domingo, 8 de enero de 2012

OJOS SIN ROSTRO (LES YEUX SANS VISAGE) versus LA PIEL QUE HABITO



"¿El futuro?... No podemos esperar tanto, madam..."
Dr. Génessier en "Ojos sin rostro"


Como en otras ocasiones, vientos circunstanciales hinchan nuestras velas para   para transportarnos a un inesperado puerto. Rebuscando en la base de películas del popular YouTube me topé con esta joya de la filmoteca francesa, dentro de su apartado de género fantástico y de terror.

Volver a ver "Ojos sin rostro" (Georges Franju, 1960) nos ha provocado una satisfacción que creíamos olvidada, la del gusto por aquellos clásicos en blanco y negro donde la austeridad de los medios era superada gracias a genuinas dosis de profesionalidad, a una excelente dirección de fotografía (Eugen Schuftan), a una banda sonora a la par que contagiosa inquietante (Maurice Jarre) y al trabajo de unos actores y actrices capaces de transmitir sensibilidad con apenas el fulgor de una mirada.

Los entendidos afirman que este film pretendía convertirse en una muestra de la competencia francesa frente a la ofensiva del cine de terror representada por la productora británica Hammer... El guión se gestó a partir de la novela homónima de Jean Redon, y en su elaboración participaron Pierre Boileau, Thomas Narcejac, Claude Sautet y el propio Redon, con la contribución adicional de Pierre Gascar para los diálogos.

Otra coincidencia: el 10 de julio de 2008, en este mismo blog, publicábamos la reseña de una obra mítica del cine de terror. Reflexionábamos entonces sobre "Las manos de Orlac" y hacíamos referencia a la novela "Y el total es un hombre", precisamente una de las obras del exitoso tándem Boileau - Narcejac...


En aquella ocasión abordamos los trasplantes de mano. En la de hoy, los de cara...

Una pequeña reseña histórica:

  • El primer trasplante de cara de la historia tuvo lugar en noviembre de 2005, en el Complejo Hospitalario Universitario de Amiens (Francia); duró 15 horas y fue llevado a cabo por un equipo médico dirigido por el Prof. Dr. Bernard Devauchelle, Jefe de Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial, en cooperación con el Prof. Dr. Jean Michel Dubernard, pionero en los trasplantes de mano (1998). La paciente fue Isabelle Dinoire, que recibió un trasplante parcial incluyendo la nariz, la boca y la barbilla que pertenecieron a una donante, Maryline Saint-Aubert, que previamente se había suicidado ahorcándose... El debate ético desatado por esta intervención todavía colea...

Isabelle Dinoire
  • En agosto de 2009, el equipo del Dr. Pedro Cavadas realiza el primer trasplante de estas características en el Hospital La Fe de Valencia (España). Fue además la primera ocasión mundial en la que se trasplantaron la lengua, la mandíbula y la parte inferior de la cara.
  • En enero de 2010 se realizó en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla el segundo trasplante de cara en España y el noveno en el mundo. Fue coordinado por el Dr. Pedro Tomás Gómez Cía.
  • En abril de 2010, en el Hospital Universitario Valle de Hebrón de Barcelona, se realizó con éxito el primer trasplante total de cara del mundo. La operación duró 30 horas y participaron en ella 25 especialistas.

Óscar, receptor del primer trasplante total de cara

"LES YEUX SAN VISAGE".

Sin menospreciar el film de Almodóvar del que más tarde nos ocuparemos, este clásico del blanco y negro es nuestra debilidad, teniendo en cuenta que atesora la plusvalía concedida por el tiempo, y que lo ha convertido en objeto de culto.

La censura de la época obligó a Georges Franju a obviar en su film cualquier elemento escabroso (materia prima imprescindible del cine gore) así como las referencias a la figura del "mad doctor". El protagonista es un brillante cirujano, el Prof. Dr. Génessier (encarnado por Pierre Brasseur) obsesionado en la recuperación de la belleza perdida por su amada hija Christiane (Edith Scob). Tiempo atrás, el rostro de la muchacha había quedado horriblemente desfigurado tras un infausto accidente de circulación provocado por su propio padre... Génessier... un apellido que evoca el verbo "générer" (generar, en francés)...




Para conseguir su propósito, el cirujano contará con la inestimable ayuda de su leal Louise (siniestra y bella Alida Valli). Ella es la encargada de seleccionar a muchachas de hermosa faz, ojos azules y cabello rubio. Sobre su cuello porta en todo momento un grueso collar de perlas, a modo de cadena de perro (una clara metáfora de la fidelidad hacia su benefactor), para disimular las cicatrices de una antigua operación de cirugía estética practicada por el Dr. Génessier. 




Edith Scob y Alida Valli con el director Georges Franju


El Dr. Génessier dirige en las afueras de París un hospital privado inserto en una propiedad que dispone además de una gran mansión, la que comparte con Christiane y Louise, un parque boscoso y una siniestra perrera repleta de canes con los que realiza sus experimentos sobre xenotrasplantes.




Un breve apunte histórico: los primeros intentos empleando esta técnica datan de principios del siglo XX. Recordemos que el film que nos ocupa es de 1960... En 1964, el Dr. Rerntsa y sus colaboradores publican en Annuals of Surgery los resultados de 12 xenotrasplantes renales de chimpancés, con supervivencias de los receptores inferiores a los 2 meses...


El tema del rechazo al trasplante es tratado en la película por el Dr. Génessier. En el transcurso de una conferencia científica impartida ante un público muy atento, recomienda el empleo de la radiación para neutralizar los anticuerpos del receptor. Pero como la dosis necesaria de la misma sería incompatible con la vida, Génessier propone la exanguinación para radiar únicamente el preciado y vital fluido.


Poco a poco vamos descubriendo el modus operandi de Génessier. Ayudado por Louise, raptan a bellas jóvenes para intentar trasplantarle su rostro a la desgraciada Christiane, prisionera en sus propias dependencias. Las palomas blancas que Christiane cuida en su cuarto dentro de una jaula son la metáfora de sus anhelos de normalidad y libertad.




En este aspecto, encontramos evidentes semejanzas entre este film y otro de los grandes clásicos del terror, "El fantasma de la ópera". A pesar de los años, nuestra versión favorita continua siendo esa gema del cine mudo dirigida en 1925 por Rupert Julian y protagonizada por el siempre escalofriante Lon Chaney.




Lon Chaney y Mary Philbin en "El fantasma de la ópera"


La primera víctima se llamaba Simone Tessot. Louise se deshace de su cadáver sumergiéndolo en el río. Cuando por fin es descubierto, la policía piensa que puede tratarse de la desaparecida hija del Dr. Génessier, falso supuesto que el médico corrobora. Pero la herida en el rostro de la joven es sospechosa: sus bordes son limpios, como si hubieran sido realizados con un escalpelo...


  
Actualmente, las escenas de las intervención quirúrgica quizás puedan resultarnos un tanto ingenuas, pero los efectos especiales de Henri Assola y el maquillaje de Georges Klein merecen nuestro reconocimiento.


El desafecto y la frialdad que Génessier demuestra por las jóvenes y sus familiares contrasta con la humanidad con la que atiende a un niño enfermo hospitalizado en su clínica. Los cuerpos de las desdichadas víctimas van a parar al panteón de la familia Génessier. ¡Un gesto involuntario, pero muy piadoso!...




Una anécdota automovilística: para cometer sus fechorías, Louise conduce un Citröen 2CV; el Dr. Génessier es el dueño de un flamante Citröen DS19, un modelo más conocido como "Tiburón", que comenzó a fabricarse en 1957... ¿Un ejemplo del chovinismo francés?



CINEFILIA


Cuando Louise aborda en la cola del teatro a su siguiente víctima, Edna Grüber (Juliette Mayniel), una joven estudiante suiza a la procura de un cuarto donde residir, detrás de las mujeres podemos contemplar el cartel anunciador de "Víctimas del deber" (Eugène Ionesco, 1932). 


He aquí unas interesantes reflexiones sobre el sentido de lo cómico y lo trágico en el teatro del absurdo, muy apropiadas para completar la visión general de esta película:







Uno tras otro, los trasplantes de rostro fracasan, obligando al Dr. Génessier a continuar con sus asesinatos. Mientras tanto, la máscara ha de ocultar una vez más el desfigurado semblante de Christiane, y el cerco policial se va estrechando en base a las sospechas del Dr. Jacques Vernon (François Guerin), ayudante del cirujano y antiguo novio de su hija.


Para capturar al médico, la policía se plantea utilizar un cebo humano, Paulette Mérodon (Béatrice Altariba). Hasta aquí llegamos, porque revelar el final de la película supondría una imperdonable traición para los espectadores que todavía no la han descubierto...

LA PIEL QUE HABITO.




"El Arte es garantía de salud"


Lo confesamos: no somos devotos de su cine; si bien en "La piel que habito" (Pedro Almodóvar, 2011) encontramos detalles estéticos y formales ciertamente atractivos, pensamos que esta vez el aclamado director manchego ha desperdiciado la oportunidad de hacer una gran película. El tiempo nos dará o nos quitará la razón.... Algo positivo: nos ha obligado a recordar los maravillosos años vividos en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela...


Son varias las voces críticas que se han alzado en este mismo aspecto, algunas de ellas mencionando incluso la palabra plagio, haciendo referencia directa a la película "Victim" (Matt Eskandari, 2010). Para mayor información:






Y es que si comparamos este film con el de Franju, el español pierde por goleada. El guión de los hermanos Almodóvar está basado en la novela policíaca "Tarántula" de Thierry Jonquet, encuadrada por los expertos dentro de la corriente "neo polar", pero está repleto de evidentes similitudes con el libreto mejor estructurado de Redon, Boileau y Narcejak.



Las escenas de sexo son toscas, carentes de los matices eróticos que sin duda alguna le hubieran aportado un plus emocional a la película. Existen personajes totalmente prescindibles, como el absurdo Zeca (Roberto Álamo), un semental y brutal violador enfundado en un ridículo disfraz de tigre, y que aparece en la cinta quizás como reminiscencia del ladrón presente en la novela de Jonquet y que los Almodóvar no pudieron o quisieron obviar. Acabará muriendo con las botas puestas... 


En el siguiente enlace se aportan consistentes razones para sostener estas particulares aseveraciones, sobre las que nos detendremos tratando de encontrar el nexo con la medicina:




1º/ EL MÉDICO: el protagonista de Almodóvar es Robert Ledgard (Antonio Banderas), un huraño especialista en cirugía plástica y reparadora, experto conocedor de las técnicas de trasplante cutáneo y cambio de sexo. Un personaje a nuestro juicio demasiado flemático, hierático, quizás no el más adecuado para ser encarnado por un actor como Banderas, que nos tiene acostumbrados a una vitalidad y un ritmo de interpretación mucho más activo y enérgico.

En este cierto modo, echamos en falta una representación más en el estilo de aquella con la que nos obsequió Jeremy Irons cuando se metió en la piel de los hermanos Mantle, los inolvidables gemelos ginecólogos protagonistas de "Inseparables" (David Cronenberg, 1988).


Inconfundible Jeremy Irons

Sin embargo, Ledgard comparte bastantes similitudes con Génessier, como la viudedad, la experimentación con animales (insectos y perros, respectivamente), la dirección de una clínica en su propio domicilio y la obsesión por la reconstrucción de sus mujeres amadas. Ambos son los propietarios de grandes mansiones, dotadas con todos los adelantos y las comodidades, con quirófanos particulares incluidos...


Antonio Banderas es Robert Ledgard

Génessier es adicto al tabaco. Legrand fuma bolitas de opio...

Desde la década de los 60, la medicina ha evolucionado mucho. Ledgard trabaja con células madre procedentes de sangre de cordones umbilicales, que en la película se insinúa consigue fraudulentamente en una maternidad.

Obviamente, el laboratorio de Legrand está a años luz del de Génessier: microscopios, centrifugadoras, estufas y medios de cultivo, reactivos, cubas para el almacenamiento de muestras biológicas..., un completo equipamiento para sus investigaciones.

Un dato para cinéfagos: sobre una de las mesas de la habitación de Legrand descansa un volumen original de "The Selfih Gene" (Richard Dawkins, 1976).


En "El gen egoísta" su autor divulga su particular concepto sobre la teoría de la evolución, estableciendo que ésta actúa sobre los genes, y no sobre los individuos.

Para bibliófilos: otros títulos que aparecen en esta película son "Cuentos Completos" (Cortázar), "El infinito viajar" (Claudio Magris), "La vida tranquila" (Marguerite Duras), "El guardian del vergel" (Cormac McCarthy) o un ejemplar sobre el fotógrafo Helmut Newton de la prestigiosa editorial Taschen...

2º/ EL LEITMOTIV: ambos médicos se ven empujados a actuar como consecuencia del daño provocado en sus hijas, Christiane en el caso de Génessier y Norma (Blanca Suárez) en el caso de Ledgard. También emplean cloroformo para dormir a sus víctimas, y podemos contemplarlos en los cementerios, lugares lúgubres pero románticos, escenarios significativamente literarios y cinematográficos.


Revisando a Vera (Elena Anaya)

Pero, a diferencia de Génessier, cuyos fracasos técnicos terminan por convertirle en un asesino en serie, los crímenes de Ledgard gozan de una indudable carga pasional, y en este punto se convierten en tragedias esencialmente almodovarianas.

Legrand intenta convencer al público de que sus investigaciones para conseguir una piel sintética (a la que él denomina Gal en honor a su fallecida esposa) resistente a los agentes físicos, químicos y biológicos que pudieran dañar esta barrera del organismo, son realizados con ratones atímicos, una especie empleada en estudios tumorales y sobre la respuesta inmune.

Este supuesto procedimiento agudiza la suspicacia del Presidente del Instituto de Biotecnología (José Luis Gómez), pues sospecha que Ledgard ha empleado para ello la transgénesis.

3º/ LA MÁSCARA: Edith Scob actuó durante la mayor parte de "Ojos sin rostro" con una máscara blanca prácticamente idéntica a su rostro real. Vera Cruz (Elena Anaya), tras su máscara, consigue cautivarnos con su mirada hermosa, ausente, resignada y paciente, mientras en lo más profundo de su interior mantiene viva la llama de la venganza. Los ojos se Christiane, sin embargo, anhelan la libertad. 



Elena Anaya es Vera

Las máscaras que portan, en cierta manera, pasan a convertirse en su verdadero rostro, una exigencia que las protege del terror que les produciría el descubrimiento de su verdadera y espantosa imagen. Por ello, en ambas películas, los espejos brillan por su ausencia...


Pero la máscara de piel humana más famosa es la que portaba el bestial Leatherface en "La matanza de Texas" (Tobe Hooper, 1974) confeccionada a partir de los jirones del rostro arrancados de sus víctimas, y que inauguró de la saga de los llamados "Slashers", maníacos asesinos desfigurados o enmascarados protagonistas de las más sangrientas masacres cinematográficas.


Leatherface

4º/ LAS AYUDANTES: Almodóvar es un excepcional director de actrices. Los éxitos cosechados a lo largo de su carrera lo avalan sobradamente. En "La piel que habito" ellas vuelven a ser las mejores, en especial Marilia (Marisa Paredes), la madre - cuidadora - ayudante - confidente en cuya interpretación sobresale de nuevo la veterana y carismática actriz española.




Marisa Paredes es Marilia


De la misma manera, si tuviéramos que elegir lo mejor de "Ojos sin rostro", sin duda alguna nos decantaríamos por la excepcional Alida Valli en el papel de Louise.


Ambas mujeres representan el factótum de sus insólitos benefactores, dispuestas a pagar por su lealtad incluso con sus propias vidas. Sobre ellas recae todo el peso de la conciencia, pues en todo momento son conocedoras del mal que causan, sin poder apartarse de aquellos a los que más quieren.




Alida Valli es Louise


LOS MEDICAMENTOS: en la película de Almodóvar existen varias referencias de diferentes fármacos. En las escenas iniciales, mientras Marilia prepara el desayuno de Vera, observamos cómo vierte en el zumo de naranja el contenido de una cápsula. Sobre la mesa de la cocina están diferentes envases que contienen medicinas, pero cuyos nombres no se corresponden a productos que existan en la realidad: "Doloctil", "Estroginell", "Androgin" o "Antidepresil"... Todos ellos representan los distintos tratamientos que el Dr. Ledgard le habría prescrito a su particular paciente: analgésicos, hormonas esteroides y antidepresivos...


Más adelante, en la fiesta nupcial de Dña Casilda (Teresa Manresa), Norma Lergard le confiesa a Vicente (Jan Cornet) la medicación que debe tomar diariamente: 20 mg de Cipralex (escitalopram), 100 mg de Deprax (trazodona), 2 gramos de Trankimazin (alprazolam), además de Rohipnol (flunitrazepam) y Lyrica (pregabalina) (de los que no se especifican cantidades). Obviamente, respecto al alprazolam, existe una errata pues la dosis máxima diaria recomendada es de ¡4 mg!... 


CINEFILIA: en una escena inicial observamos cómo Marilia le lleva a Vera un libro. Se trata de "Escapada" de Alice Munro, una obra formada por diversos cuentos protagonizados siempre por mujeres.


Vera también se entretiene realizando copias en yeso de las esculturas de Louise Bourgeois, que recubre con tela de arpillera y cinta de doble cara, algunas de ellas construidas a modo de piezas cosidas, como tratando de imitar las suturas quirúrgicas.




Otras, como las frágiles estructuras que penden de hilos, han servido de inspiración a Almodóvar en diferentes escenas de su película.






Las referencias a famosas obras pictóricas, como "La Venus del espejo" (Velázquez, 1649 - 1651), "La Venus de Urbino" (Tiziano, 1538) o "Venus y Cupido con un organista" (Tiziano, 1548) también están presentes en "La piel que habito"...




También aparece colgada de las paredes de la habitación de Ledgard otra obra que nos recuerda a "El nacimiento de Venus" (Sandro Botticelli, 1482 - 1484); se trata de "Artista creando una obra de arte" (Guillermo Pérez Villalta), propiedad del propio Almodóvar.




Y hablando de modernas obras de arte, el coche que conduce el protagonista de "La piel que habito" es un BMW M6 Coupé, un automóvil de lujo, potente, elegante...




Un último acierto de Almodóvar: incorporar a Concha Buika a la banda sonora de "La piel que habito"...