"Cambio un Oso de Plata por una vida mejor"...
Nazif Mujic, protagonista de "La mujer del chatarrero"
"La mujer del chatarrero" (Danis Tanovic, 2013) es un film especial. Atípico por su rodaje, cámara al hombro, una modesta Canon 5D Mark II, a la usanza de los documentales. Infrecuente, por corresponder a la cinematografía de un país desmembrado de la antigua Yugoslavia, Bosnia Herzegovina, las secuelas de la guerra todavía presentes en el film. Especial porque nos hace partícipes de la sensibilidad de su director ante un problema social que ocurrió realmente. Cautivador, porque son los propios protagonistas del drama real los actores protagonistas de esta historia. Perturbador, porque remueve nuestras conciencias y además nos lleva a padecer en nuestras propias carnes la gélida sensación reinante en los nevados paisajes de Lukavac, municipio de apenas 50000 habitantes situado al norte del país.
Nazif Mujic es Nazif
Nazif Mujic se interpretó a sí mismo. Y lo hizo con una solvencia tal que le llevó a ganar el Oso de Plata en la Berlinale de 2013. Su historia después del éxito es otra aventura. Como la de Senada Alimanovic, su oronda esposa, y la de sus dos pequeñas, Semsa y Sandra.
El propio Tanovic es el guionista. El argumento es sencillo. Una familia gitana ha de enfrentarse a un sistema de salud que no asegura la más mínima cobertura sanitaria, ni siquiera en situaciones de emergencia.
Senada Alimanovic con una de sus pequeñas
Senada es una mujer gitana, madre de dos hijas, que se encuentra embarazada. De manera brusca e imprevista, comienza a tener dolores abdominales acompañados de una pérdida vaginal hemática. Atendida en primera instancia en un ambulatorio, los médicos le diagnostican un aborto diferido y le recomiendan el traslado al hospital más cercanos para que le practiquen un legrado.
A muchos kilómetros de su hogar, en las frías salas de un hospital deshumanizado, Nazif y Senada no poseen tarjeta sanitaria y se encuentran indefensos ante aquellos médicos que les piden casi 1000 marcos (1 marco equivale casi a 2 euros) para tratar a la paciente. Su infame peregrinaje les llevará de vuelta a casa, si cabe en peores condiciones todavía.
Senada y su madre
Las organizaciones no gubernamentales, en un medio tan hostil, poco o nada pueden hacer por ellos. Tras ser rechazados de nuevo en el centro sanitario, deciden viajar hasta el hogar materno de Senada. Gracias a la suplantación de su cuñada, gracias a una tarjeta sanitaria que no les pertenece consigue finalmente ser operada.
CINEFILIA
Relacionada por algunos críticos (Lluís Bonet - La Vanguardia) con el neorrealismo italiano de "Roma, ciudad abierta" (Roberto Rosellini, 1945) o "Ladrón de bicicletas" (Vittorio de Sica, 1948), la cara amarga del mundo de la marginalidad en este film de Tanovic se convierte en la antítesis de "Brutos, feos y malos" (Ettore Scola, 1976), donde el disparate y la avaricia italiana imperan sobre la cooperación y la generosidad de la película bosnia, donde apenas cabe alguna sonrisa
LA GUERRA DE LOS BALCANES
Los rescoldos del conflicto desencadenado por la escisión de Yugoslavia todavía permanecen candentes. La guerra de Bosnia es el escenario en el que se desarrolla la galardonada "En tierra de nadie" (Danis Tanovic, 2001).
A pesar de haber combatido en el conflicto, ningún reconocimiento o recompensa reconforta ahora a Nazif, que ha de ganarse la vida como chatarrero. Tan sólo el penoso recuerdo de una bolsa de plástico donde le entregaron los restos de su hermano, solamente la cabeza íntegra, el resto del cuerpo un amasijo informe. Fue uno más de los 200000 fallecidos en un conflicto que provocó casi un millón y medio de exiliados y refugiados.
LA SANIDAD EN BOSNIA HERZEGOVINA
Con una población estimada de casi 4 millones de habitantes, el 14% de la misma tiene edades comprendidas entre los 0 y los 14 años. La mortalidad en menores de 5 años se sitúa en 5 por mil recién nacidos vivos y la esperanza de vida se sitúa ligeramente por encima de los 76 años.
Los principales problemas que afectan a su población infantil son la pobreza (sobre todo a las minorías, como la romaní o gitana, a los niños y adolescentes, y a la población rural), el maltrato infantil, los niños que viven separados de sus padres, el encarcelamiento (los menores culpables de delitos son internados en las mismas prisiones que los adultos, con los que incluso pueden compartir celda), la trata de niños, una verdadera lacra junto a la explotación sexual y la prostitución infantil y la ausencia de derechos elementales como la salud, la educación y la no discriminación.
Sandra y Samsa Mujic
Las minorías, como en el caso de esta película, suelen padecer una mayor discriminación que los "pueblos constitutivos": bosnios, serbios, y croatas. El nivel de educación de los niños romaníes, como Samsa y Sandra, es mínimo, con una tasa de analfabetismo muy elevada. Según datos de UNICEF, el 64% de los niños romaníes no asiste a la escuela primaria. Las mujeres jóvenes de estas minorías se encuentran también entre las más afectadas.
Romaníes, discapacitados y desplazados encuentran enormes dificultades para acceder a la atención sanitaria. En este aspecto, "La mujer del chatarrero" es un fiel reflejo de las penurias de los romaníes en un país que intenta recuperarse de los desastres de la guerra.