- "¿Le parezco un payaso capaz de iniciar una revolución?
Arthur Fleck - The Joker en "Joker" (Todd Phillips, 2019)
Pero además y sobre todo, por la descomunal caracterización que Joaquin Phoenix realizó del malvado archivillano, el enemigo por antonomasia de Batman, un Joker emotivo e infeliz, capaz de cautivar el corazón de los espectadores.
Por tan admirable trabajo, Joaquin Phoenix fue merecidamente premiado con el Oscar al mejor actor principal.
Delante de la pantalla, vamos asistiendo progresivamente a la corrupción de un deshecho de la sociedad, Arthur Fleck, el payaso Carnaval, transformado en un ser violento y deleznable completamente emponzoñado por la maldad y la locura.
En otras palabras, tal y como se pregunta Aarón Rodriguez Serrano en "Nunca le oímos llorar, Apuntes sobre Joker (Todd Phillips, 2019)", editado en Shangrila/Materiales, ¿cómo se llega, qué ocurre para que el payaso Carnaval devenga en Joker? ¿Cuál es el espacio narrativo que empuja a ese cuerpo suficiente, un cuerpo propicio al martirologio y al ridículo, a elevarse a la esfera de los mitológico, a imponerse como rostro del mal?.
CINEFILIA
La mutación en una bestia vengativa de un infeliz brutalmente acosado por su entorno también ha sido empleada en el universo del manga y del anime japoneses, como por ejemplo en "Koroshiya 1 The animation: Episode 0" (Shinji Ishihira, 2002), la precuela del controvertido anime "Ichi The Killer" (Takashi Miike, 2001), en la que el personaje de Hajime Shiroishi (Ichi) se transforma en un despiadado asesino, que terminará incluso enfrentado con la poderosa yakuza que controla la zona roja de Tokyo.
Esta película de animación para mayores de 18 años, de colores cálidos sobre un fondo oscuro, explora el mundo del terror psicológico y los efectos devastadores de la incomprensión familiar y el acoso escolar en un joven que terminará convirtiéndose en un monstruo ávido de violencia, con un cuerpo atlético y una mentalidad infantil.
Las primeras obras en las que apareció Batman se deben al trabajo de Bill Finger y Bob Kane. Ambos artistas, junto al dibujante e ilustrador Jerry Robinson, fueron los creadores del criminal antagonista del superhéroe, que ya aparecía en el primer cómic específico de la serie publicada por DC Comics en abril de 1940.
De personalidad psicopática, humor sádico y maldad infinita, la popularidad del bellaco fue creciendo paulatinamente hasta convertirlo en protagonista de multitud de productos y medios, saltando a las pantallas del cine y la televisión encarnado por César Romero, Jack Nicholson, Heath Ledger, Jared Leto y Joaquin Phoenix.
Según el cómic original, el rostro desfigurado del Joker, su piel blanca, cabello teñido de verde y labios rojos son secuelas de una acadia accidental en un recipiente de productos químicos.
Sin embargo, la película de Todd Phillips nos propone su génesis particular de este personaje, partiendo de un individuo anodino maltratado por la sociedad, que se gana la vida como payaso mientras comparte penurias con su anciana madre enferma, Penny Fleck (Frances Conroy).
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La actriz Frances Conroy interpretó a la investigadora Ophelia Powers en "Catwoman" (Jean Christophe Comar, Pitof, 2004), el personaje que desvela a la protagonista (Halle Berry) los superpoderes felinos que supondrán para ella una bendición y una maldición.
Asimismo producto del ingenio de Bill Finger y Bob Kane, Catwoman es una ladrona de joyas, habilidosa con el látigo siempre embutida en un sensual y ajustado traje negro, una aliada habitual de Batman.
Retornando a la película, de manera indirecta "Joker" ha servido también para dar a conocer al público en general un trastorno neurológico muy poco frecuente, conocido como epilepsia gelástica, caracterizado por raras convulsiones y accesos de risa inoportuna y descontrolada que afecta a quienes la padecen.
Para el filósofo Jacques Lacan, la risa es una forma de comunicación. Para que esta experiencia gozosa pueda realizarse es necesaria la presencia de los otros. Así ocurre en el espectáculo televisivo dirigido por Murray Franklin (Robert de Niro), el fulgurante astro televisivo tan admirado por Arthur Fleck, y que terminará el objetivo final de su venganza contra la sociedad.
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En "El rey de la comedia" (Martin Scorsese, 1982) De Niro encarna al aspirante a cómico Robert Pupkin, obsesionado con el éxito que le permita convertirse en una estrella del calibre de su admirado Jerry Langford (Jerry Lewis). Para obtener su instante de celebridad, Pupkin no cesará en el acoso de su ídolo.
La risa, como el llanto, es una acción involuntaria en la mayoría de las personas. Suele desencadenarse como respuesta un estímulo, interno o externo, procesado en el sistema nervioso central a nivel de áreas primarias, secundarias y de asociación multimodal.
Sabemos que el procesamientos de las emociones se realiza a nivel del sistema límbdico, probable responsable de las respuestas motoras que acompañan a la risa, como las expresiones faciales y el movimiento de los músculos que controlan la respiración y la fonación.
Después de la estimulación automática de estos actos motores, el eje hipotálamo-hipofisario y el sistema nervioso autónomo provocan una activación generalizada que conformará las emociones alegres que finalmente desencadenan la risa.
La estimulación del núcleo subtalámico puede inducir la risa, y así se ha comprobado en pacientes con enfermedad de Parkinson.
Por lo tanto, existen tres niveles en la producción de la risa:
- Cortical: controla o elabora la respuesta emocional.
- Efector o bulbar: desencadena las manifestaciones fisiológicas.
- Sincrético: ubicado en el hipotálamo, y cuya función es la integración de los dos niveles anteriores.
Como veremos, la risa histriónica y escandalosa del Joker no es patrimonio exclusivo de la epilepsia gelástica.
Debido a la complejidad del mecanismo productor y director de la risa, su modalidad patológica y descontrolada, con incontinencia y habilidad afectiva podrá diagnosticarse también en enfermedades del sistema central como tumores, esclerosis múltiple, ictus, demencias (Alzheimer) y afecciones de las conexiones entre el cerebro, el bulbo raquídeo y el cerebelo.
Asimismo, en enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia, trastornos maníacos e intoxicaciones por drogas, así como en niños con trastornos generalizados del desarrollo, por ejemplo dentro del espectro autista y Asperger, donde pueden aparecer ataques de risa sin motivo aparente.
ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS
- Parálisis bulbar y pseudobulbar: determinadas lesiones unilaterales o bilaterales de las vías motoras que unen la corteza cerebral con el bulbo raquídeo pueden provocar una risa patológica. Entre sus causas más frecuentes se encuentran la arteriosclerosis, infartos cerebrales múltiples y la esclerosis múltiple. En este caso, la risa resulta desproporcionada, siendo a menudo descrita como incontinencia emocional. Esta parálisis impide los movimientos voluntarios, pero no los reflejos (risa, llanto o succión). Anatómicamente, por orden decreciente, las zonas más frecuentemente afectadas son la cápsula interna (con daños en los ganglios basales), la sustancia negra, los pedúnculos cerebrales e hipotálamo caudal, y las lesiones bilaterales del tracto piramidal, con afectación de fibras extrapiramidales. Existe un excelente trabajo publicado en la Revista de Medicina y Cine de la Universidad de Salamanca titulado "La baraja del Joker: factores desencadenantes de la conducta agresiva en el paciente con afección pseudobulbar", que repasa la fisiopatología de esta enfermedad y establece los aspectos clínicos, familiares, ambientales y socioculturales relacionados con la conducta destructiva del Joker. Desde aquí recomendamos su lectura.
- Epilepsia gelástica: descrita por primera vez en 1957 por los científicos David Daly y Donald Mulder, cuyos trabajos fueron publicados en la prestigiosa revista Neurology. Se calcula que esta rara patología afecta al 0.2% de la población y representa al 0.32% de los casos de epilepsia.Suele aparecer entre los 3 y 4 años, y es más frecuente en los niños que en las niñas. Son característicos los ataques de risa repentinos, de comienzo paroxístico, autolimitados (suelen durar apenas 30 segundos), producidos por descargas corticales anormales, y seguidos de una fase amnésica. Predominan las crisis diurnas, acompañados de hipotonía y diaforesis. Si están asociados a tumores hipotalámicos, la pubertad precoz es característica. También puede asociarse a tumores hipotalámicos posteriores congénitos benignos. La risa hueca, involuntaria, incontrolable y fuera de lugar les ocasiona a estos pacientes una tremenda incomodidad.
- Enfermedad vascular cerebral: en algunas ocasiones, después de un ictus, pueden presentarse ataques de risa o llanto patológicos, por la oclusión parcial de las arterias vertebrales y basilares. El síndrome conocido como "ictus ridenti" o "fou rire prodromique" se caracteriza por una risa prolongada que puede durar horas o incluso semanas, acompañada de hemiplejia, estupor o demencia. Su causa es una hemorragia intracraneal extensa de profesión gradual que destruye el tejido cerebral.
- Otras enfermedades neurológicas: se han descrito ataques de risa patológica en casos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), encefalitis y meningitis, enfermedad de Parkinson y enfermedades por depósitos anormales de lípidos, como la enfermedad de Gaucher, Niemann-Pick o Fabry.
- Esquizofrenia: la risa está desligada de su sentido emocional, surgiendo en estallidos ocasionales inapropiados. En algunas ocasiones, de manear repentina, la risa puede convertirse en llanto.
- Histeria y otras neurosis: el mismísimo Freud ya describió la risa patológica en sus ensayos sobre la histeria. La risa histérica colectiva también ha sido descrita, desatada incluso en grupos numerosos de personas, tal vez ligada para algunos investigadores a unas condiciones sociales determinadas, como pobreza, ansiedad, culpabilidad y pérdida de la propia identidad.
- Narcolepsia: la risa puede convertirse en el desencadenante de los ataques catapléjicos típicos de esta enfermedad, donde la excesiva somnolencia diurna, las alucinaciones hipnagógicas, el insomnio y la parálisis del sueño completan su cortejo sintomático más típico. A propósito de esta patología, en este mismo blog hemos comentado con anterioridad "Mi Idaho privado" (Gus Van Sant, 1991), protagonizada por el malogrado River Phoenix, hermano de Joaquin Phoenix, interpretando a un joven y atractivo chapero en la procura de su propio destino.
- Intoxicaciones: múltiples sustancia pueden desencadenar episodios de risa patológica: alcohol, benzodiacepinas, alucinógenos (cannabis, hachís), LSD, óxido nitroso o "gas de la risa", los depósitos de cobre a nivel cerebral en la enfermedad de Wilson, y otras sustancias tóxicas como anestésicos locales e insecticidas.
- Síndrome de Angelman: descrito en 1965 por el pediatra británico Harry Angelman, conocido popularmente como "síndrome de la muñeca feliz". Se trata de un trastorno genético donde está involucrada la expresión del gen UBE3A, que codifica la enzima ubiquitina ligasa. En el 65-75% de los casos, este síndrome ocurre por detección genética; una minoría por mutación o por una disocia uniparental, que ocurren cuando se heredan dos copias del cromosoma 15 del padre, en lugar de una de cada progenitor. La traslación o el reordenamiento cromosómico son mucho menos frecuentes. Sus principales características son retraso mental severo, más acusado en el área del lenguaje, risa frecuente y aspecto feliz, con el llanto especialmente raro e incluso ausente. Sus rasgos somáticos son característicos, con microbraquicefalia, prognatismo, protusión lingual, malposición dentaria y aplanamiento occipital. Estos pacientes se mueven de manera incoordinada y atáxica. Son frecuentes las crisis comiciales, con alteraciones electroencefalográficas constantes, así como alteraciones visuales por atrofia papilar, entre otras.
- Enuresis risoria: caracterizada por la urgencia miccional incontrolable desencadenada por la risa. Está causada por fuertes contracciones del músculo detrusor de la vejiga. Puede persistir hasta la edad adulta, aunque su frecuencia es mayor entre los 5 y los 7 años de edad. Es más frecuente en las mujeres, y tiene una presentación familiar. Todas las pruebas diagnósticas, incluyendo los estudios neurológicos y urodinámicos, son normales.
- Trastornos generalizados del desarrollo: caracterizados por una perturbación generalizada y grave de diversas áreas del desarrollo madurativo infantil, donde la risa patológica puede manifestarse; como por ejemplo en los trastornos del espectro autista (TEA), el síndrome de Rett (cuyos enfermos presentan episodios de risa nocturna en más del 80% de los casos) y en algunos casos del trastorno de Asperger.
- La risa síntoma: incontrolable, desencadenada en los momentos más inoportunos, el síntoma de un trastorno mental (o de varios). Es la que le lleva a ser aporreando sin piedad en el metro por los tres jóvenes yuppies a los que termina asesinando a balazos.
- La risa social: una especie de chirrido agónico que surge cuando Arthur intenta aparentar que pilla un chiste o que encuentra una situación graciosa. Esta risa aguda aparece en la película cuando escucha y analiza los monólogos en el club Pogo´s, o cuando sus compañeros de trabajo se burlan del payaso enano Gary (Leigh Gill).
- La risa compasiva: sincera y sencilla, tal vez la única verdadera. Es la risa que surge mientras contempla la proyección de "Tiempos modernos" (Charles Chaplin, 1936), un ejemplo de risa infantil de la que quizás nunca llegó a disfrutar. Esta risa no volverá jamás cuando la posibilidad de redención del Joker desaparezca para siempre.
- Fenelzina: es un antidepresivo perteneciente al grupo de los IMAO (inhibidores de la monoaminooxidasa). Al ser un IMAO no selectivo, inhibe tanto las monooxidasas del tipo A como del B. Fue el primer antidepresivo disponible en el mercado, y actualmente ha sido sustituido por otros fármacos más modernos. Sin embrago, por su mecanismo de acción especial, puede seguir siendo útil en el tratamiento de las depresiones atípicas y en determinados cuadros de ansiedad manifiesta. Asimismo, puede emplearse en el tratamiento de la fobia social, una patología que cuyos síntomas concuerdan con una de las posibles patologías psiquiátricas de nuestro protagonista. Otro de sus inconvenientes son las interacciones que presenta con otros medicamentos de sus frecuento, así como con determinados alimentos (quesos, embutidos, fruta madura) y bebidas (vino y cerveza).
- Oxazepam: es una benzodiacepina con acciones ansiolítica, miorrelajante, hipnótica y anticonvulsiva. Es un depresor del SNC, y sus diferentes efectos terapéuticos dependen de la dosis, oscilando entre la sedación hasta la letárgia, la hipnosis e incluso el coma. Su efecto relajante del músculo esquelético es útil en el tratamiento de los síntomas hipertónicos, espásticos y discinésicos, algunos de los cuales padece Arthur Fleck, sobre todo discinesia, movimientos anormales e involuntarios, sobre todo faciales, y que también pueden desarrollarse cuando se consumen neurolépticos de manera prolongada, otra hipótesis que no podríamos descartar dentro de la probable medicación de nuestro protagonista. Por su acción depresora del sistema límbdico, también se emplea en el tratamiento de alteraciones emocionales y del comportamiento.