lunes, 19 de febrero de 2018

GRITOS Y SUSURROS



- "Es lunes por la mañana, muy temprano, y no cesa el dolor. Mis hermanas y Anna se relevan a la cabecera de mi cama..."

Del diario de Agnes (Harriet Anderson) en "Gritos y susurros" (Ingman Bergman, 1972)


El 21 de diciembre de 1972 se estrenó en Nueva York "Gritos y susurros" (Ingmar Bergman, 1972). A principios de los 70, retirado en la isla de Fårö, el genial cineasta sueco se encuentra prácticamente en la ruina. Para realizar este film, y al no conseguir fuentes de financiación ni siquiera en su propio país, las actrices protagonistas decidieron aportar sus propios emolumentos para sacar adelante este proyecto.

Las distribuidoras norteamericanas más potentes rechazaron la película. Finalmente, Roger Corman y su hermano Gene, propietarios de New World Cinema, adquirieron sus derechos de distribución y la estrenaron en un cine marginal neoyorkino. Su catapulta a la fama y el reconocimiento internacional surgirían a raíz del Oscar a la Mejor Fotografía otorgado en 1973 a Sven Nykvist, un habitual en la filmografía de Bergman.

CINEFILIA

La compañía New World Cinema, especializada en cine de explotación, un género que agrupa películas de temática escabrosa como el consumo de drogas, la violencia, el crimen y el erotismo (porno blando), distribuyó en los Estados Unidos excelentes películas extranjeras, como "Gritos y susurros", "Amarcord" (Federico Fellini, 1974) o la impresionante "Dersu Uzala - El cazador" (Akira Kurosawa, 1975), además de darle la alternativa a directores de la categoría de Jonathan Denme y Peter Bogdanovich.



"The student nurses" (Stephanie Rothman, 1970), 
uno de los primeros productos de New World Cinema

Independientemente de su indiscutible valor cinematográfico, "Gritos y susurros" atesora un mérito adicional en cuanto a su particular manera de presentarnos el dolor y el sufrimiento en una paciente terminal, en este caso con un cáncer de útero, probablemente un adenocarcinoma de endometrio (por ser éste el tipo estadísticamente más frecuente).

FUNDIDO EN ROJO

Para ambientar esta película, Bergman escogió el Castillo de Taxinge-Näsby, en Södermandland (Suecia), si bien casi toda la película se desarrolla en sus interiores.


Los decorados, moquetas y cortinajes, de penetrante carmesí, contrastan con el blanco reluciente de los camisones, las batas, los delantales, las almohadas y las sábanas, y con el negro de los trajes de luto, consiguen un efecto incómodo y fascinante en el espectador, con unos fundidos en rojo que potencian todavía más el impacto del dolor y la sangre (insinuada y apenas presente en el film).

En confesiones personales del director, el color carmesí fue el elegido para representar el alma, "una húmeda membrana de diferentes tonos rojos".

CINEFILIA

En "Inseparables" (David Cronenberg, 1988), somos testigos de una saturación escarlata semejante a la del film de Bergman, curiosamente también relacionada con la sangre y la ginecología como trasfondo estético.




Jeremy Irons interpreta a los gemelos Mantle en 
"Inseparables" (David Cronenberg, 1988)

EL DOLOR

Una de las características más notables de esta película, destacada asimismo por el cineasta francés François Truffaut, es la prioridad absoluta del rostro humano en un monumental ejercicio de primeros planos; como ejemplo de ello, y en nuestra humilde opinión, una de las escenas más impactantes comienza con el objetivo centrado en el rostro de Agnes (Harriet Anderson), la hermana enferma que parece dormir plácidamente. Poco a poco, un intenso dolor pélvico la despierta, culminando con la máxima crispación que contrae su expresión mientras deja escapar un terrible alarido de dolor.


Agnes (Harriet Anderson) se contrae de dolor ante la mirada pasiva de sus hermanas Karin (Ingrid Thulin) y María (Liv Ullman), y la de su fiel criada Anna (Kari Sylwan)

A pesar de su gravedad, Agnes es visitada por el médico (Erland Josephson) en tan solo una ocasión, apenas una fugaz auscultación con un estetoscopio rígido y una tenue exploración abdominal por encima del camisón, sin que en la película se nos muestren las medidas analgésicas y paliativas para tanto sufrimiento. Obviamente, éste no era el objetivo del director y guionista, sino más bien la introducción en escena de un amante de la vanidosa e inmadura hermana pequeña, María (Liv Ullman).




Ingmar Bergman y el director de fotografia Sven Nykvist dando instrucciones a 
Ingrid Tullin y Liv Ullman

Y es que el único alivio para tanto sufrimiento no parece proceder de los  fármacos analgésicos y opiáceos, sino de la balsámica calidez provocada por el contacto humano. Tal y como afirmaba Juan Carlos González en Tiempo de Cine, ni siquiera la esperanza de un venturoso más allá sirve de consuelo para Agnes y sus hermanas, simplemente porque la fe religiosa quedó intencionadamente apartada por el propio Bergman en este film, con apenas unas sucintas referencias al Creador en las plegarias matutinas de la criada Anna en memoria de su hijita muerta.

PSICOLOGÍA MÉDICA

Probablemente, además del placer cinéfilo, el análisis de esta película desde el punto de vista psicológico se nos antoja muy conveniente. Al respecto recomendamos la entrada firmada por Jaume Cardona en su estupendo blog sobre Cine y Psicología, un detallado estudio de los personajes femeninos, sus complejas relaciones y la secuencia onírica culminante, un ejercicio de piedad cinematográfica llevada a sus últimas consecuencias.

CINEFILIA

La actriz y escritora noruega Linn Ullman (1966), hija de Ingmar Bergman y de Liv Ullman, interpreta un pequeño papel en esta película, encarnando a María durante su infancia.


sábado, 10 de febrero de 2018

CORAZÓN SILENCIOSO


- "Es lo que ella quiere. Es su decisión..."
Dennis (Pilou Asbæk) a Sanne (Danica Curcic) en "Corazón silencioso" (Bille August, 2014)

¿Nos disponemos a abordar otra película más relacionada con la eutanasia, en este caso un suicidio asistido, o más bien estamos ante de film que aprovecha la muerte para retratar con reconocida pulcritud las intimidades y los entresijos de una familia ciertamente singular?.

En este caso concreto, ¿constituye la esclerosis lateral amiotrófica un pretexto para armar una tragedia familiar donde los personajes desnudan sus más íntimos sentimientos y emociones? Porque su mismo director ha manifestado públicamente que la familia resulta el escenario mejor adaptado para un buen drama. 

La catarsis familiar desencadenada por la pérdida de uno de sus miembros, donde los parientes intentan depurar sus desafectos, insidias e intimidades, ha sido ha sido hábilmente manejada por sagaces guionistas para la construcción de películas de imborrable recuerdo; sirvan como ejemplos la monumental tragedia griega contemporánea titulada "El Padrino" (Francis Ford Coppola, 1972) junto a sus secuelas, la afectuosa e imperecedera "La familia" (Ettore Scola, 1987) o más recientemente "Agosto" (John Wells, 2013), una creación del director y guionista de la popular serie televisiva "Urgencias".


   
Porque podemos encontrar todo esto y mucho más en "Corazón silencioso" (Bille August, 2014), una cinta que destila, en nuestra humilde opinión, la influencia cinematográfica de Ingmar Bergman por sus cuatro costados.


Nos estaríamos refiriendo precisamente a una serie de coincidencias entre esta película del director y guionista de la laureada e inolvidable "Pelle el Conquistador" (Bille August, 1987) con "Gritos y susurros" (Ingmar Bergman, 1972): la casona familiar, la enfermedad terminal, los omnipresentes relojes que inexorables rubrican la cuenta atrás de la vida, el recuerdo del pasado, la misericordia y el perdón.


Tanta sincronía tampoco resulta de extrañar entre dos cineastas escandinavos con múltiples y diversas interconexiones: "Las mejores intenciones" (Bille August, 1992) fue escrita por Bergman, detallando las vivencias de sus propios padres entre 1909 y 1918; fue galardonada con la Palma de Oro del Festival de Cannes en la misma edición que la actriz sueca Pernilla August (ex esposa de Bille y madre de sus dos hijas), una habitual en la filmografía del cineasta de Upsala, a la que recordamos especialmente por su participación en la magnífica "Fanny y Alexander" (Ingmar Bergman, 1982)


CINEFILIA

Asimismo, Pernilla August encarnó a Shmi Skywalker, la madre de Anakin Skywalker y abuela paterna de Luke Skywalker, en el "Episodio II - El ataque de los clones" (George Lucas, 2002).


Pernilla August es Shmi Skywalker

CINEFILIA

"Corazón silencioso" no ha sido la primera aproximación de August al mundo de las enfermedades neurodegenerativas. En "Una canción para Martin" (Bille August, 2001) nos presentó la historia de un famoso compositor (Sven Wollter) que habría de enfrentarse a los devastadores efectos del Alzheimer con la ayuda de Barbara (Viveka Seldahl), una madura violinista infelizmente casada.



EUTANASIA: INCERTIDUMBRE Y DEBATE


Tal vez de forma involuntaria, "Corazón silencioso" puede causarnos ciertos titubeos en nuestras convicciones personales sobre tan controvertido tema, seamos partidarios o detractores. Algunos críticos, como José Antonio Martín León en la Revista EAM, destacan precisamente ese enfoque personal que Bille August compone sobre la muerte, todavía uno de los tabúes de la humanidad moderna.

Esther (Ghita Nørby), la matriarca protagonista de este drama, no presenta síntomas avanzados de una esclerosis lateral amiotrófica, como tampoco se encontraban presentes en Hannes (Florian David Fitz), el personaje principal de "Tour de Force" (Christian Zübert, 2014), película de temática similar aunque con distinta factura, ya comentada anteriormente en este mismo blog. En ambos casos, suicidio asistido el primero y eutanasia el segundo, las decisiones sobre el final de la vida vienen determinadas por el rechazo al sufrimiento y el posible dolor que esta muerte provocaría en familiares y seres queridos.



La polémica continúa abierta. Mientras en España se empieza a intentar llevar la eutanasia al parlamento, a principios de 2018 los medios de comunicación se hacían eco de la dimisión de uno de los miembros de la comisión belga encargada de controlar la eutanasia en dicho país. Tomó esa determinación ante la decisión de la propia comisión declinando llevar ante los tribunales a dos médicos responsables que aplicaron la eutanasia a una paciente gravemente enferma de Parkinson y demencia sin que ella lo hubiera solicitado. 

La eutanasia es legal en Bélgica desde 2002. Desde entonces, el número de muertes por dicha causa ha ido en aumento, pasando de los 234 casos del año 2003 hasta los 2200 del 2017. Un grupo de 15 expertos en Bioética ha colaborado en "Euthanasia and Assisted Suicide. Lessons from Belgium", un trabajo publicado por la Universidad de Cambridge y que alerta sobre la extendida consideración de la eutanasia en Bélgica como una manera más de morir, alejándose cada vez más de su especial tipificación ética y moral.

Finalmente, en el editorial de su último número, la prestigiosa The British Medical Journal (BMJ) se ha posicionado a favor de la muerte asistida en el Reino Unido, teniendo en consideración las opiniones de miembros de The British Medical Association (BMA) y diferentes profesores de Bioética. Para estos expertos, a nivel mundial ya disponemos de suficiente experiencia y diversas legislaciones nacionales, como por ejemplo Bélgica, Suiza, Luxemburgo, Holanda, Canadá y Colombia.

LA EUTANASIA EN EL CINE

El listado de películas que de manera directa o tangencial se han aproximado al tema de la eutanasia es amplio. Repasemos algunas cintas incluidas en esta relación:

En "El mayor espectáculo del mundo" (Cecil B. De Mille, 1952) James Stewart encarna a Botones, un payaso que oculta su más íntimo secreto: en el pasado fue un médico que ayudó a morir a su esposa, una enferma terminal.




James Stewart es Botones

En "Danzad, danzad, malditos" (Sydney Pollack, 1969), basada en una novela de Horace McCoy que pretende ser un fiel retrato de la Gran Depresión estadounidense, escritor y cineasta llegan a plantear el acto de matar a una persona por compasión con el sacrificio de un animal (en este caso un caballo) que está desahuciado y sufriendo.


"Johnny cogió su fusil" (Dalton Trumbo, 1971) se ha convertido en un film de culto repasado hasta la saciedad en los foros educativos y debates sobre bioética. Con guión del propio Trumbo, en las escenas finales se aborda la eutanasia con una intencionalidad compasiva, modelo dramático que pudo servir para filmes posteriores como "Alguien voló sobre el nido del cuco" (Milos Forman, 1975), "Betty Blue" (Jean-Jacques Beineix, 1986), "Million Dollar Baby" (Clint Eastwood, 2004), "Mar adentro" (Alejandro Amenábar, 2004) o "Amor" (Michael Haneke, 2012).



"Cuando el destino nos alcance" (Richard Fleischer, 1973) constituye un film distópico, típico producto de la década de los 70 dentro de un género pesimista sobre el futuro de la humanidad. Protagonizada por Charlton Heston, actor de moda en este tipo de películas, desde la mítica "El planeta de los simios" (Franklin J. Schaffner, 1969), pasando por "El último hombre... vivo" (Boris Sagal, 1971), hasta "Terremoto" (Mark Robson, 1974) y "Aeropuerto 75" (Jack Smight, 1974). La eutanasia se plantea aquí como una posible medida para el control de la población mundial en un planeta al borde la extinción de sus recursos.



"Mi vida es mía" (John Badham, 1981) representa un caso especial. Protagonizada por Richard Dreyfuss, que encarna al exitoso escultor Ken Harrison, paralizado completamente tras sufrir un gravísimo accidente de tráfico, y que lucha contra el estamento médico y judicial en la procura de una muerte digna y contraria al encarnizamiento terapéutico.



Tanto en "El fuego fatuo" (Louis Malle, 1962) como en "El sabor de las cerezas" (Abbas Kiarostami, 1997), la percepción social del suicidio y sus consecuencias difiere esencialmente según el marco cultural en el que nos situemos, circunstancia que se repite a buen seguro también con la eutanasia.



Por su papel de madre gravemente enferma de cáncer en "Cosas que importan" (Carl Franklin, 1998) Meryl Streep fue nominada al Globo de Oro y al Oscar como mejor actriz principal. El concepto de la eutanasia planea en la trama de la película hasta desvelar verdaderamente un suicidio con narcóticos.


"Las invasiones bárbaras" (Denys Arcand, 2003) es un film canadiense que nos plantea interesantes cuestiones desde el punto de vista médico, como por ejemplo el tratamiento del dolor en los pacientes oncológicos, el uso para ello de drogas legales e ilegales, y la eutanasia.



"CORAZÓN SILENCIOSO": UN MAGISTRAL ESTUDIO DE PERSONAJES

Si en algo coinciden los críticos de esta película es en sus elogios a la dirección artística de Bille August. La elección de los actores y el retrato psicológico de los personajes resulta encomiable.

El matrimonio formado por Esther y Poul (Morten Grunwald), médico de familia jubilado tuvo dos hijas harto distintas: la metódica Heidi (Paprika Steen, galardonada por este trabajo como mejor actriz en el Festival de San Sebastián en 2014) y la hipersensible Sanne (Danica Curcic), que cuenta entre sus antecedentes patológicos con un intento autolítico (del que nadie parece querer hablar) y varios episodios depresivos.

Completan el cuadro familiar Michael (Jens Albinus), el insulso marido de Heidi, Jonathan (Oskar Sælan Halskov) el hijo adolescente de ambos, la veterana amiga Lisbeth (Vigga Bro), omnipresente en el pasado, presente y futuro de la familia y el irresponsable Dennis (Pilou Asbæk), incansable consumidor de porros de marihuana, al que todos reconocen como una relación tóxica para la frágil Sanne, y a pesar de ello lo aceptan como un miembro más del clan. Tres generaciones reunidas durante un fin de semana en una bella casona de campo en Fionia (Dinamarca), con la eutanasia de trasfondo.



La familia al completo


CINEFILIA

Uno de los recuerdos del pasado evocado por Heidi hace referencia a una felices vacaciones veraniegas en Bornholm, una pequeña isla danesa situada en el mar Báltico, entre las costas del sur de Suecia y el norte de Polonia.

A finales del siglo XIX, muchos inmigrantes suecos se desplazaron a esta isla en la procura de una mejor existencia. Precisamente englobados dentro de este particular movimiento demográfico se encontraban los protagonistas de "Pelle el Conquistador".