"La medicina convierte a las personas en enfermos, las matemáticas en tristes, y la teología en pecadores..."
Martín Lutero
Esta serie de animación, fruto del sagaz ingenio del dibujante y guionista Matt Groening, contiene un capítulo homenaje a la oscarizada "Alguien voló sobre el nido del cuco" (Milos Forman, 1975):
http://www.dalealplay.com/informaciondecontenido.php?con=176225
La obra de Kesey, producida por Michael Douglas, fue llevada a la pantalla por Laurence Hauben y Bo Goldman, cuya labor fue premiada en 1976 con el Óscar a la mejor adaptación cinematográfica.
Esta interpretación, junto a la del terrorífico Jack Torrance en "El resplandor" (Stanley Kubrick, 1980) y a la del obsesivo - complusivo Melvin Udall en "Mejor... imposible" (James L. Brooks, 1997) han convertido a Jack Nicholson en el mítico actor paradigmático a la hora de encarnar a lo más granado de los trastornados mentales.
Danny DeVito es el contumaz Martini
A buen seguro, como se demostró en la esperpéntica fuga y excursión de pesca, la mayoría de ellos disfrutaría en la actualidad de la libertad fuera de instituciones especializadas, como tantos y tantos otros pacientes... Quizas todos, excepto el iracundo Taber (Christopher Lloyd) y el histriónico Charley Cheswick (Sydney Lassick), que al igual que McMurphy sufre un electroshock como correctivo de su indisciplina.
Este legendario film de Milos Forman recoge algunos postulados de la Antipsiquiatría, preconizada por Ronald D. Laing al poner en entredicho la noción misma de la locura y al entender como anómala una conducta enfrentada a las limitaciones impuestas por la sociedad. En el hospital mental dirigido en la ficción por el pulcro Dr. Spivey (Dean R. Brooks) y la tiránica enfermera Ratched se interna y se trata a los pacientes contra su voluntad, se les estigmatiza con diagnósticos o se les castiga con prácticas tan crueles como la lobotomía, último intento de llevar al redil a la oveja díscola llamada Randle McMurphy.
A pesar de su éxito en taquilla y de haberse convertido en un clásico film sobre la enfermos mentales, la crítica del sistema psiquiátrico norteamericano no alcanza la intensidad mostrada en otras películas como por ejemplo "Corredor sin retorno" (Samuel Fuller, 1963), revisada anteriormente en este mismo blog.
Por cierto, en 1963 se situa la acción de "Alguien voló sobre el nido del cuco". En la ficción observamos unas escenas televisivas en las que se habla de una posible apertura del Muro de Berlín, construido 2 años antes, con motivo de las fiestas navideñas.
Ese mismo año, los Yankees de Nueva York, con Micky Manttle entre sus filas, perdían las Series Mundiales de Beisbol con los Dodgers de Los Ángeles, catapultados a la fama por el zurdo Sandy Koulfax. En una de las escenas cruciales del film, este hecho es narrado por un emocionado McMurphy ante el televisor apagado, provocando el regocijo de todos sus compañeros y la rabia contenida de la enfermera Ratched. La imaginación vuela libre, más alla del nido del cuco, mucho más allá de la represión y de la incomprensión.
Un año después, en 1964, vería la luz un novedoso tratado del Dr. Laing, el paladín de la corriente antipsiquiátrica. Se tituló "Cordura, locura y familia" donde se afirmaba nada más y nada menos que las causas de la esquizofrenia se situaban en una situación familiar anómala. La relación entre esquizofrenia y familia ha sido tratada en este mismo blog a propósito del film "Léolo" (Jean-Claude Lauzon, 1992) y de forma más detallada en el artículo publicado en la Revista Española de Medicina y Cine:
http://campus.usal.es/~revistamedicinacine/Vol_5/5.3/esp.5.3.htlm/leolo.htm
COLOFON
Aunque el sistema parece haber vencido la obstinación del individuo, su alma se alzará libre. De esta manera quedó plasmado en la conmovedora escena donde el Jefe asfixia con la almohada al lobotomizado e inerme McMurphy; así podrá conseguir su anhelada libertad. Tan solo recordar aquí que, tal vez como homenaje de cinéfilo, este mismo procedimiento homicida es empleado por Zorg (Jean-Hugues Anglade) para poner fin al sufrimiento de su amada Betty (Béatrice Dalle) en "Betty Blue" (Jean-Jacques Beineix, 1986), reseñada en el pasado en esta misma bitácora.