martes, 6 de octubre de 2009

LA PASIÓN DEL REY


Benoît Magimel es Luis XIV de Francia, el Rey Sol



"La pasión del rey" (Gérard Corbiau, 2000) nos propone un exquisito paseo por los entresijos de la peculiar corte del monarca Luis XIV. Ambientada en la pujante potencia europea que fue la Francia del siglo XVII, la riqueza y fastuosidad de vestuario y peluquería, el acentuado preciosismo de su ambientación y escenarios, su cuidada fotografía y el buenhacer del equipo de actores contribuyeron sobradamente a la excelente calidad final del producto. Y por si fuera poco, todo ello envuelto en el paisaje musical obra y arte del compositor Jean-Batipste Lully. Como no podía ser de otra manera, cotas artísticas tan elevadas solamente podrían ser alcanzadas por el que fuera autor y responsable de "Farinelli" (1994), cinta comentada anteriormente en otro apartado de este mismo blog.



Podríamos defender, sin temor a equivocarnos, que las vidas del Rey Sol y de Giambattista Lulli transcurrieron paralelas, y que el famoso músico de origen florentino, convertido en el afrancesado Jean-Baptiste Lully, puso la banda sonora a la magnificente existencia real hasta su propia muerte.


Jean-Baptiste Lully


Y precisamente traemos a colación esta película en esta bitácora por la trágica coincidencia en la muerte de ambos personajes: monarca y compositor fallecieron como consecuencia de la gangrena.

LA GANGRENA


En medicina este término hace referencia al proceso de necrosis y descomposición de un tejido orgánico, generalmente situado en las partes distales de las extremidades. Puede estar causada por una infección (gangrena húmeda) o un déficit circulatorio (gangrena seca), como ocurre, por ejemplo, en casos de una trombosis o de un proceso isquémico. En esta segunda situación, frecuente en pacientes diabéticos, puede empeorar por la sobreinfección bacteriana del tejido afectado.

Cuando el agente patógeno es el Clostridium tetani, la toxina fabricada por esta bacteria puede provocar una gangrena espumosa, con la caida a pedazos de la piel afectada y la presencia de un olor extremadamente desagradable. Este cuadro clínico puede provocar de manera fulminante el fallecimiento del paciente, debido a un shock séptico.


El tratamiento tradicional es la amputación, intervención que en este film tratan de practicar los cirujanos al pie herido de Jean-Baptiste Lully (magnífico y odioso Boris Terral). El comienzo de la obra se basa en un hecho histórico real. Observamos cómo Lully se dispone a dirigir, siempre dando la espalda a su propia orquesta, un Te Deum en homenaje a la feliz curación de una incómoda fístula perianal que venía atormentando a Luis XIV desde 1686, y de la que había sido exitosamente operado por el entonces cirujano real, Charles Félix de Tassy.

Sostienen los estudiosos que el aterrado Tassy nunca antes había practicado tal intervención y que por ello hizo que le enviaran a palacio decenas de enfermos procedentes de toda Francia, con la misma patología que su majestad, para practicar con ellas...

http://www.opusmusica.com/003/culo.html



Mientras dirigía a sus músicos, Lully se lastimó accidentalmente con el pesado bastón metálico de director en el último dedo de su pie derecho, infortunio que terminó degenerando en el proceso gangrenoso que le llevaría a la tumba, el 22 de marzo de 1687. En esta película, los más suspicaces podríamos interpretar que fue el propio Lully quien, despechado tras perder el favor y la amistad reales, se habría autolesionado intencionadamente el pie...

Como comentábamos anteriormente, Luis XIV murió también por una gangrena, el 1 de septiembre de 1715, pocos días antes de cumplir los 75 años, tras 72 de reinado ininterrumpido.




Luis XIV de Francia




LULLY Y EL REY SOL. EL BALLET Y LA AMISTAD.


Frente a los anquilosados esquemas musicales de la corte francesa, el virtuosismo como violinista y el derroche imaginativo demostrados por Lully la granjearían la amistad personal del rey. Esta simpatía le encumbró a lo más alto del escalafón cortesano. Por su convincente trabajo interpretativo destacamos aquí a los actores pelirrojos encargados de encarnar al rey de Francia: Emil Tarding, en la adolescencia, y Benoît Maginel, en la edad adulta.

La historia nos cuenta la pasión del monarca por la danza, disciplina en la que llegó a destacar como avezado profesional. Lully, que además de músico también había sido un experto bailarín, compuso infinidad de piezas de ballet destinadas al real disfrute y aprovechamiento. Incluso se atrevió a regalarle al rey unos zofisticados zapatos dorados con tacones, diseñados especialmente para la danza, calzado que a partir de entonces Luis XIV pondría de moda.

En cierto modo, ese moderno rey sol francés llamado Nicolas Sarkozy, debido a su corta talla, también ha popularizado una marca de zapatos con alzas ocultas en su interior, capaces de hacer ganar a su portador hasta 10 cm de estatura. Anécdotas de la vida contemporánea.

En el film, los zapatos con tacón contribuyen a realzar más la figura de Luis XIV, pues Benoît Maginel, el actor encargado de encarnarle, mide 176 cm.


Los zapatos de Luis XIV fueron modelos únicos, elaborados artesanalmente por su zapatero personal, el francés Nicholas Lestage. Las instrucciones de fabricación eran estrictas y exquisitas: refinamiento barroco, adornados con vistosos lazos, brocados y piedras preciosas; las suelas preferidas eran de color rojo, con tacones dotados de una pequeña curvatura; los bordados en plata estaban casi siempre presentes, incluso mostrando escenas de batallas famosas... Dicen los expertos que el monarca francés se convirtió en un fanático de sus nuevos zapatos y que incluso llegó a prohibir el disfrute de tan exclusivos modelos al resto de la corte: aquel que le desobedeciera podría incluso ser castigado con la pena capital. Un verdero capricho, una auténtica locura absolutista...


Una duda planea sobre toda la película: ¿estaba Lully realmente enamorado de su propio rey? En diversas escenas el compositor se nos muestra como un libertino, capaz de abandonar el lecho conyugal para sostener una vida disipada repleta de alcohol y relaciones homosexuales con jóvenes efebos, hasta tal punto que, empujado por la Reina Madre Ana de Austria (la hierática Colette Emmanuelle) y su grupo de devotos, el permisivo Luis XIV llegará a reprocharle a su amigo su descontrol y sodomía.

Los celos que las relaciones íntimas del monarca con sus favoritas provocaban repetidamente en Lully, no impedían la pasión y el amor demostrados por su esposa, Madeleine Lambert (hermosísima Cécile Bois), hija del también compositor y alto funcionario de la corte Michael Lambert, con la que tuvo varios hijos. A su vez, Madeleine había sido la amante de Robert Cambert (Johan Leysen), compositor francés que había brillado anteriormente en la corte, durante la regencia de Ana de Austria y del cardenal Mazarino (Serge Feuillard) y cuya figura fue eclipsada por la brillantez de Lully.



LOS OTROS ENFERMOS...


En "La pasión del rey" nos encontramos con la enfermedad y el sufrimiento de otros personajes. Detengámonos pues en algunos de ellos.

Siguiendo un orden supuestamente hegemónico, observamos en primer lugar en el proceso respiratorio agudo padecido por Luis XIV, tras caerse accidentalemente dentro de una ciénaga cuando visitaba con su séquito la pantanosa zona de Versalles, en la que había proyectado construir su afamado palacio.



Una clásica estampa del Palacio de Versalles

Por la descripción del cuadro clínico, con el real enfermo extremadamente febril, postrado en cama y delirante, afectado por una severa tos productiva acompañada de una grave disnea, nos atreveríamos a diagnosticar su enfermedad como una neumonía aguda. Transcurridos los momentos más críticos, donde el equipo médico de la corte practica innumerables sangrías al monarca enfermo, licencias de la narración cinematográfica, éste comenzará su milagrosa recuperación y convalescencia gracias al supuesto efecto terapéutico de la música de Lully, quien infatigable permaneció tocando el violín a la puerta de los reales aposentos, mientras en su interior el rey se debatía entre la vida y la muerte.

Para aquellos interesados en profundizar en la terapéutica basada en las sangrías presentamos aquí este curioso e interesante enlace:



http://www.fmv-uba.org.ar/Portada/Revista03/La%20sangria.pdf




Respecto al empleo de las sanguijuelas en lugar de la flebotomía para sangrar a los pacientes, en esta película observamos cómo los médicos aplican estos animales sobre la espalda del iracundo Lully para tratar de curarle las perniciosas secuelas de una borrachera especialmente virulenta.

En medicina, el empleo de estos anélidos hematófagos se remonta al albor de los tiempos, cayendo en el olvido su aplicación desde el siglo XIX. La especie más utilizada se llama Hirudo medicinalis, y en su saliva están presentes sustancias tales como un anestésico tópico, un péptido anticoagulante (hirudina) y un vasodilatador.

Siguiendo el film, en segundo lugar nos encontramos con un proceso neoplásico, más concretamente el cáncer de mama que terminó con la vida de Ana de Austria, hija y hermana de Felipe III y de Felipe IV de España, a su vez esposa y madre de Luis XIII y de Luis XIV de Francia. Su personaje es representado como una mujer seria, austera y muy religiosa (no en vano se trata de una infanta criada en la estricta corte española de la Reforma), que sustentaba su poder político en el férreo brazo ejecutor articulado por el cardenal Mazarino y el Príncipe de Conti (Idwig Stephane), primo cercano del monarca francés. Su figura irá languideciando paulatinamente a medida que va brillando y creciendo el poder absoluto de su hijo el rey.


Ana de Austria, reina de Francia


Con enorme entereza y resignación la vemos sufrir insoportables dolores mientras los cirujanos aplican el bisturí a su seno enfermo. Sometida a sucesivas intervenciones, posiblemente padeciera un carcinoma mamario inflamatorio avanzado, completamente inabordable por las técnicas quirúrgicas de aquella época. En su agonía, tratando de reconciliarse con su hijo, le escuchamos gemir: "¡me han cortado el pecho hasta el hueso!..." Una terrible y mutilante mastectomía radical (¡sin anestesia!) que se habría llevado por delante los músculos pectorales...


La tercera patología presente en esta película se refiere al ámbito de la Obstetricia, más concretamente, a la presentación en podálica del primer hijo de la pareja Lully-Lambert. Los que manejan las estadísticas informan que los partos de nalgas representan el 3% del total, porcentaje que se incrementa si se trata de nacimientos prematuros.

Presentación conocida como "de nalgas francesa". William Smellie, 1792



El riesgo más importante que puede correr el feto en podálica durante su nacimiento es que la cabeza, su parte corporal más voluminosa, se quede atascada mientras atraviesa el canal del parto en busca de la salida al exterior. Esta eventualidad incrementaría notablemente las probalidades de una muerte fetal intraparto por asfixia.

En la mayoría de los casos, la solución pasa por una cesárea programada o por una monitorización especial del parto vaginal, con la práctica de una amplia episiotomía, o incluso por la realización de una versión externa a cefálica previa.

Durante tan complicado parto, además de las comadronas, Madeleine contó con la compañía del resignado Cambert, pues su esposo Lully se enfrentaba a demasiadas ocupaciones en la corte de Versalles.

Simplemente anotar un breve apunte: una muestra de la elevada mortalidad perinatal que azotaba a la sociedad de la época se resume en la dolorosa pérdida del primogénito de Molière y Armande (Caroline Beyt), hermana de Madeleine Bèjart, el primer gran amor en la vida del autor y comediante. Sin que nunca se haya comporbado fehacientemente, la maledicencia ha sostenido tradicionalmente que la joven y bella Armande podría incluso haber sido hija del propio Mòliere...


Finalmente, nos ocupamos de la enfermedad respiratoria crónica que afectaba al colosal dramaturgo Moliére (encarnado aquí por el veterano Tchéky Karyo). La impresión que en general provocaba la figura del galeno en este escritor ha quedado para la posteridad en obras tales como "El médico a palos" o incluso "El enfermo imaginario".

La sintomatología de Molière presente en la película nos remite a un cuadro de tos persistente, acompañado de expectoración abundante; las flemas se transformarán en hemoptisis únicamente en las escenas finales del film, cuando el padre de la Comedia Francesa sufre un colapso mientras precisamente interpreta el papel de Argan, protagonista de su popular comedia "El enfermo imaginario".


Jean Baptiste Poquelin, Molière



Todo esto apuntaría al más que probable padecimiento de una grave y progresiva tuberculosis respiratoria. Por cierto, en esta película no constatamos que Moliére muriera precisamente vestido de amarillo.



http://www.temakel.com/emmolierem.htm


http://letrasensolfa.wordpress.com/2009/04/11/parentesco-entre-trufa-tuberculosis-y-el-tartufo-de-moliere/




El film nos muestra la estrecha relación creativa entre los dos Jean-Baptiste: Poquelin - Molière versus Lulli - Lully, hasta que la desmedida ambición del músico llevó al traste tan prolífica asociación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente post! A mi esta película me pareció muy buena, sobre todo ver la transformación de rey gobernado a rey sol de Louis XIV. La música preciosa y los balets muy curiosos, ya que el concepto de danza clásica de hoy en día, aunque haya pasos que tienen su origen en esas danzas, es totalmente diferente y no tan rígido.

Un saludo

MrWilliam