sábado, 22 de agosto de 2009

CUANDO UN HOMBRE AMA A UNA MUJER



Andy García y Meg Ryan protagonizan "Cuando un hombre ama a una mujer"


He tenido la oportunidad de ver esta película en la televisión en varias ocasiones. Dirigida por el mejicano Luis Mandoki en 1994 protagonizó entonces un gran éxito en taquilla; pero a medida que pasa el tiempo, cada vez me desilusiona más y me gusta menos. Y eso a pesar de haberse gestado basándose en una notas escritas por el mismísimo Orson Wells y de comenzar con una bella panorámica de la bahía de San Francisco, con el involvidable tema de Percy Sledge que presta su título a la cinta como fondo musical.



http://www.youtube.com/watch?v=vQh112HQsoE



Asistimos a la historia de amor protagonizada por el matrimonio Green: Alice (Meg Ryan) y Michael (Andy García). Desde las escenas iniciales, el director nos muestra a una protagonista que se emborracha con demasiada facilidad, alcanzando ese punto alegre y divertido, diríamos que hasta incluso gamberro y provocador. Reconocemos que las comparaciones son odiosas, pero resultan inevitables. La interpretación de esposa alcohólica desplegada por Meg Ryan en este film se me antoja ciertamente insuficiente al compararla con la veracidad y el dramatismo derrochados por Lee Remick como Kirsten Arnesen en "Días de vino y rosas" (Blake Edwards, 1962).


Meg Ryan transformada en la desmejorada Alice Green


En la actualidad, el modelo descriptivo basado en las diferentes tipologías de la enfermedad alcohólica ha sido superado. Pero de una manera gráfica y sencilla podríamos encuadrar el caso de Alice como uno más representativo del llamado alcoholismo del ama de casa. En su génesis y en su mantenimiento participan diversos elementos: soledad, vergüenza, frustración, depresión, autocompasión y baja autoestima... En ciertos momentos, ella llega a reprocharle a su marido, piloto de aviación civil, sus largas ausencias fuera del hogar familiar. El inicial encubrimiento del hábito se encuentra aquí también presente, pues la enferma esconde las botellas por las gavetas de los armarios lejos de las miradas de su propia familia.

En estas situaciones resulta ya un clásico la referencia al vodka como la bebida de elección, pues supuestamente su ingestión no deja rastros de hálito etílico. Un dato incierto, una leyenda urbana...

Andy García es el atormentado Michael Green


El remolino de borracheras en la que poco a poco se va sumergiendo Alice lleva a que la pareja tome una drástica decisión: ella deberá ingresar en una institución especializada en la desintoxicación y deshabituación etílicas. La separación conyugal temporal entre Alice y Michael y el sentimiento de desplazamiento que éste siente cuando visita a su esposa internada me trajeron a la memoria la frustración personal sufrida por el personaje de Grant Anderson (Gordon Pinsent) en "Lejos de ella" (Sarah Polley, 2006) cuando se ve obligado a ingresar a su esposa en una residencia para enfermos de demencia.

Esta cinta se revaloriza precisamente cuando hace hincapié en las consecuencias domésticas y en la desestructuración familiar provocadas por la enfermedad alcohólica. Y no sólo durante las semanas que Alice permanece ingresada, sino también después, cuando intenta integrarse de nuevo en la vida cotidiana hogareña. Las interpretaciones de Tina Majorino (Jessica), especialmente, y de la prolífica Mae Whytman (Casey) en el papel de las pequeñas hijas del matrimonio Green, contribuyen a realzar la veracidad del argumento. Entonces niñas, hoy en día guapas veinteañeras. Tempus fugit...

En casi todas las películas norteamericanas que tratan el problema del alcoholismo, Alcohólicos Anónimos está siempre presente, al tratarse de una hermandad muy potente y extendida tanto en los EEUU como en Canadá y en Méjico. En esta película existe una referencia a Al-Anon, la asociación de apoyo formada por los familiares de los alcohólicos que también se reunen periodicamente.

Destacamos también la modesta participación en esta cinta de una gran actriz (Ellen Burstyn) y de un serio actor (Philip Seymour Hoffman) cuyo respectivo buen hacer artístico ha sido comentado anteriormente en este mismo blog en "Requiem por un sueño" y "La familia Savage".

Para finalizar estas divagaciones, un postrero apunte melómano. Una intimista versión de "My Funny Valentine" adorna la escena en la que la pareja protagonista baila celebrando su 4º aniversario de bodas. Esta pieza musical hoy en día convertida en un estándar del jazz, originalmente fue compuesta por Richard Rodgers y Lorenz Hart para el musical "Babes in arms" (1937).

Sin lugar a dudas, mi versión favorita es la sentimentalmente desgarradora de Chet Baker:

http://www.youtube.com/watch?v=jvXywhJpOKs

4 comentarios:

  1. Acabo de descrubrir tu blog y me parece sensacional. Me lo voy a guardar para seguir investigando!

    Una película que tal vez te gustaría ver y comentar es "Le Temps qui rest".

    Saludos!

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  2. Gracias por tu amable comentario Drache; la película que me recomiendas ha sido comentada en este mismo blog, concretamente compartiendo entrada con "Las noches salvajes"... Un saludo

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  3. Hola, los invito a mi blog de cine independiente.
    www.sebastianvargas-cine.blogspot.com

    Muy interesante este sitio y si estàs de acuerdo, enlazamos paginas.
    saludos.

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  4. Perdón pero tú visión aborda de manera literal el alcoholismo de ella.. Pero si viste la película ella se sentía tan amada pero a la vez tan innecesaria porque el amor de el la aturdida,que perdió su norte. No quería ser su muñeca, no quería tener todo resuelto ahí empezó a tomar!El era tan perfecto y bien por el,que ella creyó que estaba de más, y ahí su crisis existencial y lo que sobrevino!

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