jueves, 11 de febrero de 2010

DEMENCIAS



La entrada de hoy no hace referencia al título concreto de un film. Bien podría haberse titulado “Alzheimer y otras demencias del celuloide” pues esta enfermedad se ha convertido en el eje central de diversas y exitosas obras cinematográficas. Tenía este tema aparcado y hoy he vuelto a acordarme de él al compartir mesa y mantel con un amigo cuya madre va sucumbiendo poco a poco a esta cruel enfermedad del olvido.


Alguna de ellas ha ocupado en el pasado su espacio específico en este blog; este es el caso de “Lejos de ella” (Sarah Polley, 2006) donde la joven actriz canadiense protagonista en su día de “Mi vida sin mi” (Isabel Coixet, 2003) desarrolla ante nuestra atenta mirada un drama intimista, pleno de lirismo y ternura, a partir del relato original de Alice Munro titulado “The bear over the mountain”. El paisaje boscoso e inmaculadamente nevado contrapone toda su frialdad a la calidez de las escenas filmadas en el interior de las casas, metáfora del último refugio que la familia supone para este tipo de enfermos.

Dentro de esta bitácora, en aras de preservar el equilibrio necesario entre información, iconografía y el espacio de cada reseña, intentaremos resumir la originalidad de cada una de las siguientes películas.




EL HIJO DE LA NOVIA




"El hijo de la novia” (Juan José Campanella, 2001) es una comedia argentina hilarante, ocurrente, trufada de gags descabellados, una de esas películas que apetece repasar de vez en cuando, que nos deja en el recuerdo ese gusto agradable y dulce cuando abandonamos la sala de proyección. A ello contribuyen varios factores entre los que destacaríamos especialmente el convincente trabajo de los protagonistas: Ricardo Darín como el histriónico Rafael Belvedere, Héctor Alterio como Nino Belvedere, el padre, y Norma Aleandro como la encantadora Norma Belvedere, la madre enferma de Alzheimer. ¡Qué bien suenan esos insultos de "boludo" y "pelotudo" en labios de Ricardo Darín!

Su personaje, Rafael, siempre al borde del colapso, regenta en Buenos Aires un restaurante familiar otrora exitoso y popular, que todavía funciona gracias al esfuerzo de los empleados supervivientes tras la jubilación de Norma y Nino. Éste vive en soledad. Rafael lleva un vertiginoso ritmo de vida: habita en un loft muy coqueto, está divorciado de Sandra (Claudia Fontan), con la que comparte una hija, Vicky (Gimena Nobile) de la que ha de hacerse cargo de vez en cuando, se mantiene emparejado con Naty (Natalia Verbeke), una hermosa muchacha mucho más joven que él, corroido por los celos y corriendo siempre de un lado para otro, perseguido por los acreedores, persiguiendo a sus deudores, cabalgando a lomo desensillado sobre el estrés y sumergido en el abuso del alcohol y del tabaco...; como no podía ser menos el resultado final será un infarto agudo de miocardio… Todo este galimatías queda enmarcado por el ingreso de Norma en una institución geriátrica bajo el cuidado y la supervisión de la atenta Carmen (Mónica Cabrera).

Por cierto, el director Campanella tampoco pudo abstraerse de esa tentación denominada cameo, pues interpretó al médico que atendía a Rafael tras sufrir la crisis cardiaca. Y además, debe ser hincha de Boca, porque uno de los niños malos que aparece en las escenas iniciales viste la camiseta rayada de River, mientras que el protagononista, disfrazado como un heroico El Zorro infantil, luce orgulloso la elástica xeneize.



EL DIARIO DE NOAH.


"El diario de Noah" (Nick Cassavettes, 2004) es una de esas películas de amor que les gustan tanto a las novias, de las románticas de toda la vida, de las que hacen llorar y reir a la par a todas esas chicas de las que nos hemos enamorado alguna vez en la vida. Original historia de los encuentros y desencuentros de una pareja, está basada en "El cuaderno de Noah", un best seller nacido de la pluma del escritor norteamericano Nicholas Sparks, autor también de otro éxito literario romántico llevado a las pantallas, "Mensaje en una botella".
En este caso, la demencia senil, y no la demencia tipo Alzheimer, causada por el deterioro vascular cerebral del envejecimiento, es la patología que sufre la protagonista, Allie Hamilton (encarnada por Rachel McAdams en su juventud y por Gena Rowlands, la madre del director en la vida real, en su vejez).

Durante el verano de 1940 Allie se enamora perdidamente de Noah Calhoun (efectivo y convincente Ryan Gosling), un joven y humilde trabajador de los aserraderos de la ciudad sureña de Seabrook. Ese amor se tornará en imposible debido a las diferencias entre el estatus social de los muchachos y a los prejucios de la madre de ella. Pero la vida da infinidad de vueltas y al final, convertidos en ancianos, ambos viven en una residencia mientras Noah (James Garner) trata de recuperar la memoria de su amada leyéndole páginas de su viejo diario, de la turbulenta historia vivida por ambos en su juventud. En este punto, esta película coincide con "El hijo de la novia", cuando Nino intenta que Norma ejercite su deteriorada memoria recitando poesías...


Sin duda alguna, la intención de Nick Cassavettes fue contarnos mediante imágenes una bonita historia de amor. Y a buena fe que lo consiguió. Pero a cambio, descuidó totalmente la descripción del cuadro demencial que Alli padece en su senectud. El personaje se nos muestra en todo momento atento a las lecturas de Noah. Salvo la pérdida de memoria, centrada aquí en la incapacidad de Allie para reconocer a su marido y familia, el guión pasa olímpicamente de otros síntomas característicos de esta patología.

No existen datos relacionados con la afectación del lenguaje, pues la paciente se expresa en todo momento correctamente, sin trabucarse, sin balbuceos ni fugas de pensamiento. Tampoco existen problemas motores, pues camina sin ninguna dificultad y sus movimientos no son en absoluto torpes; incluso llega a tocar el piano sin apenas dificultades (el Preludio nº 4 en mi menor de Frederick Chopin). No parece sufrir problemas de incontinencia, ni alteraciones mentales significativas, pues semeja conservar intacta la facultad de concentración. Sólo en una ocasión la contemplamos desorientada y violenta.



¿Y TÚ QUIÉN ERES?



La primera crítica que leí sobre esta película fue demoledora: "pantano de melaza sentimental, humor de parroquia y lugares comunes". La firmaba Jordi Costa desde las páginas de El País. Ya más metido en materia, me encontré con la opinión de Julio Rodríguez Chico en la revista de cine virtual LaButaca.net, y me costó creer como una película dirigida por Antonio Mercero, protagonizada por Manuel Alexandre (en el papel de Ricardo), y contando entre su elenco con el entrañable José Luis López Vázquez (como el amigo Andrés) podía haber cosechado tamaño varapalo.


En aras de la originalidad, para perpetuarse en nuestra memoria como una obra de arte, el tratamiento cinematográfico de la enfermedad de Alzheimer está obligado a huir de los tópicos y el sentimentalismo. Y precisamente aquí es donde parace haber errado el veterano Mercero.

Una vez contemplado el film, coincido plenamente con la opinión de los críticos, siendo esta una de las peores películas que he visto en mi vida. Del naufragio sólo se salva, con creces, el excelente trabajo de Manuel Alexandre, capaz de transmitirnos toda la angustia de un anciano desamparado y extraviado por las calles, que no recuerda ni quién es ni de dónde viene. Hasta el pobre López Vázquez quedó transformado en un espantajo con coleta que incita a la compasión. Una antología de la estupidez en el 7º Arte seguramente recogería la escena de la deflagración pedorrera protegonizada por la banda de viejecitos mentecatos.

Para compensar, no todo iba a ser negativo, aquí presentamos la versión de
"Rosita encarnada", una bella canción del folklore tradicional castellano en boca de Diego El Cigala:





IRIS




"Tan solo hay una libertad que tiene verdadera importancia: la de la mente; y nos da la seguridad, la confianza para recorrer el camino que esa mente, nuestra mente educada nos ofrece"...

Son palabras pronunciadas por Iris Murdoch en una de sus muchas conferencias. "Iris" (Richard Eyre, 2001) desprende el mismo aroma que otras películas basadas en la vida de escritores y artistas británicos del siglo XX. Me trajo a la memoria fragmentos de "Tierras de penumbra" (Richard Attenborough, 1993) y de "Carrington" (Christopher Hampton, 1995), en la que se describían las andanzas del inconformista Círculo de Bloomsbury. La figura de Ludwig Wittgenstein representaría el enlace entre ambos films.

El personaje principal de la escritora y filósofa británica es interpretado con enorme solvencia por
Kate Winslet en su juventud y por Judi Dench en la madurez (un hito interpretativo y una excelente caracterización). Por otra parte, el papel de John Bayley, el profesor y crítico literario marido de Iris es representado por Hugh Boneville en la juventud (tartamudo y pacato, tal vez casi caricaturizado) y por Jim Broadbent en la vejez (prudente compañero y cuidador de la enferma en sus días finales). El guión del propio Richard Eyre y de Charles Wood está basado precisamente en dos obras de Bayley: "Iris: a memoir" y "Elegy for Iris", si bien en este caso no nos encontramos ante un clásico biopic.

¿Cómo se enfrenta una persona con una riqueza intelectual como lris Murdoch a una enfermedad que deteriora progresivamente su mente? Ella, angustiada, es la primera en darse cuenta de cierta perplejidad que enlentece la gestación de su última novela. John Bayley, sin apenas capacidad de reacción, asiste como espectador a esos primeros episodios de confusión, síntomas iniciales de la futura
demencia tipo Alzheimer de su esposa.


Una imagen de la verdadera Iris Murdoch ya enferma


Durante una entrevista televisiva se desencadena un segundo episodio de bloqueo mental en Iris, que ve interrumpido bruscamente su discurso por la repentina desorientación que deja su mente en blanco. Esta contrariedad le provoca todavía un mayor ofuscamiento.

El curso evolutivo de la enfermedad avanza inexorablemente. La pérdida de la concentración, el miedo, la ansiedad, la agresividad... van haciendo mella en la relación entre la pareja de ancianos, pues John se desespera por no poder ayudar a su esposa, especialmente cuando ella es víctima de la irracionalidad. Palralelamente a la inhibición motora, poco a poco va desapareciendo también cualquier expresividad de su rostro. El desorden se apodera de todos los rincones de la casa, pues el anciano John sólo tiene tiempo y energías para cuidar a la desdichada Iris. Conpletamente agotado y superado por la situación sufre el síndrome del cuidador quemado. La antaño acogedora casita de la anciana pareja ha quedado convertidase en un estercolero.

En un despiste de su marido, la enferma sale de la vivienda y se extravía. Conduciendo un destartalado Fiat Panda, John recorre las calles de la ciudad buscando a Iris. Será Maurice (Timothy West), un antiguo amigo de la escritora, quien la devuelva a casa sana y salva tras recuperarla en un
supermercado.

El joven Dr. Gudgeon (Kris Marshall), el médico de familia que atiende a Iris y a John, trata de convercer a éste para que la enferma sea ingresada en una institución que pueda prestarle los cuidados necesarios.

Desde el punto de vista médico, "Iris" es la mejor película a la hora de representar a un paciente que padece una demencia tipo Alzheimer (extensiva para cualquier otro tipo de demencia). Desde el punto de vista cinematográfico cuenta además con un valor añadido. Las críticas favorables son unánimes:




OTRAS PELÍCULAS


La lista de películas que abordan el tema de las demencias es más larga. "Recuerdas el amor" (Jeff Bleckner, 1985) es un telefilm que nos presenta la historia de Barbara Wyatt-Hollis (interpretada por Joanne Woodward), una excéntrica profesora y poetisa británica, personaje tal vez inspirado en la propia Iris Murdoch. Barbara está casada con George Hollis (Richard Killey) y ambos viven con Lorraine Wyatt (Geraldine Fitzgerald), la madre de ella. Será precisamente Lorraine la que comienza a darse cuenta del deterioro psíquico de su hija. El argumento tiene varios puntos de similitud con "Iris": el largo proceso diagnóstico, la pérdida progresiva de las capacidades mentales, la historia de amor entre la pareja, etc.

"Los peces del rio Leteo" (Pere Vilá, 2005) es un cortometraje catalán que lleva un sugerente título: en la antigua mitología se pensaba que los muertos bebían de las aguas del río del olvido para volver a reencarnarse libres de sus recuerdos. Sirve de metáfora para contarnos la historia que viven una enferma de Alzheimer llamada Carme (Josefina Espinosa) y su hija (Enma Vilarasau).

"La ventana de enfrente" (Ferzan Ospetec, 2003) es un laureado film italiano que nos presenta la original historia de Davide (Massimo Girotti), un anciano pastelero desorientado y amnésico que es rescatado de la calle por un joven matrimonio, Giovanna (Giovanna Mezzogiorno) y Filippo (Filippo Nigro) a la espera de contactar con la policía. 





La trama se enreda convirtiéndose en una suerte de thriller que trata de bucear en la identidad y en el pasado del misterioso anciano, mientras Giovanna se siente atraída por Lorenzo (Raoul Bova) un apuesto vecino con el que vivirá una breve e intensa aventura.


"Amanecer de un sueño" (Freddy Mas Franqueza, 2008) es un film que atropelladamente trata diferentes cuestiones que hubieran provocado interesantes reflexiones en el espectador, como por ejemplo ser madre soltera, la vida en los pueblos, la emigración, el cuidado de los ancianos dependientes, la demencia senil... pero que al final resulta un fiasco mayor del que sólo se salva (en aquellas escenas en las que no sobreactúa) el veterano Héctor Alterio, convertido esta vez en un supuesto enfermo de Alzheimer.






Otras críticos tampoco han sido más benevolentes...


6 comentarios:

DOCTOR ALBEIROS dijo...

Muchas Felicidades para Juan José Campanella por el Óscar a la mejor película en lengua no inglesa, "El secreto de sus ojos". Enhorabuena también para Ricardo Darín, que tiene mucha culpa de este galardón.

(!) hombre perplejo dijo...

Gracias por el enlace a mi humilde aproximación al tema !)

DOCTOR ALBEIROS dijo...

A los 92 años, víctima del cáncer, ha fallecido el gran actor español Manuel Alexandre. Muchos críticos lo definieron como "el secundario de oro". En el cine, fue el protagonista de escenas inolvidables... Seguramente, ahora habrá unanimidad para reconocer su valía.

Descanse en paz.

DOCTOR ALBEIROS dijo...

Antonio Mercero, guionista y director de "¿Y tú quién eres?" (2007) fue diagnosticado de Alzheimer en el año 2009...

Unknown dijo...

¡Wow, excelente post! El Diario de una Pasión es una de las cosas bien hechas, una película bien narrada con los sentimientos bien expuestos y una de esas experiencias cinematográficas que van pasando de boca a boca sin parar porque se quedan en el recuerdo como algo bello y hermoso. Puede que esté plagada de tópicos y lugares comunes, pero por alguna razón eso no molesta. Además no me van a negar que Rachel McAdams es hermosa a la par de Ryan Gosling, el hombre más hermoso del mundo. ¡Ay a mí me encantó!

DOCTOR ALBEIROS dijo...

«El Alzheimer no puede borrar nuestra historia de amor»

https://www.abc.es/familia/mayores/abci-alzheimer-no-puede-borrar-nuestra-historia-amor-201909180157_noticia.html