- "Me han preguntado ¿cómo se siente? mientras vomitaba en una bacinilla de plástico... Me han preguntado... mientras salía de una operación de cuatro horas con un tubo en cada orificio ¿cómo se siente hoy?... Estoy esperando el momento en que me hagan esa pregunta y esté muerta"...
Monólogo de la Sra. Bearing, en "Amar la vida"
Dar malas noticias a los pacientes forma parte del trabajo habitual de los médicos. Para ello se requieren habilidad y formación. Con esta escena comienza "Amar la vida" (Mike Nichols, 2001), coproducción televisiva británico - norteamericana de HBO Films y Avenue Pictures Productions.
Basada en "Wit", la exitosa obra teatral original de Margaret Edson (1961), ganadora del premio Pulitzer (categoría drama) en 1999, reparte las bondades del guión cinematográfico entre el propio director y la protagonista, Emma Thompson, en el papel de Vivian Bearing, doctora en filosofía, una prestigiosa profesora universitaria de 48 años, soltera y sin familia, especializada en poesía anglosajona y a la que le es diagnosticado un cáncer de ovario avanzado.
Christopher Lloyd como Taber
El médico en cuestión, el Dr. Harvey Kelekian, afamado profesor e investigador especialista en Oncología, está representado por el veterano y polifacético actor norteamericano Christopher Lloyd, el inolvidable Emmett Brown, investigador chiflado de la saga de "Regreso al futuro" (Robert Zemeckis, 1985, 1989, 1990) y que debutó triunfalmente en "Alguien voló sobre el nido del cuco" (Milos Forman, 1975) como el irascible Taber.
Profesionalmente, Vivian Bearing es una experta en la poesía del siglo XVII; más concretamente en los "Sonetos Sagrados" del poeta metafísico británico John Donne, eje transversal de esta película: vida, muerte, alma, Dios, inmortalidad... Para Vivian, el esfuerzo desarrollado para comprender la esencia fundamental de los versos sacros de Donne tuvo que ser máximo, de la misma intensidad que el que ahora le demanda el equipo médico para soportar su tratamiento.
Sobre las diferentes versiones y traducciones de los sonetos sacros se articula el entramado argumental, una cuestión no exenta de enjundia y erudición, que nos permite conocer a la profesora Evelyn M. Ashford (Eileen Atkins), un personaje aparentemente secundario, pero decisivo al final de esta película.
Profesionalmente, Vivian Bearing es una experta en la poesía del siglo XVII; más concretamente en los "Sonetos Sagrados" del poeta metafísico británico John Donne, eje transversal de esta película: vida, muerte, alma, Dios, inmortalidad... Para Vivian, el esfuerzo desarrollado para comprender la esencia fundamental de los versos sacros de Donne tuvo que ser máximo, de la misma intensidad que el que ahora le demanda el equipo médico para soportar su tratamiento.
Sobre las diferentes versiones y traducciones de los sonetos sacros se articula el entramado argumental, una cuestión no exenta de enjundia y erudición, que nos permite conocer a la profesora Evelyn M. Ashford (Eileen Atkins), un personaje aparentemente secundario, pero decisivo al final de esta película.
CÁNCER DE OVARIO
Esta modalidad tumoral puede originarse en cualquiera de las tres estirpes celulares que conforman los ovarios: células epiteliales, germinales y del estroma.
En esta ocasión, nos estamos refiriendo a un carcinoma epitelial, el más frecuente (80 - 90%). Por su diseminación, se encuentra en estadío IV: en el momento de su diagnóstico ya presenta metástasis a distancia. Su crecimiento es rápido e insidioso, obligando a tomar drásticas decisiones.
En cuanto al tratamiento, a nuestra protagonista sólo le queda una opción: quimioterapia experimental y agresiva con numerosos e indeseables efectos secundarios. En un principio, tal vez pudiera alargar su existencia, pero con una más que dudosa calidad de vida. Así se lo advierte el médico, antes de inducirla a firma el consentimiento informado. Serán 8 ciclos de cuatro semanas, con sus correspondientes períodos de descanso y recuperación. Serán también los últimos 8 meses de su existencia...
En las facultades de Medicina y en las escuelas de ciencias de la salud, esta película se utiliza para explicarle a los alumnos lo que ningún sanitario o investigador debe hacer con un paciente. O, si se prefiere, enseñarles cómo en bioética deben respetar una popular máxima por todo el mundo conocida: "primun non nocere".
El pronóstico de la patología de nuestra protagonista es francamente malo. Aunque la supervivencia media a los 5 años para todos los cánceres de ovario ronda el 45%, éste porcentaje desciende dramáticamente hasta el 18% en los estadíos IV de la enfermedad. Recordemos que estamos hablando de un carcinoma epitelial invasivo. Considerando la edad de las pacientes, el pronóstico es ligeramente superior para las menores de 65 años.
El Dr. Kelikian le propone a Vivian varios ciclos de quimioterapia a dosis plenas (Hexamethophosphacil y Vinplatin). A medida que avanza la película, la paciente se irá dando cuenta de la dura realidad: lo que está acabando con su existencia no es el cáncer, sino los terribles efectos secundarios del tratamiento: alopecia, fiebre, neutropenia (que obligan al aislamiento de la enferma), daños irreparables en la mucosa digestiva (desde la boca hasta el ano), náuseas, vómitos y una insuficiencia renal progresiva e irreversible. Las escenas sobre el control del balance de fluidos resultan memorables...
En las facultades de Medicina y en las escuelas de ciencias de la salud, esta película se utiliza para explicarle a los alumnos lo que ningún sanitario o investigador debe hacer con un paciente. O, si se prefiere, enseñarles cómo en bioética deben respetar una popular máxima por todo el mundo conocida: "primun non nocere".
El pronóstico de la patología de nuestra protagonista es francamente malo. Aunque la supervivencia media a los 5 años para todos los cánceres de ovario ronda el 45%, éste porcentaje desciende dramáticamente hasta el 18% en los estadíos IV de la enfermedad. Recordemos que estamos hablando de un carcinoma epitelial invasivo. Considerando la edad de las pacientes, el pronóstico es ligeramente superior para las menores de 65 años.
La sufrida Vivian (Emma Thompson) sometiéndose a pruebas diagnósticas
El Dr. Kelikian le propone a Vivian varios ciclos de quimioterapia a dosis plenas (Hexamethophosphacil y Vinplatin). A medida que avanza la película, la paciente se irá dando cuenta de la dura realidad: lo que está acabando con su existencia no es el cáncer, sino los terribles efectos secundarios del tratamiento: alopecia, fiebre, neutropenia (que obligan al aislamiento de la enferma), daños irreparables en la mucosa digestiva (desde la boca hasta el ano), náuseas, vómitos y una insuficiencia renal progresiva e irreversible. Las escenas sobre el control del balance de fluidos resultan memorables...
CINEFILIA
El cáncer es un tema recurrente en la historia del cine. Respecto al cáncer ovárico, el padecimiento de una neoplasia terminal de estas características es abordado en "Mi vida sin mi" (Isabel Coixet, 2003), con Sarah Polley como protagonista.
Asimismo, la cineasta catalana retomó las vivencias de una joven mujer con cáncer de mama en "Elegy" (2008); en esta ocasión la paciente fue la bella Consuelo Castillo (Penélope Cruz)
En "Amar la vida", Vivian Bearing nos revela que su propia madre había fallecido a causa de un cáncer de mama. Respecto a su enfermedad, la protagonista comenzó a notar los primeros síntomas apenas 4 meses antes del diagnóstico: cansancio y un dolor abdominal agudo e inespecífico...
WIT
"Wit", ingenio, agudeza, es una palabra inglesa que se utiliza para definir un sentido del humor inteligente, propio de aquellos especialmente hábiles a la hora de relatar acontecimientos de una manera amena y divertida.
Como estilo literario, fue típico de la poesía metafísica, de moda en los tiempos de Shakespeare. Su figura capital fue John Donne (1572 - 1631), perspicaz constructor de sermones, sonetos, irónicos epigramas, dislocaciones y paradojas.
El "Soneto Sacro X" de Donne representa un canto de rebelión contra la muerte, un alegato de inmortalidad. Pero, una cosa es trabajar sobre estos profundos conceptos desde la aséptica mirada de los estudios literarios, y otra bien distinta afrontar la angustia de la muerte en el ámbito personal.
Existe otra película dedicada con enorme solvencia al deterioro progresivo y la agonía de un enfermo terminal de cáncer, en este caso una neoplasia cerebral maligna. Se trata del film alemán "Hauf auf freier strecke" (Andreas Dresen, 2011), titulado en su versión inglesa "Stopped on track", algo así como "esperando pista libre".
Al igual que "Amar la vida", nos encontramos con un film de interiores. En la cinta de Dresen, la mayoría de las escenas tienen lugar en diferentes estancias de la vivienda del protagonista; en la película de Mike Nichols, la acción transcurre lenta e inexorable en las dependencias de un moderno hospital ("la atención era halagadora... los primeros 5 minutos...").
Pero, mientras Frank Lange (Milan Peschel) se va extinguiendo rodeado de su esposa e hijos, obligados a replantearse su existencia en torno a la enfermedad del padre, Vivian agoniza en soledad, sin familiares ni amigos, apenas con el único consuelo y compañía de su enfermera, Susie Monahan (Audra McDonald)
Llegados a este punto, una vez más tenemos que rendirnos ante el buen hacer de Emma Thompson. Su caracterización de esta enferma resulta memorable, incluso cuando recrea un brusco acceso de vómitos. Tampoco dudó en afeitarse la cabeza y las cejas, tal y como en su día hicieron Kathleen Chalfant y Julie Light, las actrices protagonistas las primeras representaciones de "Wit" en Broadway.
La Thompson consigue todavía una mayor efectividad gracias a sus convincentes monólogos ante la cámara. Con dos Óscar en su haber, uno como mejor actriz protagonista por "Regreso a Howards End" (James Ivory, 1992) y otro como mejor guión adaptado por "Sentido y sensibilidad" (Ang Lee, 1995), Emma Thompson también fue galardonada por este telefilm con la Espiga de Oro, durante la Semana Internacional de Cine de Valladolid de 2001.
EL TRATAMIENTO
"La gran ronda": de repente, un tropel de médicos irrumpe enérgicamente en la habitación. A la cabeza, el engreído Dr. Jason Posner (Jonathan M. Woodward), el alumno más aventajado del profesor Kelikian, dirigiendo una visita desbordante de soberbia y desconsideración, violentando sin misericordia lo más íntimo de la paciente, que queda reducida meramente a un torpe cuerpo humano abandonado repleto de cicatrices. Para estos médicos en formación, obviar el sufrimiento de los enfermos les permite mantener la cordura...
Pero, en realidad, ¿qué diferencia existe entre esta visita médica y una de las clásicas estampas inmortalizadas en las salas de disección? La respuesta es clara: Vivian todavía está viva, padece dolor y tiene sentimientos!!!
Para completar sus créditos preuniversitarios, el Jason Posner había asistido como alumno a los cursos de literatura impartidos por Vivian Bearing. La escasa comprensión demostrada por la erudita profesora ante sus discípulos es comparable a la indiferencia del equipo médico ante su padecimiento. Vivian, protegida siempre tras el prisma metafísico de la vida y la muerte, se encuentra ahora abocada a afrontar bruscamente su propia enfermedad.
De esta implacable manera nos enteramos que la enferma fue sometida a una intervención primaria para reducir su masa tumoral ovárica: histerectomía, doble anexectomía, linfadenectomía pélvica y abdominal, resección del epiplon y limpieza peritoneal. En estos casos, la enfermedad residual, la cantidad de tumor que permanece después de la cirugía, es un factor pronóstico muy importante.
La quimioterapia en el cáncer de ovario emplea fármacos derivados del platino (cisplatino o carboplatino, éste segundo con menos efectos secundarios) Un reciente sumario de la Colaboración Cochrane, ha comparado diferentes opciones terapéuticas en enfermas afectadas por cáncer de ovario recidivante. Los autores no detectaron diferencias relevantes entre las tratadas con cirugía citorreductora secundaria más quimioterapia y aquellas otras pacientes que recibieron únicamente quimioterapia. En la actualidad, no existe evidencia para determinar si la cirugía citorreductora secundaria es mejor o peor que la quimioterapia sola a la hora de prolongar la vida de estas pacientes.
Por el momento, Margaret Edson sólo ha escrito una obra en su vida, y ésta es "Wit". Antes de saltar a la gran pantalla, el guión original fue estrenado en los escenarios de Broadway. La última versión teatral ha tenido como protagonista a la popular actriz Cynthia Nixon.
En 2003, los espectadores españoles pudimos disfrutar del montaje dirigido por Lluís Pasqual, exitosamente interpretado por la versátil Rosa María Sardá en el papel principal; por dicha labor fue premiada en 2005 con el Max de las Artes Escénicas.
Finalmente, con libreto de Patrizia Valdruga, el compositor italiano Marco Tutino (1954) ha sido el responsable de la versión operística de "Wit", "Vita" (2002), cuyo argumento gira en torno de la enfermedad y la muerte.
EL CÓDIGO AZUL
Llegado el estado terminal de su enfermedad, Vivian se verá obligada a plantearse una serie de cuestiones, entre ellas, las instrucciones sobre la atención sanitaria que desea cuando ella misma sea incapaz de decidir. Sin embargo, en ningún momento observamos que el hospital emplee formalmente un documento de voluntades anticipadas.
Únicamente contemplamos el diálogo que mantiene al respecto con la enfermera Monahan. El código azul, el elegido por la protagonista, estaba reservado para aquellos pacientes que rechacen cualquier maniobra de recuperación.
A pesar de esta decisión, somos testigos de una dramática escena en la que el Dr. Posner, incomprensiblemente, sin ni siquiera conocer las últimas voluntades de su paciente, demanda la presencia de un equipo especializado para intentar una resucitación forzada.
CUENTOS DE CONEJITOS...
De niña, Vivian se entretenía con la lectura de los libros de Beatrix Potter (1866 - 1943), celebrada escritora, ilustradora y naturalista británica. Su personaje más famoso es Peter Rabbit.
La escena final del film está repleta de ternura. Sobre el lecho agonizante, Vivian recibe la visita de su antigua profesora, que le lee un cuento, una alegoría sobre la inmortalidad del alma: por mucho que el pequeño conejito tratase de ocultarse de su mamá, ésta siempre termina por descubrirlo ("donde quiera que se esconda el alma, Dios la encontrará"...)
LA BANDA SONORA
Como hemos afirmado en otras ocasiones, la elección de una banda sonora adecuada resulta fundamental en la estructura de un film perfecto. En este caso fueron seleccionadas obras de Arvo Pärt, Henryk Gorecki, Charles Ives y Dimitri Shostakovic. De éste último, su inquietante "Cuarteto para cuerda nº15" sirve de ambientación en los créditos iniciales. Y al final, a modo de despedida, la paz y tranquilidad de "Spiegel im spiegel" (Arvo Pärt) acompaña nuestros pensamientos.
Para aquellos interesados en contemplar esta película, en versión original subtitulada:
En "Amar la vida", Vivian Bearing nos revela que su propia madre había fallecido a causa de un cáncer de mama. Respecto a su enfermedad, la protagonista comenzó a notar los primeros síntomas apenas 4 meses antes del diagnóstico: cansancio y un dolor abdominal agudo e inespecífico...
WIT
"La brevedad es el alma del ingenio"...
"Wit", ingenio, agudeza, es una palabra inglesa que se utiliza para definir un sentido del humor inteligente, propio de aquellos especialmente hábiles a la hora de relatar acontecimientos de una manera amena y divertida.
Como estilo literario, fue típico de la poesía metafísica, de moda en los tiempos de Shakespeare. Su figura capital fue John Donne (1572 - 1631), perspicaz constructor de sermones, sonetos, irónicos epigramas, dislocaciones y paradojas.
El "Soneto Sacro X" de Donne representa un canto de rebelión contra la muerte, un alegato de inmortalidad. Pero, una cosa es trabajar sobre estos profundos conceptos desde la aséptica mirada de los estudios literarios, y otra bien distinta afrontar la angustia de la muerte en el ámbito personal.
"Muerte no te envanezcas, aunque algunos te llamen
poderosa y temible, porque no lo eres,
pues aquellos que crees haber aniquilado
no mueren, pobre muerte, ni a mí puedes matarme.
Del descanso y el sueños, que son sólo tu imagen,
viene placer, y luego de ti más vendrá aún:
los mejores se marchan cuanto antes contigo,
descanso de sus huesos, libertad de sus almas.
Del hado eres esclava, del azar, reyes y locos,
y habitas en veneno, guerra y enfermedad;
opio y hechizos pueden igual adormecernos,
y aún mejor que tu golpe. ¿Por qué entonces tu orgullo?
Después de un breve sueño despertamos eternos,
y muerte no habrá más, muerte, te morirás.
Al igual que "Amar la vida", nos encontramos con un film de interiores. En la cinta de Dresen, la mayoría de las escenas tienen lugar en diferentes estancias de la vivienda del protagonista; en la película de Mike Nichols, la acción transcurre lenta e inexorable en las dependencias de un moderno hospital ("la atención era halagadora... los primeros 5 minutos...").
Pero, mientras Frank Lange (Milan Peschel) se va extinguiendo rodeado de su esposa e hijos, obligados a replantearse su existencia en torno a la enfermedad del padre, Vivian agoniza en soledad, sin familiares ni amigos, apenas con el único consuelo y compañía de su enfermera, Susie Monahan (Audra McDonald)
Llegados a este punto, una vez más tenemos que rendirnos ante el buen hacer de Emma Thompson. Su caracterización de esta enferma resulta memorable, incluso cuando recrea un brusco acceso de vómitos. Tampoco dudó en afeitarse la cabeza y las cejas, tal y como en su día hicieron Kathleen Chalfant y Julie Light, las actrices protagonistas las primeras representaciones de "Wit" en Broadway.
La Thompson consigue todavía una mayor efectividad gracias a sus convincentes monólogos ante la cámara. Con dos Óscar en su haber, uno como mejor actriz protagonista por "Regreso a Howards End" (James Ivory, 1992) y otro como mejor guión adaptado por "Sentido y sensibilidad" (Ang Lee, 1995), Emma Thompson también fue galardonada por este telefilm con la Espiga de Oro, durante la Semana Internacional de Cine de Valladolid de 2001.
EL TRATAMIENTO
"La gran ronda": de repente, un tropel de médicos irrumpe enérgicamente en la habitación. A la cabeza, el engreído Dr. Jason Posner (Jonathan M. Woodward), el alumno más aventajado del profesor Kelikian, dirigiendo una visita desbordante de soberbia y desconsideración, violentando sin misericordia lo más íntimo de la paciente, que queda reducida meramente a un torpe cuerpo humano abandonado repleto de cicatrices. Para estos médicos en formación, obviar el sufrimiento de los enfermos les permite mantener la cordura...
Pero, en realidad, ¿qué diferencia existe entre esta visita médica y una de las clásicas estampas inmortalizadas en las salas de disección? La respuesta es clara: Vivian todavía está viva, padece dolor y tiene sentimientos!!!
"Lección de anatomía del Dr. Tulip". Rembrandt (1632).
Óleo sobre tela. Royal Picture Gallery Mauritshuis, La Haya.
Lección de anatomía de Don Santiago Ramón y Cajal (1915)
Para completar sus créditos preuniversitarios, el Jason Posner había asistido como alumno a los cursos de literatura impartidos por Vivian Bearing. La escasa comprensión demostrada por la erudita profesora ante sus discípulos es comparable a la indiferencia del equipo médico ante su padecimiento. Vivian, protegida siempre tras el prisma metafísico de la vida y la muerte, se encuentra ahora abocada a afrontar bruscamente su propia enfermedad.
Jonathan M. Woodward es el Dr. Jason Posner
De esta implacable manera nos enteramos que la enferma fue sometida a una intervención primaria para reducir su masa tumoral ovárica: histerectomía, doble anexectomía, linfadenectomía pélvica y abdominal, resección del epiplon y limpieza peritoneal. En estos casos, la enfermedad residual, la cantidad de tumor que permanece después de la cirugía, es un factor pronóstico muy importante.
La quimioterapia en el cáncer de ovario emplea fármacos derivados del platino (cisplatino o carboplatino, éste segundo con menos efectos secundarios) Un reciente sumario de la Colaboración Cochrane, ha comparado diferentes opciones terapéuticas en enfermas afectadas por cáncer de ovario recidivante. Los autores no detectaron diferencias relevantes entre las tratadas con cirugía citorreductora secundaria más quimioterapia y aquellas otras pacientes que recibieron únicamente quimioterapia. En la actualidad, no existe evidencia para determinar si la cirugía citorreductora secundaria es mejor o peor que la quimioterapia sola a la hora de prolongar la vida de estas pacientes.
La escritora y dramaturga Margaret Edson
(fotografía de Marilyn Suriani)
CINEFILIA
Por el momento, Margaret Edson sólo ha escrito una obra en su vida, y ésta es "Wit". Antes de saltar a la gran pantalla, el guión original fue estrenado en los escenarios de Broadway. La última versión teatral ha tenido como protagonista a la popular actriz Cynthia Nixon.
En 2003, los espectadores españoles pudimos disfrutar del montaje dirigido por Lluís Pasqual, exitosamente interpretado por la versátil Rosa María Sardá en el papel principal; por dicha labor fue premiada en 2005 con el Max de las Artes Escénicas.
Finalmente, con libreto de Patrizia Valdruga, el compositor italiano Marco Tutino (1954) ha sido el responsable de la versión operística de "Wit", "Vita" (2002), cuyo argumento gira en torno de la enfermedad y la muerte.
EL CÓDIGO AZUL
Llegado el estado terminal de su enfermedad, Vivian se verá obligada a plantearse una serie de cuestiones, entre ellas, las instrucciones sobre la atención sanitaria que desea cuando ella misma sea incapaz de decidir. Sin embargo, en ningún momento observamos que el hospital emplee formalmente un documento de voluntades anticipadas.
Únicamente contemplamos el diálogo que mantiene al respecto con la enfermera Monahan. El código azul, el elegido por la protagonista, estaba reservado para aquellos pacientes que rechacen cualquier maniobra de recuperación.
A pesar de esta decisión, somos testigos de una dramática escena en la que el Dr. Posner, incomprensiblemente, sin ni siquiera conocer las últimas voluntades de su paciente, demanda la presencia de un equipo especializado para intentar una resucitación forzada.
CUENTOS DE CONEJITOS...
De niña, Vivian se entretenía con la lectura de los libros de Beatrix Potter (1866 - 1943), celebrada escritora, ilustradora y naturalista británica. Su personaje más famoso es Peter Rabbit.
La escena final del film está repleta de ternura. Sobre el lecho agonizante, Vivian recibe la visita de su antigua profesora, que le lee un cuento, una alegoría sobre la inmortalidad del alma: por mucho que el pequeño conejito tratase de ocultarse de su mamá, ésta siempre termina por descubrirlo ("donde quiera que se esconda el alma, Dios la encontrará"...)
LA BANDA SONORA
Como hemos afirmado en otras ocasiones, la elección de una banda sonora adecuada resulta fundamental en la estructura de un film perfecto. En este caso fueron seleccionadas obras de Arvo Pärt, Henryk Gorecki, Charles Ives y Dimitri Shostakovic. De éste último, su inquietante "Cuarteto para cuerda nº15" sirve de ambientación en los créditos iniciales. Y al final, a modo de despedida, la paz y tranquilidad de "Spiegel im spiegel" (Arvo Pärt) acompaña nuestros pensamientos.
Para aquellos interesados en contemplar esta película, en versión original subtitulada:
Excelente, gracias por compartir esta valiosa informacion. Me encanto la película y su redacción.
ResponderEliminarMuy triste. Hay cosas que prefiero no saber o ver . como estas .
ResponderEliminarYo quiero saber las frases que ella dicia
ResponderEliminarOtra película dramática de este tema es Silence like glass, o Silencio de cristal como se le conoció en español. Es igual de cruda, pero tie un final más reconfortante.
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