domingo, 14 de octubre de 2007

LOST IN TRANSLATION


SCARLETT JOHANSSON y BILL MURRAY
son CHARLOTTE y BOB.
  • Un sorprendente Bill Murray interpreta muy convincentemente a Bob Harris, un actor extraviado..., perdido entre los neones multicolores que alumbran permanentemente los cielos de Tokio..., un personaje desorientado que vaga por el laberinto de largos corredores de un modernísimo hotel automatizado (el colosal Park Hyatt de la capital japonesa)..., un ser frágil y despistado que no entiende lo que le dicen, aunque las palabras sean pronunciadas en una lengua que todavía se le antoja familiar y conocida. En un pasado reciente, Bob ha sido un artista de relativa fama. Ahora se dedica a grabar millonarios spots para el mercado publicitario, mientras su matrimonio naufraga a muchos kilómetros de distancia.
  • De pronto, entre la penumbra de su aturdimiento, se ilumina una luz. Es Charlotte (Scarlett Johansson), una joven esposa taciturna que languidece entre las paredes del hotel, aguardando por un marido fotógrafo demasiado ocupado en sus compromisos laborales. Dicen en la prensa rosa que esta rubia actriz es en la actualidad una de las mujeres más deseadas por los varones del mundo. Esta película nos la muestra en todo su esplendor, como se despierta la hermosura en la mañana, sin maquillaje, con el cabello desarreglado, inconfesablemente diminuta, calzada con unas deportivas y apenas cubierta por un paraguas plástico que la protege de la fina lluvia. Desde la altura de los ventanales de su habitación, como si de un desvanecido ángel se tratara, la mirada de Charlotte se extravía en el horizonte, posándose sobre los tejados de la moderna urbe.
  • Y así su bella imagen se encarna en aquel haiku que un buen día escribió el maestro Ryookan:
"Sólo una cosa
ha dejado el ladrón:
la luna en la ventana".
  • Todavía está oscuro cuando Bob aterriza en Tokio. Un taxi le transporta hacia el hotel cruzando un escenario urbano sorprendente y policromado. No puede conciliar el sueño, el jet - lag quizás. Y no conseguirá dormir: un fax se dispara en el silencio de la noche y las cortinas de su habitación se descorren automáticamente con la llegada del alba. Sólo parece encontrar refugio en la barra del bar que siempre permanece abierto. Allí conocerá a Charlotte, que tampoco duerme, y juntos descubrirán sus tribulaciones, incómodos en un medio que ni entienden ni les entiende, pero del que al final harán instrospección y paradójicamente se resistirán a abandonar por haberse convertido en su breve espacio de amor y felicidad. Entonces, en ese preciso instante, por delante de nuestros propios ojos ya habrán desfilado dinosaurios y elefantes proyectados sobre unas pantallas electrónicas de la altura de un edificio, salas de juegos donde los parroquianos se contorsionan ante las pantallas de las máquinas, demenciales karaokes, robots que quieren ser humanos y humanos que quieren ser robots, y un loco presentador de televisión encuadrado en un set plagado de colores ácidos.
  • Una mención especial para uno de los temas más psicodélicos de la banda sonora. Se trata de "Sometimes", del grupo "My Bloody Valentine":
  • Dicen que Sofía Coppola escribió el argumento de ésta su segunda obra cinematográfica como directora tras una ruptura sentimental. Sea como fuera, el Oscar que recibió en el 2003 como mejor guión original se me antoja escaso para el mérito de un film inclasificable y espléndido.
  • Para los que quieran conocer más:
  • El insomnio es en esta película algo tangencial. Existen otras que aportan diferentes miradas a esta despabilada problemática; son ejemplos "El maquinista" (Brad Anderson - 2004), con un anoréxico Christian Bale en el papel de protagonista, o "Insomnia" (Christopher Nolan - 2002), con un Al Pacino que no puede dormir desvelado en Alaska ante su implacable sol de medianoche. Tal vez hablemos de ellas otro día.
  • En el ámbito de la salud y de la enfermedad, el dormir se convierte en una actividad estrictamente necesaria. Si así no fuera, ¿por qué dedicamos a ello la tercera parte de nuestras vidas?.

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