miércoles, 11 de marzo de 2020

POZOAMARGO


"Todos tenemos una sombra. Mejor estar en paz con ella"...

José (Xuaco Carballido) a Jesús (Jesús Gallego) en "Pozoarmago" (Enrique Rivero, 2015)

El 10 de marzo de 2020, a las 19.30 horas, asistimos a la exhibición de "Pozoamargo" (Enrique Rivero, 2015) dentro del VI Ciclo de Cine y Medicina organizado por el Ilustre Colexio Oficial de Medicos de Ourense (ICOMOU) en colaboración con el CineClube Padre Feijoo.

En tiempos de la epidemia del coronavirus, y 2 días después del fallecimiento del gran Max von Sydow (1929-2020), proyectar tal vez "El séptimo sello" (Ingmar Bergman, 1957) hubiera encajado a la perfección en este ciclo, en homenaje al actor y como recuerdo de aquellos oscuros tiempos donde la humanidad más indefensa se enfrentaba a la aniquilación de la peste negra.


Max von Sydow es el caballero Block en "El séptimo sello" (Ingmar Bergman, 1957)

Salvando las diferencias, y en nuestra humilde opinión, mientras el caballero cruzado Block (Max von Sydow) va perdiendo paulatinamente su partida de ajedrez contra la Muerte (Bengt Ekerot), Jesús (el actor debutante Jesús Gallego) protagonista de "Pozoamargo", sucumbe indefectiblemente  a los estragos de su culpa, hasta su definitiva demolición personal.

CINEFILIA

En "La historia más grande jamás contada" (George Stevens, 1965), Max von Sydow encarnó el personaje de Jesús de Nazareth, el nombre del protagonista y del actor principal de la película de Enrique Rivero. Como mera casualidad, ambos actores poseen una penetrante e intensa mirada de color azul. 


Max von Sydow es Jesús de Nazareth en "La historia más grande jamás contada" (George Stevens, 1965)

"Pozoamargo" es una película de autor, difícil e incómoda, densa, de una lentitud exasperante y premeditada, con dos partes bien diferenciadas: la primera filmada en tonos amarillentos, especialmente enfermizos, y la segunda en blanco y negro, ahíta de penalidades, frío, dolor, alucinaciones y muerte en el medio de una ruinas.

Las escenas de sexo, en cierta manera casi explícitas, se desarrollan en un ambiente de crudo frenesí. Y es que así comienza esta cinta, con unos primeros planos que nos instalan ante la calamidad de un hombre maduro que le transmite a su esposa (Sophie Gómez), en avanzado estado de gestación, una infección por contagio sexual (ITS).


A la hora de etiquetar esta patología, no existe un concierto entre los especialistas, pudiendo tratarse de una caso de sífilis, con un chancro inicial que con el tiempo, y sin tratamiento, pudiera evolucionar hacia una neurosífilis causante de la posible sintomatología neurológica del protagonista (confusión mental, fatiga, letargo, deterioro de la higiene personal, delirios y alucinaciones). También podría tratarse de una gonococia (10 veces más frecuente que la sífilis), unos condilomas acuminados (por las lesiones que se objetivan en el pene del personaje principal) o un herpes genital.

A título informativo, y según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día contraen una ITS más de un millón de personas en el mundo. En el año 2016, 988000 mujeres embarazadas contrajeron la sífilis, lo que provocó unas 200000 muertes del feto o el recién nacido.

Para el director y guionista de esta película, el sexo es una de las razones que más culpa genera. De ahí su repercusión en esta historia de pulsiones de vida y muerte en el sentido freudiano más estricto.

Por otra parte, Enrique Rivero, de origen español pero mexicano de adopción, se apunta con esta película a una corriente virtual cinematográfica, la de la culpa, que cuenta entre sus filas con magistrales cineastas como el propio Ingmar Bergman (1918-2007), Alfred Hitchcock (1899-1980) y el mismísimo Luis Buñuel (1900-1983), cuya vida y obra transcurrió también a caballo entre España y México, y de la que en esta aspecto destacamos "Ensayo de un crimen" (1955).


Jesús Gallego es Jesús en "Pozoamargo" (Enrique Rivero, 2015)

El protagonista de "Pozoamargo", auténtico antihéroe avergonzado y angustiado por su remordimiento, opta por desaparecer para ocultarse entre los campesinos de un remoto pueblo de La Mancha, Pozoamargo (Cuenca), una localidad de apenas 250 habitantes, sin que al espectador se nos revele en ningún momento el por qué de esta decisión.

Sorprendentemente, este hermético personaje decide no seguir el tratamiento para su enfermedad. Refugiado en la masturbación, rehuye el sexo con las mujeres, que en la película parecen empeñadas en acosarlo y perseguirlo: desde la tendera Esther (Elsa Díaz) hasta la joven Gloria (Natalia de Molina), una alocada, sexi e irresponsable Lolita con la que protagoniza una tórrida escena de sexo, el colofón de un plano secuencia en las inmediaciones de la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza, el punto de partida de otro periplo circular que nuevamente devolverá al atormentado Jesús a los caminos, bosques y dehesas, para regresar finalmente, herido y moribundo.


Natalia de Molina es Gloria en "Pozoamargo" (Enrique Rivero, 2015)

A pesar de la disparidad de la crítica especializada, todos coinciden en ensalzar el trabajo de la experimentada directora de fotografía Gris Jordana, con unos turbadores planos fijos por los que se deslizan o se aproximan lentamente los personajes, y la enorme belleza lírica implícita en las escenas en blanco y negro de la segunda parte de la película, que captan la gélida soledad de las ruinas del pueblo abandonado, los magníficos retratos naturalistas de los mendigos Jesús y José (Xuaco Carballido) y la impasibilidad de los animales domésticos (los cerdos y la mula). 


1 comentario:

Eduardo dijo...

Enhorabuena por el artículo. Me parece muy interesante el enfoque que se realiza analizando la parte clínica y su relación dentro del ámbito cinematográfico de la película.