miércoles, 27 de marzo de 2013

LOS DESCENDIENTES



"Mis amigos del continente creen que, como vivo en Hawaii, vivo en un paraíso y que estoy de vacaciones perpetuas... ¿Cómo es posible que piensen que nuestros cánceres son menos mortales y nuestro sufrimiento menos doloroso?..."

Matt King (George Clooney) en "Los descendientes"


Ambientada en los idílicos paisajes tropicales que conforman el archipiélago hawaiano, "Los descendientes" (Alexander Payne, 2011) se construye sobre el armazón dramático inspirado en la novela homónima de la escritora norteamericana Kaui Hart Hemmings, su opera prima, y que realiza un cameo en esta película interpretando a Noe, la secretaria del protagonista.


La escritora y ocasional actriz Kaui Hart Hemmings

Como atractivo adicional nos presenta al polifacético y galardonado George Clooney, una auténtica garantía del éxito en taquilla, impecable en su interpretación de Matt King, un abogado especializado en derecho inmobiliario y además el único administrador fiduciario de una extensa propiedad familiar de tierras vírgenes en la isla de Kauai. Casado y padre de familia, su vida dará un giro radical a partir del accidente acuático sufrido por su bella esposa Elizabeth (Patricia Hastie), que la deja en estado vegetativo. Un matrimonio que desde hacía tiempo ya se había distanciado...

Destacamos la capacidad expresiva de George Clooney empleando nada más que su mirada y el silencio, cualidades indispensables para conseguir trasmitirnos todo el dolor y la impotencia que se siente ante un ser querido que, aunque parezca profundamente dormido, día a día, poco a poco, irremediablemente va desapareciendo.


Patricia Hastie es Elizabeth King

Matt deberá enfrentarse a las dificultades de su vida cotidiana, especialmente al cuidado y atención de sus hijas: la pequeña y rebelde Scottie (Amara Miller) de 10 años, y Alexandra (Shailene Woodley) la mayor, de 17, que vive en un internado y flirtea con el alcohol y las drogas... Como él mismo dice: "soy el progenitor de repuesto, el suplente"... Durante cierto tiempo, Matt mantendrá viva la esperanza en la recuperación de su esposa inerte y en la salvación de su matrimonio. Hasta que alguien le despierta de su sueño y le devuelve a la dura realidad.


Los informes médicos resultan demoledores: el coma es profundo y permanente, las pupilas de Elizabeth permanecen arreactivas, los reflejos tronco-encefálicos están ausentes y solamente las sofisticadas máquinas de soporte vital son capaces de evitar su muerte. El equipo de especialistas que dirige el Dr. Johnston (Milt Kogan) ya ha descartado la más remota probabilidad de recuperación. El veterano galeno aduce obligaciones legales para desconectar a la enferma y poner en marcha el protocolo de donación de órganos...

Elizabeth ha dejado escrito un testamento vital o documento de voluntades anticipadas.

Se trata de una serie de directrices sobre el cuidado de la salud o el destino de sus órganos tras su fallecimiento, que una persona manifiesta voluntariamente de forma previa para que éstas se cumplan llegado el momento en que no pudiera manifestarlas personalmente, por no estar consciente o encontrarse incapacitada para comunicarlas eficientemente.

El término testamento vital deriva del original en inglés, living will, debido al abogado y activista estadounidense Luis Kutner, uno de los fundadores de Amnistía Internacional en 1961.


Luis Kutner (1908 - 1993)

La enfermedad de Alzheimer es tratada de manera tangencial en esta película. Matt visita a sus suegros para informarles del estado irreversible de Elizabeth. Él es Scott Thorson (Robert Forster), un hombre adinerado y rudo, que reprocha con dureza a su yerno por su avaricia y falta de dedicación familiar. Ella es Alice Thorson (Barbara L. Southern), a la que todos llaman cariñosamente "Tutu" (abuela en hawaiano) y se encuentra afectada por tan singular demencia...

Además de en la ambientación, y en las afortunadas interpretaciones de su elenco artístico, incluyendo a la sorprendente y jovencísima Amara Miller, el valor cinematográfico de esta obra está enriquecido por el elegante trabajo del equipo de guionistas: Nat Faxon, Jim Rash y el propio Alexander Payne. De esta original manera, nos iremos enterando de la vida de la desahuciada Elizabeth King por el relato que de ella hacen todos y cada uno de los personajes: padres, marido, hijas, amigos, conocidos... Paradójicamente, la búsqueda de Bryan Speer (Matthew Lillard), el amante secreto de la moribunda, en este film poco más que un retrato en una valla publicitaria o un tipo que corre por la playa, se convertirá en el nudo que servirá para estrechar los endebles lazos familiares de los King...

Un capítulo aparte nos ha merecido el desconcertante Sid (Nick Krause), el novio adolescente de Alex, que por momentos nos hizo dudar de si nos encontrábamos ante un caradura o ante un auténtico cretino.


Nick Krause es Sid

CINEFILIA

Mientras Matt y sus hijas visitan a Elizabeth en el hospital, la cámara se posa durante unos instantes en su diploma de graduación en la prestigiosa Punahou School, la mayor escuela privada de los EEUU, construida en 1841. Barack Obama también se graduó allí, en 1979...

Y la sempiterna música hawaiana, siempre presente...

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