domingo, 3 de febrero de 2008

RESTAURACIÓN


ROBERT DOWNEY Jr es ROBERT MERIVEL



  • En nuestra opinión, y desde un punto de vista estrictamente facultativo, la idea central de esta película realizada por Michael Hoffman en 1995 pivotaría sobre la génesis de la vocación médica. Y si me permitieran añadirle un subtítulo, a buen seguro escogería "Triunfos de la Medicina", parafraseando el nombre de un libro publicado en España en 1977, auspiciado por Laboratorios Prodes. Basada en la novela homónima de la escritora Rose Tremain, el guión fue adaptado a la pantalla por Rupert Walters.
  • Será la medicina la disciplina que triunfará finalmente en la turbulenta vida de Robert Merivel, alumno de William Harvey en el Royal College de Londres, médico de las perreras reales, que tras llevar en sus años mozos una existencia disoluta, finalmente decide dedicar el resto de sus días al cuidado y al alivio de sus semejantes. Pero por todo triunfo debe pagarse un precio: las dudas acosarán al médico protagonista durante toda la película; ¿es realmente capaz de curar?. Por el camino perderá a Pierce, su mejor amigo y colega, que fallece en el lazareto de los cuáqueros sin que Merivel pueda evitarlo. La historia se repetirá también con su propia esposa del galeno. Entonces, ¿merecen realmente la pena tan denodados esfuerzos intentando salvar de las garras de la muerte a unos prójimos indefectiblemente mortales?
  • La ambientación de esta película se sitúa en el período de la historia británica conocido como Restauración. Iniciado en 1660, poco después de la muerte de Oliver Cromwell, bajo el reinado de Carlos II, popularmente conocido como el Alegre Monarca, defensor de las artes, derrochador, mujeriego y célebre además por su promiscuidad sexual, que generó una larga lista de hijos ilegítimos.
  • En esta película, el libertinaje regio transcurre paralelo al del galeno interpretado por Robert Downey Jr, actor que resulta mucho más convincente en los registros cómicos, divertidas escenas en las que Merivel terminará convertido en confidente, alcahuete y bufón real. Ganador del Óscar al mejor actor en 1992 por su expléndida interpretación de Charles Chaplin, su carrera profesional está llena de altibajos, incluyendo problemas con la ley.
  • Robert Merivel, hijo de un fabricante de guantes, accede a los estudios de medicina gracias a los esfuerzos paternos. Compañero de aprendizaje y desventuras de su colega John Pierce (David Thewlis), vive inmerso en una etapa de la historia de la medicina situada en los albores de la adopción del método científico. En este aspecto, algún erudito sostiene que "la notoria correlación de la enfermedad durante la vida con las alteraciones estructurales después de la muerte condujo al moderno desarrollo de la medicina científica". En aquellos tiempos, Harvey había descubierto y descrito la circulación mayor de la sangre (basándose en los trabajos del médico español Miguel Servet) . Existe una significativa escena de la película, en la que Merivel y Pierce se enfrentan a un paciente que presenta una tremenda perforación torácica, secundaria a la cicatrización en herida abierta de una fístula provocada por antiguas fracturas costales, en el que se percibe in vivo el latir de su corazón. Parece sacada del cuadro "Lección de Anatomía", pintado en 1681 por el artista barroco holandés Cornelis de Man.


  • Fruto de la casualidad, Carlos II (Sam Neill) observa a escondidas como Merivel se atreve a introducir su mano en la palpitante cicatriz abierta. Enseguida lo llamará a su lado, para que trate de sanar a una de sus perras favoritas. Dice un viejo aforismo que los pacientes se curan, aún a pesar de los médicos. Merivel pasa la noche junto a la mascota enferma, dejando que el curso natural de la enfermedad evolucione libremente. La recuperación del animal encumbra hacia el éxito a Merivel. El rey admirará la eufonía de su nombre, su ingenio y su descaro en las intrigas de la corte, le colma de regalos y favores, incluso le entrega en matrimonio a una de sus favoritas, Lady Celia Clemence (Polly Walker) y le envía a vivir a Bidnold, un palacete con jardines y fincas confiscado a un puritano partidario de Cromwell, tratando de ocultar a su amante ante los celos de otra de sus favoritas, Lady Castlemine.
  • En mi opinión, existen demasiadas coincidencias entre el personaje imaginario de Merivel y el de un notable que vivió la realidad de la corte de Carlos II aquellos años. Se trata de Samuel Pepys, hijo de un modesto sastre, que gracias a su ingenio y a sus habilidades políticas alcanzó el cargo de Secretario de Estado de la Marina Británica, fue miembro del Parlamento y Presidente de la Real Sociedad. Al igual que Merivel, prefería pasar su tiempo de ocio tocando el flautín y la viola. Incluso llegó a estar platónicamente enamorado de la propia Lady Castlemine. Autor de un prolífico diario, criticó las costumbres de la sociedad de la época, retratando, casi como en un reportaje, la desolación de Londres en 1665 provocada por la peste y por el incendio que devastó la ciudad un año después. Tal vez la escritora Rose Tremain se inspiró en la vida de Pepys para recrear el personaje de Merivel.
  • Dejando a un lado la realidad, y continuando con la trama del film, en Bidnold consumirá sus días el antiguo crápula, abandonado a la melancolía, tocando la flauta, pintando los paisajes locales, perdidamente enamorado de Celia, esposa y fruto prohibido para él por expreso deseo real. Sólo el veterano mayordomo Will Gates (interpretado por el laureado actor británico Sir Ian McKellen) le servirá de apoyo en tan anodinas jornadas. Así como la casualidad alivió en el pasado el mal de la doliente perrita del soberano, esta vez el curso natural de la enfermedad termina con la vida de la mascota de Lady Celia, un ruiseñor indio. Renacen en Merivel las ideas de la impotencia del médico ante la enfermedad y la muerte. Vencido por el hastío, el deseo y la pasión, aborda a su esposa en la noche de los jardines de Bidnold, pero ella lo humilla y lo rechaza. Elias Finn (Hugh Grant), un advenizo pintor que acude a Bidnold para realizar el encargo real de un retrato de Lady Celia, culmina la traición sobre Merivel, la pérdida del favor del monarca y su destierro del reino de la abundancia.
  • Con la única posesión de sus ropas y de una montura, Merivel abandona Bidnold y se encamina a un sanatorio para enfermos mentales regentado por los cuáqueros de John Pierce. En cierta manera, llegados a este punto de la narración cinematográfica, se me viene a la cabeza el recuerdo de la historia del aventurero Raymond Barry (Ryan O´Neal) personaje central de "Barry Lindon" (Stanley Kubrick, 1995). Merivel es poseedor de un don especial para el ejercicio de la medicina; con sus métodos consigue librar a la joven Katharine (Meg Ryan) de las garras de la depresión y de la histeria, pero a la vez, su pasión lo empuja a los brazos de su paciente, a la que deja embarazada. De nuevo en el camino, Merivel llega de nuevo a Londres, donde vivirá discretamente del ejercicio de la medicina. Pero el infortunio vuelve a hacer su aparición. El parto se complica, su mujer es incapaz de traer su hijo al mundo, y ante la posibilidad de perder también a la madre, Merivel toma la decisión más dificil de su vida, practicándole a Katherine una cesárea, sin anestesia, con la sola ayuda de una comadrona. La malograda joven fallece en el puerperio, consumida por la fiebre y el agotamiento.
  • La peste en Londres: en la película, el director retrata con maestría los alrededores del Támesis, donde cientos de trabajadores desarrollan sus labores cotidianas en condiciones de miseria e insalubridad. Parece ser que fue una epidemia de peste bubónica la que arrasó Gran Bretaña entre 1665 y 1666, importada de Holanda, cuyos navíos comerciaban con los británicos. La proliferación de ratas, portadoras del agente causal Yersinia pestis, provocó la diseminación de la enfermedad, que según las crónicas acabó con la vida de la quinta parte de los habitantes de Londres (cerca de 100000 personas). Existen autores que desconfían de la hipótesis de la peste como responsable de la Gran Plaga de Londres, inclinándose más a favor de una fiebre hemorrágica viral. Por aquel entonces, y hasta bien entrado el siglo XIX, los médicos pensaban que la transmisión de estas enfermedades infecciosas se realizaba por vía aérea, causada por efluvios perniciosos (vapores, neblinas) y miasmas. Para combartir el mal, empleaban grandes piras de fuego, en las que quemaban todo tipo de sustancias fuertemente aromáticas (pimienta, incienso, lúpulo, incluso tabaco). En la película, para enfrentarse a la peste, Merivel se hace pasar por John Pierce, para purificar su propia vida, se coloca una curiosa máscara (¿antecedente de ciertas máscaras venecianas?) en forma de cabeza de pájaro, y en el supuesto pico introduce mezclas de flores y hierbas medicinales para así evitar inhalar el aire corrompido de las estancias de los enfermos. Un gran incensario (como un clásico botafumeiro) vuela por las salas del palacio real mientras Lady Celia convalece en cama. Paradójicamente, por el fuego vendrá el final de la epidemia, pues en 1666 las llamas destruyen los barrios más humildes y abigarrados de Londres. La selección natural hizo el resto. Ese gran incendio está presente en la película cuando Merivel intenta desesperadamente rescatar a su pequeña hija Margaret de una muerte segura entre las llamas.






  • El aislamiento de los enfermos: Merivel ordena separar a los sanos de los enfermos. Ya existían medidas preventivas de cuarentena, clausurando los hogares infectados y castigando con la pena de muerte el abandono de los mismos, pero aplicado a todos sus habitantes. Fue un hecho histórico el ejemplo heróico del pueblo de Eyam (Derbyshire), que se encerró entre sus murallas para evitar la propagación de la plaga. Así lo consiguieron, aún a costa de perder al 75% de sus habitantes. Una cuarentena similar sería relatada por Albert Camus en su obra "La peste".
  • Final feliz. La medicina triunfa, Merivel consagrará su vida al cuidado de sus semejantes. Y el film fue galardonado con dos premios Oscars en 1996: Eugenio Zanetti, por la dirección artística, y James Acheson, por el vestuario.

1 comentario:

DOCTOR ALBEIROS dijo...

Recomiendo el libro de Geraldine Brooks titulado "El año de la peste", ficción histórica basada en el hecho real del aislamiento voluntario de los habitantes del pequeño pueblo inglés de Eyam durante la epidemia de 1666.