"La isla de las almas perdidas" (Erle C. Kenton, 1932) está inspirada en "La isla del Doctor Moreau", exitosa novela del prolífico escritor británico Herbert George Wells, más popularmente conocido como H.G. Wells. Se trata de una inquietante parábola sobre el lado oscuro de la ciencia y una reflexión sobre los límites de la existencia humana, donde los defectos (la violencia y la brutalidad) y las virtudes (la fidelidad) de nuestra especie son ensalzados y proyectados en unas criaturas que comparten sus rasgos con los animales.
Quién le iba a asegurar que, prácticamente un siglo después de la publicación de su novela en 1896, las primeras quimeras mono - humano podrían desarrollarse en etapa embrionaria en un laboratorio de China, culminando por el momento una serie de investigaciones del equipo liderado por el Doctor Juan Carlos Izpisúa.
Novela y película sitúan al lector y al espectador frente a los dilemas del darwinismo y los límites de la ciencia, establecidos actualmente por los principios básicos de la Bioética.
En 1884 H.G. Wells comenzó a estudiar Biología en el Royal College Of Science de Londres, conociendo de primera mano las enseñanzas de Thomas Henry Huxley (1825 - 1895), firme defensor de las teorías evolutivas de Charles Darwin (1809-1882).
TERROR Y CIENCIA-FICCIÓN
En la década de los 30, la Universal era el líder indiscutible la producción del cine de terror, si bien Lon Chaney, "El Hombre de las Mil Caras", había protagonizado anteriormente éxitos como "El jorobado de Notre Dame" (Wallace Worsley, 1923), "El fantasma de la Ópera" (Rupert Julian, 1925) y la legendaria cinta perdida "La casa del horror" (Tod Browning, 1927).
Pero el apogeo llegaría con "Drácula" (Tod Browning, 1931), cuyo papel protagonista no pudo recaer en Lon Chaney debido a su fallecimiento, escogiendo entonces a Bela Lugosi (1882-1956), y "Frankenstein" (James Whale, 1931), con el mítico Boris Karloff como la inolvidable monstruosa criatura.
Karloff repetiría protagonismo en "La momia" (Karl Freund, 1932), y Universal Pictures se apuntaría un nuevo triunfo con "El hombre invisible" (James Whale, 1933), esta vez con Claude Rains en el papel estelar.
"La novia de Frankenstein" (James Whale, 1935), con la magnífica Elsa Lanchester, y "La hija de Drácula" (Lambert Hillyer, 1936), completarían una década prodigiosa del género de terror.
Ante tan apabullante dominio taquillero de la Universal, la Paramount consiguió despuntar con "La isla de las almas perdidas", contando entre su elenco con un excepcional Charles Laughton como el Dr. Moreau, Richard Arlen como Edward Parker, Leila Hyams como la bella Ruth Thomas, y especialmente Kathleen Burke como La Mujer Pantera, junto al mismísimo Bela Lugosi, uno de los engendros del trastornado científico que se encarga de recordarles a todos los híbridos de humanos y animales los preceptos de la ley imperante en sus desdichadas existencias.
Bela Lugosi (1882-1956)
CINEFILIA
El actor y luchador profesional alemán Hans Steinke (1893-1971) fue el encargado de dar vida al brutal Ouran, un híbrido entre simio y humano, capaz de matar con sus propias manos a los rivales del Doctor Moreau.
THE MAD DOCTOR
El Doctor Moreau (Charles Laughton) de "La isla de las almas perdidas" es un científico cruel y despiadado, un malvado que no duda en practicar la vivisección con sus desdichadas criaturas quiméricas, a las que mantiene aterrorizadas con sus constantes amenazas, a golpe de latigazos.
Para ellos ha convertido su siniestro laboratorio en la Casa del Dolor, asumiendo el rol todopoderoso de un dios dueño de la vida y el destino de sus creaciones, con la inestimable ayuda de su colaborador Montgomery (Arthur Hohl), un médico británico huido de la ley.
La figura del mad doctor representa un filón para directores y guionistas cinematográficos. Suelen ser científicos o médicos, especialmente cirujanos, cuyas investigaciones se apartan de la deontología y los códigos morales establecidos, para conseguir objetivos extravagantes más allá de las fronteras sociales, científicas y religiosas.
En este mismo blog, a propósito de entradas anteriores, como por ejemplo "Los niños del Brasil", "Las manos de Orlac" o "Ojos sin rostro versus La piel que habito", nos ocupamos de este tipo de personajes megalómanos, malvados, siniestros, obsesivos, introvertidos y solitarios, que rara vez trabajan en equipo.
Y precisamente hablando de este tema, "The Mad Doctor" (1933) es un corto de animación en blanco y negro producido por Walt Disney y protagonizado por los inefables Mickey Mouse y Pluto, enfrentados a un científico loco que intenta utilizar al perro para crear un híbrido con una gallina.
CINEFILIA
Existen versiones no oficiales de la novela de H.G. Wells, más concretamente las coproducciones filipino-americanas "La isla del terror" (Gerry de León, Eddie Romero, 1959) y "Los hombres del ocaso" (Eddie Romero, 1972).
LA ISLA DEL DOCTOR MOREAU (1977)
En 1977, la American International Pictures (AIP) intentó con esta película redoblar el éxito taquillero conseguido anteriormente con sus producciones de ciencia-ficción y terror, con Roger Corman como su director preferido y diferentes adaptaciones de las obras de Edgar Allan Poe.
En esta oportunidad, Don Taylor fue el encargado de dirigir a Burt Lancaster y a Michael York en esta versión de la obra de H.G. Wells, adaptada por los guionistas Al Ramrus, John Herman Shaner y Richard Allan Simmons (sin acreditar).
El Doctor Moreau es ahora un genetista, que pretende modificar al ADN de sus humanimales inyectándoles un suero capaz de reprogramar su código genético.
LA ISLA DEL DOCTOR MOREAU (1996)
A pesar de contar con el prestigioso John Frankenheimer en la dirección, y con la participación estelar de Marlon Brando y Val Kilmer como protagonistas, esta cinta ha sido calificada como una de las peores películas de la historia por la crítica mayoritaria.
Aún disponiendo de un presupuesto millonario, su rodaje resultó turbulento y desastroso. Primero, por la espantada del director, productor y guionista sudafricano Richard Stanley, elegido para llevar a buen puerto la nueva adaptación de la novela de H.G. Wells, proyecto al que había dedicado gran parte de su tiempo y esfuerzo, reemplazado finalmente por Frankenheimer.
Segundo, por el comportamiento excéntrico y caprichoso de un decadente Marlon Brando y la presuntuosa diva actitud de Val Kilmer. Mientras se rodaba la película, el primero se enteró de la fatal noticia del suicidio de su hija Cheyenne, del que jamás conseguiría rehacerse. Por su parte, Kilmer conoció por la TV la petición de divorcio de su entonces esposa, la actriz británica Joanne Whaley.
Por si fuero poco, a esta catástrofe se sumaron los efectos de una tormenta tropical que arrasó el set de rodaje, en un entorno boscoso de Queensland (Australia).
Todas estas vicisitudes fueron recogidas en el documental "Lost Soul: el viaje maldito de Richard Stanley a la isla del Dr. Moreau" (David Gregory, 2014), el relato del fracaso de la que pudo haber sido una de las mejores películas de ciencia-ficción en la historia del cine.
CINEFILIA
Cuentan que Richard Stanley nunca aceptó abandonar su proyecto. Disfrazado como uno de los personajes de la película, mitad hombre - mitad perro, continuó presente en el rodaje como extra, sin que aparentemente nadie se diera cuenta.
LA ISLA DEL DOCTOR AGOR
En 1971, el cineasta Tim Burton, con apenas 13 años de edad, realizó este corto de animación, con un guión inspirado en el clásico de H.G. Wells y protagonizado por el mismísimo Burton en el papel del Doctor Agor. Desafortunadamente, este corto permanece extraviado.
En 1979, Burton creó una secuela titulada "Stalk of the Celery Monster" (1979), la historia de un trastornado dentista llamado Maxwell Payne y sus extraños experimentos.
¿HÍBRIDOS O QUIMERAS?