciencia.



La primera descripción de esta enfermedad fue debida al psiquiatra rumano Constantin Von Economo (1876 - 1931) en 1917. Desde entonces, no se han constatado brotes epidémicos posteriores, aunque continúan dándose casos aislados de esta patología.

La etiología de esta enfermedad continúa siendo motivo de debate. Para algunos investigadores se trataría de un trastorno autoinmune desencadenado por una faringitis estreptocócica en la que la bacteria común del grupo A hubiera experimentado alguna mutación. De esta manera, el sistema inmunitario hiperestimulado atacaría las estructuras nerviosas del propio individuo, provocando especialmente la inflamación del cerebro medio y de los ganglios basales.


Estampa clásica de un paciente con encefalitis letárgica

La traducción clínica incluiría trastornos del sueño, debilidad muscular, a veces acompañada de mialgias agudas, cefalea, letargo, fiebre elevada, confusión, alucinaciones y alteraciones de la conducta, diplopia, dolor de garganta, retraso en la respuesta física y mental, movimientos corporales extravagantes y parkinsonismo, con un aumento excepcional del temblor y los movimientos de las extremidades superiores, la cara y los ojos. Algunos pacientes pueden permanecer en coma durante meses, e incluso años.


En esta película, el trabajo de Robert de Niro evidenciando la mayoría de estos síntomas resulta excepcional, aportando credibilidad a una interpretación que se aparta de la sobreactuación y de sus tics más socorridos y clásicos. Como es habitual en el método este actor, durante las semanas previas al rodaje, estuvo estudiando directamente cómo se desenvolvían cotidianamente este tipo de pacientes.

En 1969, el Dr. Sayer consigue un empleo como neurólogo en un hospital de enfermos crónicos del Bronx neoyorquino. En sus salas y pasillos comunes, sin ningún tipo de excepción, se entremezclan los pacientes de varias y diversas patologías psiquiátricas y neurológicas. 

En esa misma época, la situación de este tipo de instituciones en los EEUU había sido magistralmente retratada en "Alguien voló sobre el nido del cuco" (Milos Forman, 1975)...



La inolvidable pandilla de Randle C. McMurphy (Jack Nicholson)

Pero, fuera de la viejas ventanas del hospital (que se atascan siempre antes de abrirse) la vida continúa. El Dr. Sayer, al igual que el verdadero Dr. Sacks, es un apasionado de la música (y de la botánica). Los beneficios de la musicoterapia para este tipo de pacientes crónicos representan otra interesante reflexión de esta película.

La primera paciente, esa aparentemente estatua humana explorada por el Dr. Sayer en el hospital, es Lucy Fishman (Alice DrummondEn un gesto enternecedor, el médico limpia con su corbata las gafas de una enferma de la que ni siquiera sabe si puede ver. Con una vieja máquina de escribir Royal escribió su diagnóstico: demencia de origen desconocido.




El Dr. Sacks con una paciente afectada por encefalitis letárgica

Por casualidad, como tantas veces ha ocurrido en medicina y en la ciencia en general, Sayer descubre que el estupor y la parálisis de Lucy son aparentes, pues es capaz de mover sus brazos y sus manos para evitar, por ejemplo, que sus gafas se caigan al suelo o para atrapar una pelota de beisbol lanzada por el médico.

Poco a poco, el Dr. Sayer va descubriendo en el hospital más pacientes con una afectación idéntica a la de Lucy. Todos son capaces de abandonar su evidente letargo para evitar que un bolígrafo caiga al suelo o para atrapar en el aire las pelotas de beisbol. También se percata de que Lucy es capaz de levantarse sin ayuda de su silla de ruedas y desplazarse por la sala, deteniéndose únicamente ante lo que ella interpreta como obstáculos, sean éstos reales (una mesa, una silla...) o ficticios (la ausencia del clásico dibujo ajedrezado de las baldosas del suelo).




Karl Popper (1902 - 1994)

La observación clínica, habilidad tan necesaria para un buen médico, va desvelando al Dr. Sayer los ignotos secretos de la patología de sus pacientes, a  base de ensayos y errores, verificando sus análisis al más puro estilo popperiano.

Progresivamente, y con la inestimable ayuda de la enfermera Eleanor Costello (Julie Kavner), el Dr. Sayer irá revisando los historiales clínicos de aquellos pacientes ingresados con cuadros similares al de Lucy, las estatuas humanas, incluyendo a Leonard Lowe. Los diagnósticos del ingreso resultan de lo más variopinto: esquizofrenia, histeria, impedimento nervioso..., pero todos ellos con el apellido "atípico"... La evolución de la enfermedad se basa en la inmutabilidad, incluso tras décadas de seguimiento médico...



Julie Kavner es la enfermera Costello

Como tantas otras veces ha ocurrido en la vida real y en la ficción, mientras el Dr. Sayer dormitaba placidamente en el sofá abrazado a una recopilación del "Journal of Laboratory and Clinical Medicine" de 1969, se le viene a la cabeza una idea: ¿qué tendrían en común las historias clínicas de Lucy, Leonard y todos los demás pacientes afectados por tal infausto anquilosamiento? Así descubre su nexo epidemiológico común, pues todos habían padecido encefalitis letárgica.

Este descubrimiento le lleva a otro médico, ya jubilado, que en la década de los años 20 había descrito el llamado síndrome postencefalítico en los supervivientes de aquella epidemia. El Dr. Peter Ingham (Max von Sydow) le muestra las filmaciones de la época, en las que se evidencian los estragos neurológicos de la enfermedad. 




Max von Sydow es el Dr. Ingham

Este veterano especialista opina que el daño encefálico causado por el agente causal de la encefalitis (él piensa que se trataba de un virus) también habría provocado el estado vegetativo de estos pacientes. Al contrario, el Dr. Sayer estaba firmemente convencido de que los enfermos conservan su consciencia, empeñándose en descubrir cómo podría comunicarse con ellos.

EL CASO DE LEONARD LOWE



El Dr. Sayer visita la casa de Leonard. La Sra. Lowe (Ruth Nelson), le cuenta cómo se iniciaron los síntomas cuando su hijo tenía apenas 11 años. Un temblor progresivo en las manos le obligaría incluso a abandonar los estudios primarios. A partir de entonces, 9 años de estupor paulatino e intermitente desembocaron en el definitivo letargo. En todo ese tiempo, lo único que podía hacer era leer...

El Dr. Sayer decide explorar el cerebro de Leonard, con las técnicas diagnósticas de la época: electroencefalograma y potenciales evocados con estímulos lumínicos... Descubre que existe una respuesta cerebral en los registros provocadas al escuchar el paciente su propio nombre.

Alcanzamos las escenas más divertidas de la película cuando el médico y sus ayudantes se sorprenden observando cómo los pacientes responden a diferentes piezas musicales: desde el duo "O soave fanciulla" de "La Boheme" de Puccini, pasando por clásicos del swing, hasta la incendiaria "Purple Haze" de Jimi Hendrix.



En otra escena observamos como Frank (George Martin), otro de los pacientes afectados, se concentra viendo una televisión en la que las imágenes oscilan y no se mantienen fijas. Si el defecto se corrige, el programa deja de interesarle. Frank también responde al contacto humano, que estimula el despertar de su letargo.

Retomando a Leonard, el Dr. Sayer descubre que un simple tablero güija, instrumento de connotaciones cinematográficas casi siempre terroríficas, es el método ideal para comunicarse con su paciente. Lector impenitente durante tantos años de enfermedad, Leonard revela una especial sensibilidad por el poema "La pantera" de Rainer María Rilke:


En el Jardín des Plantes de París
sus ojos están tan cansados
de ver pasar los barrotes, que ya nada retienen.
Le parece que hubiera mil barrotes
y tras lo mil barrotes ya no hubiera mundo.

El blando andar de su pies fuertes y elásticos
que van trazando un círculo minúsculo,
es como una danza de fuerza en torno a un centro
en el que una gran voluntad se alza embotada.

Sólo a veces el telón de la pupilas
se levanta en silencio. Y entra una imagen
cruza la tensa calma de sus miembros
y al llegar al corazón deja de ser.

Una bellísima metáfora que refleja a la perfección esa suerte de síndrome del cautiverio padecido por Leonard, tal y como aquel infausto protagonista de "La escafandra y la mariposa" (Julian Schnabel, 2007), atrapado entre los mil barrotes de una jaula letárgica y patológica.

Sayer disfruta leyendo a Rilke en uno de sus lugares favoritos, el Enid A. Haupt Conservatory del Jardín Botánico de Nueva York, preciosa estructura arquitectónica acristalada victoriana popularizada también en el film "La Edad de la Inocencia" (Martin Scorsese, 1993)



LA L-DOPA...

La levodopa, descubierta por el farmacólogo alemán Peter Holtz en 1938, es el precursor metabólico de la dopamina. Su síntesis ha permitido conseguir hasta ahora el tratamiento más eficaz de la enfermedad de Parkinson porque, a diferencia del neurotransmisor, la L-dopa es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica.



Dr. Peter Holtz (1902 - 1970)

Fue incorporada al tratamiento de la enfermedad de Parkinson en 1961. Su respuesta fue impactante y la mejoría clínica de los pacientes así tratados muy notoria.

El Dr. Sayer acude a una conferencia impartida por un químico (Peter Stormare), sobre el uso clínico de este medicamento en neurología. Nuestro protagonista piensa que el letargo de sus pacientes puede ser un temblor parkinsoniano generalizado llevado a su máximo paroxismo, hasta el punto de simular una parálisis estuporosa en dichos enfermos. Consecuentemente, la administración de levodopa debería corregir estos síntomas.

Comienza entonces su batalla personal con el Dr. Kaufman (John Heard) para que permita tratarlos a todos con levodopa. Sólo consigue autorización para hacerlo con uno y el elegido es Leonard. La expresa autorización escrita de la Sra. Lowe será un requisito indispensable, condición precursora de nuestro actual consentimiento informado.

Los primeros pasos del tratamiento irán enfocados a la titulación de la dosis terapéutica. La levodopa se absorbe a nivel intestinal, pero los aminoácidos presentes en la dieta pueden alterar este proceso. En este film observamos cómo Leonard ingiere la medicación diluida primero en zumo de naranja y luego en leche. La dosis máxima es de 400 mg al día, fraccionada en 2 ó 3 tomas, 30 minutos antes de la comida. En la película constatamos como el Dr. Sayer llega incluso a administrale a su paciente hasta 1 gramo del fármaco, antes de conseguir el tan deseado efecto terapéutico.

Habiéndose librado de su sopor, la posibilidad de dormir y no despertar intranquiliza a Leonard... Pero el Dr. Sayer está decidido a mostrarle a su paciente cómo ha cambiado el mundo mientras "dormía": el rock and roll, las minifaldas, el movimiento hippie, los aviones de las grandes líneas comerciales, la psicodelia..., todo ello envuelto con las voces y acordes de "Time of the season" de The Zombies...



El conflicto permanente entre medicina y economía, un tema recurrente en toda película norteamericana que aborde la financiación privada de determinadas terapias y tratamientos, como ocurre por ejemplo en "El aceite de la vida" (George Miller, 1992), "Prueba de vida" (Dan Ireland, 2009) o "Medidas extraordinarias" (Tom Vaughan, 2010) - todas ellas tratadas previamente en este mismo blog - se convierte aquí también en un problema. 

Administrar levodopa a todos los pacientes hospitalizados en el Bainbridge afectados por encefalitis letárgica, en aras de que puedan disfrutar de cierta normalidad en sus vidas (como el pionero Leonard Lowe) supondría unos 12000 dólares mensuales. Observamos la generosidad de los propios trabajadores de la institución sanitaria (enfermeras, celadores, farmaceutico...), los primeros en realizar sus modestas aportaciones animados por los esperanzadores resultados conseguidos por el Dr. Sayer y su innovadora terapia.

El siguiente paso sería convencer a los patrones y benefactores del hospital... Las escenas más felices de este film transcurren mientras dura la curación temporal de los síntomas de todos los enfermos.



Penelope Ann Miller es Paula

A la par, Leonard descubre por primera vez el amor. Se trata de Paula (Penelope Ann Miller), una joven y bella camarera que visita a su padre en el hospital, donde se encuentra paralizado por las secuelas de una embolia cerebral. Paulatinamente, sus deseos de normalización y libertad comienzan a acarrearle problemas con su entorno. La patología empeora, bien porque la levodopa deja de ser efectiva, o por la propia progresión de la enfermedad.

Los fenómenos "on-off" (periodos de normalidad que se alternan bruscamente con otros de acinesia y temblor) y "wearing-off" (disminución de la función motora justo antes de la dosis siguiente) descritos en los tratamientos prolongados con levodopa están fielmente retratados en esta película.

Leonard comienza a padecer de nuevo discinesias (tics, temblores, rigidez muscular, muecas y contracciones) y más tarde graves dificultades motoras que le impiden caminar. Finalmente, retorna al letargo y a la catatonia iniciales, ante la desconcertada mirada de médicos, enfermeras y pacientes. Progresivamente le seguirán todos los demás: Lucy, Rose (Judith Malina), Bert (Barton Heyman), Frank, Miriam (Anne Meara), Sidney, Rolando (Dexter Gordon)...

CINEFILIA

Dexter Gordon, el consagrado saxofonista de jazz, tiene un pequeño papel en este film, un excepcional pianista sumido en su profundo letargo patológico. Precisamente, en una de las escenas más intimistas, nos brinda la oportunidad de disfrutar de un melancólico solo al piano. Dexter Gordon falleció tan solo 8 meses después del estreno de la película... La banda sonora es obra del compositor Randy Newman.



La Revista de Medicina y Cine de la Universidad de Salamanca publicó en 2007 un artículo muy interesante sobre "Despertares", firmado por la Dra. Jiménez Serranía, de muy recomendable lectura.





domingo, 28 de abril de 2013

WILBUR SE QUIERE SUICIDAR


- "Wilbur: ¿qué crees que pasaría en general, en el plano sociológico, si todos nos suicidásemos?
- Ya no habría grupo...

Wilbur y Moira en "Wilbur se quiere suicidar"


"Wilbur se quiere suicidar" (Lone Scherfig, 2002), detenta un título ciertamente dramático. Estamos ante un melodrama que en España cosechó críticas muy favorables, a pesar de plantear interrogantes respecto inherentes a una cuestión como el suicidio, doloroso, serio y preocupante.

Y aunque en Medicina debería estar vetada la frivolidad, el suicidio semeja haberse convertido en la patología psiquiátrica de moda para algunos. En nuestro entorno, inmerso en una profunda crisis económica y social, cada noticia relacionada con el tema es capaz de provocar la ebullición de los medios de comunicación y la sobrecarga en las redes sociales, hecho que nos trae a la memoria aquel singular fenómeno que los clásicos denominaron como "el efecto Werther" .

Algunos expertos, como el Dr. Juan Gervás (miembro del equipo CESCA - Madrid), han opinado que toda crisis económica se acompaña de un empeoramiento del estado general de la salud, aunque no de un aumento en la mortalidad. Una tasa de paro elevada, un incremento de la pobreza y la mayor profundidad en la brecha existente entre ricos y pobres son los determinantes de este deterioro. Y sin bien la mortalidad en general no se incrementa, sí lo hace en cambio el número de suicidios.

Tampoco parece haber dudas respecto a la salud mental de los desempleados, sensiblemente peor de la de las personas con trabajo. Los parados tienen un riesgo de suicidio entre 2 y 3 veces mayor que los trabajadores.



A pesar de todo, en España, según el INE (Instituto Nacional de Estadística), los últimos datos disponibles correspondientes al año 2010 indican que el número de suicidios fue el más bajo de los últimos 17 años: 3145 casos. También resulta llamativo que estas cifras se han mantenido más o menos constantes del inicio en nuestros país de la crisis económica.

Para los especialistas en salud mental, la causa de un suicidio radica en alguna patología psiquiátrica y nunca en el análisis lógico del individuo. Nos hemos tomado la libertad de extraer la siguiente conclusión extraída del artículo "Suicidios y desahucios", suscrito por varios psiquiatras españoles y publicado en el diario Deia en noviembre de 2012: "en última instancia, el suicida siempre se lleva con él la clave de su decisión, y sólo él podría dar cuenta de lo que le llevó a ese final, que nos deja abocados a todo tipo de interpretación y valoración..."

Tratar de descubrir cuáles son las causas que empujan a Wilbur (destacamos la sutil comicidad de Jamie Sives) hacia el suicidio se convertirá en el motivo capaz de captar nuestra atención sobre esta singular historia. Paradójicamente, nuestro protagonista trabaja en una guardería.

Pedro Sánchez Rodríguez, en "La vida es bella. Catálogo sobre Cuestiones de Escatología en el cine contemporáneo (1990 - 2005)", opina que el vacío de la vida contemporánea podría representar la justificación del por qué Wilbur desea desaparecer de este mundo. También intuye que la búsqueda de la muerte podría tener que ver con un trauma infantil no superado por el protagonista (la muerte de la madre). 


FÁRMACOS Y GAS...

Uno de los suicidios que más ríos de tinta ha hecho correr dentro de la historia del cine fue el supuestamente protagonizado por la mítica Marilyn Monroe, tristemente desaparecida como consecuencia de una sobredosis de barbitúricos. Sobre las posibles causas de su muerte todavía se continúa especulando hoy en día...


Marilyn Monroe durante el rodaje de "Vidas rebeldes" (John Huston 1961)

Las primeras escenas de "Wilbur se quiere suicidar" nos muestran a su protagonista intentando poner fin a su existencia mediante la ingestión de fármacos, por otra parte el método más utilizado para quitarse la vida. Quizás desconfiando de la efectividad de tal elección, Wilbur decide además abrir la espita del gas.

Existen en la literatura médica trabajos que han intentado cualificar y cuantificar los fármacos elegidos en los intentos de suicidio por intoxicación medicamentosa: las benzodiacepinas son las favoritas, implicadas en 7 de cada 10 casos; en casi la mitad de las ocasiones el número de comprimidos ingeridos se sitúa entre 10 y 20.

Presto, al auxilio de Wilbur, acude su hermano mayor Harbour (Adrian Rawlins, actor inglés tal vez más conocido por su interpretación de James Potter, el padre de Harry en varios episodios de la popular saga del aprendiz de mago). Ambos regentan una vieja librería de compra-venta heredada de su padre recientemente fallecido en la cinérea ciudad de Glasgow, escenario donde fueron rodados todos los exteriores.


Adrian Rawlins es Harbour North

Este primer fallido intento termina con el menor de los hermanos North hospitalizado e inmerso  en una terapia de grupo con otros frustrados suicidas. Para evitar nuevos intentos autolíticos, ambos hermanos deciden irse a vivir juntos. 

En una escena observamos cómo Harbour recita la vieja receta del pato asado a la naranja de su madre, mientras poco a poco va retirando de la cocina todos los cuchillos, todas las corbatas de los armarios, todos los pequeños electrodomésticos del cuarto de baño que Wilbur pudiera aprovechar para intentar electrocutarse. También desaparecen de la vista todos los frascos con medicamentos potencialmente peligrosos...



En China, el pato es un símbolo de la fidelidad conyugal, una imagen positiva bastante alejada de nuestra connotación despectiva occidental, más centrada en culpabilizar al prójimo haciéndole "pagar el pato". Como regalo de boda, Wilbur agasaja a su hermano con almohadas y cálidos edredones nuevos, rellenos de plumón de pato...

Los expertos hablan de un riesgo de suicidio consumado 40 veces superior en aquellos casos con intentos autolíticos previos. Además, la letalidad de un intento de suicidio depende de varios factores: método empleado, impulsividad del sujeto, posibilidades de rescate, etc.



Wilbur (Jamie Sives) y Moira (Julia Davis)

Sobre las peculiares secuencias de las terapias de grupo, la joven directora danesa va construyendo el armazón de la mayoría de sus personajes: el hierático Dr. Albert Horst (Mads Mikkelsen), envuelto en una sempiterna nube de humo, y que nunca se cansa de fumar delante de sus propios pacientes, la cándida y enamoradiza enfermera Moira (Julia Davis), el insufrible y gemebundo camionero Wayne (Gordon Brown), la pusilánime Claire (Mhairi Morrison) o la irascible Ruby (Lorraine McIntosh), que se muestra deseosa de que sus compañeros de terapia consigan por fin culminar alguno de sus intentos autolíticos.



Mads Mikkelsen es el Dr. Horst

Pero nuestro personaje favorito es la frágil Alice (Shirley Henderson), que desempeñó un breve papel como Myrtle la Llorona en "Harry Potter y la cámara secreta" (Chris Columbus, 2002). Esta actriz, con tan solo los silencios dibujados por su lánguida mirada, consigue atrapar toda nuestra atención cuando aparece en la pantalla; una protagonista femenina carente de sex appeal pero capaz de mantener candente la llama en ese peculiar triángulo amoroso con los hermanos North.




Shirley Henderson es Alice

Alice trabaja a turnos como limpiadora en el hospital. Allí recoge los libros abandonados por los pacientes, de los que obtiene exiguos réditos tratando de venderlos en la librería de Wilbur y Harbour. Alice tiene una hija, Mary (Lisa McKinlay), una entusiasta de los restaurantes chinos.

Los libros y las flores están omnipresentes: en el papel pintado de las casas, en la ropa de la mujer y de su hija, en los edredones que cubren las camas...

SUICIDIO POR AHORCADURA

Siguiendo la cronología de este film, para su segunda tentativa de suicidio, Wilbur cuelga un cable eléctrico del techo y a modo de soga intenta ahorcarse. Este método puede provocar la muerte debido a los serios daños provocados en las arterias carótidas y vertebrales, así como en la tráquea, que pudieran provocar asfixia.

Existen diversos argumentos médico-legales respecto a este tipo de suicidio, relacionados con la situación anterior o posterior del nudo respecto al cuello del ahorcado.

Además del daño vascular y de la asfixia, existen otras lesiones causantes de la muerte, como el daño medular provocado por fracturas vertebrales cervicales (menos frecuente) o la estimulación directa del seno carotídeo, que provocaría hipotensión, bradicardia y parálisis cardiorrespiratoria.

La rápida intervención de Alice consigue evitar el suicidio de Wilbur y se convierte en el punto de partida de la especial relación entre ambos personajes. De vuelta a la clínica, el Dr. Horst le comunica a Harbour que los demás pacientes no quieren que Wilbur continue participando en las terapias grupales. Le da el alta con la recomendación de que visite otra institución mejor, tal vez privada...

En la historia del cine, también existen múltiples ejemplos del empleo de la horca como medio de ejecución, especialmente en el género del western. Pero, por su estrecha relación con la medicina, nosotros destacamos aquí "El árbol del ahorcado" (Delmer Daves, 1959) con un colosal Gary Cooper en el papel del misterioso médico y pistolero Doc Frail y la inolvidable canción "The hanging tree" interpretada por Marty Robbins.




SUICIDIO POR DESANGRAMIENTO

Por supuesto, no podía faltar en esta película el método de suicidio que popularizaron los antiguos patricios de Roma, si querían preservar su patrimonio una vez condenados a muerte por el emperador. Así puso fin a sus días el filósofo, político y orador Lucio Anneo Séneca ( 4 a.C. - 65), preceptor de Nerón, tal vez el emperador romano más veces retratado en las pantallas cinematográficas. 

En "El padrino. Parte II" (Francis Ford Coppola, 1974), siguiendo la trágica costumbre de aquellos clásicos, Michael Corleone (Al Pacino) permite esa misma salida "honorable" a Frankie Pentangeli (Michael V. Gazzo) tras haberse sentido por él traicionado...


Tom Hagen (Robert Duvall) convenciendo a Pentangeli...

Navegando por Internet podemos encontrarnos con infinidad de páginas web promotoras del suicidio; explican con detalle cuál es la mejor manera de seccionarse las venas. Y es que un cuchillo sirve tanto para cortar el pan como para cometer un crimen.

La misma noche de bodas de su hermano, Wilbur dejó plantada en el restaurante chino a Sophie (Lisa McKinlay), la compañera de Alison en el servicio de limpieza del hospital. Al llegar a casa, sigilosamente, se introdujo en una bañera con agua caliente y nuevamente intentó suicidarse cortándose las venas a la altura de las muñecas.

CAMBIO DE IDEAS...

Wilbur realiza dos descubrimientos que cambiarán su vida: en primer lugar, experimenta el amor por Alice, no exento de culpabilidad por el profundo aprecio que siente por su propio hermano. En segundo lugar está el cáncer de páncreas avanzado que padece Harbour; por primera vez en el film, el rol entre hermanos permuta, y Wilbur se encuentra ahora al otro lado del lecho del doliente. Ese cambio de papeles tendrá su colofón en el final de la película...

Sumido en esta especie de metamorfosis personal, ocurrirá un hecho paradójico: Wilbur rescata a Ruby de las gélidas y turbias aguas del río Clyde, evitando que su antigua compañera de terapia muera ahogada, tal y como ella misma parecía desear.

CINEFILIA

En esta película aparecen las referencias de varios libros:

- "El hombre que pudo reinar", la historia escrita por Rudyard Kipling que inspiró la famosa película de aventuras homónima dirigida en 1975 por John Huston, y protagonizada por Sean Connery y Michael Caine.




Billy Fish (Saeed Jaffrey), Peachy Carnehan (Michael Caine) y Daniel Dravot (Sean Connery) en "El hombre que pudo reinar" (John Huston, 1975)

- "El libro de la selva" (Wolfgang Reitherman, 1968), la entrañable película de animación inspirada en otra obra de Kipling, "The jungle book" (1894).



- "Capitanes intrépidos" (Víctor Fleming, 1937) se basa en la novela homónima de Kipling. Protagonizada por Spencer Tracy, encarnando al inolvidable pescador Manuel, que dejará una huella imborrable en la vida del pequeño Harvey (Freddie Bartholomew) Todo un clásico. ¿Quién no recuerda al recio marinero cantando la canción del "pescadito" acompañándose de una zanfona?




- La autobiografía de Robert Peary, el explorador norteamericano que supuestamente fue uno de los pioneros en alcanzar el Polo Norte, el 6 de abril de 1909. Sus aventuras fueron llevadas a las pantallas de televisión en "Glory & Honor" (Kevin Hooks, 1998), protagonizadas por Henry Czerny (como Robert Peary) y Delroy Lindo (como su compañero Matthew Henson).



- "El orador", de Edward Wallace (1875 - 1932), novelista, dramaturgo y periodista británico, considerado el padre del género thriller. Fue uno de los guionistas de "King Kong" (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933).




LA RELACIÓN ENTRE SUICIDIO Y CAMBIOS CEREBRALES...

En el suicidio, como en tantas otras patologías, también se abrió hace tiempo un debate de difícil respuesta: ¿hasta dónde llega la influencia de la genética y hasta dónde la del entorno social?

Existen estudios que intentaron valorar el influjo de los genes en las conductas suicidas, incluso dentro del campo de la epigenética, es decir, en aquellos cambios producidos en la regulación genética que no modifican las secuencias del ADN, a menudo consecuencias de una exposición ambiental.

Algunos de estos mecanismos están relacionados con la metilación del ADN. Grosso modo, esta metilación consigue que algunos genes sean silenciados, en otras palabras, no expresados, lo que provoca diferentes cambios en la diferenciación celular de un individuo, aunque todas las células que lo conforman posean idéntica carga genética. Los expertos hablan de plasticidad fenotípica.

A finales de 2008, se publicó en Biological Psychiatry un trabajo encabezado por el Dr. Michael Poulter, donde se comparaban muestras de tejido cerebral procedentes de pacientes diagnosticados de depresión mayor que se suicidaron con otras pertenecientes a pacientes fallecidos de forma repentina por patología cardíaca y otras causas (grupo control).



Estos investigadores canadienses encontraron que las tasas de metilación en el cerebro de los suicidas era casi 10 veces mayor que la del grupo control, y que uno de los genes silenciados era el del receptor GABAA. El GABA es el principal neurotransmisor inhibitorio dentro del SNC (Sistema Nervioso Central) y desempeña un importante papel en el control del comportamiento.

Además, diferentes fármacos realizan una regulación alostérica de dicho receptor, como por ejemplo las benzodiacepinas, los barbitúricos, el etanol y los anestésicos administrados por via inhalatoria. Los fármacos que actúan sobre el receptor, inhibiendo de forma leve y temporal su descarga neuronal, consiguen un efecto ansiolítico. Pero si lo bloquean de manera más profunda o prolongada, el efecto es anestésico.

No es nuestro deseo extendernos demasiado con estas cuestiones. Simplemente recordar otro estudio publicado en marzo de 2010 en JAMA Psychiatry (anteriormente Archives of General Psychiatry), firmado por los doctores Simona KellerLorenzo Chiarotti y colaboradores, en el que incidían sobre la importancia del BNDF (Brain-derived neurotrophic factor) en la fisiopatología de la conducta suicida.

Los niveles cerebrales y plasmáticos de este factor se encontraron disminuidos en los suicidas. Los resultados obtenidos refuerzan la hipótesis de que las alteraciones en la metilación del ADN de genes específicos en el cerebro humano (como el responsable de la expresión del BNDF en el área de Wernicke) están asociados a comportamientos suicidas.

CINEFILIA: LOS LEMMINGS SUICIDAS

Los leminos o lemmings son unos pequeños roedores habitantes de la tundra, la taiga y las praderas árticas, que subsisten alimentándose de hierba, raíces y frutos. Sin base científica, existe un mito que asegura que estos animales se suicidan en grupo como mecanismo de autorregulación natural.



A la presunción de esta falsa creencia contribuyó "White Wilderness" (James Algar, 1958), un documental de la factoría Disney rodado en Canadá y galardonado con un Óscar. En una de sus secuencias, un grupo de lemmings se arroja a las aguas de un río. Se especula que ese incidente fue provocado intencionalmente durante el rodaje del documental.

EL CEMENTERIO DE GLASGOW

Uno de los escenarios más bellos de esta película se sitúa aquí. Edificado en la época victoriana, se extiende sobre una colina al este de la Catedral de San Mungo (como también se conoce a San Kentigerno, el fundador de la ciudad).



Diseñado por Pére Lachaise, se trata de un encargo realizado en 1831 por la Casa de los Comerciantes. En la actualidad ocupa unas 15 hectáreas y sus jardines, estatuas, túmulos y esculturas pueden contemplarse en visitas guiadas.

UN APUNTE FINAL...

Existe una circunstancia que bien pudiera parecer chocante. Los países supuestamente "más felices" presentan las tasas más elevadas de suicidios. Un estudio conjunto realizado por la Universidad de Warwick (Reino Unido), el Hamilton College de Nueva York (EEUU) y la Universidad de San Francisco (EEUU) reveló que algunos países instalados en posiciones destacadas dentro del ranking Forbes (Dinamarca, Canadá, EEUU, Islandia, Suiza...) registran elevadas cifras de suicidios.

Este fenómenos paradójico ocurre también dentro de los EEUU, donde los estados que registran los niveles de felicidad más altos son también aquellos donde más se suicidan sus habitantes, como por ejemplo Hawaii, y viceversa, otros como Nueva York, asociado a un estilo de vida de escasa felicidad, presenta las tasas de suicidio entre las más bajas.

Todavía queda mucho por investigar sobre la conducta suicida en los seres humanos...

miércoles, 27 de marzo de 2013

LOS DESCENDIENTES



"Mis amigos del continente creen que, como vivo en Hawaii, vivo en un paraíso y que estoy de vacaciones perpetuas... ¿Cómo es posible que piensen que nuestros cánceres son menos mortales y nuestro sufrimiento menos doloroso?..."

Matt King (George Clooney) en "Los descendientes"


Ambientada en los idílicos paisajes tropicales que conforman el archipiélago hawaiano, "Los descendientes" (Alexander Payne, 2011) se construye sobre el armazón dramático inspirado en la novela homónima de la escritora norteamericana Kaui Hart Hemmings, su opera prima, y que realiza un cameo en esta película interpretando a Noe, la secretaria del protagonista.


La escritora y ocasional actriz Kaui Hart Hemmings

Como atractivo adicional nos presenta al polifacético y galardonado George Clooney, una auténtica garantía del éxito en taquilla, impecable en su interpretación de Matt King, un abogado especializado en derecho inmobiliario y además el único administrador fiduciario de una extensa propiedad familiar de tierras vírgenes en la isla de Kauai. Casado y padre de familia, su vida dará un giro radical a partir del accidente acuático sufrido por su bella esposa Elizabeth (Patricia Hastie), que la deja en estado vegetativo. Un matrimonio que desde hacía tiempo ya se había distanciado...

Destacamos la capacidad expresiva de George Clooney empleando nada más que su mirada y el silencio, cualidades indispensables para conseguir trasmitirnos todo el dolor y la impotencia que se siente ante un ser querido que, aunque parezca profundamente dormido, día a día, poco a poco, irremediablemente va desapareciendo.


Patricia Hastie es Elizabeth King

Matt deberá enfrentarse a las dificultades de su vida cotidiana, especialmente al cuidado y atención de sus hijas: la pequeña y rebelde Scottie (Amara Miller) de 10 años, y Alexandra (Shailene Woodley) la mayor, de 17, que vive en un internado y flirtea con el alcohol y las drogas... Como él mismo dice: "soy el progenitor de repuesto, el suplente"... Durante cierto tiempo, Matt mantendrá viva la esperanza en la recuperación de su esposa inerte y en la salvación de su matrimonio. Hasta que alguien le despierta de su sueño y le devuelve a la dura realidad.


Los informes médicos resultan demoledores: el coma es profundo y permanente, las pupilas de Elizabeth permanecen arreactivas, los reflejos tronco-encefálicos están ausentes y solamente las sofisticadas máquinas de soporte vital son capaces de evitar su muerte. El equipo de especialistas que dirige el Dr. Johnston (Milt Kogan) ya ha descartado la más remota probabilidad de recuperación. El veterano galeno aduce obligaciones legales para desconectar a la enferma y poner en marcha el protocolo de donación de órganos...

Elizabeth ha dejado escrito un testamento vital o documento de voluntades anticipadas.

Se trata de una serie de directrices sobre el cuidado de la salud o el destino de sus órganos tras su fallecimiento, que una persona manifiesta voluntariamente de forma previa para que éstas se cumplan llegado el momento en que no pudiera manifestarlas personalmente, por no estar consciente o encontrarse incapacitada para comunicarlas eficientemente.

El término testamento vital deriva del original en inglés, living will, debido al abogado y activista estadounidense Luis Kutner, uno de los fundadores de Amnistía Internacional en 1961.


Luis Kutner (1908 - 1993)

La enfermedad de Alzheimer es tratada de manera tangencial en esta película. Matt visita a sus suegros para informarles del estado irreversible de Elizabeth. Él es Scott Thorson (Robert Forster), un hombre adinerado y rudo, que reprocha con dureza a su yerno por su avaricia y falta de dedicación familiar. Ella es Alice Thorson (Barbara L. Southern), a la que todos llaman cariñosamente "Tutu" (abuela en hawaiano) y se encuentra afectada por tan singular demencia...

Además de en la ambientación, y en las afortunadas interpretaciones de su elenco artístico, incluyendo a la sorprendente y jovencísima Amara Miller, el valor cinematográfico de esta obra está enriquecido por el elegante trabajo del equipo de guionistas: Nat Faxon, Jim Rash y el propio Alexander Payne. De esta original manera, nos iremos enterando de la vida de la desahuciada Elizabeth King por el relato que de ella hacen todos y cada uno de los personajes: padres, marido, hijas, amigos, conocidos... Paradójicamente, la búsqueda de Bryan Speer (Matthew Lillard), el amante secreto de la moribunda, en este film poco más que un retrato en una valla publicitaria o un tipo que corre por la playa, se convertirá en el nudo que servirá para estrechar los endebles lazos familiares de los King...

Un capítulo aparte nos ha merecido el desconcertante Sid (Nick Krause), el novio adolescente de Alex, que por momentos nos hizo dudar de si nos encontrábamos ante un caradura o ante un auténtico cretino.


Nick Krause es Sid

CINEFILIA

Mientras Matt y sus hijas visitan a Elizabeth en el hospital, la cámara se posa durante unos instantes en su diploma de graduación en la prestigiosa Punahou School, la mayor escuela privada de los EEUU, construida en 1841. Barack Obama también se graduó allí, en 1979...

Y la sempiterna música hawaiana, siempre presente...