lunes, 31 de mayo de 2010

COMETIERON DOS ERRORES


No vayan a pensar ustedes que hemos perdido el juicio trayendo a este blog una película de vaqueros, un clásico western norteamericano con claras influencias del spaghetti western, cintas ambientadas en el salvaje Oeste pero producidas y realizadas entre los años 60 y 70 en Europa (fundamentalmente en los estudios romanos de Cinecittà o en el desierto de Almería).

Titulada originalmente como "Hang´em High" (Ted Post, 1968) es popularmente conocida por el público hispano como "Cometieron dos errores", excepto en Venezuela, donde se llamó "La marca de la horca".

Y traemos esta cinta hoy a colación por varias razones. En primer lugar, como homenaje póstumo a Dennis Hopper, recientemente fallecido de cáncer de próstata, y que desempeñó un brevísimo papel secundario en la misma (un peligroso enajenado conocido como El Profeta). En segundo lugar, para conmemorar el 80 cumpleaños del prolífico y polifacético cineasta Clint Eastwood, protagonista de esta película. Y por último, para deliberar si médicamente es posible o no que un hombre sobreviva a un ahorcamiento.

No es la primera vez que por separado hemos mencionado a ambos actores en este blog. Lo hemos hecho en el pasado a propósito de "El aventurero de medianoche" (Clint Eastwood, 1982), donde el director californiano se convertía en Red Stovall, un veretano cantante country gravemente enfermo de tuberculosis, y también al referirnos al psicópata Frank Booth de "Terciopelo Azul" (David Lynch, 1986), obra maestra que Hopper infectó con su particular y demoledora manera de actuar.

Frank Booth (Dennis Hooper) maltrata a Dorothy Vallens (Isabella Rossellini)

En España se narra la afortunada historia del soldado Mariano Coronado, condenado a la pena capital por robo y homicidio el 29 de diciembre de 1802. Para ello, fue dispuesto su cadalso en la Plaza Mayor de Valladolid. Una vez ahorcado, y dándole por muerto, el cadáver fue descolgado y entregado a la Cofradía de la Pasión para las honras fúnebres. Dicen las crónicas de la época que el ejecutado, antes de ser introducido en el féretro, fue capaz de mover una mano. Al percatarse las autoridades de que no había realmente muerto, se planteó la posibilidad de ahorcarlo por segunda vez. Finalmente el juez desestimó el castigo al considerar que el reo ya había cumplido su pena. Tampoco actuó contra el verdugo por su incompetencia, y el milagro se achacó a que el cuerpo del condenado no estuvo el suficiente tiempo colgado.


Hemos leído en "La soga y el fuego. La pena de muerte en la España de los siglos XVI y XVII" de Ángel Rodríguez Sánchez, que la horca y la hoguera eran los sistemas tradicionalmente preferidos para aplicar la pena capital en nuestro país:

"la primera es el emblema de la pena civil destinada al gran público, rodeada de un halo infamante; la segunda es casi una pena institucionalizada para complacer a la Iglesia. La soga, la escalera, el envión del verdugo, se reserva para homicidas, asesinos, ladrones, salteadores, amancebados notorios, falsificadores, corruptos, deudores de poca monta, reincidentes de toda clase, presidiarios incorregibles y hombres a quien la duda de la justicia convierte en personajes inconvenientes de los que es mejor deshacerse. El palo y la leña son castigos de herejes, de sus efigies, de homosexuales y de acusados de bestialismo..."

revistas.ucm.es/ghi/02144018/articulos/CHMO9494110013A.PDF


Volviendo al film que hoy nos ocupa,
un drama con el trasfondo de la venganza, respecto al linchamiento de Jed Cooper (Clint Eastwood), ¿podemos encontrarnos ante otro caso de ahorcado superviviente como el del soldado Coronado?

Un grupo de jinetes le adjudica al protagonista el asesinato del matrimonio Johanson para robarles el ganado... El hombre se defiende fehacientemente de las falsas acusaciones... De nada le sirve su alegato, pues termina siendo ahorcado de la rama de un árbol. El jefe de la partida ejecutora es el autoritario capitán Wilson (Ed Begley). Detengámonos en este brutal intento de ajusticiamiento:


  • Cooper es montado a lomos de su propio caballo, maniatado a la espalda. La soga es larga. Un pistoletazo de Wilson hace que el animal se espante y que el protagonista quede suspendido por el cuello a una altura aproximada de un metro sobre el suelo. En los ahorcamientos con caida corta, el propio peso del cuerpo y los movimientos de lucha para evitar la presión de la soga provocan la muerte por estrangulamiento (asfixia, compresión de las carótidas y reflejo vagal fatal). Recordemos que para comprimir la tráquea y las carótidas basta con aplicar un peso de entre 2 y 3 kilogramos, mientras que para lesionar las arterias vertebrales sería necesaria una carga mayor, en torno a los 10 - 20 kilos. En la ficha profesional del actor Clint Eastwood figura una estatura de 188 cm. En 1968, según la apariencia que presentaba durante el rodaje de esta película, nos atrevemos a estimar un peso de tal vez unos 75 kilogramos. Además, para morir ahorcado no es necesario que la suspensión del cuerpo sea total, puesto que podría ser suficiente con la presión ejercida en el cuello por el nudo, aunque el ahorcamiento sea incompleto. Dicha presión (como en el estrangulamiento) puede causar un shock reflejo por la lesión traumática de los nervios cervicales y del plexo pericarotideo.
  • En los ahorcados que son colgados mediante caida larga (por ejemplo si son empujados desde una cierta altura o si caen a través de una trampilla que se abre a su pies en el cadalso), el rápido movimiento de descenso seguido por el tirón y la parada brusca de la cuerda alrededor del cuello normalmente causa una lesión mortal (fractura vertebral y sección medular). Por ejemplo, empleando este procedimiento asesinaba el Dr. Lecter (Anthony Hopkins) al intrépido comisario Pazzi (Giancarlo Giannini) en "Hannibal" (Ridley Scott, 2001), lanzándolo al vacío con una soga al cuello desde las alturas del Palazzio Vecchio, en plena Piazza della Signoria de Florencia. Este método provoca una muerte rápida y un menor sufrimiento del reo. En "Cometieron dos errores" observamos como éste es el sistema de ajusticiamiento empleado por el juez Fenton (Pat Hingle). El patíbulo con las seis horcas y sus correspondientes contrapesos permanece permanentemente montado en la plaza del pueblo. Este último personaje me trajo a la memoria a otros clásicos del género, los magistrados protagonistas de "El forastero" (William Wyler, 1940) y "El juez de la horca" (John Huston, 1972), donde el famoso juez Roy Bean era interpretado por Paul Newman.



  • En las escenas del linchamiento podemos constatar cómo el nudo corredero empleado se deslizaba hasta un plano lateral y posterior respecto al cuello. Esto respresenta una particularidad, pues aunque con toda seguridad se comprimió el paquete vascular cervical, se hizo de manera asimétrica, permitiendo un posible escape del retorno venoso. Por ello, Cooper no sería un "ahorcado azul", no presentaría cianosis en cara y cabeza. Como señalábamos anterioremente, la muerte de un ahorcado se puede producir por varios mecanismos. Uno de ellos es la asfixia mecánica, ya que la lengua se desplazaría hacia atrás, comprimiendo la orofaringe e imposibilitanto la necesaria entrada de aire a través de la laringe y de la tráquea hacia los pulmones.
Según los expertos la anoxia, privación de la llegada de oxígeno a los órganos vitales, provoca una serie de síntomas a lo largo de cuatro etapas o fases:
  1. Fase cerebral: aparición de síntomas subjetivos como por ejemplo vértigo, desmayo, tinnitus, ansiedad y angustia. Todo esto puede durar unos 60 - 90 segundos, tras lo cual generalmente se pierde el conocimientos. Aparece una bradipnea y una taquicardia.
  2. Fase de excitación cortical y medular: suele durar unos 120 segundos. Aparecen convulsiones generalizadas, incluso en la musculatura respiratoria. El peristaltismo visceral hace que se vacíe la vejiga y el intestino. También se activa la salivación, la sudoración e incluso pueden llegar a desencadenarse la erección y la eyaculación. La sensibilidad y los reflejos desaparecen y el rostro se torna cianótico, aumentando notablemente la presión arterial y la bradicardia.
  3. Muerte respiratoria: puede durar entre 60 y 120 segundos. Se avanza hacia la insuficiencia ventricular derecha.
  4. Muerte cardiaca: en la que aparecen arritmias incompatibles con la vida.

http://www.monografias.com/trabajos15/asfixias-mecanicas/asfixias-mecanicas.shtml

Según lo anteriormente expuesto, podría ser factible que un ahorcado tardase en morir alrededor de unos 5 minutos por un mecanismo de asfixia y anoxia, dependiendo por supuesto de la resistencia individual, de la posición del nudo estrangulador y de la altura desde la que se produce el ahorcamiento.

En "Cometieron dos errores", el personaje encarnado por Clint Eastwood permanece ahorcado 65 segundos, hasta que su cuerpo es liberado de la muerte por la rápida acción del Marshall Dave Bliss (Ben Johnson), aquel duro Tector Goch de "Grupo Salvaje" (Sam Peckinpah, 1969).


De izquierda a derecha:
Ben Johnson, Warren Oates, William Holden y Ernest Borgnine, en "Grupo Salvaje"


COLOFON

Desde el punto de vista médico podría haber sido factible que Jed Cooper, al igual que aquel bienaventurado militar español del siglo XIX, sobreviviera a su lichamiento al haber sido rapidamente descolgado del árbol. Sin embargo, resultaría mucho menos creíble que lo hiciera tras permanecer en el aire pendiendo de una soga algo más de un minuto, resistiendo tamaña agresión sin haber sufrido más lesiones que una profunda cicatriz por desollamiento alrededor de su cuello. Sería muy dificil aceptar que en todo ese tiempo no hubiera padecido serios traumatismos respiratorios (daño laríngeo, congestión pulmonar y edemas subpleurales) o graves contusiones cervicales (musculares, vertebrales, vasculares y neurológicas).

Más tarde, el protagonista burlará de nuevo a la muerte después de ser tiroteado a traición por el capitán Wilson, Tommy (Jonathan Lippe) y Loomis (L.Q. Jones); por descontado, los tres malvados pagaron con sus vidas tamaña osadía. Pero para que tal milagro ocurriera fueron necesarios los amorosos cuidados de la bella Rachel (encarnada aquí por
Inger Stevens, la rubia actriz de larga cabellera).

Inger Stevens es Rachel Warren

Pero el cine es así, porque nadie aceptaría que el protagonista se muriera apenas 8 minutos de iniciarse de la película... La entrada hubiera resultado demasiado onerosa
.

domingo, 23 de mayo de 2010

CON LOS OJOS CERRADOS


"Mi marido me quiere, Michael...

- Todos tenemos que llevar nuestra cruz, señora..."

Mary Wilson (Jean Simmons) a su peluquero, en "Con los ojos cerrados"



Conseguir ver "Con los ojos cerrados", conocida por su título original como
"The Happy Ending" (Richard Brooks, 1969), se convirtió para nosotros en una auténtica odisea; que sepamos, y a pesar de su enorme calidad cinematográfica no ha sido todavía editada en DVD ni por supuesto en otro formato más moderno. Si algún responsable actual de la prestigiosa MGM/UA, por una de esas improbables casualidades del destino leyera estas líneas, por favor, que tome cumplida nota de esta incomprensible omisión.

Investigando en Internet pueden conseguirse copias de la cinta en formato VHS, eso sí, a estratosféricos precios de coleccionista (en
Amazon, por ejemplo).

Pero, gracias a la generosidad de YouTube puede verse (fragmentada) en su versión original:



Asimismo, sirvan estos comentarios como merecido
homenaje a la pareja protagonista, Jean Simmons y John Forsythe, recientemente fallecidos con apenas un mes de diferencia, ella el 22 de enero (a punto de cumplir los 81 años), y él con 92, el 1 de abril.

Me quedé prendado por primera vez de la aquietada belleza de Jean Simmons cuando era la dulce Varinia en "Espartaco" (Stanley Kubrick, 1960). Desde entonces,
mi admiración por esta actriz británica de nacimiento ha ido paulatinamente creciendo.

Jean Simmons en "Espartaco"

Esta película escrita y dirigida por Richard Brooks, entonces esposo de la Simmons, tiene un atractivo valor añadido: la banda sonora del laureado compositor francés Michel Legrand, paradigma del jazz orquestal más exquisito, incluyendo el clásico "What Are You Doing the Rest of Your Life?" cantado en esta ocasión por Michael Dees.

He aquí una delicada interpretación a cargo del malogrado pianista Bill Evans, que en repetidas ocasiones tocó bajo la dirección del propio Legrand:



Jean Simmons interpreta el papel de Mary Wilson, una mujer de mediana edad frustrada y desengañada tras varios años de matrimonio con Fred Wilson, un prestigioso abogado de Denver que se gana holgadamente la vida como asesor de impuestos. El matrimonio tiene una hija de 16 años, Marge (Kathy Fields).


Jean Simmons es Mary Wilson

John Forsythe es Fred Wilson

EL ALCOHOLISMO FEMENINO


A Mary parece no faltarle de nada: lujosas ropas, joyas costosas, exclusivos salones de belleza, gimnasios, fiestas, criados, asistentes..., el auténtico y genuino american way of life...; tan solo echa en falta la pasión y el amor que un día Fred fue capaz de ofrecerle. Y para amar no basta con decir "te quiero"... Para recobrar el afecto de su esposo incluso recurre a la cirugía estética. Pero la rutina cotidiana hará que esta bella mujer busque refugio en la bebida, convirtiéndose paulatinamente en una adicta al alcohol y a los fármacos (analgésicos, sedantes, anfetaminas...).


El drama al que vamos a asistir queda magistralmente resumido en una sencilla escena: mientras Mary prepara el desayuno de su esposo, éste rebusca en el dormitorio conyugal tratando de encontrar alguna botella escondida (¡una de vodka "Smirnoff"!) camuflada en el interior de una bota de invierno.

El director Richard Brooks aprovecha el desamparo de Mary Wilson para convertir esta película en una ácida crítica del matrimonio. De paso, observamos como sus amigos, la pareja formada por el potentado publicista Harry Bricker (Dick Shawn) y su escultural esposa Helen (Tina Louise) viven una farsa conyugal similar a la de los Wilson.
Sin lugar a dudas, el mensaje de este film es claro y contundente: el compromiso matrimonial marcará indefectiblemente el final del amor: ni fueron felices, ni comieron perdices...

Para completar la historia, en su viaje a Bahamas Mary se reencuentra con Flo (Shirley Jones) una antigua compañera de estudios universitarios ahora convertida en la amante de Sam (Lloyd Bridges), un rico empresario de Nueva York. A pesar de todo, la heterodoxa relación sentimental que sobrelleva su amiga reverdece en Mary mustios sentimientos que creía ya casi olvidados desde su noviazgo...

Shirley Jones en todo esplendor

Es una realidad que el inicio en el hábito alcohólico de muchas mujeres se produce dentro del ámbito doméstico. Hasta hace relativamente poco tiempo, la mayoría de los casos que tratábamos en nuestras consultas eran amas de casa que jamás habían tomado un trago en un establecimiento público, que compraban las bebidas alcohólicas en las tiendas y en los supermercados para consumirlas luego en secreto, recluidas en la soledad entre las cuatro paredes de su propio hogar.


Ese consumo clandestino suele convertirse en una barrera infranqueable a la hora de diagnosticar esta enfermedad, de la misma manera que lo supone el sentimiento de profunda culpabilidad presente en tantas ocasiones. En este film, Mary esconde el vodka en la cisterna del váter y lo disimula en frascos de perfume que luego consume furtivamente...


Pero las costumbres económicas, sociales y culturales cambian con celeridad; ya no se considera tan inmoral la ebriedad femenina, y las adolescentes vienen empujando muy fuerte, bebiendo y fumando tan to y tan precozmente como los varones de su generación.


Esto no ocurría en los años 60 del pasado siglo XX, ni siquiera en los modernos y avanzados Estados Unidos. Entonces se constataba lo que muchos expertos han descrito en sus investigaciones, que las mujeres dependientes del alcohol beben en primer lugar para afrontar su aislamiento e incomunicación.


En cierta manera, resulta frecuente que algunas de ellas se sientan atrapadas en el rol tradicional de madre y ama de casa porque han visto insatisfechas sus expectativas de vida
al aceptar el matrimonio (abandonando los estudios o sus trabajos de solteras). Esa carga de frustración puede ser el detonante de una ingesta abusiva y de una posterior dependencia etílica. En este aspecto, la vida de Mary Wilson transcurre paralela a la de Kirsten Arnesen Clay (Lee Remick), aquella desdichada protagonista de la insuperable "Días de vino y rosas" (Blake Edwards, 1962).

Kirsten Clay (Lee Remick) en plena borrachera

El alcohol pasaría a engrosar el amplio arsenal terapéutico destinado a calmar los síntomas de los trastornos adaptativos por ansiedad y depresión.

Volviendo a la película que nos ocupa, sin que nadie lo sepa Mary ha estado planeando una escapada a Bahamas coincidiendo con el mismo día en que va a celebrar su aniversiario de boda. Al margen de toda sospecha, Fred se mantiene practicamente todo el día trabajando fuera de casa. Como ama de llaves y dama de compañía han contratado a Agnes (Nanette Fabray), una mujer madura que se encarga de cuidar a Mary. Ambas se convierten en confindentes. A medida que la acción va avanzando nos enteramos que Mary ha intentado suicidarse con anterioridad.

Nanette Fabray es Agnes

Simplemente puntualizar que la relación alcoholismo y suicidio ha sido ampliamente descrita en la literatura científica internacional; he aquí un ejemplo:


Al llegar a casa, una noche Marge encontró a su madre inconsciente en el suelo. Los servicios de emergencias la trasladaron al hospital. La peligrosa mezcla de alcohol y del barbitúrico Seconal ® (secobarbital) estuvo a punto de causarle una desgracia.



¿UN FINAL FELIZ?

Para finalizar, Mary decide continuar su vida separada de Fred. Alquila un pequeño apartamneto, comienza a trabajar como dependienta en unos grandes almacenes, consigue el perdón de su hija Marge, y de su propia madre (Teresa Wright), retoma sus estudios inacabados... y por supuesto, abandona la bebida.

Y cuando Fred intenta recuperar a su mujer, Mary le realiza una pregunta fundamental, el epílogo esencial con el que esta película alcanza su punto y final:

- "Si en estos momentos no estuviéramos casados y fueras libre, ¿te casarías otra vez conmigo?".

La pregunta nunca obtendrá respuesta...


CINEFILIA

  • Durante su noviazgo, Mary y Fred asisten en un autocine a la proyección de un noticiero que informa de la coronación de Isabel II del Reino Unido y que tuvo lugar en la abadía de Westminster (Londres) el 2 de junio de 1953. Sin embargo, en todas las escenas que supuestamente tienen lugar en ese tiempo, los protagonistas y los extras portan vestidos y peinados más acordes con la moda de finales de los años 60.
  • En las escenas de los esponsales de Mary y Fred observamos las ensoñaciones de la novia hábilmente montadas por Richard Brooks con otras imágenes nupciales superpuestas correspondientes a "La llama eterna" (Sidney Franklin, 1932) y a "El padre de la novia" (Vicente Minelli, 1950). También añadió el apasionado beso final entre Greta Garbo y Clark Gable en "Susan Lenox" (Robert Z. Leonard, 1931)...
Elizabeth Taylor y Spencer Tracy en "El padre de la novia"

Clark Gable y Greta Garbo en "Susan Lenox"

  • Desde 1953, la acción salta hasta el 22 de enero de 1969; escuchamos al comentarista radiofónico referirse al primer día de la que luego sería la controvertida presidencia de Richard Nixon. También en esas fechas, Carlos de Inglaterra era investido como Príncipe de Gales a los 16 años de edad. Todo ello coincide con el 16º aniversario de boda de los protagonistas.
  • Destacamos a Teresa Wright, la actriz que representó aquí a la madre de la protagonista; entre los muchos papeles interpretados a lo largo de su prolífica carrera profesional recordamos especialmente el de Eleanor Twichtell, la sufrida esposa del malogrado beisbolista Lou Gehrig (Gary Cooper) en "El orgullo de los Yankees" (Sam Wood, 1942), deportista que murió víctima de la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), película también comentada en el pasado en este mismo blog.
Una resplandeciente y jovencísima Teresa Wright

  • La solidaridad entre alcohólicos, presente en otros films sobre este tema, como por ejemplo "Barfly" (Barbet Schroeder, 1987), se encuentra aquí retratada en una escena en la que Mary invita a un trago a un anciano en "El Carnero Rojo"... El viejo y tembloroso borracho apenas es capaz de llevarse el vaso a los labios...
  • Después de celebrar su 15º aniversario de boda, Mary se queda contemplando a solas una película en la televisión. Se trata de la mítica "Casablanca" (Michael Curtiz, 1942) en aquellos felices tiempos cuando Ilsa Lund (Ingrid Bergman) y Rick Blaine (Humphrey Bogart) disfrutaban de su apasionado amor en París... Al fondo suenan las inolvidables notas de "As Times Goes By"...; escuchémoslas una vez más gracias a la inconfundible voz de Frank Sinatra:

  • En Bahamas, la inexperta Mary está a punto de caer en las manos de un patético play boy de bigotillo ralo dueño de un falso acento italiano. Dice llamarse Franco, y está interpretado nada más y mnada menos que por Bobby Darin, el popular actor y cantante italo - americano...

sábado, 22 de mayo de 2010

PUNTO DE EQUILIBRIO


"¿Un curso para enseñarte a ser un buen enfermo?... ¡Yo puedo solo!... El médico ya me dijo todo lo que tenía que saber. En una semana y media, cuatro veces lo fui a ver..."

Raúl (Óscar Frontini) a Juanjo (Gerardo Kiessig) en "Punto de equilibrio"


"Punto de equilibrio"
(Ernesto Parysow, 1998) es un documental argentino producido por Felicitas Rossi Anastasi que aborda, desde el punto de vista del paciente y sus seres más queridos, el padecimiento de la diabetes mellitus.

No se limita a ser una obra cinematográfica más, sino que se convierte en un film educativo y motivacional (en palabras de Joe Cardozo - Diabetesaldia.com) que debería ser contemplado por todo enfermo diabético y sus familiares. También nos atreveríamos a recomendárselo a cualquier médico que tenga que atender a este tipo de pacientes.


Nos encontramos en la ciudad de Buenos Aires. Asistimos a una cena de familiar, en una noche de un fin de año cualquiera. Alrededor de la mesa están reunidos Raúl (genial Óscar Frontini, veterano de los escenarios argentinos y mimo excepcional), un arquitecto ilusionado con el futuro de sus proyectos, su esposa Mónica (Pía Castro), los abuelos Antonio (Aldo Mayo) y Matilde (Esther Testa), y la pequeña Luli (Lucía Martínez), única hija del matrimonio.

Aunque Raúl todavía no lo sabe, es diabético.

Pronto comenzaremos a observar sus primeros síntomas: poliuria, polidipsia y polifagia (especialmente dulces y golosinas). El protagonista, sediento, se levanta del lecho varias veces cada noche; sus ganas de orinar
permanentes le mantienen en vela ante del retrete. Por el día, mientras trabaja en el estudio de arquitectura, frecuentemente se ve obligado a visitar el cuarto de baño para evacuar su vejiga. Vecinos a su mesa de dibujo nunca faltan los caramelos y las chucherías. Al no descansar por las noches, se pasa la jornada laboral fatigado y espantando al sueño.

Preocupado por lo que le está ocurriendo, acude a la consulta de un endocrinólogo. El papel del galeno está representado por el Dr. León E. Litwak, coordinador del área de diabetes y metabolismo del Servicio de Endocrinología, Metabolismo y Medicina Nuclear del Hospital Italiano de Buenos Aires.

El médico especialista le explica al paciente los cuatro pilares básicos en el tratamiento de la diabetes:
  1. Los cambios en los hábitos de vida: modificar la alimentación y realizar un programa adecuado de ejercicios para incrementar su actividad física.
  2. La medicación: en principio, el doctor aplaza el empleo de medicamentos, pero comentándole a Raúl la posibilidad de comenzar a emplear fármacos específicos para la diabetes si así fuera necesario.
  3. El autocontrol de la glucemia: inicialmente mediante tiras reactivas que Raúl introducirá en su propia orina, anotando los resultados en una planilla.
  4. La educación diabetológica: para que el paciente conozca su enfermedad y sepa convivir con ella, sin que se vea mermada su calidad de vida.
Hay en esta película escenas muy significativas. Raúl pasea pensativo por las calles de Buenos Aires. Acaba de visitar al médico que le ha confirmado que padece una enfermedad crónica (para toda la vida) y que además le va a exigir cambiar su modus vivendi, renunciar a ciertos hábitos. Raúl entre en una tienda de golosinas; repasa con nostalgia los vistosos estantes, repletos de dulces de atractivas formas y colores. A partir de ahora, deberá abstenerse de probarlos...

Como veíamos anteriormente, la diabetes es una patología que también afecta a la vida familiar del enfermo. Mónica, la esposa de Raúl, trabaja como profesora en un colegio. Allí se sincera con Silvia, su amiga y compañera (Marta López Lecube, actriz con un enorme parecido a Geraldine Chaplin) y le trasmite sus inquietudes porque ahora deberá aplazar su maternidad y dedicarse a cuidar todavía más si cabe a su marido.

Rebuscando en el refrigerador de su trabajo, a la procura de un bocado prohibido que llevarse a la boca, Raúl descubre un frasco de insulina. Ahora sabe que alguien más en el estudio de arquitectura padece diabetes. Espiando a sus compañeros, por fin resuelve el enigma. El diabético es Juanjo (Gerardo Kiessig).

Gerardo Kiessig y Óscar Frontini son Juanjo y Raúl en "Punto de Equilibrio"

Juanjo padece diabetes tipo I desde los 12 años. Por ello, generalmente debe inyectarse insulina tres veces al día.

Podemos decir que a partir de ahora, la película cambia de protagonista, o mejor dicho, incorpora a uno nuevo, pues Juango será el encargado de mostrarnos la vida cotidiana de un diabético. Vemos cómo se pincha la insulina en el abdomen, cómo practica footing con toda normalidad, cómo porta en todo momento una chapa identificativa alertando de su enfermedad y cómo se realiza periódicamente los controles de glucemia capilar con un sencillo glucómetro.




Juanjo y Raúl almuerzan juntos. El primero cuenta las dificultades laborales que ha tenido por ser diabético (cambios de turnos, comidas a deshoras...). Ha llegado a sufrir hipoglucemias, una complicación aguda frecuente en el tratamiento de la diabetes, incluso en aquellos tratados con insulina.

Pero en la existencia solitaria de Juanjo (divorciado) falta el amor, tan necesario para él como los medicamentos... Tras un altercado en un bar de copas la policía se lo lleva a la comisaría. Allí descubren las jeringas hipodémicas que necesita para inyectarse la insulina y lo confunden con un drogadicto; lo encierran en un calabozo a pesar de sus airadas protestas. Tras pasar toda la noche a dieta a base de caramelos para evitar la temida hipoglucemia, a la mañana siguiente su padre (Ángel Muñoz) acudirá a buscarlo...

Finalmente, Raúl y Mónica llevan a Juanjo como invitado al cumpleaños de Silvia, donde surgirá el ansiado flechazo entre ambos.

DIABETES TIPO II Y HERENCIA

La madre de Raúl también es diabética, pero en su caso sufre una enfermedad mucho más evolucionada. La Sra. Matilde acabará sufriendo un evento cardiovascular que exigirá su hospitalización. La patología materna le plantea a Raúl serias dudas sobre su propio futuro, sobre la posibilidad de transmitir la enfermedad a su pequeña hija Luli, así como la conveniencia de que Mónica vuelva a quedarse embarazada.

El endocrino le informa a Raúl del riesgo de padecer complicaciones diabéticas macroangiopáticas, una especie de aterosclerosis acelerada debida al deterioro arterial, siempre que no se cuide adecuadamente. Le insiste en la importancia de los cambios en los hábitos de vida, en la promoción de una alimentación saludable y en la práctica de ejercicio como armas fundamentales en el combate contra la diabetes.

Aun así, el doctor también les comenta la importancia de los genes (probablemente un patrón hereditario dominante) en el origen de la diabetes tipo II (la que Raúl padece). Determinados estudios han demostrado l
a implicación genética en la deficiente producción de insulina por parte de las células beta del páncreas, así como en los defectos de los receptores para la insulina situados en las células musculares, hepáticas y del tejido adiposo (resistencia a la insulina).

Un breve inciso a propósito de la resistencia a la insulina... Existe un libro excepcional titulado "El mono obeso", escrito por el Dr. José Enrique Campillo Álvarez, catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de Extremadura, en el que se abordan (entre otras muchas cuestiones) las llamadas enfermedades de la opulencia (diabetes, hipertensión y arteriosclerosis) desde el punto de vista de la evolución humana. Desde aquí recomendamos su lectura a todos aquellos interesados en estas cuestiones.


Pues bien, existe en esta película una escena en la que Juanjo y Silvia pasean por el Zoo de Buenos Aires. Desde una jaula, con la mirada triste y perdida un simio les observa, quién sabe si él también enfermo de diabetes debido a su vida sedentaria, cruelmente enjaulado entre barrotes para el disfrute de sus parientes cercanos, los humanos...

AUTOCONTROL


Una de las quejas más frecuentes que los pacientes diabéticos expresan en nuestras consultas se refiere al hastío provocado por el control contante de sus glucemias. Este descontento coincide con el manifestado por varios enfermos que son entrevistados en un corto testimonial añadido al material adicional al DVD. Demasiados pinchazos en el pulpejo de los dedos, incómodos por dolorosos.

Observamos al endocrino enseñándole a Juanjo la existencia de diferentes modelos de inyección de insulina, dispositivos tipo pen (hoy en día de uso generalizado), mucho más cómodos y manejables que las jeringuillas hipodérmicas, e incluso sencillas bombas de infusión. Si bien tanto Juanjo maneja con soltura las tablas donde anota sus controles, hoy en día manejamos la hemoglobina glicosilada (en sangre venosa) como un parámetro más exacto en el seguimiento de los diabéticos.


El film termina con un mensaje de esperanza: mientras Raúl mide los niveles de su glucosa urinaria, Mónica se realiza un test de embarazo ; el resultado, no deja dudas, es positivo... A su vez, Juanjo y Silvia deciden comenzar una nueva vida juntos...

CINEFILIA


  • El 25 de julio de 2007 falleció el veterano y prolífico actor argentino Aldo Mayo, a los 74 años de edad, como consecuencia de una larga enfermedad. Además de representar el papel del padre de Raúl en este film, en el material extra de "Punto de Equilibrio" podemos contemplarlo proporcionando información y recomendaciones sobre la diabetes a los espectadores.
  • Los errores más frecuentes en las películas son los de raccord o continuidad. En este film observamos alguno, como por ejemplo en las escenas que nos muestran a Raúl levantándose de cama por las noches para beber, orinar o buscar las golosinas que previamente había escondido (¡incluso dentro de su caja de herramientas!). A pesar de tratarse de diferentes fechas y ocasiones, el protagonista siempre porta los mismos impagables calzoncillos de estrellitas y la misma vieja camiseta color malva...
  • Los Jardines en donde vemos a Juanjo practicando deporte corresponden al barrio de Palermo, y son los que rodean el Planetario Galileo Galilei. La cúpula esférica de esta peculiar estructura arquitectónica, que semeja una nave espacial posada en el medio del parque, puede distinguirse en varios fotogramas.
  • En las escenas finales de esta película, Raúl se cita con su esposa delante de la obra que va a dirigir, el ansiado trabajo finalmente cedido por el promotor Óscar (Óscar Parysow) y que por fín les permitirá ganar el suficiente dinero para mudarse a un piso propio. La dirección que él le da a ella por teléfono corresponde a una calle bonaerense, "Azcuénaga". El taxi de Mónica se detiene justo delante del portal con los números 1068 - 1070. En la realidad, en Azcuénaga 1068, piso 7º, se ubica la sede de Rossi Anastasi Producciones, la productora de esta película.
  • La banda sonora original se debe a Julián Caparrós.

sábado, 15 de mayo de 2010

MAGNOLIA


"Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios".
Éxodo, 8:2

Probablemente sea "Magnolia" (Paul Thomas Anderson, 1999) una de las películas de la historia con el mayor elenco de personajes procaces y airados (¡la palabra joder puede escucharse unas 190 veces!). Puede ser que también presente una de las colecciones más amplias de seres atormentados... ¡y enfermos!: terminales de cáncer, cocainómanos, alcohólicos, depresivos, ansiosos... Una película donde caen cosas del cielo mientras las personas elevan hacia él sus miradas y sus esperanzas...

En una obra tan personal que él mismo escribió, produjo y dirigió (¡dicen que hasta diseñó el póster!), Anderson emplea el formato de película coral entrelazando las vidas de diferentes personas, una especie de subgénero cinematográfico en el que nosotros incluimos
también a la laureada "Crash" (Paul Haggis, 2004), cintas de engranaje episódico que te obligan a mantener constantemente la atención para poder desentrañar cuál es su verdadero argumento.

La película comienza con la voz en off del narrador que nos cuenta tres desafortunadas historias en las que parece intervenir algo más que el azar:
  • 26 de noviembre de 1911. "The New York Herald" publica la noticia del ahorcamiento de tres condenados por el asesinato del farmacéutico Sir Edmund William Godfrey, residente en el barrio de Greenberry Hill, en Londres. El móvil del crimen fue el robo y los autores se apellidaban Green - Berry - Hill... Este suceso está basado en otro ocurrido realmente, el 12 de octubre de 1678. La víctima se llamaba Edmund Barry Godfrey, los apellidos de los reos también coinciden... pero éstos serían ejecutados en oscuras circunstancias, pues el testigo de cargo fue procesado por perjurio...
  • Junio de 1983. "The Reno Gacet" informa de un hecho inaudito. Una brigada de bomberos afanados en apagar un incendio en un bosque, se encontraron con el cadáver de un buzo colgado de la elevada copa de un árbol. Se trataba de Delmer Darion (Patton Oswalt) croupier de un casino de Reno (Nevada) y gran aficionado a la práctica de actividades subacuáticas en el cercano lago Pyramid. Por cierto, el río Truckee, emisario del lago Tahoe, aporta su turbulento caudal a este lago de agua salada (con una sexta parte de la salinidad del agua marina). Increiblemente, el hidroavión que cargaba el líquido elemento destinado a sofocar el fuego habría succionado accidentalmente al desafortunado buzo, lanzándolo al vacío tras liberar su carga... La esperpéntica situación se complicó todavía más pues el piloto de la aeronave, Craig Hansen (Brad Hunt), un padre de familia con problemas con la bebida, había intentado agredir a Darion dos días antes en un altercado en el casino. Siendo conocedor de la fatal coincidencia, Craig se suicidó con un disparo de escopeta. Esta historia inverosímil representa una vieja leyenda urbana.
  • 23 de marzo de 1958. Sydney Barringer (Chris O´Hara), un joven de 17 años, protagonizó un intento de suicidio en Los Ángeles (California) al precipitarse desde la terraza de su edificio. En ese justo instante, tres pisos más abajo sus progenitores sostenían una acalorada disputa. La madre apuntaba amenazante al padre con una escopeta, que se disparó accidentalmente. El proyectil alcanzó en el estómago al desafortunado Sydney mientras caía. La desgracia se cebó con la familia Barringer. Si no fuera por el tiro, Sydney no hubiera muerto, pues al pie del edificio existía una red de seguridad. Nadie sabía que el arma estaba cargada, excepto el suicida, que dos días antes había colocado intercionadamente un cartucho en la recámara con la intención que sus padres se matasen entre sí... Esta historia tampoco es real; representa una hipótesis empleada en las aulas de Derecho para explicar el concepto de imputabilidad...

ENFERMEDADES Y ENFERMOS


1.- CÁNCER y DOLOR: es bastante probable que cuando se rodó esta película el veterano actor Jason Robards ya estuviera enfermo de cáncer, pues ésta fue su última aparición en la pantalla; fallecería el 26 de diciembre de 2000, víctima de un carcinoma pulmonar, exactamente la misma enfermedad que padece Earl Patridge, un rico productor de televisión, su personaje en la ficción.

Una entrañable imagen de Jason Robards

Desde las primeras escenas donde se nos presenta a Earl ya se nos aclara el tipo de neoplasia terminal que padece; además tiene metástasis cerebrales. Apenas le quedan los cuidados paliativos, oxigenoterapia y tratar de controlar el dolor para el cual le han prescrito morfina en comprimidos. Recordemos que éste es un síntoma muy frecuente en el cáncer y que alrededor del 90% de estos enfermos puede llegar a experimentar en su curso evolutivo algún tipo de dolor. También observamos que cuando esta medida terapéutica comienza a resultar insuficiente, el Dr. Landon (Don McManus) le receta morfina en solución.

La morfina es un opioide potente que no tiene un techo analgésico. La dosis
media habitual suele ser de 60 - 100 mg/12h, aunque es muy variable, según los enfermos. Aunque su absorción oral es errática (obliga a individualizar las dosis) esta vía de administración resulta de elección. En España se manejan dos tipos de morfina en comprimidos:

  • Liberación normal: su efecto dura aproximadamente 4 horas. Existen comprimidos de 10 y de 20 mg de Sevredol® (sulfato de morfina de acción rápida).
  • Liberación sostenida: MST® y Skenan®, en dosis iniciales de 10 - 30 mg/12h. Disponemos de éste último en cápsulas de 60 mg de liberación gradual, que contienen gránulos de sulfato de morfina que pueden darse incluso acompañando a los alimentos.
En nuestro país existen también ampollas de cloruro mórfico al 1% (1 ml = 10 mgr = 0.01 gr) y al 2% (1 ml = 20 mgr = 0.02 gr). La solución acuosa de morfina oral se prepara mediante fórmula magistral, donde 1 mg correponde a 1 gota.

La administración sublingual se reserva para situaciones terminales, como es el caso que nos ocupa en esta película.

Nos llama la atención que en los EEUU, además de la morfina de liberación sostenida, la FDA ha aprobado para el tratamiento del dolor el fentanilo transdérmico y el butorfanol intranasal. Ninguna de estas dos opciones terapéuticas, así como tampoco la administración de morfina mediante bomba de infusión intratecal, fueron contempladas para mitigar el dolor de este personaje.

Además de su médico, en todo momento cuidan de Earl su atractiva esposa, la pelirroja Linda Patridge (Julianne Moore), y Phil Parma (Philip Seymour Hoffman) uno de sus enfermeros.

Linda (Julianne Moore) consolando al enfermo

Phil (Philip Seymour Hoffman) cuidando de Earl

Al igual que en otras películas recientemente valoradas en este blog, el personaje interpretado por Robards trata de reconciliarse con su único hijo antes de morir. El hijo pródigo, oyente de Psicología en la prestigiosa Universidad de Berkeley, se ha transformado en un exultante gurú televisivo, el alma mater de "Seduce & Destroy", un depredador machista, un macarra obsceno y hortera que se gana la vida entrenado
a supuestos aprendices de Don Juan en el laborioso arte de la seducción, una cuadrilla de inútiles definidos como "los de siempre, perdedores y salidos, más salidos que perdedores" en palabras de la periodista Gwenovier (April Grace).

Su nombre es Frank T.J. Mackey (un histriónico Tom Cruise tal vez en una de las mejores interpretaciones de su irregular carrera). Y precisamente Earl encargará al enfermero Phil una cuasi póstuma tarea: encontrar a Frank. Posteriormente descubriremos que Earl abandonó a su primera esposa Lili y a su hijo cuando éste era aun pequeño. Desde entonces, Frank habría de encargarse de los cuidados de su madre antes de que ella finalmente también sucumbiera al cáncer.

Frank Mackey (Tom Cruise) visitando a su padre moribundo

El otro personaje de este film afectado por el cáncer es Jimmy Gator (Philip Baker Hall), el popular presentador que desde hace tres décadas dirige con gran éxito de audiencia "What Do Kids Know?", un programa televisivo de preguntas y respuestas en el que participan niños prodigio. Desconocemos dónde se encuentra la neoplasia original, pero sí sabemos que el enfermo tiene ya metástasis óseas. Recordemos que en el caso de los varones, los cánceres que con mayor frecuencia metastatizan en el esqueleto son de pulmón y próstata.


Por boca de este hastiado personaje conocemos que tiene la necesidad de tomar alcohol antes de enfrentarse a las cámaras y al público del plató. Y constatamos cómo da cumplida cuenta de sus bebidas, un rasgo típico de la dependencia alcohólica.

2.- DEPRESIÓN Y DROGAS
: en este apartado quedan incluidos varios personajes. El primero de ellos corresponde a Claudia Wilson Gator (Melora Walters), que dilapida la mayor parte de su tiempo consumiendo cocaína, una raya tras otra, encerrada en la penumbra de su apartamento. La hija del famoso Jimmy Gator padece además un profundo y grave trastorno adaptativo de tipo depresivo.

Melora Walters es Claudia Wilson Gator

A medida que avanza la acción comprendemos que durante su infancia esta joven probablemente sufrió abusos sexuales a manos de su propio padre. Por cierto, parece ser que la historia de Claudia fue la primera que creó Paul Thomas Anderson, siendo las demás ramificaciones de esta inicial..., como por ejemplo la del solitario oficial de policía Jim Kurring (John C. Reilly).

El oficial Jim Kurring (John C. Reilly) escuchando el rollo de Dixon (Emmanuel Johnson)

Pero volvamos por un momento al personaje de la pelirroja Linda Partridge. Asistimos al humillante interrogatorio que sufre cuando acude a la farmacia en la procura de su medicación. Padece ansiedad y depresión, y su doctora le ha prescrito Prozac
® (fluoxetina) y Dexedrina ® (dextroanfetamina). Linda siente un profundo remordimiento por haberle sido infiel a su marido, por no haberlo sabido cuidar adecuadamente... Estos sentimientos negativos la empujarán a un intento autolítico mediante una sobredosis de medicamentos antidepresivos.

Dentro del grupo de personajes con problemas ansiosos y depresivos incluimos también a los niños prodigio: primero Donnie Smith (William H. Macy), superviviente de un accidente por fulguración, explotado por su familia en la infancia y ahora enfrentándose en solitario a las miserias de una madurez sumida en la mediocridad y en la incomprensión, viviendo su homosexualidad sin llegar a conseguir nunca un amor que le corresponda.

Donnie Smith (William H. Macy) de copas con su amado Brad (Craig Kvinsland) y el corrosivo Thurston Howell (Henry Gibson)

En segundo lugar, el pequeño Stanley Spector (Jeremy Blackman) sometido al férreo control de su padre (Michael Bowen) que solamente parece ver en él una fuente constante de ingresos económicos, mientras en su soledad el chiquillo anhela poder jugar con alguien.

Jeremy Blackman, el superdotado Stanley Spector

BANDA SONORA

Además de los clásicos de Supertramp "The Logical Song" y "Goodbye Stranger", la cantautora estadounidense Aimee Mann participa activamente en este apartado con varios temas suyos. "Wise up" es cantada al alimón por la mayoría de los protagonistas del film en unas impagables escenas de gran carga emotiva.



EPÍLOGO

De la misma manera en que había comenzado, este film finaliza con unas situaciones llamativas, singulares y anecdóticas. Mientras los empleados de la funeraria retiran el cadáver de Earl Patridge, otros han de encargarse de uno de sus cinco perros, muerto tras ingerir accidentalmente las píldoras de morfina que al enfermero Phil Parma se le habían caido al suelo.

Jimmy Gator intenta suicidarse descerrajándose un tiro en la sien, pero una inconcebible y densa lluvia de ranas que cae sobre el Valle de San Fernando (California) evita que el disparo alcance su objetivo. Jimmy cae al suelo inconsciente, la bala se incrusta en un electrodomético y causa un cortocircuito que provocará el fatal incendio de la casa (todo ello supuestamente, pues el siniestro no llega a verse definitivamente en pantalla). Parece ser que casi 8000 batracios de goma fueron empleados por los responsables del atrezzo de este film para filmar las escenas de tan singular tormenta.

Y para aquellos que deseen profundizar en extrañas precipitaciones de animales caidos del cielo: