¿Es "Encadenados" (Alfred Hitchcock, 1946) la mejor película del maestro del suspenso? Para François Truffaut sin duda alguna. Y para el maestro José Luis Garci una de sus favoritas, junto a "Vértigo" (Alfred Hitchcock, 1958).
Al éxito de esta cinta contribuyeron varios fundamentos: sin duda alguna, la presencia de Ingrid Bergman en el papel de la bella y frágil Alicia Huberman, tras haber alcanzado la fama un año antes protagonizando la magnífica "Recuerda" (Alfred Hitchcock, 1945); en segundo lugar, el singular atractivo de Cary Grant, superando su encasillamiento como galán de comedias para meterse directamente en la piel de T.R. Devlin, un agente de los servicios de inteligencia estadounidenses empeñado en dar caza al taimado Alexander Sebastian (Claude Rains), uno de los peligrosos líderes nazis exiliados en Brasil.
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Ésta es la primera vez que Ingrid Bergman y Cary Grant trabajaron juntos como pareja protagonista. "Encadenados" es una película de besos. Establecido en 1930, y aplicado entre 1934 y 1967, el Motion Picture Production Code, más conocido como código Hays, recogía una serie de reglas restrictivas (y prohibiciones) indicando lo se podía ver o no en las pantallas cinematográficas.
Una de estas censuras hacía referencia a la duración de los besos, no pudiendo superar los 3 segundos, limitación que Hitchcock sorteó hábilmente haciendo que sus protagonistas se besaran apasionadamente en varias escenas, separándose antes de tiempo para susurrarse frases amorosas y volver a juntar sus labios de nuevo, en una inolvidable secuencia de besos encadenados.
También resulta sobresaliente la intervención de la veterana actriz austríaca Leopoldine Konstantin como Madame Anna Sebastian, su único papel en el cine estadounidense, otro excelso ejemplo dentro de la galería de matriarcas posesivas, celosas, perversas y peligrosas de Hitchcock, la verdadera inductora del intento de envenenamiento de la protagonista.
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A pesar de representar a la madre de Alexander Sebastian, la diferencia de edad real entre Leopoldina Konstantin y Claude Rains era de apenas 3 años.
Pero sobre todo la maestría de Hitchcock al convertir una historia de suspense y espionaje en una inolvidable historia de amor. Y, cómo no, con su inevitable McGuffin, la excusa argumental inventada por este genial cineasta capaz de generar en el espectador la suficiente intriga, y que poco a poco se va diluyendo mientras se impone la verdadera trama.
Recordemos también que "Encadenados" es la primera película dirigida y producida por Hitchcock, en el sentido de ser el único responsable de todas las decisiones técnicas y artísticas que se tomaron durante la concepción, el guión (junto a Ben Hetch y John Taintor Foote), el rodaje y la posprodución de la misma.
HISTORIAS DE ESPIAS
En la ficción cinematográfica Alicia Huberman es la hija de un importante espía que es condenado por traición contra los Estados Unidos al finalizar la II Guerra Mundial.
En la realidad, y precisamente en 1946, fueron ahorcados en la prisión londinense de Pentonville los espías William Joyce, popularmente conocido como Lord Haw-Haw, y Theodore Schurch, un soldado británico que actuaba como agente doble a favor de los nazis.
El posible error judicial sobre la ejecución de Joyce todavía colea en nuestros días, porque realmente no era un ciudadano británico, sino un estadounidense (nacido de padres irlandeses en Brooklyn, Nueva York) y que trabajó para la radiodifusión alemana, tratando de minar la moral de los británicos ante las acometidas de la maquinaria de guerra nazi.
Ambos personajes, militantes de la British Union of Fascist (BUF) entonces liderada por Oswald Mosley, bien podrían haber protagonizado sus respectivas películas, como realmente lo hizo su común verdugo Albert Pierrepoint, en "Pierrepoint" (Adrian Shergold, 2005).
Simplemente recordar que el 20 de febrero de 1939 se reunieron en el Madison Square Garden de Nueva York alrededor de 20000 simpatizantes nazis para escuchar las arengas de Fritz Julius Kuhn, líder del Amerikadeutscher Volksbund (German American Bund), abogando a favor de una nación justa, blanca y gobernada por no judíos.
En el exterior se concentraban una cifra de partidarios mucho mayor, en torno a 100000, mientras la policía desplegaba 1700 efectivos para evitar altercados entre partidarios y detractores.
Probablemente el bombardeo japonés de Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941, se convirtió en el definitivo acontecimiento desequilibrante de la balanza en la 2ª Guerra Mundial, a favor del bando aliado y el principio del fin de los movimientos filonazis estadounidenses.
En la década de los 40, para combatir el auge del nacionalsocialismo hitleriano, en Europa y los EEUU se produjeron varias muy destacables películas, como por ejemplo las trilogía de Fritz Lang - "El hombre atrapado" (1941), "Los verdugos también mueren" (1943) y "El ministerio del miedo" (1944), la satírica "Ser o no ser" (Ernst Lubitsch, 1942), la inolvidable "El gran dictador" (Charles Chaplin, 1940), la excepcional "Al filo de la oscuridad" (Lewis Milestone, 1943), la magistral "Esta tierra es mía" (Jean Renoir, 1943), la sorprendente "Evasión" (Melvin LeRoy, 1940) y, por supuesto, las imprescindibles aportaciones de Hitchcock "Enviado especial" (1940) y "Náufragos" (1944).
"Ser o no ser" (Ernst Lubitsch, 1942), espionaje y 2ª Guerra Mundial
Alfred Hitchcock, profundamente conmovido por las imágenes del exterminio en los campos de concentración, a instancias su amigo y mecenas Sidney Bernstein, abordó el proyecto de un documental para el ejército británico que nunca llegó a ver la luz y que permaneció abandonado en los archivos del Museo Imperial de la Guerra, en Londres.
Solamente una parte de estas imágenes fueron recopiladas en "Memories of the Camps" (Sidney Bernstein, 1985), un documental concedido por Hitchcock y otros directores británicos, intentadnos mostrar el horror del holocausto empleando imágenes rodadas por las tropas aliadas liberadoras de aquellos infames escenarios de la degradación humana.
CIANURO, URANIO Y ARSÉNICO
"Encadenados" comienza en un juzgado, donde el magistrado condena a John Huberman (Fred Nurney) por espionaje a favor del III Reich. Tiempo más tarde, cumpliendo condena en prisión, podrá fin a su existencia ingiriendo una cápsula de veneno, probablemente de cianuro, el mismo método empleado por otros jerarcas nazis como Heinrich Himmler, Joseph Goebbels y Hermann Göring.
Pero el McGuffin de "Encadenados" es el uranio que almacenan Sebastian y sus secuaces camuflado en las valiosas botellas de vino que atesora en su bodega, un elemento esencial en la fabricación de las bombas atómicas y que podría haber cambiado la historia si los nazis hubieran conseguido esta arma apocalíptica antes que los aliados.
Desde su aislamiento como elemento químico en el año 776 por el polímata y alquimista persa Ŷabir ibn Hayyan, la evolución histórica de la Toxicología ha estado íntimamente relacionada con el uso de este metaloide. Todavía se sigue discutiendo sobre la existencia real de esta sabio persa y de su obra, que influyó notablemente en los alquimistas europeos.
Los compuestos arsenicales se emplean ampliamente en la industria, la agricultura, la ganadería y la medicina.
Nosotros vamos a centrarnos en los envenenamientos por arsénico, el objetivo de los Sebastian para acabar con la vida de Alicia Huberman en esta película. Y especialmente en este caso, el más puro estilo Hitchcock se encuentra presente, con siguiendo con un solo movimiento de cámara encadenar una simple taza de café que contiene el veneno para la víctima a los demás personajes, todo ellos en el mismo plano.
Desde la antigüedad se ha venido empleando como veneno en su forma de anhídrido arsenioso, carente de sabor, olor marcado y fácilmente combinable con alimentos y bebidas, sin que las víctimas se pudieran dar cuenta. La tradición atribuye a este discreto mercenario silencioso la muerte de Octavio Augusto, traicionado por su esposa Livia, cuando envenenó con arsénico unos higos consumidos por el emperador.
Peter O´Toole es Octavio Augusto en "Augustus: El primer emperador" (Roger Young, 2003)
Desde entonces, en el siglo XIII a la famosa envenenadora napolitana Toffana se le atribuyeron más de 600 víctimas consumidoras de su Acqua Toffana o Acqua di Napoli, probablemente una disolución de trióxido de arsénico, a la que también se la añadía antimonio y limaduras de plomo.
Cartel de "Lucrecia Borgia" (Christian-Jaque, 1953) protagonizada por Martine Carol
Lucrecia Borgia, la célebre disoluta envenenadora renacentista, empleaba Acquetta di Perugia, una mezcla de arsénico con cantáridas y vísceras de cerdo en descomposición, ricas en ptomaínas.
En la corte del rey Sol (luis XIV) también proliferaron famosas envenenadoras, como la marquesa de Brinvilliers, Catherine Dehayes (La Voisin), que llegó a regentar un lucrativo negocio de venta de venenos, y la marquesa de Montespan.
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En este punto resulta ineludible mencionar la excelente comedia "Arsénico por compasión" (Frank Capra, 1944), gestada a partir del guión homónimo del dramaturgo Joseph Keisseiring, cuyas primeras versiones teatrales contaron con la participación de nada más y nada menos que Eric Von Stoheim y Boris Karloff.
Inolvidables son las encantadoras ancianitas Abby (Josephine Hill) y Martha (Jean Adair), las tías del atractivo crítico teatral y soltero empedernido Mortimer Brewster (una vez más Cary Grant), empeñadas en enviar al otro mundo a hombres mayores y solitarios que embaucaban gracias el inocente cartel de alquiler de habitaciones en su casa.
ENVENAMIENTO
Generalmente, tal como contemplamos en la película, este tipo de intoxicación se consigue mediante la administración de dosis repetidas. Con un simple y aislado movimiento de cámara sobre una modesta taza de café, el genial cineasta nos advierte sobre el peligro y la congoja que se avecinan sobre la incauta protagonista.
En las intoxicaciones por contacto pueden aparecer cuadros irritativos cutáneos eccematoides, con melanosis e hiperqueratosis. Las conjuntivas también se encuentran afectadas: conjuntivitis, necrosis córneal y la clásica perforación del tabique nasal.
El cuadro más importante de la exposición tóxica a largo plazo es la neuropatía periférica.
En las uñas de estos pacientes pueden objetivarse las líneas de Mees-Aldrich, comunes también en las intoxicaciones por talio y selenio.
Los efectos multisistémicos, los que contemplamos en la película a medida que la desdichada Alicia Huberman se va enfermando, son fatiga y síntomas gastrointestinales. La anemia, la leucopenia la afectación hepática, la insuficiencia vascular y la neuropatía periférica acabaron postrando a la desdichada protagonista en el lecho, que hubiera sido de muerte sin la valiente intervención del sagaz Devlin.
TRATAMIENTO
El antídoto de elección más eficaz es el BAL®: dimercaprol, que libera el arsénicos de las combinaciones enzimática favoreciendo su eliminación almaumentar su solubilidad. También es eficaz la administración de ácido dimercaptosuccínico (análogo del BAL), que además es menos tóxico.
El resto del tratamiento es sintomático, tratando de evitar el shock, la hipotensión, las arritmias cardíacas (contraindicado el uso de quinina o procainamida, ya que el arsénico prolonga el intervalo QT) y el coma.
En la Gran Bretaña victoriana el arsénico circulaba con profusión, formando parte de velas, cortinas y papeles de pared pintados.
Por su color verde intenso, constituía un elemento habitual del popular colorante verde Scheele de vestidos, zapatos, guantes y algunos complementos para la vestimenta y los peinados femeninos.
Al igual que el mercurio, su manipulación resultara especialmente peligrosa para los trabajadores de estos sectores, siendo causa habitual de intoxicaciones profesionales, muchas de ellas con fatales desenlaces.
Además de ser corrosivo para la piel, su efecto tóxico se podía extender a los ojos, la boca y los pulmones de los afectados.
Papel pintado por William Morris tintado con verde Scheele.
El descubrimiento y uso de los tintes sintéticos puso fin a una práctica que había permitido que muchas mujeres portasen en sus amplias faldas y vestidos cantidades suficientes de arsénico para eliminar a todos sus incómodos admiradores.
Hay todavía quien defiende que el trágico final de Napoleón en la isla de Santa Elena se precipitó por la inhalación de gases arseniosos que se desprendían de las paredes empapeladas debido a la sofocante humedad reinante en su último encierro.