domingo, 2 de abril de 2023

LA BALLENA


- ¡Necesito saber que he hecho una cosa correcta en mi vida!

Charlie (Brendan Fraser" en "La ballena" (Darren Aronofsky, 2022)

Con anterioridad, en este blog hemos demostrado nuestra predilección por las películas de Darren Aronofsky"Réquiem por un sueño" (2000), "El luchador" (2008), "Cisne negro" (2010), probablemente sus mejores obras.

Retratos de personajes atormentados, constantemente al límite, en la procura de una redención que a pesar de sus esfuerzos nunca consiguen alcanzar: la señora Goldfarb (Ellen Burstyn) y su adicción a las anfetaminas, el baqueteado luchador Randy "The Ram" Robinson (Mickey Rourke, en wl quizás mejor papel de su carrera) y la ofuscada bailarina Nina (Natalie Portman).

La temática abordada va desde la dependencia de las drogas, pasando por la imagen más descarnada del fracaso, hasta la búsqueda enfermiza de la perfección.

Con estos antecedentes, no es de extrañar el interés del director por recrear el claustrofóbico ambiente de "La Ballena" (Darren Arofnosky, 2022), apoyándose en la obra teatral homónima de Samuel D. Hunter (2011).


Hunter fue también el guionista de la película, que sin ser realmente un biopic, está inspirada en fragmentos autobiográficos relacionados con su malsana relación con la comida basura, su homosexualidad, su desventurada infancia como niño obeso, su férrea educación, dentro de los preceptos de la iglesia episcopaliana, y su experiencia como profesor de literatura creativa, elementos todos que en mayor o menor medida se encuentran presentes en "La ballena".


Samuel D. Hunter

Y al igual que ocurriera en su día con Mickey Rourke, Arofnosky consigue sacarle el máximo partido al esfuerzo interpretativo de Brendan Frazer, antaño famoso por su protagonismo en "George de la jungla" (Sam Weisman, 1997) y en la popular saga inaugurada por "La momia" (Stephen Sommers, 1999). 

Para este actor, el premio por su trabajo ha sido el Óscar al mejor actor de 2023.


BRANDAN FRASER Y CHARLIE

No obstante, existen algunas voces discrepantes contra Darren Aronofsky, debidas al proceso de caracterización de Brendan Fraser para convertirse en Charlie.

Más concretamente, se refieren al uso de un traje protésico necesario para dar la talla del personaje protagonista. Estos críticos han interpretado como un paso atrás en los avances conseguidos anteriormente en la representación de personas de tallas grandes. 

Entienden que hubiera sido más correcto que Aronofsky eligiera a un actor con una auténtica obesidad mórbida.


Brendan Fraser es Charlie

Con 190 de estatura y un peso original aproximado de 90 kg, Brendan Fraser tuvo que engordar 30 kilos mediante una dieta excesiva en cantidad y abundante en hidratos de carbono. Además, se vio obligado a utilizar un traje especial de 136 Kg, rellenado con judías y canicas, tras no haber sido capaz de ganar más peso para dar vida a Charlie.

Según el testimonio del propio actor, para moverse por el set de rodaje con su traje protésico necesitaba la ayuda de media docena de personas. La primera vez que se lo colocaron tardaron unas 6 horas en hacerlo. Dicho traje disponía de un sistema de refrigeración especial, como el mono de los pilotos de carreras. Para desplazarse desde la zona de maquillaje hasta el set de rodaje necesitaba la ayuda de una silla de ruedas.


Ésta fue la decisión tomada en "Precious" (Lee Daniels, 2007), donde la actriz Gabourey Sidibe encarnó a una adolescente obesa, maltratada y analfabeta, o en "El gran Alberto" (Joel Zwick, 2004), protagonizada por Keenan Thompson, inspirada en la popular serie de TV "El gordo Alberto y la pandilla Cosby", creada por el humorista Bill Cosby.


Pero en otras películas se ha preferido bregar con el aspecto físico habitual de los actores por exigencias del guión,
 como por ejemplo Christian Bale, que adelgazó 27 Kg para transformarse en el inquietante Trevor Reznik de "El maquinista" (Brad Anderson, 2004), Robert de Niro, engordando 27 Kg para convertirse en el vapuleado Jake LaMotta de la magistral "Toro salvaje" (Martin Scorsese, 1980), o Matthew McConaughey, que primero tuvo que perder 20 kilos para encarnar a Ron Woodroof en "Dallas Buyers Club" (Jean-Marc Vallée, 2013), y más tarde abocado a engordar 30 Kg, esta vez para trocarse en el orondo Kenny Wells de "Gold, la gran estafa" (Stephen Gaghan, 2020).


Gabourey Sidibe es Precious

Simplemente recordar que semejantes esfuerzos artísticos han sido reconocidos con los correspondientes premios Óscar para Robert de Niro, Matthew McConaughey y más recientemente, Brendan Fraser.

CINEFILIA

Repasando la cinematografía española, existen algunas películas protagonizadas por actores obesos, que no necesitaron caracterizaciones especiales para conseguir su cometido. Sin embargo, en "Gordos" (Daniel Sánchez Arévalo, 2009), contemplamos a un camaleónico Antonio de la Torre engordando 30 kilos para su papel de Enrique Fresán, un televisivo especialista en nutrición, en un elenco donde también están los orondos Fernando Albizua y Teté Delgado.


Antonio De la Torre en "Gordos"

Tampoco necesitó maquillaje ni prótesis especiales Laura Galán para convertirse en Sara, la hostigada y denigrada adolescente protagonista de la sorprendente "Cerdita" (Carlota Pereda, 2022), merecedora, entre otros galardones, de los premios Goya y Feroz por su interpretación.


OBESIDAD MÓRBIDA

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se considera obesidad mórbida el exceso de peso de 45.5 kilogramos respecto al peso ideal de una persona, o bien cuando su peso se sitúa en un 100% por encima del que debería realmente tener. Se trata de una acumulación excesiva de grasa que pone en peligro la salud del paciente que la padece.

Si bien en la película no se menciona el peso de Charlie (Brendan Frazer), éste podría rondar los 275 kilos.

Considerando el Índice de Masa Corporal (IMC), que se obtiene dividiendo el peso en kilogramos de una persona entre el cuadrado de su talla en metros, si el resultado es igual a superior a 30, nos encontramos ante un caso de obesidad, que pasaría a ser mórbida a partir de 40.

Según estimaciones de la OMS, actualmente existen unos 600 millones de obesos a nivel mundial, cifra equivalente a un 13% de la población adulta.

En el desarrollo de la obesidad existen múltiples factores: genéticos, ambientales, metabólicos y endocrinológicos, si bien sus causas principales son una mala alimentación, con un consumo excesivo de calorías, y el sedentario o falta de actividad física.


Brendan Frazer es Charlie, en "La ballena"

En esta película contemplamos como el protagonista apenas puede moverse, condenado a permanecer retratado en un gran sofá, mientras imparte clases universitarias sobre escritura creativa a través de su ordenador, vía Internet, pero siempre con la cámara apagada, ocultando su realidad de la vista de sus alumnos.

El exceso de calorías en su alimentación es una constante: pizzas, grasientos bocadillos, dulces, chocolatinas y bebidas edulcoradas, en formato familiar.

Las consecuencias de la obesidad mórbida son muy graves, y así lo constatamos en esta película: mayor riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, diabetes, patología renal y hepática, así como una mayor propensión para determinados cánceres. Algunos expertos apuntan a una reducción la esperanza de vida alrededor de 15 años.


Charlie es
diabético, sufre crisis hipertensivas y una insuficiencia cardíaca congestiva avanzada, con frecuentes episodios de disnea de reposo. Siempre que lo necesita, acude en su ayuda la tenaz Liz (Hong Chau), la hermana de la difunta pareja de Charlie, otro de los sugestivos personajes de "La ballena", junto a Ellie (Sadie Sink), la desconcertante hija de Charlie, exasperante e inmisericorde, el joven Thomas (Ty Simpkins), empeñado en redimir al protagonista mediante el cristianismo sectario, y Mary (Samantha Morton), la esposa despechada en la que la compasión ha ido sustituyendo progresivamente al amor y al cariño.


Sadie Sink es Ellie

Charlie no acude nunca al médico. Tampoco reclama la atención urgente ni ambulancias. Lo achaca a la falta de dinero para adquirir un seguro médico, tan necesario dentro del sistema sanitario sanitario estadounidense. Su medicina, su ansiolítico preferido, es la comida. Trata de controlar su trastorno de estado de ánimo mixto, ansioso - depresivo, mediante atracones de comida, resignado e inmerso en un circulo vicioso cuya única posible escapatoria sería la muerte.


Hong Chau es Liz

Y a pesar de todo, "La ballena" no es una película sobre la obesidad mórbida, ni siquiera sobre las modernas patologías denominadas soledad y abandono. Es una pesarosa historia sobre la empatía.

Porque, a pesar del rechazo que su figura y comportamiento pudieran llegar a provocarnos, Charlie nos emociona y consigue ponernos a su lado, incluso cuando es maltratado por los demás, y por si mismo.

LA OBESIDAD EN EEUU

Datos de 2020, reportados por el Study of Obesity: Better Policies for a Healthier America, advertían que la tasa de obesidad en los EEUU había superado por primera vez el 40%, situándose en el 42.4%.

Estos porcentajes significan que desde 2008, la tasa estadounidense de obesidad en adultos se incrementó un 26%-


En EEUU, cuanto mayores sean los ingresos de un ciudadano, menores serán su probabilidades de terminar obeso. Las personas con menor nivel educativo también son las más propensas a padecer obesidad. Las comunidades rurales registran las tasas más altas de obesidad y obesidad severa que las áreas suburbanas y metropolitanas. 

En España, en 2016, el exceso de peso en los adultos representaba un sobrecoge directo del 2% del presupuesto sanitario nacional. Según algunas estimaciones, de no corregirse la tendencia creciente, en el 2030 se espera un incremento del 16% en el número de obesos, con un 58% de sobrecoge sanitario directo.


Mapa de la gestión de la obesidad infantil en España 2022

Según la Encuesta Europea de Salud del año 2020, un 16.5% de los españoles mayores de 18 años era obeso, porcentaje que se reducía ligeramente en las españolas, con un 15.5%

En comparación con otros países de nuestro entorno, en 2022 solamente Chipre, Grecia e Italia superaban a España respecto a la mayor prevalencia de sobrepeso, incluyendo la obesidad.



sábado, 1 de abril de 2023

BEETHOVEN: CINE Y ENFERMEDAD (REVISADO)


"Amor inmortal" (Bernard Rose, 1994)

Las posibles patologías probablemente padecidas por Beethoven a lo largo de su vida fueron objeto de una entrada en este mismo blog el 21 de mayo de 2016.

A la luz de los resultados de las nuevas investigaciones sobre estas cuestiones, hemos creado necesario ampliar la información con los nuevos datos.

Comentábamos entonces el libro "Beethoven´s hair" (Russell Martin, 2001), sobre las andanzas de un mechón del cabello supuestamente obtenido en el lecho de muerte del genial Ludwig van Beethoven (1770-1827), por Ferdinand Hiller, uno de sus amigos más íntimos.

Este libro nos cuenta cómo el mechón de Beethoven llegó en 1943 a Dinamarca, durante la ocupación nazi. Un refugiado judío se lo había entregado a un médico, después de haber pasado de padres a hijos durante décadas.

Finalmente, en 1994, dos extravagantes personajes anónimos de harían definitivamente con tan preciada pieza, subastada por Sotheby´s.

"Beethoven´s hair" (Larry Weinstein, 2005), un documental televisivo de 1 hora de duración, coproducido por Austria y Canadá, está inspirado en la novela de Russell Martin. Su guionista fue Thomas Wallner.

LA CORRECCIÓN DE UN ERROR

En el año 2000, investigadores pertenecientes al Pfeiffer Research Center de Illinois (EEUU) descubrieron la presencia de elevados niveles de plomo en un mechón de Beethoven, y a este hallazgo responsabilizaron de su fallecimiento.

Sin embargo, un trabajo publicado en marzo de 2023 en la revista "Current Biology", donde participaron investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), el Beethoven Center de San José y la American Beethoven Society (EEUU), junto a la Universidad Católica de Leuven (Bélgica), Family TreeDNA, el Hospital Universitario y la Universidad de Bonn, la Beethoven-Haus de Bonn y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania), después de realizar pruebas de autenticación en 8 muestras de cabello del compositor, adquiridas en colecciones públicas y privadas del Reino Unido, Europa continental y EEUU, descubrieron que al menos 2 mechones no eran de Beethoven.


Retrato de Ludwig van Beethoven, de Josef Karl Stieler (1781-1858)

Entre ellos, el famoso mechón que se creía cortado en su lecho de muerte por Ferdinand Hiller, y que atribuía el desenlace mortal de su patología a una intoxicación crónica por plomo o saturnismo.

Estos investigadores descartaron el envenenamiento por plomo, ya que el supuesto "mechón Hiller" realmente nunca perteneció a Beethoven, porque dichos cabellos son femeninos. De esta manera, recomiendan que futuras investigaciones destinadas a analizar la posible implicación del plomo, los opiáceos o el mercurio en su patología deberán realizarse sobre muestras de origen fidedigno y contrastado.

El "mechón Hiller"

El equipo internacional realizó la secuenciación del genoma a partir de cabellos de la muestra auténtica mejor conservada, conocida como el "mechón Stumpff", debido al nombre de su dueño.

El estudio verificó la autenticidad de varios mechones más: el "mechón Moscheles" y el entregado por el propio Beethoven al pianista Anton Halm (1789-1872).

El "mechón Halm"

Johannes Krause
, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, ha destacado que el objetivo principal de estas investigaciones era descubrir los problemas de salud de Beethoven, incluyendo la sordera progresiva que comenzó a sus 20 años, y que le llevó a la pérdida definitiva de la audición en 1818.

Pero sus esfuerzos no consiguieron descubrir evidencias genéticas concluyentes sobre la causa de la sordera y los trastornos gastrointestinales del insigne compositor. Sin embargo sí hallaron una serie de factores de riesgo significativos respecto a su patología hepática.


El "mechón Moscheles". Ira F. Brilliant Center for Beethoven Studies, San Jose State University

Fueron detectadas evidencias de una hepatitis B, presente en los meses anteriores a la defunción de Beethoven. Simplemente recordar que en su autopsia se encontró una incuestionable cirrosis hepática, que entonces fue achacada a su hábito etílico abusivo.

Simplemente recordar aquí que tanto el abuso crónico del alcohol como la hepatitis B crónica están entre las principales causas de cirrosis hepática.

¿Cómo pudo infectarse Beethoven de hepatitis B?

No se puede descartar que el suyo fuera un caso de transmisión materno - fetal del virus de la hepatitis B. Sin embargo, resulta más plausible el contacto sexual con una pareja infectada, ya que este virus puede transmitirse a través de la sangre, el semen y otros fluidos corporales.

Causas más contemporáneas, como compartir agujas y jeringas contaminadas o una transfusión sanguínea quedarían descartadas en su caso.

UNA SORPRESA

Estos análisis del ADN de Beethoven revelaron que su cromosoma Y no coincidía con  ninguno de sus 5 parientes modernos, apellidados como él y que comparten un ancestro común, según los registros genealógicos.

Según Tristan Begg, de la Universidad de Cambridge, este hallazgo implica una eventual paternidad extramatrimonial entre la concepción del ancestro común, Hendrik van Beethoven, nacido en Kampenhout (Bélgica) alrededor de 1572, y la de Ludwig van Beethoven en Bonn (Alemania) en 1770, 7 generaciones después.

Los análisis de ADN antiguo realizados por Begg, William Meredith y Toomas Kivisild, de la Universidad Católica de Leuven (Bélgica) permitieron secuenciar completamente el ADN de Beethoven a partir de pequeñas muestras de su cabello.


LA CUESTIONADA HIPÓTESIS DEL SATURNISMO

Se ha demostrado que todos los estudios que relacionaron el saturnismo con la enfermedad y muerte de Beethoven, realizados a partir de los análisis del "mechón Hiller" no son válidos, pues esos cabellos no pertenecen al c compositor, sino a una mujer desconocida.

Recordemos que Vicente Rodillaprofesor de Toxicología y músico de la Banda Primtiiva de Lliria, junto al tenor lírico José Garcés, desde el CEU Cardenal Herrera de Valencia realizaron un estudio tratando de relacionar los síntomas de una intoxicación crónica por plomo con ciertas particularidades en las composiciones de Beethoven, especialmente en las más tardías.

Una de las conclusiones del estudio internacional anteriormente reseñado recomienda nuevos análisis sobre muestras contrastadas e indudablemente pertenecientes a Beethoven para demostrar la implicación del plomo u otras sustancias en su enfermedad y muerte.


Dr. Andreas Ignaz Wawruch (1782-1842)

A lo largo de su existencia, Beethoven fue atendido por diversos médicos. Al respecto, en diciembre de 1826 el Dr. Andreas Wawruch trató a Beethoven por una grave neumonía, que a punto estuvo de costarle la vida. En aquel tiempo, las sales expectorantes contaban en su composición con excesivas cantidades de plomo.

En esta misma línea, el forense Christian Reiter analizó muestras del cabello de Beethoven, en cooperación con la Universidad de Edafología de Viena (Austria), convertidos así en el diario de los últimos 400 días de la vida de Beethoven. Para este investigador, el saturnismo y la cirrosis hepática probablemente llevaron a la tumba al genio a la precoz edad de 56 años.

En "Copying Beethoven" (Agnieszka Holland, 2006) contemplamos diversas escenas en las que Beethoven se emborracha en la taberna de Krenski (Angus Barnett), un tugurio en el que solía ahogar sus penas en vino y donde celebraba sus aclamados éxitos.

En dicho establecimiento consumía con demasiada frecuencia pescados procedentes del cercano Danubio, como por ejemplo truchas y carpas. Esta circunstancia ha hecho sospechar a los investigadores su intoxicación crónica con plomo, procedentes precisamente del pescado fluvial contaminado, del cristal de sus copas favoritas y del mismo vino barato, al que en la época se le añadían cantidades de este metal pesado, forma de acetato plúmbico, como adulterante.

En mayo de 2010, un cualificado grupo de investigadores del Instituto Médico Mount Sinaí de Nueva York, analizó fragmentos procedentes del cráneo de Beethoven en la procura de posibles indicios de una intoxicación crónica por este metal pesado. Sin embargo, los niveles detectados, 13 microgramos de plomo por gramo de masa ósea en los huesos grandes, se consideraron dentro de la normalidad.